septiembre 2014, Volumen 30, Número 3
El paisaje y la agricultura familiar campesina

Los paisajes en la Meseta Norte Catarinense y la conservación de los remanentes del bosque

ANÉSIO DA CUNHA MARQUES, VALDIR FRIGO DENARDIN, MAURÍCIO SEDREZ DOS REIS, CELINA WISNIEWSKI | Página 18-20
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La yerba mate como actividad de extracción desarrollada en los paisajes forestales y agroforestales, no parece hacer parte del “mundo técnico”. De esa forma, el manejo de las hierbas nativas es fruto de la propia experiencia acumulada por los agricultores.

La yerba mate (Ilex paraguariensis A. St. Hil) es un árbol de tamaño mediano, originario del estrato herbáceo del bosque de araucaria, formación típica de las áreas más altas del sur de Brasil. La yerba mate era de uso común por las poblaciones indígenas que habitaban al sur del continente americano mucho antes de la llegada de los españoles y portugueses. El uso de la infusión de esas hojas ricas en cafeína y de varios otros compuestos que le confieren propiedades estimulantes, nutricionales y medicinales se expandió también entre los inmigrantes y se acabó configurando como uno de los principales productos de la economía regional durante cientos de años. Actualmente se estima que su explotación abarca más de 700.000 hectáreas en 180.000 propiedades. El mate puede ser obtenido de yerba cultivada o de la recolección de la yerba silvestre. Cerca del 57% de la producción brasileña se obtiene a través de la recolección de la yerba que se encuentra cercana a las formaciones forestales nativas, configurándose así como el principal producto de extracción en Brasil. (IBGE, 2013).

Testimonios de agricultores de la Meseta Norte Catarinense

“Toda la plantación es buena para cultivarla debido al área de las yerbas (…). El papá decía: no vamos a deforestar porque tenemos un montón de yerba. “Preservé la mata porque era el futuro para mis hijos (…), tenía la yerba tenía la leña y mantenía el ganado, incluso con un invierno difícil”. “Junto con el yerbal fue quedando la mata (…), el papá iba retirando mucha yerba mate, alguna madera, leña; hoy no puede tocar nada sin el ‘cuidado’ y las yerbas se van acabando. Quien conservó las matas sufre con las leyes y quien deforestó tiene las tierras valorizadas”.

Paisajes, extracción y conservación por el uso

La exploración de la yerba mate nativa puede ser considerada como un importante estímulo para la conservación ambiental pues su origen en el estrato herbáceo del bosque y su significativo valor económico confieren un valor monetario para el bosque “en pie”, contribuyendo a la conservación de los remanentes del bosque y de la biodiversidad por el manejo tradicional de esas yerbas nativas.

La extensión rural, en cambio, siempre priorizará la plantación de la yerba mate retirándola del bosque, incentivando su monocultivo y el uso de fertilizantes químicos y plaguicidas. La legislación ambiental es muy restrictiva y prácticamente impide el desarrollo de prácticas de manejo de los yerbales nativos junto a los bosques.

La poca importancia dada a los yerbales nativos puede ser fruto de cierto prejuicio en relación a las actividades de recolección, muchas veces consideradas como “atrasadas”, pues los investigadores y extensionistas tienden a trabajar con cultivos o crianzas que requieren grandes inversiones y el uso de tecnologías de “punta”, para las cuales han sido preparados (fertilizantes químicos, plaguicidas, mecanización, monocultivos, cultivos mejorados).

En la visión urbana y en la de científicos y técnicos, muchas veces preocupados solo por la conservación ecológica, no se considera que los paisajes están habitados y son gestionados por las poblaciones locales. Este aspecto puede ser destacado en el caso de los yerbales de la Meseta Norte Catarinense (MNC), la mayoría formados por bosques gestionados en asociación con la crianza de ganado dentro de la mata de árboles y la extracción de yerba mate. Esto implica, por un lado, el distanciamiento de la fisonomía de los bosques naturales y, por otro, que los que quedan hasta ahora deben su existencia a la asociación entre el uso de los bosques, la yerba mate y la ganadería: una conservación a través del uso.

Berkes y Davidson-Hunt (2006), y Clement y Junqueira (2010) consideran que los paisajes originales –paisajes que no han sufrido alteraciones por actividades humanas–no son tan puros como piensan los ambientalistas y que en gran parte constituyen un mito, pues resultan de la interacción entre los procesos naturales y las actividades humanas, como lo demuestran diversos estudios sobre la influencia de las actividades de los pueblos indígenas en la formación actual de los bosques amazónicos y también la expansión de los bosques con araucarias. La MNC, situada en la región norte del estado de Santa Catarina, es una de las principales regiones productoras de yerba mate del Brasil y es un ejemplo de la existencia de evidencias de que esos bosques “naturales” constituyen paisajes intervenidos, sobre todo por los pueblos kaingang, que reflejan patrones de uso tanto pasados como presentes (Reis y Ladio, 2012).

A pesar de que la intensidad de la influencia de las poblaciones indígenas en la conformación de los bosques actuales puede ponerse en duda, es incuestionable que la mayor parte de la biodiversidad del mundo se encuentra en las zonas utilizadas por las personas. Asimismo, para conservar la biodiversidad, es necesario entender cómo las comunidades humanas interactuaron con los paisajes desde una visión cultural (Berkes, Davidson-Hunt, 2006; McNeely, 2009): la conservación a través del uso.

Yerbales: conservación de los paisajes forestales

La importancia del manejo de la yerba mate para la conservación de los remanentes forestales es aún más evidente al estudiarse la aptitud agrícola de los yerbales forestales. Normalmente se relacionan los remanentes de bosques con araucaria con áreas de baja aptitud agrícola y, por lo tanto, con menor presión para su conversión en tierras de cultivo. Sin embargo, la realidad de las propiedades de la MNC es muy diferente.

La mayoría de los yerbales forestales (65%) está en áreas de muy buenas condiciones para la agricultura y el 21% está en áreas regulares; consecuentemente en todas existe una alta presión para su conversión en tierras de cultivo. En el 80% de los casos la yerba mate es citada como uno de los motivos principales que evitan esa conversión.

En el 55% de los casos aparece la importancia del uso combinado del bosque para madera, leña y yerba mate con crianza de ganado. Es importante destacar que en las estrategias de conservación la presencia del ganado en la mayoría de esas áreas es importante.

Otro aspecto que valoriza la función de la conservación ambiental de los yerbales es la constatación de que dos de las principales especies arbóreas amenazadas de extinción en el bosque de araucarias presentan una alta frecuencia en los yerbales nativos de la MNC. En el área de yerbales la araucaria (Araucaria angustifolia) tiene una presencia de 98% y la imbuía (Ocotea porosa) de 79%. De esa forma, los yerbales constituyen importantes paisajes de conservación de especies arbóreas amenazadas de extinción, aun cuando son sometidas a la presión animal.

A pesar de la importancia del manejo del yerbal para la conservación de los remanentes forestales, la legislación –basada en la ya comentada concepción de separar paisajes de uso y paisajes de conservación– dificulta el manejo junto al bosque, llevando al agricultor a abandonar esta actividad y, en algunas situaciones, a desarrollar la plantación en agroecosistemas mucho más frágiles y menos resilientes. Por ello, la tierra de aquellos agricultores que conservan los bosques tiene menor valor monetario.

Frente a este conflicto socioambiental, el camino no parece ser la autorización para la deforestación, pero sí el desarrollo de sistemas de manejo del bosque con araucarias que puedan generar recursos monetarios como “bosque en pie”, en la mayoría de los casos, asociados a la crianza animal, al contrario de simplemente impedir cualquier gestión, ya que fue justamente el uso de esas áreas configuradas con paisajes culturales lo que posibilitó su conservación, complementado con el pago por servicios ambientales.

 

Anésio da Cunha Marques

Analista Ambiental del Instituto Chico Mendes de Conservación de la Biodiversidad anesio.marques@gmail.com

 

Valdir Frigo Denardin

Profesor da Universidad Federal do Paraná.

valdirfd@yahoo.com.br

 

Maurício Sedrez dos Reis

Profesor da Universidad Federal de Santa Catarina

msedrez@gmail.com

 

Celina Wisniewski

celinawis@gmail.com

 

Referencias

  • Berkes, F., Davidson-Hunt, I. J., 2006. Biodiversity, traditional management systems, and cultural landscapes: examples from the boreal forest of Canada. International Social Science Journal, v. 58, n. 187, pp. 35-47.
  • Clement, C. R., Junqueira, A. B., 2010. Between a pristine myth and an impoverished future. Biotropica, v. 42, n. 5, pp. 534-536.
  • IBGE, 2013. Producción de la extración vegetal y de la forestación (PEVS). Disponible en http://www.sidra.ibge.gov.br/bda/tabela/listabl.asp?z=t&c=289 y Producción agrícola municipal (PAM). Disponible en http://www.sidra.ibge.gov.br/bda/tabela/protabl. asp?c=1613&z=t&o=1&i=P (accesos: 16.11.2013).
  • McNeely, J. A., 2009. Ecoagricultura: alimentación del mundo y biodiversidad. San Pablo: Editora Senac.
  • Reis, M. S., Ladio, A. H., 2012. Paisajes con Araucarias en Sudamérica: construcciones culturales precolombinas y del presente para producción de alimento. En: Navarro, V., Espinosa, S. (eds.). Memorias de las Jornadas de reflexión acerca de los paisajes culturales de Argentina y Chile, en especial los situados en la región Patagónica. Río Gallegos: COMOS/UNPA/UMAG. Vol. 1, pp. 224-244.

Texto elaborado con base en la tesis de Anésio da Cunha Marques, Los paisajes del mate y la conservación sociambiental: un estudio junto a los agricultores y familias de la Meseta Norte Catarinense, del curso de Doctorado en Medio ambiente y Desarrollo de la Universidad Federal del Paraná, Brasil.

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