Tenemos una base en la provincia de Quispicanchis, que aún está en proceso de formación aprovechando el trabajo que realizamos con el proyecto AGROECO, y también con la ONG Flora Tristán, en la cual trabajamos con mujeres en cuatro distritos. El convenio con esta ONG es para la producción orgánica y gracias al cual ARPE-Cusco ha participado en los procesos de asistencia técnica y también como facilitadora. Esto fue para nosotros una oportunidad para formar una base provincial en Quispicanchis y otra en la zona de Paucartambo. En el momento, estamos reactivando Quispicanchis con la colaboración de Julio Salgado, un dirigente de los transformadores, que estuvo en la creación de la ARPE-Cusco.
También estamos logrando vincularnos con algunas municipalidades de la provincia del Cusco, como las de San Jerónimo y Corca, para que los productores orgánicos de sus comunidades puedan incorporarse a la base provincial y así no esté constituida solo por transformadores. Poco a poco nos fortaleceremos, siempre y cuando se persista en el trabajo con las bases provinciales. ¿Es difícil? Sí. Se nos duplica, se nos triplica o cuadruplica el trabajo porque no es solamente una provincia, sino ya un ámbito regional. Hasta ahora son cinco provincias (Calca, Cusco, Espinar, Paucartambo, Quispicanchis) y eso significa más esfuerzo y más dedicación a la organización.
Los ejes principales de trabajo y el rol del proyecto AGROECO en el proceso
Como base regional estamos dentro del plan estratégico de ANPE-PERÚ. Son cinco los ejes temáticos: producción para la soberanía alimentaria; incidencia política, acceso al mercado, género y juventud, y gestión y financiamiento. En el eje que nosotros consideramos más importante, producción y soberanía alimentaria, nos apoya AGROECO. También, nos está apoyando en el fortalecimiento organizacional, para que nosotros mismos identifiquemos cuáles son nuestras debilidades o cuál es nuestro nivel de organización y cómo hacer para que las debilidades vayan desapareciendo y podamos fortalecernos más como organización.
Mercados y Sistema de Garantía Participativo (SGP) es también otro tema que desarrolla el proyecto AGROECO. Pero cuando invitamos a los productores para que se integren a nuestra organización, siempre surge la pregunta: ¿Y qué me da la organización? Es entonces, cuando yo pienso que la oportunidad de acceder al mercado, ya sea local o nacional, en condiciones justas para el productor, es lo que nuestra organización debe brindar al productor campesino sin dejar de lado la soberanía alimentaria. Primero se ha de apoyar la producción para la mejora de la nutrición de los mismos compañeros y compañeras y sus familias, sobre todo de los niños, y luego, se les debe brindar la oportunidad de salir a los mercados locales y nacionales. En esto último estamos trabajando con el proyecto AGROECO.
El trabajo en ARPE-Cusco
No existe una diferenciación entre mujeres y varones para la distribución de los cargos directivos en la organización, esta se realiza de acuerdo a los representantes que presenta cada provincia. En este momento somos siete miembros de la junta directiva: tres mujeres y cuatro varones, donde dos cargos importantes, como son la presidencia y la tesorería, los ocupan dos mujeres.
La asignación de los cargos depende del momento coyuntural del proceso electoral, en el cual participan tanto mujeres como varones. Debemos reconocer que el liderazgo de las mujeres es aún débil, pero no solo el de las mujeres, sino también el de la juventud en general (varones y mujeres). Estamos preocupados porque tiene que haber un cambio generacional; los dirigentes actuales debemos dejar la posta a dirigentes nuevos.
La migración de la juventud hacia las ciudades es fuerte. El reto es brindar a los jóvenes, oportunidades de desarrollo personal y económico en la misma zona rural. Entonces, si como organización contamos con el apoyo de proyectos como AGROECO, nuestra labor es buscar a los jóvenes líderes para que participen en los programas de capacitación que ofrecen la posibilidad de nuevas alternativas de desarrollo, y así también se constituyan en los futuros líderes de nuestras organizaciones.
Como organización tenemos la ventaja de poder planificar el conjunto de la producción para la oferta oportuna. Pero si no estamos organizados, eso se constituye en un talón de Aquiles, pues una organización débil nunca va a poder desarrollar esa planificación. En cambio, si es fuerte, lo va a poder hacer. Una de las ventajas que como organización podemos tener es el acceso de nuestros asociados no solo a los mercados locales, sino también a los nacionales. Sin embargo, al abarcar varias provincias, es difícil organizarnos porque ello exige contar con una comunicación fluida para la coordinación con los compañeros de las diferentes bases provinciales. Me refiero a Paucartambo, Calca, Quispicanchis; lugares donde es difícil comunicarse. La comunicación es uno de los problemas principales para avanzar en el fortalecimiento organizacional a nivel regional.
Naida QuispePresidenta de ARPE-Cusco
Correo-e: catacufa@hotmail.com