octubre 2010, Volumen 26, Número 3
Agua – ecosistemas y agricultura

La función de la biodiversidad para la existencia de agua en el ecosistema y en el agroecosistema

DORA VELÁSQUEZ MILA | Página 32-35
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La importancia que en el momento ha adquirido la conservación de la biodiversidad como factor para la sostenibilidad de la vida en el planeta y, especialmente, de la producción agraria, pone en relieve las repercusiones que pueden producir los cambios en la biodiversidad al comprometer las funciones del ecosistema y su capacidad para generar servicios esenciales para la sociedad y el medio ambiente. De allí la importancia de tener en cuenta el vínculo indisoluble del trinomio: biodiversidad – ecosistema (funciones) – agroecosistema.

Cactáceas / Foto: Alejandro Casas

El mantenimiento de las funciones de los ecosistemas de soporte vital del planeta, garantiza la sostenibilidad de los servicios que estos prestan a la sociedad humana, y es por ello que el manejo y uso de la biodiversidad que los integra (las diversas especies de flora y fauna, incluyendo los microorganismos) debe tener en cuenta que la desaparición de algunos de sus componentes, ya sea en cantidad, composición, distribución espacial, caracteres funcionales, así como la modificación de la interacción entre estos componentes, pueden tener distintos efectos en el funcionamiento del ecosistema y, por tanto, en la calidad y oportunidad de los servicios que brinda a la sociedad (Martín López y otros, 2007).

La investigación de las últimas décadas ha permitido identificar –dependiendo del enfoque conceptual utilizado– especies clave, grupos funcionales e incluso caracteres funcionales de la biodiversidad, a los cuales resultaría conveniente dirigir los esfuerzos de conservación, dada la función central que juegan en la regulación de los pro- cesos ecológicos que operan en el ecosistema y el agroecosistema, entre ellos, los procesos ecológicos vinculados a la generación y conservación del agua.

Diversidad biológica y el agua de los ecosistemas y agroecosistemas
Investigaciones recientes (Chapin y otros, 2000; Díaz y Cabido, 2001; y Díaz y otros, 2006, citados por Martín y otros, 2007) están revelando que los mecanismos a través de los cuales la biodiversidad puede influir en el funcionamiento de los ecosistemas están más relacionados con algunos caracteres funcionales de las especies, que con la riqueza de las mismas. Por lo tanto, el conjunto total de los caracteres funcionales, así como su abundancia en una comunidad, es uno de los principales determinantes del funcionamiento del ecosistema. Se puede decir que esto es lo que explica el por qué las contribuciones individuales de cada especie varían considerablemente en función del ecosistema o de un proceso ecológico determinado. En la Tabla 1 se puede apreciar la relación entre ciertos caracteres funcionales de las plantas, como el tamaño, el follaje o la profundidad y arquitectura de la raíz, con el ciclo hidrológico y los servicios hídricos del ecosistema.

Ciclo hídrico de cultivos: el maíz
Se ha estimado que una planta de maíz debe transpirar 600 kg de agua para producir un kg de granos de maíz seco, y para producir un kg de biomasa seca (incluyendo hojas, tallos y raíces) debe transpirar 225 kg de agua. De la cantidad total de agua que es absorbida del suelo, transportada en el tallo y transpirada hacia la atmósfera, solamente una fracción muy pequeña de 1% se incorpora a la biomasa

Es importante resaltar que para garantizar el mantenimiento del agua en el ecosistema y el agroecosistema, se debe procurar el equilibrio entre el abastecimiento de agua, controlado por la humedad del suelo, y la pérdida de agua, gobernada por la transpiración, lo que demanda un conocimiento y manejo adecuado del ciclo hídrico de las plantas, tanto silvestres como cultivadas, y de las condiciones de humedad del suelo y del aire. Una cuestión básica es tener en claro que existe un espectro de plantas que van desde las ‘consumidoras’ a las ‘ahorradoras’ de agua, lo cual depende de la cantidad de estomas que poseen en su superficie foliar. En promedio se encuentran 10.000 estomas por cm2 de superficie foliar, aunque muchas plantas xerófitas como las suculentas (cactáceas) pueden tener en promedio 1.000 y algunos árboles deciduos tienen 100.000 o más por cm2.

Tabla 1. Ejemplos de relaciones causales entre algunos caracteres de especies vegetales, el ciclo hidrológico y el suministro de potenciales servicios hídricos de los ecosistemas. (Elaborado en base a Martín López y otros, 2007)

El otro aspecto a resaltar es que los distintos tipos de formaciones vegetales juegan un papel diferenciado en el mantenimiento de la humedad y las fuentes de agua en el ecosistema. Es ampliamente reconocido que los bosques y humedales cumplen una función muy importante como ‘captadores’ y ‘almacenadores’ de agua, mitigando las inundaciones en periodos de fuertes lluvias y garantizando un flujo constante de agua durante las estaciones de sequías (Blumenfeld, S., 2009), principalmente cuando están ubicadas en las cabeceras de las cuencas. Los bosques tropicales, los bosques montanos de neblina, los páramos y los pastizales, están entre las formaciones vegetales más importantes como captadoras y retentoras de agua. También, destaca el papel central de la vegetación en el ciclo hidrológico de los ecosistemas, tal como ha sido descrito para el caso de agroecosistemas altoandinos (Torres y otros, 1999). Figura 1.

Estrategias campesinas de manejo de la biodiversidad y la agrobiodiversidad para regular la existencia del agua
El manejo de la biodiversidad relacionada con el mantenimiento del agua en el ecosistema y el agroecosistema ha estado y continúa estando entre los agricultores de sistemas agrícolas tradicionales por milenios. Actualmente este manejo se basa fundamentalmente en los conocimientos y tecnologías tradicionales y se complementa con tecnologías apropiadas contemporáneas.


Figura 1. El ciclo hidrológico en agroecosistemas altoandinos peruanos
(Fuente: La gestión de microcuencas: una estrategia para el desarrollo sostenible en las montañas del Perú;
propuesta. CCTA, Centro IDEAS, CCAIJO. Lima, 1999)

Se pueden distinguir varias estrategias tecnológicas que contribuyen, en un ecosistema, a regular su proceso hídrico y, con ello, la existencia del agua en el ecosistema:

– conservación de formaciones vegetales del entorno como captadoras de agua y conservadoras del suelo (bosques, pastizales, páramos, etc.)
– conservación de especies vegetales cultivadas y silvestres retentoras de agua y conservadoras del suelo (por ejemplo: los cultivos de cobertura)
– uso de cultivos tradicionales y variedades locales tolerantes a sequía
– cambios de uso de la tierra.

Un conjunto de prácticas utilizadas por agricultores de sistemas agrícolas tradicionales de agroecosistemas de montaña andinos para garantizar la existencia del agua, se pueden ver en la Tabla 2.

Algunos esfuerzos en América Latina
La atención que en los últimos años se viene dando al papel de la biodiversidad en la funcionalidad de los ecosistemas y agroecosistemas y los servicios que estos brindan a la sociedad, se expresa en proyectos desarrollados o que se están desarrollando en toda América Latina. Entre los diferentes esfuerzos orientados a contribuir con el mantenimiento de los procesos y servicios hídricos, hemos querido llamar la atención sobre tres tipos de propuestas: el de pago de servicios ambientales por conservación de bosques, el de manejo de páramos andinos y el de agroforestería.

Tabla 2. Prácticas de manejo de la biodiversidad relacionadas con procesos del ciclo hidrológico utilizadas por agricultores de agroecosistemas de montaña andinos
(Elaboración propia basada en: Gómez, E. 2009; Torres, Juan. 2002; y Torres, J; Gómez, A. (ed.). 2008.)

Reseñas de las experiencias de pagos de servicios ambientales por conservación de bosques en cuencas hidrográficas (Pagiola, S. y otros, 2004), del proyecto ‘Conservación de la Diversidad en los Páramos de los Andes del Norte y Centrales’, mejor conocido como ‘Proyecto Páramo Andino’ (PPA), conducido por Consorcio para el Desarrollo de la Ecorregión Andina (CONDESAN), y del proyecto ‘Manejo Integrado del Recurso Agua a Través de la Implementación del Desarrollo de Conceptos de Agroforestería en áreas áridas y Semi-áridas de América Latina’ (WAFLA, por sus siglas en inglés), se presentan en los recuadros 1, 2 y 3.

Dora Velásquez Milla
Coordinadora de Ciencia y Tecnología en los Andes (CCTA)
correo-e: doravelasquez@yahoo.com

Referencias
– Blumenfeld, S., Lu, C., Christophersen, T. y Coates, D. 2009. Water, wetlands and forests. a review of ecological, economic and policy linkages. Secretariat of the Convention on Biological Diversity and Secretariat of the Ramsar Convention on Wetlands, Montreal and Gland. CBD Technical Series No. 47.
– Martín López, B.; González, J.A.; Díaz, S.; Castro, I.; García-Llorente, M. 2007. Biodiversidad y bienestar humano: el papel de la diversidad funcional. Ecosistemas. 2007/3 (URL: http://www.revistaecosistemas. net/articulo.asp?Id=500&Id_ Categoria=1&tipo=portada).
– Pagiola, S.; Agostini, P.; Gobbi, J.; de Haan, C.; Ibrahim, M.; Murgueitio, E.; Ramírez, E.; Rosales, M.; Ruíz, J.P. 2004. Pago por servicios de conservación de la biodiversidad en paisajes agropecuarios. The World Bank Environment Department. Washington, D.C. (versión en pdf).
– Torres, Juan. 2002. Propuesta campesina de manejo de cuencas con tecnologías tradicionales y conservación de la biodiversidad, comunidad de Huayllahuarmi – Lucanas, Ayacucho 2002. Proyecto MARENASS. INRENA, Lima.
– Torres, J; Gómez, A. (editores). 2008. Adaptación al cambio climático: De los fríos y de los calores en los Andes. Lima: Soluciones Prácticas-ITDG.

Recuadro 1
Experiencias de Pagos de Servicios Ambientales (PSA) por conservación de bosques en cuencas hidrográficas o áreas proveedoras de agua
– Costa Rica ha desarrollado un elaborado programa de PSA a nivel nacional, el Pago por Servicios Ambientales. Bajo la Ley Forestal de 1997, los productores pueden recibir pagos por usos del suelo específicos, incluyendo plantaciones nuevas y conservación de bosques naturales. El programa de Pago por Servicios Ambientales está siendo apoyado por un préstamo del Banco Mundial y una donación del GEF dentro del Proyecto Ecomercados. La Ciudad de Heredia ha establecido una tarifa de agua con ajuste ambiental; estos ingresos se utilizan para pagar a los dueños de tierras para que mantengan y reforesten las áreas de las cuencas hidrográficas. En una iniciativa diferente, la planta hidroeléctrica La Manguera S.A. le está pagando a la Liga Conservacionista de Monteverde para que mantenga la cobertura boscosa de la cuenca hidrográfica de la cual la planta obtiene su agua.

– En Colombia, los grupos que utilizan irrigación y las municipalidades en el Valle del Cauca están pagando para conservar las cuencas hidrográficas que les proveen de agua.
– En el 2003, México creó el programa de Pago por Servicios Ambientales Hidrológicos (PSAH), el cual paga por la conservación de bosques en cuencas hidrográficas críticas utilizando los ingresos del cobro por agua.
– En Ecuador, la ciudad de Quito ha creado un ‘Fondo de Agua’ con contribuciones del servicio público de agua y la compañía eléctrica para pagar por la conservación en las áreas protegidas de las cuales obtiene su agua.
Fuente: Pagiola, S. y otros, 2004

Recuadro 2
El proyecto ‘Páramo Andino’
La singular biodiversidad de los páramos andinos, su riqueza étnica y cultural, sus bienes y servicios ambientales –especialmente como reguladores hídricos y como abastecedores de agua– hacen de este un ecosistema estratégico. Por ello, durante más de tres años, el proyecto ‘Conservación de la Diversidad en los Páramos de los Andes del Norte y Centrales’, mejor conocido como Proyecto Páramo Andino (PPA), liderado por el Consorcio para el Desarrollo Sostenible de la Ecorregión Andina (CONDESAN), ha trabajado por su protección y por el mejoramiento de la calidad de vida de sus comunidades. Se trata de una iniciativa regional.

El PPA ejecuta acciones claves de manejo en 14 sitios pilotos a lo largo de los páramos de los Andes del Norte, en Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú, con el fin de que los páramos continúen proporcionando sus servicios ambientales característicos, al mismo tiempo que se mejora la calidad de vida de las comunidades locales que los habitan.

Esta iniciativa es financiada por el Global Environment Facility – GEF a través del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente – PNUMA, es liderada por el Consorcio para el Desarrollo Sostenible de la Ecorregión Andina – CONDESAN, y ejecutada por agencias nacionales. Estas son: el Instituto de Ciencias Ambientales y Ecológicas de la Universidad de los Andes (Venezuela), el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt (Colombia), la Fundación Ecociencia (Ecuador), y el Instituto de Montaña (Perú). Asimismo, el PPA cuenta con la asesoría técnica de la Universidad de Ámsterdam (Países Bajos) y la Universidad de Wisconsin (Estados Unidos de Norteamérica), y es implementada por numerosas organizaciones locales en cada uno de los cuatro países.
Fuente: CONDESAN http://www.condesan.org/ppa/

Recuadro 3
El Proyecto WAFLA
El Proyecto WAFLA (por sus siglas en inglés), financiado dentro del Sexto Programa Marco de Apoyo a la Investigación de la Unión Europea. Fue desarrollado durante casi tres años (de octubre 2006 a mayo 2009), con la participación de 22 instituciones –entre centros de investigación, universidades y otros– de América Latina (Costa Rica, México, Chile, Nicaragua, Argentina, Ecuador, Brasil, Perú, Bolivia, Paraguay, Venezuela y El Salvador) y Europa (Alemania, Francia, España, Holanda y Reino Unido).

Tuvo como objetivo general el coordinar las investigaciones, innovaciones tecnológicas y actividades de desarrollo sociales y políticas, creando sinergias para promover la adopción del Manejo Integral del Recurso Agua e implementar sistemas de agroforestería para proponer soluciones reales para combatir la degradación de tierras secas y aumentar el desarrollo rural en América Latina.

El propósito principal fue identificar estrategias de manejo y opciones políticas para la promoción de estructuras agroforestales adaptadas a la región, basadas en el manejo participativo de módulos de agroforestería con la participación de las comunidades locales. Dentro de los diferentes resultados obtenidos, este proyecto logró identificar y describir seis tipos de prácticas agroforestales reconocidas como exitosas en las zonas áridas, semiáridas y sub-húmedas secas de América Latina, a las que se puede acceder en el sitio web del Proyecto: (1) leñosas perennes con cultivos anuales; (2) leñosas perennes: árboles y arbustos dispersos con cultivos suculentos semiperennes; (3) leñosas perennes dispersas en potreros; (4) huertos caseros con leñosas perennes; (5) leñosas perennes (árboles y arbustos) en barreras vivas con cultivos; y (6) leñosas perennes en bancos forrajeros. Fuente: WAFLA. Sitio web http://www.wafla.com/ (consultado el 21 de setiembre de 2010) .

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