SMALL
CERRAR MODO LECTURA
COMPARTIR

En LEISA 21-3 (diciembre 2005) se publicó un artículo de Luís Gomero sobre HECOSAN, su finca familiar de cuatro hectáreas en las afueras de Lima, Perú, manejada ecológicamente gracias a la integración de la producción agrícola, ganadera y forestal-frutícola. Casi 10 años después de que dicha finca comenzara a producir, LEISA revista de agroecología habló con Luis para escuchar sobre el estado actual de esta finca .

La dieta de los cuyes es a base de alfalfa, pasto elefante (Pennisetum purpureum) y maíz morado / Foto: Archivo LEISA

¿Cuáles son las actividades principales en este momento?
– Seguimos con los cuyes, aunque ahora la parte agrícola es la más intensa. Se continúa con los frutales (palta y lúcuma) y el maíz morado, desde hace dos años venimos trabajando con fresas y desde el año pasado tenemos plantas aromáticas (albahaca y tomillo), pero como siempre hay parcelas con alfalfa. A nivel del cerco productivo, tenemos pasto elefante y tara. También seguimos manteniendo un núcleo de ovejas básicamente para la producción de estiércol, así como una vaca y un caballo.

¿Cómo se diferencia esto de las actividades que fueron descritas en el artículo? (¿Son otras las actividades? ¿Qué tipo de actividad demanda más trabajo? ¿Cuál demanda menos?)
– Se han realizado cambios, en especial en la parte agrícola, se ha introducido el cultivo de fresa y de plantas aromáticas. A nivel de la crianza, se han retirado las gallinas del sistema por razones sanitarias y se está iniciando la crianza de conejos.
La mayor atención ahora está concentrada en la producción de plantas aromáticas, le sigue la atención a los cuyes y luego a los frutales. El grado de atención depende mucho de la campaña agrícola; por ejemplo, en los meses de mayo a diciembre la mayor atención es para la fresa y las plantas aromáticas.

¿Qué dificultades se han presentado desde que se publicó el artículo, en diciembre de 2005?
– La mayor dificultad que se tiene –en especial en este ecosistema– es el mantenimiento de la fertilidad natural del suelo; en segundo lugar, tenemos la necesidad de mantener una población suficiente de animales para contar con suficiente cantidad de estiércol. Hemos mejorado nuestra producción de abonos propios a través de composteras y lombricultura, lo cual se complementa con el guano de isla; esto nos está ayudando a superar esta dificultad. Otra dificultad es el asunto sanitario en la crianza de los animales, en especial en la crianza de cuyes, con los que estamos en proceso de cambio del sistema de crianza de pozas a jaulas. Con las ovejas tenemos problemas de parásitos internos, las medicinas naturales no son tan efectivas, pero se están buscando alternativas preventivas. También tenemos dificultades con los vecinos por la excesiva fumigación que realizan, hemos tenido que hacer crecer por más tiempo el pasto elefante como barrera. Otra dificultad es que en el verano hay una mayor incidencia de plagas en las plantas aromáticas y esto limita la venta del producto al exterior (las plantas aromáticas se han sembrado para la exportación).

¿Puede decirse que el impacto o los resultados generales son ahora mejores? ¿O no? ¿Por qué?
– Ahora son mejores porque hay mayor diversificación: por un lado, una actividad se consolida; por otro, al iniciar una nueva actividad siempre hay algunas dificultades, el manejo de la finca es siempre dinámico y de permanente aprendizaje. Definitivamente los resultados son mejores, ahora los ingresos provienen no solo de los cuyes, sino también de los otros componentes.

¿Cuáles han sido las principales razones de este cambio?
– Básicamente hacer más intensiva la producción y mejorar los ingresos. Es importante indicar que desde el año pasado se cuenta con la certificación orgánica, por ello se ha tenido que hacer más inversiones e introducir nuevos cultivos para mejorar la productividad.

La finca mantiene un núcleo de ovejas para la producción de estiércol
Foto: Archivo LEISA

¿Puede decirse que esta experiencia ha sido copiada por otros agricultores de la zona?
– Esta experiencia también funciona como una escuela abierta, recibimos visitas frecuentes, se realizan cursos de capacitación, y los que han conocido la experiencia replican al menos algunos de los componentes del sistema. A nivel de los vecinos no ha sido posible, primero, porque la presión que tienen de producir hortalizas de forma convencional es muy intensa y no cambian de modo de producción fácilmente; segundo, porque generalmente la población no vive en su chacra y las actividades diversificadas requieren necesariamente vivir en la propia finca. Creo que la mayor dificultad para que este tipo de experiencias se repliquen tiene un origen social.

¿Hay difusión de la experiencia de Hecosan? ¿Se han diseminado los resultados?
– Se ha realizado la difusión a través de la realización de los cursos. Creo que la difusión a través de los participantes de los cursos ha sido buena y, a partir de allí, se han replicado algunas actividades del sistema productivo.

¿Puede decirse que hay un efecto en las autoridades locales, nacionales o en los que determinan las políticas (policy-makers)?
A ese nivel no se ha trabajado desde la experiencia de la finca, esta es básicamente una experiencia productiva y de capacitación en la propuesta agroecológica.

Y aquí unas interrogantes más puntuales que pueden ser de mucho interés para los lectores de LEISA que han emprendido actividades similares a las que realiza Hecosan.

¿Sigue siendo la alfalfa la base de la alimentación de los cuyes?
La alfalfa siempre será un componente importante en la alimentación de los cuyes y siempre hay un área designada para ello; además, es necesaria para la rotación de cultivos, pues normalmente la alfalfa permanece tres años en un área determinada, después es cambiada a otra área.

¿Ha sido el pasto elefante un buen sustituto de la alfalfa en tiempos de verano, o han tenido que incorporar otras especies forrajeras? ¿Cuáles?
El pasto elefante se complementa con la alfalfa, es cierto que en el verano tenemos una menor producción de alfalfa, pero esta también se complementa con la biomasa del maíz morado que se produce todo el año. La dieta de los cuyes ahora es a base de alfalfa, pasto elefante y maíz morado (la parte de la biomasa), también compramos grano de maíz morado de tercera para alimentar a los cuyes y, a veces, también utilizamos dentro de la dieta la cebada. Es importante indicar que en la crianza de cuyes es necesaria una ración de algún tipo de grano, esto ayuda mucho a la producción de carne.

¿Siguen siendo los cuyes el motor del sistema?
Siguen siendo importantes, pero ya no es el motor del sistema, ahora los cultivos de fresas y los frutales son también buenos generadores de ingresos.

¿Se ha incrementado su producción de cuyes? ¿Cómo va la comercialización y cuál es su precio actual en el mercado limeño?
La producción de cuyes se ha mantenido con altos y bajos, algunas veces bajamos la población por razones de disponibilidad de forraje, pero cuando tenemos suficiente se incrementa la población nuevamente. En promedio trabajamos con 2000 animales. Para comercialización no tenemos problemas, hay mercado
suficiente, ahora solemos venderlos beneficiados, eso genera un valor agregado, por ejemplo: el precio en chacra de un animal vivo que pesa 800 gramos es de 10 nuevos soles; en cambio, si este es beneficiado, se vende a 12 nuevos soles.

¿Han controlado los ectoparásitos en los cuyes, sobre todo en “los que permanecen en las pozas”? ¿Permanecen ahora más en jaulas que en pozas?
No es sencillo su manejo, se logra reducir la población de ectoparásitos con las aplicaciones de barbasco, pero no es suficiente; por ello, en los meses de mayor infestación se está optando por colocar a los animales en jaulas, pues con esta práctica reducimos la presencia de dichos ectoparásitos.

¿Cómo les ha ido con el control de los lepidópteros, pues es un problema para todos los horticultores de los valles costeros?
En el cultivo donde estamos teniendo lepidópteros (la albahaca) se está usando Bacilus thurigiensis, pero en el resto de cultivos no tenemos problemas.

Luis Gomero

Ediciones Anteriores

LEISA es una revista trimestral que busca difundir experiencias de agricultores familiares campesinos.
Por ello puedes revisar las ediciones anteriores.

Suscribete para recibir la versión digital y todas las comunicaciones que enviamos periodicamente con noticias y eventos

SUSCRIBIRSE AHORA