Como facilitadores y responsables del programa, nos dimos cuenta de que la mayoría de los participantes muestra dificultades en la fase del análisis. Incluso los que lograron completar dicha fase tenían problemas para comprender plenamente su finalidad, por lo que decidimos revisar la metodología. Fuimos paso a paso, deteniéndonos en aquellas etapas del proceso de sistematización que parecían menos comprensibles, y comenzamos a trabajar con ejemplos para que los participantes tengan una mejor imagen y se sientan más familiarizados con la metodología.
El segundo día, estuvo dedicado a responder preguntas concretas acerca de cada experiencia y se dio el tiempo necesario para que cada participante pudiera trabajar individualmente con los facilitadores que estaban disponibles durante el taller. Se trabajó cada fase de la sistematización, especialmente en relación con el análisis de las experiencias. Al final del día, los participantes tuvieron el borrador de una mejor sistematización, la cual seguirían trabajando en casa.
El trabajo más importante en esta reunión ha girado alrededor de dos asuntos cruciales para el desarrollo de la metodología en línea. En primer lugar, teníamos que saber qué hacer para mejorar la sistematización en línea y lograr convertirla en una herramienta mucho más amigable para el usuario, para que así, más personas o instituciones puedan animarse a completar el proceso. Surgieron muchas propuestas, algunas tienen que ver con la propia página y otras con el tipo de apoyo que debe darse a las personas que sistematizan sus experiencias. Por ejemplo, los participantes propusieron hacer una especie de contrato virtual que debería ser firmado entre el facilitador y la persona o institución que va a iniciar la sistematización. Este contrato virtual debería estar incluido en el plan de trabajo, junto con una programación provisional que permita establecer plazos para la sistematización. Otro punto importante fue el tema de comunicación, los sistematizadores deberían comunicarse con los facilitadores cada vez que actualicen o completen una sección, así como para preguntar sobre la metodología y el proceso, logrando que se establezca un flujo de intercambio de información con el facilitador. Finalmente, se sugirió formar grupos de sistematizadores en torno a temas comunes; esto sería útil para el intercambio de información y recepción de comentarios de otros miembros del grupo.
Por último, se fijaron fechas y plazos para la preparación de los proyectos finales destinados a la edición de un número especial de LEISA revista de agroecología dedicado a la sistematización de experiencias, lo que debe ocurrir entre los meses de julio y agosto de 2010.
Este taller ha sido una experiencia de aprendizaje muy importante para las personas que estamos involucradas en la creación y actualización de la herramienta de sistematización en línea. También, ha contribuido a través del diálogo personal a encontrar con mayor precisión cómo tenemos que fortalecer el papel del facilitador y la función de las herramientas de ayuda.
El Equipo de Sistematización de Experiencias LEISA revista de agroecología/ Asociación ETC Andes
www.etcandes.com.pe