“Provengo del municipio de Santiago de Chimaltenango y represento a la organización Comité de Unidad Campesina. Nosotros estamos viendo la producción de la agricultura en nuestro país y buscamos producir más para el consumo de la familia. Para eso usamos nuestros propios cultivos porque no llevan químicos y no es lo mismo que comprar de una empresa, son nuestros. Nos ocupamos, por ejemplo, de las tierras recuperadas por los pueblos indígenas, también vemos cómo cultivar la tierra –porque es importante enseñar cómo producir–, y hemos tenido experiencias de intercambio con otros países, como Brasil. Pienso que la agricultura sí es sostenible, porque estamos sembrando más que maíz, trigo, granos básicos; también, en algunos otros departamentos, se siembra zanahoria, tomate, papas, repollo, se producen abonos orgánicos, y todo eso es natural. También tenemos un eje de soberanía alimentaria y buscamos producir nuestros propios alimentos para que así no tengamos que consumir químicos. Es importante tener una soberanía alimentaria, alimentos propios y una vida digna.”
María Antonieta (México)
“Nuestro pueblo, los mazahua, es un pueblo que ancestralmente es agricultor. Nuestro alimento sagrado principal es el maíz, es la semilla ancestral. Siempre hemos preservado el maíz y el amaranto. Para nosotros la agricultura no solo es sostenible, sustentable, sino que es lo que nos ha hecho vivir por milenios. Allá, tenemos parcelas y medidas de terreno que solo se manejan en las comunidades. Tenemos tres sembríos básicos: el frijol, el haba y el maíz, aunque también crecen otras hierbitas que nosotros recogemos. Igual cultivamos calabaza, o criamos pollos. La soberanía alimentaria nosotros decimos que es un tema de debate, pero creemos que a veces el debate se convierte solo en eso, una cuestión de estar comentando; nosotros lo ejercemos.”
Anita Montalvo (Ecuador)
“Soy del pueblo indígena de Ecuarunari. En Ecuador laboramos más con abonos orgánicos, lo químico lo estamos abandonando porque ha hecho mucho daño a nuestra madre tierra. Por eso nosotros, como pueblos indígenas que somos, en nuestras comunidades estamos comunicando que debemos valorar lo nuestro, alimentar lo nuestro, y sembrar orgánico; así mismo, estamos abriendo mercados para poder vender directo al consumidor y para que no hayan personas que saquen nuestras semillas y las pasen a los químicos. No queremos en nuestro Ecuador las semillas transgénicas… Considero que la agricultura es muy sostenible porque vivimos en el campo, somos agricultores de campo, criamos animales, sacamos nuestras papas, nuestros maíces, quinua que hay en nuestro Ecuador, también cebada, cereales, lechuga, coles, habas, chocho (Lupinus mutabilis), todas esas cosas que la tierra nos da. Además, creemos en la soberanía alimentaria, queremos aumentar nuestra soberanía alimentaria para que nuestros hijos estén bien fortalecidos, para que tengan todo el cuerpo sano y no estén enfermos.”
Ángela Martín (Perú)
“Soy del pueblo ashaninka, de la región de Junín, y soy coordinadora de las mujeres indígenas amazónicas de dicha región. En el tema de la agricultura, nosotros siempre hemos sido conservadores de nuestros territorios, porque la mirada indígena es diferente que la mirada colonizadora: no pensamos en la agricultura como un medio para proveernos de dinero, sino en una agricultura más bien para nuestro propio consumo. Por eso, solamente sembramos para nuestro consumo la yuca, el plátano, el maní, el ajonjolí y un poco de cacao, por ejemplo, y así practicamos bastante el policultivo… Creo que la actividad agrícola es sostenible porque nosotros manejamos muchos y grandes terrenos que conservamos para nuestra vida, pues para nosotros la naturaleza es nuestra vida. También creo que es sostenible porque la amazonía, la naturaleza, es nuestro mercado, esa es nuestra forma de vida; y aunque aún no manejamos totalmente la idea de soberanía alimentaria –en la selva central no estamos del todo familiarizados con esa forma de trabajo–, ya estamos copiándola de otros hermanos indígenas, como los awajun y los shipibos, con quienes tenemos y hemos tenido capacitaciones y experiencias de intercambio.”
Gioconda Baca Vargas (Perú)
“Apurímac es una zona netamente minera. La mayoría de nosotros somos descendientes nativos puros de la zona y estamos obligados a vivir de la agricultura. Pertenecemos a la Federación de Campesinos del departamento de Apurímac y somos base de la Confederación Nacional de Comunidades del Perú Afectadas por la Minería (CONACAMI). Estamos construyendo una agenda que es para la mujer indígena y hemos trabajado en muchos aspectos económicos, sociales, y a nivel político, minería, agricultura. Considero que esta última sí puede sostener la vida de las familias campesinas, eso es ancestral. Desde nuestros antepasados nosotros vivimos de la agricultura, no necesitamos fideo, ese es uno de los defectos de las mineras, que nos imponen el comprar fideo, arroz, etcétera. Nosotros tenemos todo tipo de cereales, producimos según la zona y hacemos el intercambio. También somos zona ganadera desde tiempos pasados. Entonces, seguridad alimentaria, la tenemos, pero siempre y cuando estas leyes nos garanticen que sí puede ser así… Por ser Apurímac una zona caprichosa, muy contrastable, no podemos ser totalmente productivos; por ejemplo, no tenemos vías de comunicación completas y hay zonas inaccesibles. Esto hace que no seamos comunidades productivas más que para el autoconsumo y eso hace que este gobierno nos esté afectando mucho con las minas, con su contaminación, y con leyes –como la de recursos hídricos- que vulneran nuestros derechos como comunidades. Se puede hacer agricultura sostenible, pero necesitamos derogar leyes, más que nada pedimos una nueva constitución donde se respete realmente nuestros derechos como comunidades, una constitución plurinacional donde cada región genere sus leyes de acuerdo a su cultura, a su forma de vida, sus costumbres; solo así creo que podríamos hablar de agricultura sostenible y seguridad alimentaria.”
Carmen Álvarez (México)
“Soy de de la agrupación Mujeres Mayas y de la nación maya-quiché. En mi pueblo, la agricultura es un trabajo que estamos retomando porque se estaba perdiendo dramáticamente, sobre todo las semillas, y hemos visto que quienes han protegido las semillas ganan mucho. En nuestra generación se ha perdido un poco este sentido porque se ha valorado mucho la formación académica, la agronomía, y eso ha hecho mucho daño a los pueblos. Las reservas han sido desforestadas con monocultivos; entonces, hay un trabajo fuerte ahora que se centra en la agricultura y la soberanía alimentaria… En el tema de la soberanía alimentaria no estoy tan metida, sé lo que están haciendo que es fundamentalmente recuperar y cuidar las semillas de maíz y tratar de conservarlas, sembrar cosas para la familia, mantener muchos de los cultivos que hacen las mujeres. También están las mujeres que intentan con esfuerzo recuperar la sabiduría en la preparación de alimentos, porque mucho de eso se ha perdido. Una forma complementaria de la recuperación de la semilla y del cuidado de la biodiversidad es la recuperación de los platos y la información de los nutrientes de los alimentos ancestrales… Creo que la agricultura es sostenible para la familia, pero existe el problema de que la gente ha tenido esa idea de que la agricultura se puede convertir en un medio para obtener dinero. Además, con todo lo que está pasando con el calentamiento global hemos perdido muchas cosechas, porque han cambiado los patrones de lluvias y todo eso. Nosotros pensamos que si no recuperamos esto en un tiempo límite va a venir el hambre de verdad, porque se están acabando las semillas.”
Laureana (Bolivia)
“Mi nombre es Laureana, de Cochabamba, Bolivia. Nosotros somos agricultores y vivimos en el altiplano. Sembramos papa, sembramos granos, no hay mucha agua, aunque en el altiplano también hay valles y lagunas. Vivimos así, trabajando, porque nosotros como originarios siempre mantenemos nuestro idioma, nuestra cultura. Nuestros hijos están olvidando nuestra cultura un poco; por eso, yo quiero decir como madre: en cada país, no se olviden nuestros hijos, nuestras jovencitas, no se olviden que debemos mantener nuestra agricultura, nuestra cultura y nuestro idioma. En Bolivia, como originarios, tenemos que recuperar nuestros propios alimentos… Creo que la agricultura es sostenible para el autoconsumo, nosotros no entregamos a los mercados, de ahí comemos, guardamos para la semilla y para todo, para nuestros hijos, de eso vivimos, tenemos poco ganado, no hay muchos camélidos ni ovinos, no podemos hacer mucho, pero con eso vivimos; también hacemos nuestra cultura, tejemos, hilamos. Nosotros mantenemos los alimentos más naturales, no utilizamos químicos como en otras partes. Hoy en día tenemos que tener alimentos para mantener sanamente nuestro cuerpo, con abonos legítimos… Si bien todavía no trabajamos en el tema de la soberanía alimentaria, ya estamos comenzando…falta todavía. Más que nada estamos trabajando en el fortalecimiento, en los derechos de los pueblos indígenas; como mujeres, por ejemplo, ahora tenemos derecho en la constitución política del Estado, como mujeres hemos logrado eso.”