abril 2009, Volumen 25, Número 1
Diversidad de la agricultura

Preservando exitosamente la herencia nacional de Japón

KAZUMI YAMAOKA | Página 18-20
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La gente compara la grandeza y belleza de las terrazas arroceras en Japón con las pirámides de Egipto.

Las terrazas arroceras, sin embargo, están vivas con agricultores, cultivos, cosechas y rituales que pasan y evolucionan de generación en generación. No son solamente una atracción turística ni un dispositivo para producir arroz. Las terrazas arroceras hacen que las personas se sientan conscientes de su relación con sus antepasados, familias, colegas y con la naturaleza.Pero el cultivo de arroz en terrazas en Japón se ha visto amenazado. Su deterioro empezó a finales de los años 60. En ese momento había un excedente de arroz en Japón, que trajo como consecuencia una política de dejar de lado los arrozales. El costo relativamente alto de producción, asociado con las terrazas arroceras, causó que este tipo de cultivo fuera difícil. Como resultado, la siguiente generación de agricultores en terrazas se fue a las ciudades. Estudios realizados en 1993 y 2005 revelaron que el área bajo cultivo como terrazas arroceras había disminuido de 220 a 138 mil hectáreas durante ese periodo. En 2007, la edad promedio de los 3,12 millones de personas dedicadas a la agricultura en Japón era 64 años. ¡La edad promedio de las personas que trabajaban en las terrazas arroceras era todavía mayor!

Desde los años 60, el paisaje rural ha cambiado totalmente. Campos más grandes y cuadrados se han ido formando al juntar pequeños arrozales en las llanuras. Estas áreas más grandes pueden fácilmente ser equipadas con modernos canales y caminos para la maquinaria agrícola.

Por otro lado, las terrazas de arrozales han sido dejadas de lado en esta ola de desarrollo. Su menor productividad nunca ha mejorado. Sin embargo, el rápido cambio percibido en los paisajes rurales ha aumentado el valor de las terrazas arroceras como escenario único y ejemplos de atmósfera rural. En las áreas montañosas, las terrazas de arrozales forman bellas curvas, recordando sus tradiciones a los japoneses. Las terrazas arroceras también son lugares para la educación experimental sobre los alimentos, la vida y el medio ambiente. Su abandono es serio por sus funciones en cuanto al agua y la biodiversidad. Son “productos” que no están a la venta, pero que se consumen públicamente. En 2001, el Consejo de Ciencias de Japón estimó los valores anuales de la agricultura cultivable en el país en 3,49 mil millones de yenes (39 mil millones USD) como ayuda al daño causado por inundaciones y 2,37 mil millones de yenes (26 mil millones USD) por sus funciones relajantes y recreativas.

Apoyo de todas partes
En 1970 se planificó un proyecto de desarrollo para las terrazas arroceras Shiro-yone sen-mai-da, cerca a la ciudad de Wajima, en la península de Noto frente al Mar de Japón. Sin embargo, en lugar de ejecutar el proyecto, el gobierno local decidió pagar subsidios para apoyar a la agricultura en terrazas durante periodos prolongados. Las terrazas fueron declaradas como un lugar de belleza panorámica bajo la Ley de Protección de Propiedades Culturales en 2001. Se trata de un área de 1,81 hectáreas y con 1.004 arrozales. Las parcelas tienen un tamaño promedio de menos de 20 m2, lo que significa que todo el trabajo debe hacerse a mano. Los gobiernos locales aprecian el cultivo convencional de arroz y su belleza panorámica como un recurso importante para el turismo.

Terrazas arroceras en el paisaje japonés
Japón es un país que comprende más de 3.000 islas, con una población de 127 millones. Fue formado por cientos de volcanes, de los cuales 108 todavía están activos. Su topografía es empinada y el agua de la lluvia corre rápidamente hacia el mar por angostos ríos. Tradicionalmente, los japoneses comen arroz y productos del mar. A lo largo de la historia, han construido y desarrollado terrazas arroceras en el empinado paisaje volcánico. El azufre de la ceniza volcánica vuelve ácida la tierra, lo cual es dañino para muchos cultivos, pero con irrigación hace crecer bien el arroz.

El cultivo de arrozales comenzó en el continente –ahora China– hace unos 7.000 años, y fue introducido a Japón hace cerca de 2.500 años. Las terrazas arroceras se conocen como tanada en japonés. La palabra tanada se originó en un registro de tierras documentado en 1338. Surgió como resultado de investigar el área y el rendimiento de sus arrozales. Aun en la actualidad las terrazas arroceras son una característica natural única, una compleja mezcla de actividades humanas, la sociedad y el medio ambiente natural, y son consideradas como el hogar espiritual de las personas. El agua en los arrozales y los sistemas de irrigación y drenaje sirven como una red de humedales y de canales navegables que representan un medio ambiente natural hecho por el hombre con abundante flora y fauna. Aves tales como grullas, garzas y cigüeñas blancas se alimentan de insectos acuáticos, ranas y peces. Además, la red también recarga las aguas subterráneas, reduce los flujos más altos de las inundaciones, y proporciona áreas de recreo, todo ello importante para las ciudades río abajo.

El apoyo público para las terrazas arroceras se ha incrementado desde mediados de los años 90. Algunos pobladores urbanos han lanzado programas, tales como agricultura apoyada por la comunidad, con contratos anuales para arrendar terrazas arroceras. Las municipalidades, por ejemplo, establecieron el Consejo de Enlace de las Terrazas Arroceras Nacionales. Este Consejo organizó la 14a Reunión Cumbre Nacional de Terrazas Arroceras en 2008, cerca a la ciudad de Nagasaki. Más de 2.000 políticos, ciudadanos y agricultores asistieron a este evento, el cual fue cubierto por la prensa masiva. Al mismo tiempo, personas comprometidas organizaron una “Red de Tanada” que apoya la conservación de las terrazas arroceras. Las actividades incluyen la visita de escolares a las terrazas arroceras para aprender sobre agricultura en la práctica, el suministro de información a través de páginas web y boletines, y la promoción de programas de colaboración con empresas privadas y agricultores de las terrazas arroceras para desarrollar la opinión pública y los valores. En 1999, se estableció la “Asociación de Investigación en Terrazas Arroceras” para fomentar la investigación sobre ellas. Sus miembros tienen diferentes experiencias de vida y son investigadores y artistas, pero también funcionarios administrativos, agricultores, oficinistas, amas de casa, fotógrafos y jubilados. Organiza viajes de estudio nacionales e internacionales (como a Bali en Indonesia, Yunnan en China y Nanhe en Corea) y estudia las terrazas arroceras como es requerido.

Desarrollo de una política nacional y local
En 1992, el Ministro de Agricultura, Actividad Forestal y Pesca estableció por primera vez una política referida a la multifuncionalidad de la agricultura. En 1993, 1997 y 1998, aprobó proyectos de conservación del agua y el suelo, y para la recuperación de tierras arables abandonadas a las diferentes funciones de las terrazas arroceras. Fue en 1998 cuando por primera vez se mencionó la palabra tanada en el presupuesto nacional, y alrededor de 600 millones de dólares fueron otorgados para un proyecto que duraría tres años. Estos proyectos apoyaron a los agricultores para restaurar arrozales abandonados. Se introdujo también un sistema de tenencia de la tierra para ciudadanos que quieran disfrutar la practica de la agricultura, por ejemplo en la ciudad de Chikuma en la prefectura de Nagano.

En 1999 se promulgó una nueva “Ley Básica de Alimentación, Agricultura y Pueblo Rural”, con cuatro pilares: garantizar un suministro estable de alimentos, presentar los roles multifuncionales de la agricultura, establecer el desarrollo sostenible de la agricultura y promocionar los pueblos rurales. La antigua ley básica tenía como objetivo el reducir la diferencia de ingresos entre la agricultura y otras industrias; la nueva apunta hacia mejorar el nivel de vida de las personas y hacia un desarrollo sólido de la economía nacional. En 2000, el gobierno inauguró un “Sistema de Pago Directo a las Áreas Intermedias y Montañosas”. En este sistema, los agricultores llegan a un acuerdo comunitario y se dedican a acciones colectivas. Estas acciones pueden apuntar a prevenir el abandono de tierras cultivables, promover la agricultura multifuncional, o colaborar con colegios y alentar la acción comunitaria. En 2007, participaban de este sistema agricultores que cultivaban casi 700 mil hectáreas de tierra agrícola en más de mil municipalidades.

En 1999, el Ministro de Agricultura autorizó un proyecto titulado “Las mejores áreas de terrazas arroceras en Japón”, aprobando 134 áreas de terrazas como áreas de belleza panorámica y agricultura sostenible, multifuncional. Esto no involucró subsidios, sino que esas áreas fueron declaradas como locaciones valiosas para hacer turismo y lugares para producir arroz de buena calidad. Los pobladores se sintieron orgullosos de su pueblo, y establecieron muchas organizaciones para preservar las terrazas arroceras. En 1999, la Ley de Protección de Propiedades Culturales permitió nombrar a Obasute en la ciudad de Koshoku como primer lugar agrícola de belleza panorámica; luego siguieron otras áreas. La Agencia para Asuntos Culturales estableció un sistema para designar áreas para la preservación del paisaje cultural en 2004. Esto permitió que la Ley de Paisajes pudiera regular el uso de la tierra y las actividades económicas para preservar el paisaje en las terrazas arroceras con base en un acuerdo entre los habitantes locales y las municipalidades.

La supervivencia de las terrazas arroceras en Japón y otras regiones asiáticas impactadas por los vientos monzónicos permitirá a la gente probar las ventajas de una vida calmada y darse cuenta del valor de lo que han heredado de sus antepasados. Estos lugares pueden tener un papel menor en la economía de la sociedad moderna, pero cumplen uno cultural y natural que va más allá de los cereales que producen.

Kazumi Yamaoka
Departamento de Ingeniería Biológica y Ambiental, Escuela de Agricultura y Ciencias de la Vida, Universidad de Tokio, Japón.
Correo electrónico: ayamaoka@mail.ecc.u-tokyo.ac.jp

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