Los requisitos básicos para la sostenibilidad de un sistema agrícola son:
• agua y ciclos minerales saludables, aparte de los minerales perdidos en la producción, que se reponen incorporando roca en polvo al suelo;
• buen uso y captura de la energía, por ejemplo en la forma de materia orgánica del suelo; y
• una biodiversidad óptima.
Los suelos ricos en materia orgánica son la base para establecer los ciclos del agua y de los minerales. Los suelos en zonas templadas húmedas son excepcionales en cuanto a su capacidad para acumular materia orgánica a lo largo de los años. Hace cincuenta años, el libro de André Voisin “Productividad de los pastos” declaraba que el pastoreo controlado (ver recuadro) en pasturas permanentes es la herramienta más rápida que tienen los agricultores para la formación de materia orgánica en el suelo, por lo menos en climas templados. Por ello intentamos diseñar todo nuestro agroecosistema para que fuese mejor y se adaptara a los ecosistemas naturales de los rumiantes en pastoreo. Estos animales son los que ayudaron a crear las capas arables profundas, características de los suelos del medio oeste norteamericano.
En resumen, el diseño se basa en tres áreas cruciales:
1. el manejo de pastizales para una amplia variedad de forrajes productivos, palatables y perennes, mantenidos en estado vegetativo por medio del pastoreo controlado a lo largo de toda la temporada de crecimiento, para maximizar la producción de biomasa;
2. el almacenamiento de abono en un sistema de cama profunda bajo cubierta, que se refresca diariamente durante la temporada fría para maximizar la retención de nutrientes (es decir, para que el nitrógeno no se escape en forma de amoníaco) y la salud del ganado;
3. durante la temporada cálida, ‘compostar’ el contenido de la cama, para asegurar una proporción adecuada de carbono y nitrógeno y así maximizar la producción de materia orgánica y la estabilización y retención de nutrientes. Además, es también importante esparcir el compost durante la temporada cálida, para un óptimo y eficaz reciclaje de los nutrientes en el suelo.
Este diseño está funcionando bien en todas nuestras fincas y confirma la tesis de Voisin: en unos pocos años nuestra producción de forraje se triplicó, y la materia orgánica del suelo está aumentando poco a poco. El eslabón más débil en el ciclo de los minerales en nuestro clima lluvioso es la pérdida de nutrientes por infiltración.
Integrando árboles de raíces profundas al sistema
Nuestra solución fue diseñar un modelo para nuestra región: campos forrajeros que incorporen árboles y otras plantas de raíces profundas para mejorar la ruptura en el ciclo de los minerales (figura 1 ver en PDF). Los árboles pueden hacer que el sistema sea más productivo y saludable que cuando se tienen los bosques y pastizales por separado. Hemos visto estos sistemas en Cuba para la producción hortícola o de madera en pastizales rodeados por vallas de leguminosas vivas que se cortaban regularmente para utilizarse como forraje. Podemos tomar el ejemplo del modelo cubano, pero debemos adaptarlo al clima templado de nuestra región.
Árboles altos proporcionan sombra que varia a lo largo de los pastizales en el transcurso del dia. El ganado tiende a seguir la sombra, de manera que el abono y el desgaste están mejor repartidos alrededor del campo
Para restituir el ciclo de los minerales que se ha roto debido a la infiltración, buscamos maximizar la cantidad de árboles por acre, junto con forrajes perennes de raíces profundas tales como la achicoria (Cichorium intybus L.) que añadimos a la mezcla de especies de heno y pastos. Pero debíamos espaciar los árboles para complementar y mejorar la producción de heno y pastos, y no competir con ella. Así que existían objetivos en conflicto y debíamos encontrar un balance entre ellos. Elegimos las especies de árboles y su distribución espacial para lograr:
• Sombra alta. Para ampliar la sombra y de esta manera lograr una distribución pareja del ganado que pace en el campo y, por lo tanto, del estiércol, así como el desgaste de la cubierta vegetal. Durante el día, los árboles altos y delgados proporcionan una sombra de arco amplio que cubre gran parte del terreno. La sombra de árboles cortos y robustos cubre menos superficie durante el día.
• Sombra óptima. Para la retención de la humedad del suelo, el crecimiento del forraje y la diversidad de las especies de forraje. En los climas cálidos, para las especies forrajeras es beneficioso la cercanía entre plantas.
• Cosecha fácil del forraje con máquinas entre las filas de árboles. Para dimensionar el espacio, tomamos como referencia la máquina más ancha de las tres que utilizamos (segadora, henificadora/rastrillo y prensa de heno).
Al comienzo, debido a estos requisitos un tanto contradictorios, procedimos cautelosamente dejando un amplio espacio entre los árboles, para luego ir añadiendo más según lo que la experiencia demostraba como necesario. Comenzamos con una especie de árbol llamado “acacia de tres espinas” (Gleditsia triacanthos) debido a que sirve para múltiples funciones. Es una leguminosa arbórea que añade nitrógeno al suelo; es un tipo de forraje nutritivo y apetecible para cortar y llevar o para el ramoneo de animales grandes como nuestras mulas de trabajo; y su forma y hojas pequeñas proporcionan la luz y sombra alta que nuestro manejo de pastizales y ovejas necesita.
¿Qué es el pastoreo controlado?
Es un método de pastoreo repetitivo de los potreros (partes de un campo separados por una cerca) en un pastizal. Controla la densidad del ganado y el tiempo de su movimiento para maximizar la producción de forraje a lo largo de la temporada de crecimiento. Ello, a su vez, optimiza la producción de estiércol para la acumulación de materia orgánica en el suelo. Las plantas forrajeras durante su crecimiento experimentan impulsos frecuentes de crecimiento y extracción de biomasa, tanto sobre la superficie del terreno como bajo ella. Los aspectos clave son:
• El ganado entra al potrero antes de que el forraje deje su estado vegetativo y el crecimiento se haga más lento.
• El ganado deja el potrero mientras hay todavía un área suficiente con plantas forrajeras con hojas para que sea posible su rebrote.
• Las raíces de las plantas forrajeras, muertas por acción del pastoreo, añaden materia orgánica al suelo.
• El ganado regresa al mismo corral cuando las hojas y las raíces se hayan recobrado completamente y tengan el vigor y la capacidad para soportar otro pastoreo y recuperarse.
Más adelante planeamos añadir árboles que puedan producir alimentos tales como avellanas o castañas. Durante varios años hemos estado raleando un viejo huerto de manzanos y usándolo de pastizal para ovejas y caballos. Estamos intentando encontrar la distancia óptima entre árboles para lograr la mejor combinación de sol/sombra para el crecimiento de la pastura. Sentimos que todavía hay mucho que aprender sobre cómo los árboles, los animales que pastan y las praderas pueden ser manejados para que trabajen juntos en maximizar la productividad del todo, más allá de que cada uno de ellos sea manejado por separado. Las fincas que practican sistemas similares son todavía escasas en la región. El interés en los sistemas de bajos insumos va en aumento conforme estos se van volviendo demasiado caros, pero el apoyo en cuanto a políticas es todavía muy pobre.
Karl North
Northland Sheep Dairy 3501 Hoxie Gorge Rd, Marathon, Nueva York, Estados Unidos
Correo electrónico: northsheep@juno.com
http://www.geocities.com/northsheep/