septiembre 2007, Volumen 23, Número 2
Asegurando las semillas

Sembrando el futuro desde la base: la experiencia de la Red de Guardianes de Semillas

JAVIER CARRERA | Página 34-36
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La Red de Guardianes de Semillas (RGS), en Ecuador, es una organización de base, sin fines de lucro, dedicada a promover la conservación y el uso de semillas orgánicas de especies y variedades de plantas ancestrales de los Andes tropicales y la cultura que las sostiene. Se inició en noviembre de 2002, cuando un pequeño grupo de productores orgánicos y activistas ecológicos nos reunimos en el pueblo de Tumbaco, cerca de Quito, con la idea de discutir posibles estrategias para mejorar nuestro abastecimiento de semillas orgánicas de calidad y un acceso más amplio a variedades vegetales. En ese entonces se propuso contactar “al menos una docena” de personas con intereses similares en Ecuador.

En marzo del año siguiente la naciente red realizó su primer encuentro y una serie de conferencias en varias localidades del país. Esta experiencia sirvió para comprender que la conciencia del problema de acceso a las semillas y el interés por solucionarlo, eran mucho mayores de lo que habíamos imaginado. El tema empezaba a discutirse en instancias gubernamentales, al interior de las fundaciones que trabajaban en el campo y, sobre todo, entre los productores de orientación orgánica, preocupados por la desaparición de las variedades tradicionales y la dependencia de las costosas variedades comerciales. Pero nadie parecía saber cómo responder a esta problemática. Surgió entonces una disyuntiva para nosotros: ¿Debíamos institucionalizarnos y adquirir una dimensión burocrática para elaborar proyectos y poder competir por financiamientos, enfocándonos a dirigir procesos e incidir políticamente? ¿O debíamos continuar como una red informal, concentrando nuestros esfuerzos en facilitar procesos propios de la gente, conectando personas que comprendían la importancia del trabajo con semillas?

Escogimos la segunda opción porque estábamos convencidos de que el éxito del proceso de la Red de Guardianes de Semillas dependía de que ésta fuera auténticamente controlada por los mismos semilleristas, desde la base, de forma descentralizada y de un modo lo suficientemente flexible como para permitir frecuentes adaptaciones y cambios en el camino. En ese entonces había una posibilidad muy real de que una ley de semillas, por aprobarse en el Congreso ecuatoriano, pusiera nuestro trabajo fuera de la legalidad, por lo que un objetivo claro era constituir la red de manera que no tuviera una sola cabeza y subsistiera sin una coordinación centralizada. Pero sobre todo el trabajo con semillas en la red debía convertirse en parte de la vida cotidiana de sus miembros, rompiendo con el inmediatismo y la dependencia que generan los proyectos dirigidos. El V Encuentro de la RGS realizado en Julio de 2007, marcó un momento que sirve para evaluar varios aspectos de la red:

Socios
Existen al momento más de 300 socios en la RGS, y se entiende como tales a todos quienes intercambian semillas al interior de la red. No existen requerimientos burocráticos ni financieros para la inscripción, pues se busca que la circulación de la semilla sea lo más libre y fácil posible. Hay socios y socias que no manejan la escritura y otros que viven lejos de todo canal de comunicación; la estructura de la red debe tomarlos en cuenta. Todos los socios tienen contacto con algún Guardián de Semillas o están asociados a un Centro de Semillas. La calidad de la semilla se basa directamente en el contacto personal entre los productores, es decir en la confianza que da el conocerse mutuamente. Solamente puede fluir semilla orgánica no comercial dentro de la red.

Encuentro de semilleristas 2007 / Foto: archivos RGS

Los guardianes y las guardianas de semillas son socios “especiales” que han recibido este título por su gran conocimiento en semillas, pero sobre todo por su deseo de compartir su conocimiento y las semillas producidas. Aunque el nombre es nuevo, el concepto es viejo: al parecer esta figura existió en las comunidades andinas desde tiempos inmemoriales. En Bolivia se los conoce como irpiris y comparten con la figura moderna del guardián el no detentar poder político alguno, pero sí el ser respetados por la comunidad por su labor de cuidado de las semillas y por sus conocimientos. Aunque responda a una realidad organizativa o comunitaria, el guardián es independiente; sólo así puede asegurar que la población siempre tenga el acceso a su conocimiento y material. El concepto ha sido comprendido con mucha rapidez en todos los grupos sociales con los que la RGS ha iniciado actividades, por lo que creemos que forma parte de la “memoria cultural” de nuestros pueblos.

Hasta el momento se han inscrito en la red 46 guardianes y guardianas de semillas, pertenecientes a las provincias de Esmeraldas y Manabí en la costa; Imbabura, Pichincha, Tungurahua, Cotopaxi, Bolívar, Cañar y Azuay, en la sierra; Napo y Morona-Santiago, en la amazonia.

Centros de Semillas
También llamados muyu huasi (casa de la semilla), forman los nodos locales de la red y permiten la acción descentralizada. Actualmente funcionan 17 en el país, cada uno de ellos dedicado a varias actividades que impulsan el tema de las semillas y la sostenibilidad en sus zonas. Entre las acciones que realizan están:

• Recolección de semillas y saberes locales.
• Redistribución de este material a nivel local y nacional.
• Realización de eventos tales como festivales, ferias, cursos y talleres.
• Experimentación e investigación campesina con especies, materiales y técnicas en agroecología, construcción natural, energías sostenibles, nutrición, medicina integral, etc.

Algunos de los eventos realizados por los centros han generado procesos propios de alcance local y nacional. El Centro Río Caña, por ejemplo, organiza cada año el Festival de la Tradición Oral y la Semilla, evento emblema de la cultura campesina manabita, mientras que el Centro Ñucanchi Kawsay organizó este año el Primer Encuentro de Semillas Amazónicas, que tiene proyección internacional. Cada centro orienta sus actividades de acuerdo a lo que sus guardianes consideran importante y no como parte de un plan general que puede ser ajeno a su realidad. Esto da una gran diversidad a las actividades de la red. Trabajamos bajo el concepto de “grupos de interés”, dentro del cual los guardianes y los centros realizan actividades conjuntas de acuerdo a sus necesidades, planificando sobre la marcha.

Semillas preservadas
Esta metodología, si se la puede llamar así, ha dado un impresionante resultado en cuanto a agrobiodiversidad preservada. Un censo informal interno realizado a inicios de 2006 arrojó la cifra de 1.500 variedades vegetales sembradas y circulando dentro de la red; consideramos que este número es bajo en relación a lo que existe actualmente en los centros y en las fincas de los guardianes. Se incluye cualquier planta que los socios consideren importante: alimenticias, medicinales, de uso artesanal, de importancia ecológica o cultural, dándose prioridad a las plantas nativas (el Ecuador es un importante centro de origen y agrobiodiversidad), pero sin descuidar las especies que llegaron después de la Conquista y hoy forman parte de nuestra cotidianidad. Junto con las plantas se preserva el conocimiento sobre ellas y la cultura que las sostiene y da sentido.

Hasta ahora, la falta de catalogación de este material ha sido una dificultad. Al respecto, la Asamblea General reunida durante el último encuentro decidió iniciar un proceso de largo plazo de catalogación del material existente, empezando con una lista básica numerada, pero con el objetivo de llegar a la publicación digital y física del material reunido, incluyendo el conocimiento asociado. La filosofía detrás de la decisión de publicar es que consideramos que el conocimiento, al igual que la semilla, debe estar repartido entre la mayor cantidad de personas posible. El secretismo no frenará la biopiratería. No estamos de acuerdo con las patentes. La única solución democrática es que la información genética y cultural –la semilla y el conocimiento– circule libremente.

La semilla es la base para construir un futuro sostenible para la humanidad. Sin ella no podemos hablar de soberanía alimentaria o de producción sostenible. Para lograr ese futuro, la semilla debe estar bajo el control de la población y dentro de un contexto cultural y ecológico. No encerrada en laboratorios inaccesibles, lejos de su suelo y de su gente; y menos aún; en manos de un puñado de corporaciones interesadas únicamente en el beneficio económico. La semilla, sin la cultura que la sostiene, no es más que un grano vacío.

Cabe indicar que no es un objetivo de la red generar bancos de germoplasma. Creemos que el único banco válido es el suelo; las plantas deben estar sembradas. Y lo que asegura la supervivencia y el aumento de una variedad es su circulación. Por ello, nuestros lugares de acopio son centros de redistribución, donde se procura que la semilla no se guarde por más de un año o dos. Aunque vendemos semilla a nivel informal, el mayor porcentaje se intercambia o se dona.

Revista Allpa
La red tiene un equipo de coordinación, en el valle de Tumbaco, que facilita la ejecución de las acciones decididas en consenso por la Asamblea General de la red, formada por los guardianes y las guardianas de semillas. Entre sus actividades destaca la publicación trimestral de la revista Allpa de agroecología, semillas y sostenibilidad. Allpa está planteada como un foro abierto para el intercambio de información sobre experiencias y métodos que permitan la construcción de una sociedad sostenible desde la base. Su orientación es eminentemente práctica. La idea es presentar ejemplos prácticos, sencillos, que pueden replicarse en casa, en las comunidades. Se tratan temas como cultivos, métodos agroecológicos, tecnologías apropiadas, nutrición, medicina natural, pequeñas industrias y experiencias de vida de promotores de la sostenibilidad. Además de Allpa hay otras publicaciones en preparación: cartillas didácticas sobre semillas y sostenibilidad, el catálogo de semillas y varios textos sobre técnicas de agroecología y sostenibilidad.

Financiamiento
La búsqueda de financiamiento ha sido una de nuestras mayores debilidades. Hemos logrado resultados importantes con un presupuesto promedio de 10.000 USD por año, pero muchas actividades no han podido realizarse por falta de fondos, en especial ahora que los centros de semillas han adquirido madurez y generan proyectos propios de largo plazo. Sin embargo, el prestigio que la red ha ido ganando nos permite vislumbrar un futuro donde el acceso a los recursos sea más directo y sencillo, debido justamente a que los guardianes tienen resultados concretos para mostrar.

Poco a poco, la RGS se orienta al autofinanciamiento, mediante proyectos microempresariales, pero es un camino que recién empezamos a recorrer (el primero de estos proyectos arrancará en octubre de este año). La gestión de voluntarios extranjeros, cursos y talleres es una opción que funciona ya para varios centros. La RGS ha dictado más de 300 cursos, talleres y conferencias en Ecuador y el extranjero, lo que ha representado un apoyo para algunos guardianes y centros. El financiamiento directo a través de donaciones es una opción que va adquiriendo fuerza, pero no descartamos el trabajo en el marco de proyectos de otras organizaciones. Actualmente, tenemos varias alianzas funcionando.

Conclusiones
La RGS es un ejemplo de lo que la gente común, autoorganizada y siguiendo un sueño, puede llegar a hacer. Hemos usado las semillas como motivo para encontrar y conectar innovadores locales. Hoy, junto con ellas, intercambiamos experiencias de vida, semillas de ideas y prácticas que pueden ayudarnos a construir un futuro sostenible.

Pensamos que lo más innovador en nuestro trabajo es el haber “tomado el riesgo” de sacar de la ecuación a los expertos y a la planificación burocrática, y dedicarnos simplemente a facilitar procesos que los activistas locales quieren realizar, a su ritmo y a su modo. La responsabilidad es asumida como algo propio, no como algo impuesto, y esto eleva la calidad humana de la labor.

Todos los participantes en la red son productores de semillas y activistas en algun sentido. Por lo general, el guardián o la guardiana representa a su familia, y es la familia la que está construyendo una realidad sostenible que sirve de ejemplo local. La actividad de la RGS está al alcance de todos quienes habitamos este planeta, sólo debemos despertar, abrir los ojos y poner las manos en la tierra, asumiendo responsabilidad por nuestro espacio y nuestra gente. Somos semillas.

Javier Carrera

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