diciembre 2006, Volumen 22, Número 3
Investigación participativa y desarrollo

De campesino a campesino en el norte de Mozambique

FÉLIX ZENÉN MARTÍNEZ MENDOZA Y NICO BAKKER | Página 9-11
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En Mozambique el sector rural constituye aproximadamente el 80 por ciento de la población. Son esencialmente los campesinos los que obtienen los productos básicos como maíz, mandioca, frijol, maní, bananas y hortalizas en pequeñas parcelas de cultivo y pastoreo llamadas machambas.

El sector rural está avanzando paso a paso hacia una organización en cooperativas y asociaciones que ya alcanzan todas las provincias del país y donde la principal representación es la Unión Nacional de Cooperativas (UNAC). A la UNAC se integran organizaciones provinciales que adoptan diferentes denominaciones pero que coinciden con su política y propuesta.

La UNAC y las organizaciones provinciales, de manera general, han tenido experiencia en la aplicación de metodologías que llaman “participativas” para el extensionismo rural. La mayoría de ellas han constituido ejemplos de transferencia de tecnologías y de modelos que poco tienen que ver con la realidad y la cultura campesinas. Con el propósito de mejorar la seguridad alimentaria se capacitaba a los campesinos en técnicas agrícolas que muchas veces los llevaban a depender de los técnicos agrícolas o extensionistas, los cuales basaban su asistencia en el uso de los llamados “paquetes tecnológicos” (técnicas que involucran un alto contenido de insumos externos, principalmente agroquímicos).

La organización busca un camino
Nampula es una de las provincias del norte del país, habitada principalmente por los macuas, un pueblo de tradición campesina. Aquí la organización lleva el nombre específico de Unión General de Cooperativas Agrícolas de Nampula (UGCAN). Cuenta con 12 zonas de cooperativas formadas, a su vez, por más de 60 organizaciones de base que agrupan aproximadamente a 2.600 miembros y sus familias.

Las mujeres de la Cooperativa Unidad de Mozambique han iniciado un dinámico proceso a favor de la conservación de los suelos
Foto: autores

La agricultura que practican es generalmente de roza, tumba y quema, en parcelas mantenidas por el trabajo familiar mediante el uso de herramientas manuales como la azada de cabo corto y el machete, sin uso de tracción animal. Estos y otros factores hacen que raras veces puedan cultivar más de una hectárea o hectárea y media de terreno (Martínez y Bakker, 2006).

En 2001 comienzan los esfuerzos de la UNAC, en cooperación con Oxfam Solidaridad Bélgica, por desarrollar en Nampula un proceso sostenible de producción agrícola con la participación de los campesinos. En ese mismo año, en el marco de un programa de capacitación en agricultura sostenible ofrecido por miembros del Movimiento de los Sin Tierra (MST), se creó un grupo llamado “campesinos de contacto”, cuya función era experimentar las prácticas en sus machambas para divulgarlas a los demás miembros sobre la base del ejemplo y los resultados. Este grupo estaba formado por un hombre y una mujer elegidos en cada una de las zonas de las cooperativas. Luego de un tiempo en esta experiencia, la organización consideró que el impacto no había sido significativo, por lo que se propuso encontrar otros enfoques metodológicos que permitieran el desarrollo de un modelo de producción participativo y sostenible.

En 2005, un encuentro de Vía Campesina en Maputo facilitó la vinculación de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) de Cuba con la UNAC y la UGCAN, las cuales, con el apoyo de Oxfam Solidaridad Bélgica, iniciaron los intercambios de experiencias y las acciones para el fomento de un movimiento Campesino a Campesino (CaC) en Nampula.

A principios de 2006 comienza el programa para la implementación de la metodología CaC en las diferentes zonas de cooperativas que tiene la provincia. Un elemento de partida fue involucrar al grupo de campesinos de contacto. Metodológicamente, se comenzó con el cambio de funciones de los campesinos de contacto dentro del programa CaC, reorientándolas para la facilitación y no para la asistencia técnica. Las primeras actividades realizadas estuvieron relacionadas con la valoración de los conocimientos locales y las prácticas tradicionales sistematizadas por muchas generaciones de campesinos.

La realización de diagnósticos rápidos participativos en las machambas de algunos miembros de las cooperativas y de vecinos motivados por el trabajo, que comenzaba de acuerdo a los principios metodológicos de “empezar despacio y en pequeño, y limitar la introducción de tecnologías” (Sánchez et al., 2003), dio inicio a un proceso CaC, que hoy se encuentra en la segunda fase de la metodología en varias zonas. Así, donde se desarrolla el programa CaC, se realizan ensayos en pequeña escala a partir de los intercambios de experiencias agroecológicas entre los miembros de las mismas cooperativas y de otras zonas más distantes.

Una conclusión importante: ya había camino
El proceso CaC en la provincia de Nampula no se inició a partir de la creación y promoción de experiencias nuevas. El trabajo de identificación de experiencias en las comunidades destaca que muchas de las prácticas y conocimientos de los campesinos tienen valor técnico y cultural importantes, como es por ejemplo, el policultivo de una gran diversidad de especies en la misma parcela, que combinadas de cierta de manera permiten que durante todo el año sea posible obtener productos para el consumo familiar (Robin, 2005).

Aunque por la práctica anterior (alta diversidad de especies) la incidencia de plagas no es muy elevada, los campesinos también utilizan preparados de fabricación local que son efectivos repelentes de los insectos que afectan los cultivos. También los métodos tradicionales de conservación de semillas que utilizan recursos locales como, por ejemplo, los silos hechos de cortezas de ciertos árboles y barro, constituyen experiencias interesantes y muy arraigadas en la cultura agrícola de los campesinos.

De esta manera, no se puede hablar de la creación de un camino nuevo en Nampula; los campesinos tenían caminos recorridos y experiencias obtenidas. El programa CaC sólo ha generado un proceso educativo y formativo que parte de la participación y la promoción de prácticas agroecológicas reconocidas y elegidas por los propios campesinos como exitosas para la solución de sus problemas agroproductivos.

Entrecruzar y alargar caminos
Según las condiciones locales, las experiencias iniciadas con pocos campesinos ya se están replicando en un mayor número de familias. El principio metodológico de aplicar ciertas técnicas simples, que permite identificar logros fácil y rápidamente, ha tenido mayor aceptación con las prácticas de manejo integrado de plagas y de conservación de suelos, específicamente las de uso de barreras a partir de los restos de la roza, que antes eran quemados porque dificultaban la siembra y que ahora se utilizan como obstáculos para frenar la erosión que tanto amenaza y daña estos suelos.

Los repelentes de plagas preparados con recursos locales son muy efectivos
Foto: autores

Con el CaC se ha logrado movilizar activamente a muchos miembros de las cooperativas alrededor de la solución de problemas agroecológicos determinados en los diagnósticos que se realizan en las machambas por la propia familia, el facilitador o facilitadora y algunos vecinos. La solución de situaciones tecnológicas ha dejado abierto un espacio para que los campesinos compartan entre sí los conocimientos dados por la práctica y los pequeños ensayos. La cooperación y la solidaridad se transforman en la base de una promoción participativa y sostenible que comienza a dejar ver los primeros frutos en la vida y funcionamiento de las cooperativas y asociaciones.

La participación de la mujer constituye uno de los enfoques más importantes del CaC. En Mozambique, la mujer es la principal trabajadora de la machamba y responsable de la mayoría de los trabajos que allí se realizan. El programa CaC está consiguiendo la promoción de las campesinas a través del desempeño de nuevos papeles dentro de la comunidad, ya sea como facilitadoras del movimiento o como participantes del CaC, que comienzan a ensayar en sus propias parcelas y a difundir sus resultados entre los vecinos. Para favorecer la participación de las mujeres, los talleres son desarrollados en la lengua local (macua) debido a que, generalmente, las mujeres no dominan el portugués como los hombres; esto facilita la comunicación entre las participantes. Existen zonas de cooperativas como la Unidad de Mozambique, donde las mujeres han dinamizado un proceso muy importante a favor de la conservación del suelo y de lucha contra las quemas logrando, a través de la realización de prácticas en talleres, demostrar cómo esta actividad es negativa para el suelo y la vida del mismo.

Principales prácticas agroecológicas que se promueven en Nampula
• Uso de repelentes de plagas
• Barreras muertas para el combate de la erosión
• Policultivos
• Uso de estiércol bovino y caprino para abonar el suelo
• Coberturas muertas
• Compost de restos de cosecha
• Abonos líquidos orgánicos

También la UNAC está invitando a cooperativistas de otras provincias para que participen en los talleres metodológicos y técnicos que se realizan en Nampula, así se está logrando intercambiar experiencias y desarrollar la capacidad de adaptar nuevos conocimientos a las condiciones locales. Los encuentros y talleres parten de las experiencias que los asistentes tienen y se enriquecen con los análisis colectivos y las ejecuciones prácticas. Metodológicamente, los facilitadores y facilitadoras comienzan a identificarse con su papel de movilizadores dentro de las cooperativas, acompañando y no indicando las soluciones a quienes hoy forman parte del movimiento CaC.

Consideraciones
El proceso CaC que se desarrolla en Nampula está en su primer año de experiencia y aunque se están dando los pasos iniciales en la promoción participativa de prácticas agroecológicas, existen resultados que se adaptan a las condiciones locales. Al mismo tiempo, ya hay campesinas y campesinos que destacan como facilitadores, mientras que algunos participantes muestran condiciones para desenvolverse como promotores, aspecto que debe favorecerse con el propio desarrollo metodológico del programa.

En el programa CaC el apoyo de la organización juega un papel básico en todo momento. Asumir la metodología como un proceso propio, que supera la promoción de prácticas agroecológicas y que forma parte de una concepción de trabajo será determinante para su sostenibilidad.

La UNAC y la UGCAN consideran que los modelos de desarrollo que las grandes empresas y algunas organizaciones extranjeras presentan a los campesinos contribuyen al desarrollo de una mentalidad de dependencia en el sector, por lo que acogió el camino de CaC como una propuesta, que igual a lo que sucede en otros países, conduce a la sostenibilidad y soberanía alimentaria, a la par que contribuye a fortalecer la propia dinámica y funcionamiento de la organización y el desarrollo social de sus participantes al transformar el andar en un andar propio.

Félix Zenén Martínez Mendoza y Nico Bakker

Félix Zenén Martínez Mendoza
Grupo Asesor Metodológico Nacional (ANAP, Cuba)
Correo electrónico: zenen3016@gmail.com

Nico Bakker
Oxfam Bélgica
Correo electrónico: nico.b@antenna.nl

Referencias
– Martínez, F. Z. y N. Bakker, 2006. Memorias de la etapa de acercamiento a las zonas agrícolas (cooperativas y asociaciones) de Nampula. UGCAN-Oxfam Bélgica.
– Robin, G., 2005. Diagnostic agraire du distrit de Mecuburi, Nord Mozambique. Memoire de fin d’estudes. Institut National Agronomique Paris-Grignon.

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