septiembre 2006, Volumen 22, Número 2
Agricultura en transición

Fincas integrales y el proceso de transición en Costa Rica: 18 casos

HERNANDO CÁRDENAS BECERRA | Página 5-8
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En Costa Rica, la agricultura sigue reproduciendo los modelos de producción característicos de la Revolución Verde, como son el monocultivo, el uso de semillas híbridas o mejoradas y, principalmente, agroquímicos de diversa índole como fertilizantes, insecticidas, funguicidas y herbicidas sintéticos (18 kilogramos de ingredientes activos por hectárea cultivada al año, según lo citado en Proyecto Estado de la Nación en Desarrollo Humano Sostenible, 2002).

Por esta y otras razones la agricultura orgánica sigue siendo una alternativa por la que optan muchas familias en el agro costarricense, no sólo por la conciencia asumida para producir limpiamente (para lograr beneficios ambientales y familiares) sino también porque implica, en muchos casos, una mejor rentabilidad económica al disminuir costos o generar productos con mayor valor agregado.

Las fincas cafetaleras se encuentran ampliamente distribuidas en el país, desde los 600 a los 1.500 metros sobre el nivel del mar. Tradicionalmente han sido plantaciones con características de monocultivo, en donde existe café y nada más, a pleno sol, principalmente a nivel de mediano y gran productor. A nivel de pequeño productor (menos de cinco hectáreas) han sido tradicionales las fincas con sombra, dada por especies forestales maderables, leguminosas (Inga sp., Erythrina sp.), y frutales (naranjas, bananos, especies locales), por esto se genera un agroecosistema diverso en el cual también se observa cierta vida animal silvestre, principalmente aves. La fincas con hortalizas se encuentran en áreas geográficas sobre los mil metros sobre el nivel del mar. Las hortalizas por lo general han sido cultivadas con paquetes tecnológicos convencionales y de manera intensiva. Los suelos se sobreexplotan y son susceptibles a la erosión pues las zonas hortícolas están en terrenos de topografía quebrada. Las plantas ornamentales y las flores se producen a cielo abierto o en invernaderos.

Las fincas diversificadas tienen una distribución más amplia e integran diversos cultivos. En muchas de éstas se procura proteger los cauces de aguas manteniendo áreas boscosas, lo cual permite la existencia de una gran diversidad de plantas y animales, silvestres y en producción.

Los productores de AUPA y su programa de agricultura orgánica (1998-2003)
AUPA es una ONG costarricense que desde su programa de agricultura orgánica ha apoyado y fomentado en Costa Rica el desarrollo de la agricultura orgánica y más que eso: el modelo de la finca integral, que ciertamente ha demostrado validez para las condiciones de la pequeña agricultura costarricense.

El programa se desarrolla mediante una estrategia de capacitación de agricultores –hombres y mujeres– en los temas de producción orgánica. La capacitación se imparte a través de un equipo conformado por técnicos y agricultores, quienes van a las comunidades y dan cursos de agricultura orgánica bajo la modalidad de aprender-haciendo. La capacitación no termina en los cursos, sino más bien se convierte en un proceso continuo, ya que en cada comunidad se implementa un sistema de seguimiento con la participación activa de los agricultores promotores, quienes le llevan el pulso a los cambios que se pretenden dar. Por otro lado quienes se han formado con el programa de capacitación se sienten partícipes del mismo y ayudan a convocar a otros productores.

Con el ánimo de conocer más el impacto de la acción de AUPA, en 2002 se hizo una sistematización de las fincas en transición e integrales. Luego, después de transcurrido un año, se realizó el presente estudio con el fin de tener un instrumento que permita reflexionar sobre lo acontecido en los sistemas de producción, los aciertos y limitaciones habidos en el proceso.

La investigación se hizo con una muestra de 18 fincas en transición e integrales, que también fueron sujeto de estudio en 2002 y que pertenecen a los beneficiarios del programa de agricultura orgánica de AUPA.

Los sistemas de producción orgánicos en el transcurso de un año: 2002 a 2003
En el estudio previo (Cárdenas, 2002) se establecieron cuatro tipos de sistemas de producción agropecuarios, diferenciados claramente por el cultivo o actividad, destino de la producción, vinculación al mercado y otros aspectos. Estos son:

• tipo 1: familias productoras de café como generador de ingresos monetarios y de otros cultivos para autoconsumo y venta;
• tipo 2: familias productoras de hortalizas para la venta y otros cultivos para autoconsumo;
• tipo 3: familias productoras de plantas ornamentales y flores como generadoras de ingresos monetarios, y cultivos para autoconsumo, y
• tipo 4: familias productoras de cultivos diversos orientados al mercado y para autoconsumo (café, hortalizas, granos básicos, ganado,

Figura 1. Respuestas a la pregunta de si ha habido cambios de 2002 a 2003

Este estudio demuestra que, a grandes rasgos, la tipología se mantiene. Sin embargo en el sector agropecuario hay una dinámica constante en las fincas, lo cual lleva a la pregunta: ¿Ha habido cambios en la producción orgánica al transcurrir un año? o más bien ¿han de esperarse cambios en el transcurso de un año? La explicación a ambas se da con el análisis de los casos estudiados (18 fincas) y dos respuestas son pertinentes o válidas:

1. no ha habido cambios
2. sí hay cambios: hacia delante y hacia atrás

Antes de entrar en el detalle de cada una, consideremos la figura 1, esquematiza el razonamiento para cada respuesta, y en adelante podrá ser una guía para el análisis.

Fincas sin cambios
Fincas con procesos lentos
Para el primer caso, cuando no hay cambios se tienen dos situaciones, una es que en un año los procesos no avanzan a una velocidad que dejen ver diferencias, es decir hay una dinámica de cambio pero muy lenta, característica de las fincas del tipo 1, las cuales tienen cultivos perennes como café o frutales.

Fincas estables
La otra situación es que en 2002 los sistemas de producción han llegado a un nivel de estabilidad esperado de manera que el 2003 resulta similar. Aquí nos encontramos en un punto de consolidación de la agricultura orgánica, pero cuidado, no debe pensarse que es un estado final o “punto de llegada”, sino más bien un estadio en el que se cumple con los objetivos de producir limpiamente (en lo humano y lo ambiental), satisfacer el autoconsumo y generar ingresos económicos. Por principio, el “punto de llegada” no se alcanza pues la filosofía de la agricultura orgánica denota un proceso continuo de cambios.

Figura 2. Uso de insumos orgánicos en las fincas estudiadas

Viendo las fincas que cumplen con esta particularidad de “estabilidad / no cambios” tenemos que en el aspecto de la producción se continúa con la combinación de prácticas e insumos orgánicos. Hay control manual de malezas, rotación de cultivos, manejo de sombra (en café) y recuperación de la fertilidad natural del suelo, dejando terrenos en descanso por varios ciclos o años. En cuanto a los insumos orgánicos, se mantiene la diversidad de productos usados, en donde los abonos sólidos siguen estando en primer lugar, seguidos de los foliares líquidos y demás preparados (figura 2).

En el aspecto económico, analizando el caso de los productores del tipo 1, el ingreso del cafetal se incrementa con los productos asociados al café que se comercializan; por ejemplo, las naranjas en Acosta. Esta producción es naturalmente orgánica, lo cual es una fortaleza pensando en que logra diferenciarse de las demás producciones que hay en el mercado nacional. El cafetal genera además un ingreso económico, producto de la transformación del grano en la finca. Esta ganancia está maximizada por el valor agregado que significa el microbeneficio del grano de café hasta lo que se conoce como “café en pergamino”.

Sobre el tamaño de las fincas
El estudio nos muestra que el tamaño de las fincas tiene que ver con la estabilidad de los sistemas de producción. En el caso del café, en las fincas pequeñas hay una relación inversa entre la producción de café y la biodiversidad dentro del cafetal, particularmente con los productores del tipo 4. Esto equivale a que, mientras mayor sea la diversidad y cantidad de especies forestales (sombra) existentes en la finca pequeña, la producción de café será menor y por consiguiente el ingreso económico derivado del grano también será menor. Sin embargo, esta diversidad hace que el café sea más “autónomo”, es decir menos dependiente de la atención del productor y su familia, de manera que la mano de obra se puede dedicar a otras actividades como el cultivo de granos básicos, cría de animales menores, etc. La posibilidad de incrementar los ingresos con otras actividades permite que haya una compensación por el menor ingreso que genera el café en las pequeñas fincas.

En las fincas grandes se da una relación inversa entre una mayor área de la finca y la menor necesidad de usar insumos orgánicos (mientras más grande, menos necesidad). Las fincas de más de 20 hectáreas permiten el establecimiento de sistemas de cultivos rotativos, donde la tierra, tras algunas sucesiones, queda en descanso por lo menos dos años, al término de los cuales se ha establecido un tacotal (matorral espeso) cuya vegetación y materia orgánica le han devuelto la fertilidad al suelo. Por ejemplo, una sucesión puede ser la siguiente: un ciclo de maíz, un ciclo de frijol, un ciclo de arroz, tres años de tacotal/descanso y luego se reinicia el cultivo con un ciclo de maíz.

Fincas con cambios
Cambios hacia adelante. Prácticas e insumos
A veces la poca disponibilidad de ingredientes en las fincas (boñiga, gallinaza, semolina, etc.) limita la preparación de abonos sólidos (bocashi por ejemplo). Es entonces que adquieren importancia los abonos foliares o bien los abonos sólidos fermentados, y los composteados tradicionales experimentan cambios en su elaboración.

También se han dado otros cambios como la suspensión del uso de algún tipo de insumo. Por ejemplo, en algunas fincas se dejó de usar bocashi porque su elaboración demanda mucho tiempo (en comparación con los demás abonos orgánicos) o al no disponer de frutas no se usaron en la preparación de abonos foliares. ¿Dónde está lo positivo de esto? En el hecho de que en estas fincas, cuando se suprimen ciertos insumos, hay la capacidad de sustituirlos por otros, o bien, es posible prescindir de ellos, porque el suelo se encuentra rico en materia orgánica, nutrientes y muy bien balanceado (pH, estructura, textura). Por el lado de las materias primas también se han dado cambios, como en el caso de la sustitución de la granza (paja gruesa) por aserrín; de la miel de purga (melaza) por el mucílago de café (al despulparse en finca), reflejándose así la capacidad y el espíritu de experimentar que demuestran tener los agricultores orgánicos, lo cual es también producto del intercambio –formal e informal– de información entre productores a través de la experiencia de trabajo conjunto.

Otras variantes tienen que ver con la preparación misma de los insumos orgánicos. Los productores no se conforman con las “recetas” aprendidas, sino que a través de la experimentación, la prueba y el error, consiguen modificar la preparación de distintos insumos orgánicos y obtener mejores resultados. En los cuadros 1 y 2 se ejemplifica lo dicho.

Certificación
En el año 2003, siete fincas de las diagnosticadas en el 2002 fueron certificadas como orgánicas por Ecológica, una agencia de certificación costarricense. Para obtener la certificación han debido esperar al menos tres años sin usar ningún tipo de agroquímico. Pudieron haber sido más, pero en algunos casos los productores no lograron resolver aspectos de procedimiento para solicitar la certificación de la agencia. Esta acreditación formal, realizada por una agencia, reconoce que hay cultivos y animales manejados orgánicamente.

Procesos de agroindustria
Dos experiencias visibles que se dan como resultado de procesos colectivos son la de la Asociación de Mujeres Agroindustriales (ASOMAG), en San Luis de Grecia, y la de los productores de café orgánico en Acosta.

En San Luis de Grecia, ASOMAG continúa al frente de la planta procesadora de productos cosméticos y medicinales. En 2003 ya contaban con una infraestructura totalmente nueva (laboratorio, equipo) que les permitió procesar mayor cantidad de materia prima y trabajar en mejores condiciones.

Cuadro 1. Variantes en la preparación de insumos orgánicos

En Acosta los productores de café han logrado avanzar hacia procesos de agroindustria, motivados en gran medida por la oportunidad que significa poder comercializar a través de la Asociación de Productores de Café Orgánico (AFAORCA), que ha logrado posicionarse en el mercado del café orgánico para la exportación. En este caso, la transformación del grano en finca va de la mano con la certificación, pues AFAORCA solamente puede comprar café procesado en finca a productores certificados. En la figura 3 se detallan los pasos que conlleva este proceso de pequeña agroindustria rural.

Cambios hacia atrás
Hablamos de cambios hacia atrás cuando fincas que estuvieron manejadas orgánicamente pasaron, en alguna medida, a producir convencionalmente o bien entraron en abandono.

Vuelta a lo convencional
En 2003 se vio cómo se utilizaron abonos de manufactura externa, pero permitidos en la agricultura orgánica, los cuales fueron adquiridos fuera de la finca. Tal es el caso del Kmag, una fórmula promovida en Acosta para el cultivo del café pero que no tuvo buena acogida por los agricultores. Si bien no se regresa al uso de agroquímicos, sí se entra a una dependencia de insumos externos con las siguientes consecuencias:

1. se induce al uso de un insumo externo, el productor deja de elaborar cierto tipo de abono y se quiebra en alguna medida el esquema de reutilización de subproductos;
2. se encarece la práctica, sobre todo cuando los resultados obtenidos no compensan la inversión.

Cuadro 2. Nuevos insumos o productos. Algunos ejemplos

También, algunos productores que en 2002 habían calificado como orgánicos, en 2003 se vieron forzados a usar agroquímicos por distintas razones:

• cuando sucede un evento ambiental inmanejable que obliga a realizar algún tipo de aplicación (brotes violentos de enfermedades) y sobre todo cuando se trata de cultivos comerciales;
• el pretender que, en grandes extensiones, los abonos orgánicos pueden sustituir a los agroquímicos de manera brusca. Las experiencias estudiadas han mostrado que ello no resulta, pues la transición de una producción convencional hacia una orgánica es un proceso gradual;
• en otros casos, en algunos productores prevalece la mentalidad del uso de agroquímicos en ciertas condiciones que lo justifiquen, por ejemplo áreas separadas de las de producción orgánica, o el no haber peligro de contaminación de los cultivos orgánicos.

Abandono
Se ha dado de manera parcial o total, cuando se decide no continuar con el manejo de la finca (en algunas áreas o la totalidad). Se vieron casos en que se prefiere atender otra actividad, como administrar una finca, lo cual no deja tiempo a la actividad propia. El factor económico es determinante cuando hay un ingreso significativo que se puede obtener fuera de la finca.

Certificación de la producción orgánica en Costa Rica
La certificación está en manos de agencias privadas, varias internacionales y una nacional. La certificación orgánica se realiza principalmente para productos que se llevan al extranjero, y por ende bajo las normas de los países compradores; principalmente Estados Unidos, Europa y Japón. También existen otros tipos de certificaciones otorgadas por empresas que directamente comercializan el café. Todas las agencias certificadoras tienen que tener la acreditación y supervisión del gobierno costarricense, a través del Ministerio de Agricultura.

Las dificultades para la certificación son las siguientes:

el costo (generalmente una pequeña finca cafetalera de cuatro hectáreas debe pagar alrededor de 400 USD por inspección anual;
el período de transición (tres años), y en el caso del café, un problema es la merma que se produce cuando se pasa de un sistema convencional a uno orgánico. Sobre todo en aquellas fincas en que la producción por hectárea es alta, por ejemplo en algunas zonas (como donde se produce el café tipo Tarraza), se tienen rendimientos de 30 a 40 fanegas (una fanega equivale a 200 litros) por hectárea en fincas convencionales (que usan agroquímicos y herbicidas). Si pasan a lo orgánico deben suspender el uso de químicos y los rendimientos bajan drásticamente (10 fanegas por hectárea). En la producción convencional, por fanega se obtienen unos 75 USD, y si son cinco hectáreas, hablamos de que en tres años se obtendrían 15.000 USD. Al pasar a producción orgánica, en los primeros tres años se obtendrían sólo 7.250 USD; lo que equivale a un 50 por ciento menos. Los productores no están dispuestos a soportar esa disminución en su ingreso.

Consideraciones finales
Valorando los cambios ocurridos en el transcurso de un año podemos concluir que:

Figura 3. En 2003, procesamiento de café orgánico en finca

• Lo cualitativo tiene más peso que lo cuantitativo. En otras palabras, la mayoría de cambios tiene que ver con avances en la mejora de los sistemas de producción y la calidad de vida de las familias. Por ejemplo, mejores prácticas e insumos orgánicos y transformación de productos en finca inciden positivamente en los niveles de sostenibilidad ambiental y económica. Lo cuantitativo se refleja en aspectos como aumento de áreas o número de especies cultivadas (sombra en café, frutales, etc.).
• Para nuestro caso el término resiliencia se refiere a la capacidad de la agricultura orgánica para recuperar sus características después de someterse a una presión que la afecte. O sea, es la capacidad de los sistemas de producción de mantenerse y desarrollarse positivamente, a pesar de las dificultades.
• Con el tiempo y el avance hacia la integralidad los modelos de producción orgánica se vuelven más resilientes, es decir, tienen mayor capacidad de resistencia a las presiones externas y desarrollan características que les permiten mantenerse y desarrollarse positivamente a pesar de las dificultades. Ante las presiones del medio ambiente natural (cambios climáticos, baja fertilidad) la agricultura orgánica logra permanecer mediante:
– la diversidad de cultivos;
– tolerancia y resistencia de las plantas;
– capacidad de convivencia con patógenos.
– fertilidad del suelo equilibrada.
• Cuando las presiones vienen desde el mercado (caída de precios o disminución en la demanda) las estrategias de permanencia tienen que ver con:
– transformación de productos en la finca (agroindustria rural)
– comercialización más directa
– avance en lo organizativo

Hernando Cárdenas Becerra
Agrónomo, consultor
San José de Costa Rica
Correo electrónico: hcardenas77@yahoo.com

Referencias
– Cárdenas, H., 2002. Sistematización de fincas integrales y en proceso de transición hacia la agricultura orgánica en Costa Rica: 2002. AUPA.
– Chaverri, 2002. Importaciones y uso de plaguicidas en Costa Rica: análisis del período 1994-1996. Editorial UNA, Heredia, Costa Rica.
– Chaverri y Blanco, 2002. Importaciones, formulación y uso de plaguicidas en Costa Rica: análisis del período 1992-1993. Editorial UNA, Heredia, Costa Rica.
– ECOCERT y FAO, 2002. Manual de Capacitación: Certificación de calidad de los alimentos orientada a sellos de atributos de valor en países de América Latina. L´Isle Jourdain, Francia y Santiago, Chile.

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