Entre los objetivos del Polo se cuentan la seguridad alimentaria y nutricional, la generación de ingresos y el mejoramiento de la calidad de vida de sus miembros. La red ha estado trabajando con organizaciones de base desde el año 2000, con el apoyo de la ONG brasileña AS-PTA (Asesoría y Servicios a Proyectos en Agricultura Alternativa).
En la actualidad el Polo trabaja con cerca de 4.000 familias agricultoras, que están mejorando sus prácticas agrícolas a través de un proceso intensivo de experimentación e intercambio. Los pequeños agricultores han venido redescubriendo métodos tradicionales tales como: regresar al uso de variedades tradicionales de semillas, manejar una mezcla de cultivos, organizar bancos comunales de semillas, retomar y mejorar la crianza de aves de corral; desarrollar jardines para el cultivo de hortalizas y plantas medicinales; plantar árboles frutales y cercos vivos; producir forraje con plantas nativas con el fin de que el ganado pueda producir leche y carne aún en las condiciones adversas del entorno, así como probar y utilizar una gama de fertilizantes y plaguicidas naturales. Además, las familias están desarrollando nuevas maneras de cosechar y almacenar agua de lluvia para beber y para el riego de sus huertos. Aprecian la riqueza que representa la biodiversidad local y el conocimiento que transforma la tierra y el agua en una gran producción de alimentos, plantas medicinales, forraje y fertilizantes naturales. Para garantizar su abasto durante la estación seca, las familias guardan agua en sus tanques, almacenan maíz, frijoles y harina, y hacen mermeladas y dulces de frutas. En conjunto, estas prácticas incrementan la seguridad alimentaria de las familias involucradas en el proceso de experimentación. A largo plazo, se espera que las familias se vuelvan más independientes y den mayor valor a sus recursos naturales, así como al conocimiento local.
Representación de “El festival del maíz en la casa de Doña Nene” / Foto: ASPTA
Teatro para crear conciencia
Un método que se utiliza para resaltar los problemas que se enfrentan es una obra de teatro titulada “El festival del maíz en la casa de Doña Nene” (ver recuadro 1). La obra fue escrita y ha sido representada en diversas ocasiones por un conjunto de pequeños agricultores y líderes religiosos que forman el Grupo de Teatro del Polo. El objetivo de utilizar la obra de teatro ha sido generar una mayor conciencia sobre el concepto de seguridad alimentaria y establecer una conexión entre este y la realidad local tal como la experimentan los pequeños agricultores. Las dos historias que conforman la obra, a pesar de que son imaginarias, reflejan la situación de dos realidades muy diferentes. Una representa a las familias que buscan mejorar su suministro de alimentos con muy pocos recursos, a través de una participación activa en programas de innovación agroecológica, mientras que la otra muestra la realidad de aquellas familias que aún viven en situación de extrema inseguridad alimentaria. La realidad puede ser comprendida y las acciones planificadas con sólo dejar que los hechos de la vida diaria de las familias agricultoras hablen por sí mismos. En palabras del famoso educador brasileño Paulo Freire: “La verdadera discusión teórica, necesaria para la reflexión critica, debe darse de una manera tan concreta, que llegue casi a confundirse con la práctica”. Este proceso de experimentación e innovación agrícola requiere de un método específico de aprendizaje y enseñanza. Sobre la base de la participación de los agricultores en la experimentación y el intercambio, la teoría y la práctica de nuevas técnicas se articulan durante el proceso de innovación.
Recuadro 1
Argumento de “El festival del maíz en la casa de Doña Nene”, teatro para la toma de conciencia
Todos en la casa de Doña Nene se despiertan temprano porque hoy es el festival del maíz, conocido como la pamonhada. Don Chico se dirige al huerto para cosechar algunas mazorcas de maíz pontinha, que es muy bueno para preparar la pamonha, el pastel de maíz que da nombre al festival. Él heredó de su abuelo esta variedad de semillas de maíz. Doña Nene y sus hijos se preparan para recibir a los vecinos: colectan agua del tanque construido cerca de la casa con dinero proveniente de un programa de microcrédito comunitario, cosechan vegetales cultivados con fertilizantes orgánicos y preparan y cocinan pollos del lugar. Los vecinos llegan en el preciso momento en que las hijas de Doña Nene riegan el huerto de plantas medicinales reciclando el agua de la cocina, práctica que aprendieron en una visita de intercambio con otros agricultores y que, a su vez, hoy enseñan en su propia comunidad. Uno de los vecinos las felicita por la diversidad de plantas que tienen en su huerto y la cantidad de árboles que tienen alrededor de su parcela. Para el almuerzo, pueden elegir productos del huerto, tales como frijoles de mantequilla o pallares (Phaseolus lunatus) o frijoles comunes, y como postre tendrán dulces hechos de frutos de marañón (Anacardium occidentale, conocido también como anacardo o cashú). Doña Nene está orgullosa de poder decir: “todo en nuestra mesa es natural y proviene del huerto”.
Mientras tanto, Don José Cosme, que vive cerca, decide que es un buen día para sembrar pero no tiene semillas. En cuanto despierta Zeca, su hijo mayor, le pide que vaya a comprar algunas. Doña Corrinha va a buscar agua al camión cisterna, pero antes ha pedido a su hija que vaya a la tienda a comprar cuscús para desayunar. La familia cuenta con una propiedad pequeña y tiene que alquilar tierra de un agricultor más grande, la cual se vuelve menos fértil cada año. Para poder pagar sus semillas, la familia ha tenido que vender su vaca y ahora esperan el dinero de su pensión para poder comprar otra.
Historia real
Tira cómica con la historia de “Las semillas de la pasión: una estrategia comunitaria para conservar variedades locales en las regiones semiáridas”
Para que el impacto de estas actividades sea mayor, el Polo se unió a la red Articulación del Semiárido Paraibano, compuesta por grupos de la sociedad civil que trabajan en el desarrollo de políticas de apoyo para la región semiárida, con base en las realidades y los conocimientos locales, y en relación con la promoción de la agroecología y la seguridad alimentaria. Mediante su participación en redes, reuniones y actividades diversas, el Polo puede hacer que su contribución tenga mayor alcance. Ejemplo de esto ha sido una reunión organizada por el Polo, que contó con la participación de 70 líderes comunitarios y sindicales, en la cual se produjeron documentos de
orientación para el desarrollo de políticas públicas que, en su estado actual, no se traducen en medidas para incrementar la seguridad alimentaria. En una reunión posterior, a escala estatal, este documento fue mejorado y presentado bajo el título “Contribuciones de la sociedad civil paraibana al programa Hambre Cero” (Fame Cero en portugués). Este programa es una iniciativa gubernamental destinada a combatir el hambre, la miseria y la exclusión social desde sus raíces. Concebido para garantizar la seguridad alimentaria de todos los brasileños, opera en los tres niveles de gobierno (municipal, estatal y federal) y en la sociedad civil. Las contribuciones del Polo al programa Hambre Cero se basaron en la valoración de las iniciativas locales, los intercambios entre agricultores experimentadores, las ferias o mercados de intercambio de productos y prácticas agrícolas y en la documentación y la difusión de prácticas y técnicas. El objetivo de alcanzar una mayor audiencia para estas ideas y debates ha tenido éxito; desde el interior de Borborema llegaron a todo el estado de Paraíba, hasta lograr ser escuchados, finalmente, por toda la región del semiárido brasileño.
En noviembre de 2003, Paraíba fue el anfitrión de la Cuarta Reunión de la Red del Semiárido Brasileño, en la que participaron aproximadamente 600 personas, la mayoría agricultores experimentadores de los 11 estados que conforman la región semiárida del país. El tema fue “La agricultura familiar y el desarrollo de la seguridad alimentaria en las regiones semiáridas”, y se presentaron muchas experiencias sobre los modos de vida en la región semiárida. Se dio a conocer un rico conjunto de prácticas, haciendo de la reunión una fuente de inspiración para muchos debates. El evento tuvo como resultado la elaboración de la Carta Política de la Red del Semiárido Brasileño, que resaltó la importancia de valorar las alternativas desarrolladas por la sociedad civil, así como la formulación de políticas relacionadas con la promoción de la soberanía alimentaria. Esta carta abierta fue dirigida al presidente del país y a todos los niveles de gobierno.
Por sus muchas experiencias en el tema de seguridad alimentaria, la Red del Semiárido Paraibano fue invitada como asesora en el desarrollo de propuestas de políticas públicas para la Conferencia Estatal sobre Seguridad Alimentaria y Nutricional, en donde el Grupo de Teatro del Polo representó su obra teatral. Tanto la obra de teatro como las publicaciones del Polo y de la Red del Semiárido Paraibano, demuestran la madurez y el crecimiento de las innovaciones llevadas a cabo por los pequeños agricultores de Paraíba, y la claridad con la que expresan sus problemas. La obra fue representada también en la Conferencia Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional, en Olinda, Pernambuco, en marzo de 2004. A pesar de que había pocas oportunidades para que se escuchara la voz de la sociedad civil en esta conferencia, el mensaje fue escuchado, demostrando la fuerza de la movilización y organización comunitarias, así como la inteligencia y la creatividad de los agricultores y sus familias.
Los progresivos avances del Polo para llegar a una mayor audiencia y tener la posibilidad de influir en la formulación de políticas, han llevado a que su trabajo sea utilizado en parte de la literatura producida por el gobierno para explicar el significado del programa Hambre Cero y de otros programas relacionados (ver ilustración).
Seguridad alimentaria: más que un problema técnico
Gracias a su participación activa en la Red del Semiárido Paraibano y en la Red del Semiárido Brasileño, así como en el diálogo con los responsables de las políticas públicas a nivel estatal y federal, el Polo ha logrado influir en las políticas relacionadas con la seguridad alimentaria y nutricional. Esto puede apreciarse particularmente en los programas Hambre Cero y Un Millón de Tanques (ver recuadro 2). Algunas de las organizaciones miembros del Polo han participado activamente en las conferencias estatal y nacional sobre seguridad alimentaria y nutricional, en las que ha sido posible definir diversas directivas. Todo este proceso ha demostrado que los asuntos relacionados con el incremento de la seguridad alimentaria no son sólo técnicos, y que es posible tener influencia en el ámbito de definición de las políticas públicas usando las habilidades y la creatividad de individuos, grupos y redes para contribuir con el mejoramiento de sus propias vidas.
Recuadro 2
Experiencias transformadas en políticas
El agua: derecho de todos
En la actualidad, el Polo apoya a un sistema de más de 280 fondos revolventes comunitarios. Con los préstamos de estos fondos ha sido posible construir 3.200 tanques de agua domésticos que garantizan contar fácilmente con agua de buena calidad. La construcción de tanques fue incorporada como una política pública en el programa gubernamental Un Millón de Tanques. Este programa, manejado por la Red del Semiárido Brasileño con fondos del gobierno federal, demuestra la capacidad de la sociedad civil para formular, negociar e implementar políticas en un nivel muy amplio. El éxito de la cosecha de agua usando métodos sencillos, baratos y probados técnicamente, demuestra la importancia de la descentralización del suministro de agua para lograr la seguridad alimentaria y de acceso al agua entre la población de las áreas rurales de Paraíba.
Cultivando vida: un huerto sembrado con las “semillas de la pasión”
El Polo forma parte de la Red Estatal de Bancos de Semillas de la Red del Semiárido Paraibano. Desde 1998, ambos organismos han venido estableciendo acuerdos con el gobierno del estado de Paraíba para abastecer los bancos de semillas con variedades locales y, en 2004, gracias a una asociación con la Compañía Nacional de Abastecimiento, se proporcionaron a los agricultores 161 toneladas de semillas de variedades locales. A la fecha existen 80 bancos comunitarios de semillas que benefician directamente a 3.000 familias. Este es otro ejemplo de la capacidad de las organizaciones de la sociedad civil para desarrollar e implementar soluciones técnicas capaces de satisfacer las necesidades de las familias agricultoras en el semiárido. A través de estos bancos, las familias aseguran la disponibilidad de semillas de buena calidad en el momento adecuado para la siembra. Con esto se evita el riesgo de la escasez de alimentos que se puede producir por no sembrar en las fechas apropiadas y, por ello, perder la campaña agrícola. Los bancos y las reservas mantenidos por las familias también funcionan como refugios estratégicos para las semillas de variedades adaptadas, conocidas como “semillas de la pasión”. Conservar estas semillas es un importante servicio con el que el pequeño agricultor contribuye a la seguridad alimentaria de la sociedad en general.
Roberval Silva, Paula Almeida, Luciano Silveira y Marilene Melo
Asesoría y Servicios a Proyectos en Agricultura Alternativa (AS-PTA)
Esperanza, Paraíba, Brasil
Correo-e: asptapb@aspta.org.br
Referencias
– Articulación del Semiárido Paraibano, 2003. II Encontro Paraibano de Agroecologia: Carta Política. Lagoa Seca-PB, Brasil.