Los silos pueden ser construidos localmente, en diferentes tamaños según las necesidades de los agricultores locales. La capacidad de los silos utilizados actualmente en países como Bolivia, Nicaragua y Camboya oscila entre los 120 y 2000 kg. El silo tiene varias ventajas. Se cierra herméticamente de manera que insectos y roedores no pueden alcanzar el producto almacenado. Como resultado, la casa se mantiene más limpia y libre de ratas y ratones. Los granos pueden ser almacenados por largos periodos, lo cual permite que sean vendidos cuando los precios del mercado son más altos. Sin embargo, debemos hacer énfasis en que, antes de ser almacenados, los granos deben secarse hasta que su contenido de humedad no sea mayor de 14 por ciento. Si no se respeta este porcentaje máximo de humedad, las pérdidas pueden ser muy altas. Considerando que el silo es durable (debería durar por lo menos 15 años), su costo a largo plazo es muy bajo. El proceso de construcción de silos puede también incrementar la actividad económica local y generar empleo.
El costo de un silo varía según su tamaño y el lugar en el que se le construye. Un silo con capacidad de 120 kg cuesta US$ 20 en Bolivia, pero sólo US$ 10 en Camboya. Un silo con una capacidad cercana a los 500 kg cuesta US$ 60 en Bolivia, US$ 40 en Nicaragua y US$ 28 en Camboya. La FAO ayuda a los agricultores a adquirir silos, creando facilidades para que puedan obtener créditos rotatorios, y también ofrece programas de capacitación para capacitadores, por ejemplo para técnicos y herreros de aquellas localidades donde se construyen los silos metálicos.
Danilo J. Mejía
Oficial de Industrias Agrícolas, FAO, Roma.