junio 2004, Volumen 20, Número 1
Especies vegetales subutilizadas

Camu-camu, una nueva línea de producción orgánica de vitamina C, en adopción por el poblador amazónico

MARIO PINEDO | Página 13-15
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El camu-camu (Myrciaria dubia H.B.K.McVaugh, fam. Mirtaceae) es un frutal arbustivo que crece en las orillas anegables de ríos amazónicos de agua negra y se concentra de forma natural en Loreto, en el nor-oriente del Perú.

La especie está ampliamente distribuida en América del Sur, encontrándose en zonas de Brasil, Colombia y Venezuela. Medio siglo atrás, la fruta era casi desconocida por la población amazónica urbana, al punto que no se sabía si era comestible. Los primeros análisis químicos de la fruta revelaron su excepcional contenido de vitamina C y ampliaron el interés y su empleo como recurso anti-oxidante, hacia un ámbito geográfico mucho mayor. Uno de los primeros análisis, con 2.780 mg/100g, evidenció la superioridad de esta fruta en comparación con otras especies consideradas fuentes importantes de vitamina C, como los cítricos, la acerola (Malpighia glabra), o la rosa mosqueta (Rosa eglanteria). Posteriores análisis mostraron diversidad en el contenido de la vitamina en la pulpa, con un rango muy amplio de 800 a 6.000 mg/100g. El camu-camu es apreciado también por su contenido alto de flavonoides y pectinas que cumplen un importante rol para la salud.

En su estado natural, en el departamento de Loreto, el camu-camu forma poblaciones densas que se ubican en pisos bajos, en la zona de transición acuática-terrestre, exclusivamente en ríos de agua negra. En este piso fisiográfico, el nivel del agua varía en un rango de 8 a 10 metros según la estacionalidad anual, o la intensidad de precipitaciones pluviales. A nivel general, los rodales de camu-camu se encuentran sumergidos dentro del agua durante el primer semestre del año y emergen en el periodo de vaciante durante el segundo semestre. Este régimen de alternancia creciente-vaciante, determina un complejo bio-ecológico muy interactivo entre los ecosistema acuáticos y terrestres, en cuya interfase se encuentra el camu-camu. Así, en la época de creciente, los frutos del camu-camu quedan al alcance de los peces y otras especies de la ictiofauna como recurso alimenticio. Igualmente, las densas poblaciones del arbusto sirven de refugio a animales mayores como los lagartos.

Existen diversas modalidades tradicionales de uso de la especie por los pobladores amazónicos: la corteza del tallo y la raíz en cocimiento para el tratamiento del reumatismo y diarreas; los frutos y la corteza son empleados para teñir fibras vegetales de la ‘chambira’ (Astrocarium chambira); la corteza raspada es aplicada localmente para aliviar dolores musculares. Asimismo, la fiebre y el dolor de cabeza son tratados con las hojas trituradas. El fruto, además, es empleado como carnada en la pesca. Las formas de utilización se han ampliado y diversificado en los últimos cinco años, siendo ahora empleado en la fabricación de bebidas refrescantes, yogurt, mermeladas, helados, néctar, productos para el cabello y deshidratados bajo distintas formas de presentación como cápsulas, pastillas y refrescos instantáneos.
Los sistemas productivos tradicionales y la integración de factores ecológicos y sociales

Ramilla con flores y frutos de camu-camu / Foto: Autor

En los sistemas agrícolas tradicionales en tierra firme en la región amazónica, es frecuente la asociación yuca / plátano, además de cultivos como la piña (Ananas comosus Bromeliaceae) y otros frutales como el pijuayo (Bactris gasipaes Arecaceae), la uvilla (Pourouma cecropiifolia Moraceae), el umari (Poraqueiba sericea Icacinaceae) o el mango. Para el establecimiento de estos sistemas se elimina el bosque mediante las faenas de roza, tumba y quema. El aprovechamiento de las especies temporales es viable durante dos o tres años, mientras duren las reservas nutritivas del suelo; y, en lo sucesivo, si no se reponen los nutrientes mediante fertilización intensa, y no se controla la creciente incidencia de malezas y plagas, el sistema colapsa y tiene que abandonarse, convirtiéndose en un área de descanso llamada «purma». Con el incremento de las necesidades alimenticias de la población, los turnos de aprovechamiento del área se acortan y la recuperación del suelo se torna imposible.

Con la misión de contribuir a mejorar la calidad de vida de los pueblos amazónicos a través de la investigación, el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP) trabaja desde hace 25 años con el objetivo de generar tecnologías apropiadas para el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales de esta zona (suelo, agua, bosque y diversidad biológica), especialmente acordes con las capacidades de los ecosistemas y las prácticas culturales amazónicas. En este caso el IIAP se ha centrado en un área geográfica que, predominantemente, incluye orillas anegables en las cuencas de agua blanca. Este complejo y dinámico ecosistema presenta diferentes subniveles en correspondencia con los modelos productivos, donde el poblador aplica una estrategia de sobrevivencia en respuesta a los cambios del ambiente, sus necesidades alimenticias y de comercio cautivo con el mercado local, generalmente limitado. Frente a una diversidad de factores del medio ambiente tales como la inundabilidad, el tamaño de las partículas en suspensión que transporta el río, el micro relieve, etc., el productor responde con una diversidad de tecnologías, especies, variedades y combinaciones que presentan diferentes niveles de resistencia a la inundación. Sin embargo, no logra evitar las pérdidas debidas a los cambios impredecibles en el nivel de las aguas. La primera limpieza del terreno es efectuada poco antes de la inundación. Pero si el agua no asciende a los niveles esperados y en el momento oportuno, el productor pierde lo invertido en la faena. Así también, si el nivel del agua crece inesperadamente, ocasiona la pérdida de la semilla recientemente sembrada en los barreales o ahoga el grano próximo a ser cosechado. En crecientes excepcionalmente altas los daños afectan los pisos superiores o restingas, impidiendo el desarrollo de los cultivos de maíz, yuca, plátano, papaya (Carica papaya), etc., lo que ocasiona una crisis alimentaria local, que puede llegar a tener importancia regional.

En estas áreas, las principales especies son el arroz, yuca, plátano y maíz, las que son la fuente alimenticia principal de la población amazónica. Por la influencia del agua que transporta y deposita componentes nutritivos y ejerce una acción reguladora sobre factores fitosanitarios, los sistemas productivos no requieren del uso de agroquímicos, lográndose la oferta de productos limpios, factibles de ser certificados como productos orgánicos. Por el contrario, esta oferta no genera ingresos significativos ni un crecimiento económico sostenido, ya que los mercados son principalmente internos, orientados al consumo del fruto fresco, y bajo el libre juego de la oferta y demanda. Por lo tanto, los precios descienden con frecuencia a niveles de rentabilidad nula o negativa.

El sistema propuesto

Ricardo Chota, destacado productor de la localidad de Chingana, rio Ucayali, y el autor, en plantación de camu-camu de cinco años / Foto: Autor

Desde su fundación, el IIAP inició estudios ecológicos y experiencias de conservación de rodales naturales. En 1980 inició el apoyo a la investigación agronómica sobre frutales nativos, que antes hacía y sigue haciendo el Instituto Nacional de Investigación Agraria (INIA), y desarrolló acciones específicas con camu-camu desde 1992. En suma, el proceso de domesticación del camu-camu en la amazonía peruana tiene aproximadamente 30 años, implicando su adaptación a las orillas de los ríos de agua blanca, con lo que se pretende conferir sostenibilidad al modelo productivo tradicional descrito líneas arriba.

En la década de los años 70 el arbusto fue evaluado en tierra firme, y mostró ser susceptible a plagas, enfermedades y tener bajos rendimientos de fruta. A partir de 1980, el camu-camu fue evaluado en suelos aluviales recientes del río Amazonas, observándose que tales condiciones no restringen su desarrollo y capacidad productiva. Luego, en la década de los 90, se iniciaron experiencias de promoción de la especie con participación de los pobladores de las comunidades cercanas a la ciudad de Iquitos (lo que ha sido acompañado de trabajos en mejoramiento genético, manejo integrado de plagas, clonación por estacas, valor agregado, e investigación en los aspectos socio-económicos de la producción). La inserción del camu-camu en los sistemas productivos tradicionales se constituyó en un caso de forestación con características particulares:

(a) Las plantaciones fueron instaladas exclusivamente en pisos anegables de «restingas», en asociación con las especies temporales tradicionales, generando un impacto positivo que parece trascendental e irreversible. Aproximadamente unas 1.500 familias, con igual número de hectáreas, cultivan hoy el frutal en los departamentos de Loreto y Ucayali. Varias de estas familias han logrado generar ingresos extraordinariamente altos (de hasta US$ 1.700 por año); lo que permitió que efectuasen inversiones importantes para mejorar su nivel de vida;

(b) El camu-camu fue incorporado a las chacras ya existentes, evitándose cambios bruscos en el tamaño del área cultivada, así como en la composición y distribución de las especies en los sistemas. Esto se diferenció de los casos de reforestación con especies forestales que se plantaron mayormente en ’purmas‘ y no en la chacra activa, propiciando que los productores desatendieran o abandonaran las parcelas reforestadas y no tuviesen interés para realizar el mantenimiento de estas plantaciones;

(c) Se trata de una especie diferente a las maderables y con un mercado internacional emergente. Dado que la parte aprovechable de la planta es la fruta, los riesgos de erosión genética y daños a las plantas por causa de la cosecha son mínimos.
Dónde instalar la parcela

Una buena zonificación es clave para la sostenibilidad del sistema productivo propuesto, ya que evitará o minimizará los requerimientos de fertilizantes y pesticidas y, por lo tanto, reducirá significativamente los costos de producción.

El camu-camu puede vivir, como caso excepcional, en todos los pisos fisiográficos, incluyendo los no anegables o de tierra firme. Por lo tanto, es posible seleccionar el piso que se adapte mejor a las condiciones específicas de una determinada zona o región. En cuanto a la relación del nivel del piso fisiográfico y la época de fructificación, en el departamento de Ucayali se prefieren las restingas altas para la instalación del sistema productivo, ya que la inundación puede alcanzar a la fruta si la restinga es baja. Por el contrario, en el departamento de Loreto (ubicado al norte), la inundación no cubre la cosecha en las restingas bajas, permitiendo que éstas sean empleadas de mejor manera.

La Figura 1 resume los factores de sostenibilidad del camu-camu para cada uno de los pisos fisiográficos en relación con algunos factores ecológicos, los cuales tienen relación directa con la influencia del agua o anegamiento.

Partiendo de ello, para la instalación del sistema camu-camu se debe tener en cuenta los siguientes criterios de micro-zonificación:

(a) Piso fisiográfico: Zonas anegables, preferentemente restingas bajas;

(b) Color del agua: Preferentemente «blanca» como la de los ríos Ucayali, Amazonas y Napo, por tener mayor contenido de sedimentos y nutrientes, lo que explica su mayor capacidad productiva;

(c) Riesgo de erosión: Para minimizar el riesgo por erosión y sedimentación, se debe evitar la plantación en orillas con proceso de actual erosión o que se prevea posible en el futuro inmediato, e instalar la parcela a una distancia mínima de 500 m de la orilla del río;

(d) Inundabilidad: En cuanto a la anegabilidad, interesa que el agua cubra lo máximo posible a la plantación, lo que no debe ocurrir durante la época de fructificación. En la zona de Iquitos (Loreto), si la instalación se efectúa en restingas bajas la anegación máxima llega a unos tres metros sobre el suelo y siempre ocurre después de concluida la cosecha;

(e) Características del suelo: Si bien las terrazas anegables reúnen los requisitos adecuados para cultivar camu-camu, se recomienda elegir terrenos con poca pendiente (gradiente de uno por ciento), con textura franco arcillo-limosa, profundidad mínima de 50 cm de la capa arcillosa y que no presenten retención de agua por impermeabilidad del suelo;

(f) Nivel nutritivo y presencia de malezas: Al transcurrir el tiempo, la incidencia de malezas se incrementa y el estado nutricional del suelo disminuye. La falta de inundación, y por tanto de sedimentación, propicia el deterioro al no reponer los nutrientes ni controlar la predominancia de malezas agresivas que invaden el terreno de cultivo. Este deterioro ambiental tiene lugar con mayor intensidad y rapidez en las restingas altas, tornando a este tipo de ambiente poco atractivo para establecer un sistema de producción con camu-camu.
Componentes temporales

La composición del sistema productivo es el resultado de un proceso de adaptación del modelo tradicional frente a la introducción del nuevo componente camu-camu, basado en la observación y experiencias del productor. El sistema tradicional en el escenario especifico de las restingas suele ser de carácter temporal, formado por dos cultivos importantes (yuca y maíz), aunque, según la cuenca, se cultiva también arroz, frijol, sandía, melón, zapallo y muchas especies de hortalizas como ajíes (Capsicum spp.), vainas de frijol (Vigna unguiculata), tomate y pepino (Cucumis sativus). La adecuación del sistema, ante la presencia de un frutal perenne como el camu-camu, ha significado algunos cambios en la composición cronológica y espacial del modelo tradicional expresado en los siguientes términos:

(a) Selección de variedades con arquitectura más conveniente a la nueva combinación. Por ejemplo, la variedad monopódica (sin ramas) de yuca conocida como «pan rumo», para reemplazar a la variedad simpódica «piririca»;

(b) Reducción gradual de la densidad de los cultivos temporales. La densidad de la yuca, por ejemplo, disminuye de 8.000 plantas por hectárea en el primer año a unas 5.000 en el tercer año;

(c) Cambios en la composición del sistema. Como ejemplo se tiene la no inclusión de yuca a partir del cuarto año luego de la instalación del camu-camu, para así evitar daños debido al impacto sobre el sistema radicular del camu-camu al cosechar la yuca. O también la exclusión del maíz para evitar la caída de frutos de camu-camu por acción de las aves que llegan atraídas por el maíz y que se posan en las ramas del camu-camu;

(d) Cambios en los patrones de distribución espacial de los cultivos, como es la ubicación de dos plantas de yuca muy cerca a los arbustos del camu-camu, de modo que sirvan de tutor para respaldar a las ramas del camu-camu que en la época de fructificación se agobian y pueden quebrarse.

En cuanto a las labores culturales debe señalarse que la principal, por el costo energético que demanda, es el control de las plantas invasoras que prosperan en el suelo así como las especies parásitas (‘suelda con suelda’) que se adhieren a las ramas del camu-camu. El control fitosanitario se reduce a la recolección manual y quema de insectos dañinos en diferentes estados. Se ejecuta también la poda de ramas principales que sobresalen por su elongamiento con el fin de estimular una mayor ramificación o el «tutoraje» (orientación) de las mismas durante la fructificación. Cabe enfatizar que no se aplica ningún tipo de fertilizante ni agroquímicos durante el proceso productivo.
Conclusiones

El sistema propuesto busca conciliar la necesidad de producir y la de conservar los recursos naturales, privilegiando la producción orgánica en alianza con la influencia positiva del anegamiento temporal y la agro-diversidad comunitaria, secularmente vigente como una estrategia social de abastecimiento alimentario y subsistencia. Luego de más de 20 años de investigación y de siete años de validación con los productores, puede decirse que el modelo productivo propuesto es concordante con la realidad ecológica y socioeconómica de la amazonía peruana. Es una alternativa a la agricultura tradicional que mayormente es de autoconsumo y que es débil en su capacidad de generar bienestar y crecimiento para las familias productoras.

El proceso de promoción del frutal desarrollado principalmente entre los años 1997 a 1999, ha dado como resultado la adopción de un componente perenne en los sistemas agrícolas tradicionales de unas 1.500 familias. Luego de varios años de trabajo, muchos de los productores muestran beneplácito por la generación de ingresos y el impacto innovativo sobre la sostenibilidad de los sistemas productivos, generando una «cultura del camu-camu» aparentemente irreversible. Esto apunta a una mayor y mayor utilización de la especie, para beneficio de la población local.

Mario Pinedo Panduro
Programa de Ecosistemas Terrestres: Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP).
Avenida Abelardo Quiñónez km 2.5. P.O.Box. 471. Iquitos, Perú.
Correo Electrónico: pacc@iiap.org.pe

Referencias
– Pinedo Vásquez, M., y M. Pinedo Panduro. 1998. From forest to fields: Incorporating smallholder knowledge in the camu-camu programme in Peru. En: PLEC News and Views N° 10. Iquitos, Perú; CERC Columbia University/IIAP.
– Pinedo Panduro, M., H. Inga, R. Farronay y E. Paredes. 2000. Monitoreo de las plantaciones de camu-camu instaladas en suelos aluviales anegables en Loreto. Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana, Iquitos.
– Pinedo Panduro, M., R. Riva Ruiz, E. Rengifo Salgado y C. Delgado Vásquez. 2001. Sistema de Producción de camu-camu en restinga. Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana, Iquitos.
– Yuyama, K., J. Aguiar y L. Yuyama. 2002. Camu-camu: um fruto fantástico como fonte de vitamina C. Acta Amazónica 32(1):169-174.

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