Se ha observado y registrado que los agricultores no solamente prefieren, sino que también mantienen una mayor proporción de cultivares de yuca amarga en comparación con los de yuca dulce. Este hecho sigue intrigando a los científicos, que han mostrado interés de saber el por qué los agricultores de Malawi cultivan la yuca amarga y tóxica. Nuestra investigación enfocó un “problema” específico, y usó metodologías integradas que van desde la investigación participativa hasta nociones de ciencias naturales y avances recientes en biotecnología, para poder comprender con todo ello las interacciones entre los factores sociales y biológicos que influyen en las decisiones de los agricultores.
Sabor amargo: una razón para su cultivo
Los resultados de nuestra investigación demuestran que los cultivares de yuca amarga son preferidos mayoritariamente, especialmente por las mujeres, porque les brindan seguridad alimentaria, lo que localmente se conoce como ‘kuvikilia’. Los cultivares de yuca amarga propician esta seguridad de tres maneras:
• La toxina impide que los roedores y las plagas destruyan los sembríos;
• La necesidad de procesar las raíces directamente después de ser cosechadas impide el robo en los campos (el procesamiento es generalmente una tarea de las mujeres); y
• ya que el procesamiento genera valor agregado, en términos del tiempo invertido en él, se reduce la obligación social de compartir yuca con los vecinos.
Estos tres factores son de mucha importancia para las mujeres agricultoras, especialmente para las que son solteras, legalmente o de hecho.
La preferencia por la yuca amarga no es un fenómeno local restringido a los agricultores de bajos recursos en Malawi. Los estudios hechos en otras partes del mundo confirman que se prefieren cultivares de yuca amarga porque los productos finales son de calidad superior y porque la toxina protege al cultivo de todo tipo de intrusos, ya sean varones o animales. “Cultivamos yuca amarga, tóxica, porque nos da cierto grado de seguridad alimentaria, ‘kuvikilia’. ¡Mira a nuestros vecinos y verás qué pasa si cultivamos yuca dulce! Mientras dormían, los ladrones cosecharon todo, y ahora no tienen alimentos. Nadie quiere morir de hambre”.
Una pareja procesa yuca para secarla y almacenarla como ‘makaka’ / Foto: Linley Chiwona-Karltun.
Procesamiento: ¿una tarea demasiado dura para los pobres?
Los programas de investigación y mejoramiento de la yuca siempre han priorizado la reducción o eliminación de las toxinas. Sin embargo, es interesante notar que las mujeres, guardianas de este cultivo, no perciben que su procesamiento o las toxinas sean un problema. Más bien, sus principales limitaciones son la falta de molinos para hacer menos tediosa o difícil la tarea de reducir el producto a polvo, y la falta de tecnologías simples que puedan ser producidas y mantenidas localmente, como pueden ser las herramientas de bajo costo para pelar o rallar las raíces. También faltan infraestructura y mercados locales, regionales o nacionales para sus productos. Las toxinas pueden simplemente quedarse en la yuca.
“La yuca es un cultivo íntegro, completo. Del extremo superior se preparan salsas, al medio está el material para siembra y en la parte inferior, el alimento básico (‘kondowole’). No necesitamos fertilizantes para que crezca, ni tampoco dinero para procesarla en los molinos. ‘Chigawo chilera balanda’ (la yuca nutre a los pobres)”.
Para que la investigación lleve beneficios a los agricultores de escasos recursos, primero es necesario escucharlos:
• la yuca es un cultivo resistente, que tolera sequías;
• la yuca siempre rinde, aún en suelos de bajo contenido de nutrientes (una característica poco común en otros alimentos básicos, especialmente el maíz);
• la yuca tolera a las alimañas;
• aunque la yuca tiene cierta tolerancia a algunas plagas y enfermedades, necesitamos variedades que sean aún más resistentes a la sequía, y que se adapten mejor a suelos con bajo contenido de nutrientes;
• necesitamos más variedades que sean aún mejor que las que tenemos hoy, que rindan mejor, que sean amargas, que maduren temprano, que tengan alto contenido de materia seca, y que tengan buenas cualidades para su almacenamiento.
Danos el maíz nuestro de cada día
Muchos se preguntan si los robos son consecuencia de la actual crisis alimentaria en Malawi. En parte, esto es cierto; los robos se han exacerbado con la escasez de alimentos. Sin embargo, el problema principal, según lo señalan los agricultores, es que estaban equivocados al creer que el maíz puede ser el único alimento básico. Como fácilmente obtuvieron subsidios para los fertilizantes y semillas, dejaron de lado el cultivo de la yuca, y ahora los agricultores de bajos recursos simplemente no pueden costear los insumos requeridos para el cultivo del maíz. Pero aún más preocupante, es que los agricultores que pueden cultivar maíz obtengan rendimientos que apenas les alcanzan para un año. Para alimentarse, muchos habitantes de Malawi recurren a empleos temporales o ‘ganyu’. ‘Ganyu’ literalmente significa “alimento a cambio de trabajo”, y los trabajadores reciben dinero o comestibles por su trabajo. Sin embargo, esta posibilidad es bastante limitada para las mujeres.
Hoy es muy difícil encontrar material para la siembra de yuca en algunas áreas como Domasi, un modesto centro comercial y de servicios en la carretera que va de Lilongwe a Zomba, en Malawi. La gente tiene hambre; la cosecha de maíz del año pasado se pudrió por el exceso de lluvias y la cosecha de este año no es suficiente; y hasta los depósitos de yuca seca son insuficientes. Las personas están recurriendo al robo de raíces frescas de yuca delos campos (las que, literalmente, no son más que raíces, porque no están maduras). En tiempos normales, los aldeanos protegen sus cultivos en las noches, pero este año, las aldeas están en silencio. Los jefes dicen que ya no es necesario contar el número de familias hambrientas. Tantas personas han muerto o están muriendo a causa del VIH/SIDA, que cualquiera que sobrevive está hambriento. Hay hogares donde solamente quedan niños, a cargo de la abuela o de una niña.
Selección y multiplicación de yuca, de agricultor a agricultor
Lo que en Domasi hace falta a sus hambrientos aldeanos son esquejes, especialmente esquejes que tengan las características deseadas, para con ello aumentar la superficie plantada con las variedades preferidas de yuca. La interacción con los agricultores, en su mayoría mujeres, hizo que nos diéramos cuenta de la necesidad de hacerlos partícipes del proceso de selección de nuevos cultivares de yuca. Se organizaron visitas de intercambio entre agricultores de diferentes áreas. En un ambiente cordial y tranquilo, los agricultores discutieron entre ellos sobre sus cultivares de yuca. Las pautas para la selección de los participantes señalaban una representación igual de varones y mujeres; no se requería que supiesen leer y escribir, pero sí que mostraran entusiasmo y conocimientos sobre el cultivo de la yuca. También se propuso que hubiese una representación justa de los “Clubes de Yuca” o de las asociaciones de productores que resultaron de un proceso de colaboración entre científicos y agricultores. Los miembros de esos clubes no son generalmente los agricultores en extrema pobreza, ni tampoco los que sufren una escasez crónica de alimentos. Los clubes, más bien, están constituidos por un grupo bastante homogéneo de pequeños agricultores de bajos recursos (con 0,2 – 0,5 hectáreas) para quienes, en años normales, existe la posibilidad de sufrir escasez de alimentos. El proyecto se ha preocupado también por incluir al movimiento conocido como “De Aldea a Aldea” de Domasi, que apoya a las familias afectadas por VIH/SIDA, comprendidos en la categoría de extrema pobreza o de escasez de alimentos crónica.
Criterios de selección para los nuevos cultivares
En Domasi, los agricultores y los científicos han establecido campos comunales de multiplicación. La experiencia demuestra que no se seleccionó cualquier cultivar. Nuestros resultados preliminares señalan que:
• Ya sea mujer o varón, casado o soltero, la primera pregunta que un agricultor le hace a otro es: ¿Es amarga o dulce? Aunque los agricultores de Domasi han cultivado casi exclusivamente yuca dulce, esta preferencia está perdiendo vigencia y, ahora, mayormente los agricultores prefieren yuca amarga. ¿Por qué ocurre esto? “Vean. Miren cómo nuestros amigos tienen aún tanta yuca en los campos, y esto sólo porque es amarga. Si nosotros también hubiésemos plantado yuca amarga, como lo hacíamos en el pasado, tendríamos ahora suficiente alimento para comer”. En pocas palabras, seguridad alimentaria.
• En segundo lugar, las mujeres se interesaron mucho en la calidad del almidón de las raíces, ya que esto es muy importante en la preparación del plato básico conocido como ‘nsima’, que es sinónimo de alimento.
• La misma importancia tiene el rendimiento del cultivo, el periodo de maduración y el tiempo de cocción del producto. Estos factores fueron igualmente importantes para varones y mujeres.
• Los varones se interesan más en los cultivares de yuca dulce porque éstos tienen un mercado establecido en el ámbito rural y en el urbano. Sin embargo, los mismos varones también se interesan en los cultivares de la variedad amarga, pues, con ellos garantizan una seguridad alimentaria general.
• En el caso de la ONG local “De Aldea a Aldea”, todos los cultivares fueron interesantes para enfrentar el reto de suministrar material de siembra, y también alimentos a las víctimas del VIH/SIDA
Lo más notable
Hubo un aspecto de la selección hecha por los agricultores que merece mención especial. Las agricultoras solteras (legalmente o de facto) tuvieron más interés en seleccionar la mayor cantidad de variedades posibles para así minimizar el riesgo; lo que importaba era que fueran cultivares de yuca amarga y con capacidad de recuperación ante las condiciones adversas y con un rendimiento razonable. Como dijo una agricultora durante la visita de intercambio: “No podemos simplemente dejar que hierva y se esfume el combustible que nos trajo hasta aquí. Quién sabe cuándo tendremos la oportunidad de viajar, de ver lo que no habíamos visto antes y ser acogidos por otros agricultores de yuca que tienen más cultivares de los que he visto en toda mi vida. Señora, quiero todo lo que esté permitido llevar”.
Los lugares comunales de multiplicación son cuidadosamente atendidos y protegidos por las propias comunidades, con el
fin de volverlos autosuficientes. Sin lugar a duda, los mejor cuidados son los lugares de multiplicación establecidos por mujeres, y, en especial, por mujeres solteras.
Es importante señalar que en Domasi, que fuera tradicionalmente un área de cultivo de yuca dulce antes que el maíz dominara la región, todavía está vivo el conocimiento de cómo procesar la yuca. Con este proyecto se han puesto a disposición de la gente aparatos simples para el pelado de las yucas, que también son usados en el distrito donde estuvieron los agricultores en la visita de intercambio. Esperamos que los artesanos locales puedan producir estos peladores.
Ninguno de estos esfuerzos comunales de mujer a mujer, de mujer a varón, o de varón a varón, van a traer de regreso a aquellos que han sucumbido a la ira del VIH/SIDA, pero, si es que tienen éxito, quizá la seguridad alimentaria signifique alegría en los rostros de la población de Domasi.
Desde Domasi, Malawi – el cálido corazón del África.
Linley Chiwona-Karltun, Chrissie Katundu, James Ngoma, Felistus Chipungu, Jonathan Mkumbira, Sydney Simukoko y Janice Jiggins
Linley Chiwona-Karltun. Departamento de Biología Vegetal y Desarrollo Rural; Universidad Sueca de Ciencias Agrarias. Casilla 7080, SE-750 07, Uppsala, Suecia. E-mail: Linley.karltun@biol.slu.se
Chrissie Katundu. Mana Bakery, Box 66, Domasi, Malawi.
James Ngoma, Felistus Chipungu, Jonathan Mkumbira, Sidney Simukoko. Ministerio Malawi de Agricultura e Irrigación, Malawi.
Janice Jiggins, Universidad de Wageningen, Wageningen, Países Bajos.
Referencias
– Chiwona-Karltumn L. 2001. A reason to be bitter: Cassava classification from the farmers’ perspective. Karolinska Institutet, Suecia. ISBN: 91-7349-078-4. http://diss.kib.ki.se/2001/91-7349-078-4/
– Cock, J.H. 1985. Cassava: New potential for a neglected crop. Westview Press, Boulder, Colorado, Estados Unidos.
– Fresco, L.O. 1993. The dynamics of cassava in Africa: An outline of research issues. Documento de trabajo N° 9 de COSCA. Estudio Colaborativo de Yuca en África. International Institute of Tropical Agriculture, Ibadan, Nigeria.
– Jones, W.O. 1959. Manioc in Africa. Stanford University Press, Stanford, Estados Unidos.
– Nweke, F.I., D. S. C. Spencer y J.K. Lynam. 2001. The cassava transformation: Africa’s best kept secret. http://msupress.msu.edu/bookTemplate.php?bookID=157.
– PNUD 2001. Malawi National Human Development Report 2001. http://www.undp.org.mw/
Otro material relevante:
– FAO 2002. Special report: FAO/WFP crop and food supply assessment mission to Malawi. http://www.fao.org/WAICENT/faoinfo/economic/giews/ english/alertes/2002/SRMLW502.htm#P74_11173).