marzo 2002, Volumen 17, Número 4
Los OGM no son la única opción: Biotecnología vista desde el Sur

Propiciando un fitomejoramiento libre de organismos GM: una visión desde Europa

EDITH LAMMERTS VAN BUEREN Y AART OSMAN | Página 28-30
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A mediados de la década de 1990, el sector de la agricultura orgánica decidió no permitir el uso de organismos genéticamente modificados (OGM) en la producción orgánica. Esto se debió, en parte, a los riesgos desconocidos y no deseados contra el ambiente y la salud, que podrían ser causados por los efectos secundarios de los OGM.

Pero la razón fundamental fue una actitud más ética: el respeto a la integridad de las plantas y de los animales. La decisión de permanecer libres de OGM se incorporó en los Estándares Básicos de la Federación Internacional de los Movimientos de Agricultura Orgánica (IFOAM) y por eso se aplica en todo el mundo. Los estándares definen cómo se producen, procesan y manipulan los productos orgánicos. La mayoría de los entes de certificación orgánica usan estos estándares para la certificación.
Una nueva visión para el fitomejoramiento de plantas orgánicas

La agricultura orgánica europea depende mucho de la industria convencional de semillas. Los agricultores orgánicos usan variedades productivas modernas, creadas para un sistema agrícola con alto uso de insumos químicos. Aunque estas variedades rinden más que las antiguas variedades locales, no están adaptadas a condiciones orgánicas específicas. Les faltan características tales como eficiente captación de nutrientes, cobertura temprana del suelo contra la maleza, amplia tolerancia de campo contra plagas y enfermedades, etc. Esto no era un problema para el sector orgánico de Holanda, hasta que la amenaza de las variedades de OGM lo puso en agenda. Se generó entonces el espacio para un profundo debate sobre la idoneidad de las actuales técnicas de fitomejoramiento para la agricultura orgánica.

El Instituto Louis Bolk, institución privada de investigación de agricultura orgánica, organizó en Holanda un debate con todos los actores importantes de los sectores orgánicos y convencionales (agricultores orgánicos, comerciantes, fitomejoradores de cultivos comerciales e investigadores de institutos nacionales de investigación agrícola). El resultado fue una visión de un fitomejoramiento orgánico, que fue objeto de mayor debate en talleres en toda Europa occidental, con el fin de formular un punto de vista común a todos aquellos comprometidos con la producción de semillas orgánicas. Estos logros se completaron en un reciente taller en el que participó un grupo clave de europeos, vinculados al sector orgánico y empresas comerciales de semillas. La propuesta resultante fue enviada a IFOAM para su incorporación en los Estándares Básicos para la Agricultura Orgánica.

Evitando una polinización cruzada no deseada. / Fotografía: Instituto Louis Bolk

Los principios de la agricultura orgánica son fundamentales

La evaluación de la idoneidad de los métodos de fitomejoramiento se basa en los principios de la agricultura orgánica. La agricultura orgánica no implica sólo evitar el uso de fertilizantes químicos, plaguicidas y los OGM. También considera que el suelo viviente es fundamental y usa métodos que estimulan procesos (agro) ecológicos sin agotar los recursos naturales. Fundamentada en la integridad y en el valor intrínseco de las entidades vivas, como por ejemplo el suelo, las plantas, los animales y los humanos, la agricultura orgánica respeta el medio ambiente, la ecología de las fincas y la complejidad de la naturaleza. Esta actitud de respeto evita que los agricultores ejecuten acciones que afecten el potencial reproductivo de una planta e impidan el uso sostenible de cultivares.

Así, el concepto de cultivos de plantas orgánicas, tal como fuera formulado por el grupo clave de europeos, es el siguiente: «El objetivo del fitomejoramiento orgánico es desarrollar plantas que incrementen el potencial de la agricultura orgánica y de la biodiversidad. El cultivo de plantas orgánicas es un enfoque holístico que respeta las barreras naturales de cruzamiento y que se basa en plantas fértiles capaces de establecer una relación viable con el suelo viviente».
Biodiversidad – una característica esencial

Ya que la biodiversidad es una de las principales características de un sistema agrícola orgánico sostenible, el sector orgánico da gran valor al libre intercambio del acervo genético. Se respetan los derechos de los fitomejoradores, pero las patentes y las técnicas que hacen que la planta se vuelva estéril ponen en peligro el libre intercambio y, por consiguiente, la diversidad genética. Una de las técnicas para prevenir el libre intercambio de la diversidad genética usa la esterilidad citoplásmica masculina sin genes de restauración, para producir híbridos (ver recuadro en la página 30). La ausencia de genes restauradores evita la producción de semillas y, por eso, este tipo de híbridos debe ser prohibido. Todos los demás tipos de híbridos producen semillas viables. No mantienen la pureza después de su multiplicación en los campos, pero pueden seguir usándose para desarrollar nuevas variedades.

En el altamente especializado sector europeo de hortalizas no se guardan semillas. Los agricultores orgánicos holandeses prefieren comprar sus semillas y la mayoría prefiere las híbridas. La uniformidad de las plantas les permite cosechar en forma mecanizada y reduce el requerimiento de mano de obra temporal, siempre escasa. El que los híbridos sean la mejor opción en el Sur depende mucho de las circunstancias socioeconómicas. Con frecuencia hay argumentos válidos contra los híbridos. A los agricultores de escasos recursos, sin suficiente dinero para comprar nuevas semillas todos los años, les va mejor con variedades que ellos mismos pueden multiplicar a bajo costo.

Polinización cruzada respetando las barreras naturales. / Fotografía: Instituto Louis Bolk

Lo que divide es el nivel de manipulación de la célula

Las técnicas biotecnológicas usadas en el fitomejoramiento moderno (ver recuadro, página 30) pueden dividirse entre aquellas que se permanecen dentro del ámbito de la vida y las que van más allá. Si se considera que la célula es la unidad estructural organizada de la vida, entonces todas las técnicas de mejoramiento que intervienen a nivel subcelular no siguen los principios orgánicos. Esto significa que en el sector orgánico se debería prohibir la modificación genética (que interfiere al nivel de ADN) y la fusión de protoplastos. Todas las otras técnicas de la biología celular, incluyendo las técnicas de rescate de embriones y la polinización ‘in vitro’, son aceptables.

Algunos fitomejoradores van más allá: no sólo quieren abandonar las técnicas que trascienden el nivel celular, sino también evitar aquellas que lo intervienen. El sistema de certificación propuesto etiquetará a estas últimas como «variedades orgánicas». Las variedades que respeten los estándares de los cultivos orgánicos, pero que van más allá del nivel de la planta, serán etiquetadas como «semillas orgánicas». Las «semillas orgánicas» provienen de programas convencionales de fitomejoramiento que respetan los estándares de los cultivos orgánicos y que se multiplican en condiciones orgánicas de crecimiento durante por lo menos una generación.
Replanteando el fitomejoramiento

Para los fitomejoradores que quieren trabajar con la menor cantidad posible de biotecnologías, el reto es desarrollar nuevos conceptos y estrategias de mejoramiento que las haga reproducibles. La mayoría de las técnicas biotecnológicas en los cultivos vegetales se usan para introducir, en los cultivares modernos, características de resistencia genética específica de plantas silvestres afines y de otras especies. Esto ha producido una confianza desproporcionada en los genes resistentes y se han dejado de lado otras características y técnicas que previenen el incremento de enfermedades y plagas. La aparición de enfermedades fúngicas transmitidas por el suelo, por ejemplo, se retarda con cereales de mayor altura y con una estructura de la planta más abierta (en contraposición a los tipos compactos de caña corta). Los cultivos donde se combinan variedades y los cultivos intercalados, también previenen enfermedades epidémicas. Por eso, la estrategia del fitomejoramiento orgánico pretende compensar la baja resistencia genética con una mejor estructura de la planta y con variedades que se comporten bien en cultivos intercalados. De esta manera, no se basará en sólo un gen resistente, sino en un mayor conjunto de medidas, más sostenibles. El fitomejoramiento con la menor cantidad posible de biotecnología, requiere volver a pensar qué es lo que queremos lograr y cómo podemos hacerlo; en eso nos pueden ayudar los principios de la agricultura orgánica.

Estableciendo los estándares de los cultivos orgánicos

El desarrollo de nuevas variedades requiere una considerable inversión financiera. Los agricultores orgánicos en Europa dependen mucho de los productores convencionales de semillas para las nuevas variedades, porque constituyen un sector relativamente pequeño. El establecer estándares para los productores de plantas orgánicas puede influir en el desarrollo tecnológico del sector orgánico, ya que especifican las técnicas que son permitidas para el desarrollo de nuevas variedades. Para que la implementación de estos estándares sea posible, el sector privado (convencional) de semillas se ha visto envuelto, desde el principio, en discusiones sobre el mejoramiento orgánico.

La formulación de estándares para el fitomejoramiento orgánico proporciona en forma clara qué se espera de las compañías de semillas. Algunas compañías en Holanda, como por ejemplo Vitalis Biologische Zaden, están dispuestas a adoptar esos estándares y producir semillas orgánicas sin usar biotecnologías no deseables.

Los estándares del fitomejoramiento orgánico no indican cómo deberían ser las variedades actuales. El Instituto Louis Bolk ayuda a que los agricultores formulen sus aspiraciones específicas (por ejemplo, la adaptación a suelos orgánicos, tolerancia a enfermedades problemáticas, etc.) mediante ideotipos de cultivos.

Se solicita a las compañías de semillas que proporcionen variedades que cumplan con esos ideotipos para ser experimentados en los campos de los agricultores. Los agricultores y los fitomejoradores son los que evalúan los ensayos en campo y así se crea una plataforma de discusión entre ellos. El intercambio de conocimientos estimula el desarrollo de variedades que satisfagan las necesidades de los agricultores y que esten mejor adaptadas a los sistemas agricolas organicos.

Edith Lammerts van Bueren y Aart Osman, Louis Bolk Institute, Hoofdstraat 24,
3972 LA Driebergen, Holanda.

Referencia
– Lammerts van Bueren, E.T., M. Hulscher, M. Haring, J. Jongerden, J.D. van Mansvelt, A.P.M. den Nijs y G.T.P. Ruivenkamp. 1999. Sustainable Organic Breeding
– Final Report, Instituto Louis Bolk, Driebergen, Holanda. (se puede bajar el documento de www.louisbolk.nl/eng/info/sopb.htm

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