aumentar la presencia de enfermedades, maleza y plagas, y a disminuir las utilidades,. La investigación llevada a cabo en el sur de Brasil también demuestra que las prácticas de labranza cero, en combinación con rotaciones apropiadas de cultivos, reducen de manera significativa la infestación de maleza (Derpsch, 1999). Basándose en esta observación, ha aparecido un enfoque más integrado de labranza cero, que ahora la FAO conoce como «agricultura de conservación».
Este enfoque implica ceñirse a los siguientes principios (Benites y Ashburner, 2001):
– La tierra no es alterada mecánicamente – se siembra o planta directamente
– Existe una cobertura permanente del suelo – se usa, en especial, residuos de cultivos y cultivos de cobertura
– Buena elección de rotaciones de cultivos
Labranza cero, tecnología de entrada para la agricultura de conservación / Foto: FAO
La implementación puede variar según las condiciones, problema y recursos locales, pero la labranza cero (siembra directa) es la técnica clave en el sistema. Es frecuente que los implementos y las herramientas para la siembra directa sean adaptados por los propios agricultores, o, como sucede en Brasil, se obtienen con la colaboración entre agricultores, técnicos, investigadores y el sector privado (FAO, 2000). Las plantas son sembradas directamente sobre una cobertura permanente de suelo, que puede ser el rastrojo de un cultivo anterior (o paja traída de afuera) o un cultivo de cobertura, vivo. La cobertura permanente del suelo reduce el impacto dañino de las gotas de lluvia sobre la tierra desnuda, retiene la humedad del suelo, regula la temperatura, proporciona materia orgánica y es una fuente potencial de nutrientes.
La labranza cero, aplicada dentro del marco de la agricultura de conservación, ha probado ser una practica agrícola factible en una amplia gama de condiciones climáticas, de suelo y sociales, que sirve para los grandes y también para los pequeños agricultores.
El proceso de adopción impulsado por agricultores
La agricultura de conservación resulta atractiva a los agricultores por varios motivos: ahorra tiempo y dinero, el período para plantar puede ser más largo, conlleva a una mayor tolerancia a las sequías y generalmente a mayores rendimientos. A pesar de estas importantes ventajas, los agricultores todavía demoran en adoptar esos cambios
tan radicales. Pero en Brasil, la principal razón de la rápida adopción del sistema es que los propios agricultores son muy activos en promoverla. Desde un inicio han estado abocados a crear asociaciones y redes, involucrando también a técnicos y a investigadores de la Asociación Brasileña de Labranza Cero para los Trópicos (ZTAT, en portugués) o de los ‘Clubes Amigos da Terra’ (CAT). Estos grupos y redes apoyan a sus miembros y han resultado ser muy efectivos para la difusión de agricultor a agricultor, y para la aceptación de las ideas y de las tecnologías. También se están convirtiendo en grupos importantes de presión local, que demandan mejoras en el entorno político e institucional, y apoyo político y legal para sus iniciativas (FAO, 2001).
Apoyo para las acciones de los agricultores y de las ONGs
Desde 1995, el gobierno brasileño ha estado muy involucrado en el proceso. Varios ministerios e instituciones de investigación están ahora colaborando con ONGs, tales como ZTAT y CAT, y dan apoyo financiero, capacitación de técnicos, respaldo en investigación, integración de sesiones de capacitación en universidades, etc. Mayor apoyo para la promoción de labranza cero fue generado colaborando con ABEAS (Asociación Brasileña para la Educación Agrícola Superior) y la Universidad de Brasilia, y en 1999, se dio el primer curso de pos grado por correspondencia en Brasil, sobre prácticas de labranza cero (Landers, 2000).
Sin embargo, la mayoría de las políticas agrícolas todavía se centran exclusivamente en el incremento de la producción, y casi siempre están asociadas a paquetes de insumos externos e intervenciones técnicas. En muchos casos, estos marcos de políticas son los principales obstáculos para la difusión de sistemas agrícolas más integrados, sostenibles y productivos (FAO, 2001).
Sandrine Vaneph y José Benites, FAO-AGLL, Vialle delle terme di Caracalla,
00100 Roma, Italia. sandrine.vaneph@fao.org
Referencias
– Benites, J.R. y J. E. Ashburner, 2001. FAO’s role in promoting conservation agriculture. Borrador para el I Congreso Mundial sobre agricultura de conservación: un reto mundial. Madrid, (España), 1 – 5 de octubre de 2001.
– Derpsch, R., 1999. Frontiers in conservation tillage and advances in conservation practice. Trabajo presentado en la 10ma Conferencia ISCO, 24 – 28 de mayo de 1999, West Lafayette, In, Estados Unidos. Las Actas están en prensa.
– FAO, 2000. Soil management and conservation for small farms – Strategies and methods of introduction, technologies and equipment. FAO Soil Bulletin 77, FAO, Roma, 2000.
– FAO,2001. Conservation agriculture – Case studies in Latin America and Africa. FAO Soil Bulletin 78, en prensa, FAO, Roma.
– Landers, J.N., 2000. Zero tillage development in tropical Brazil: The story of a successful NGO activity. Estudio de caso para Wageningen, – Borrador.