Promotores agrícolas identificando plagas en campo / Foto: Instituto Huayuná
Se puede distinguir en estos tres importantes factores una complejización de la propuesta inicial: el empoderamiento de la propuesta y su difusión por parte de los mismos agricultores y sus organizaciones. Se ha pasado de propuestas sencillas o de tecnologías puntuales al manejo de un concepto, a un manejo de mayor dimensión, más complejo. Esto queda claro cuando uno lee el artículo de Vaneph y Benites (página 18), sobre una experiencia en que la técnica inicial de labranza cero dio paso a una agricultura de conservación (rotación de cultivos, abonos verdes, cultivos de cobertura, labranza cero, etc.). Mas aún, cuando los agricultores y sus organizaciones han hecho suyas las propuestas, las han adaptado y potenciado a niveles mayoresa los previstos y han ido mas allá de las propuestas técnicas, indicándonos su enfoque integrador. Por ejemplo, los agricultores de Güinope, en Honduras, mencionados por Sherwood y Larrea en la página 15, señalan claramente que lasorganizaciones de desarrollo deben prestar atención a otras áreas y no sólo al aspecto técnico. Ellos solicitan apoyo, también para la organización, acceso a la información, logro de influencia política y en la comercialización de su producción.
Tanto en el artículo de Sherwood y Larrea, así como en lo que señalan De la Cruz y Bazo (pág. 16) y Holt-Giménez (pág. 23), lo más importante en el desarrollo no son las técnicas sino las personas y su formación, lo que los productores de Güinope, Honduras, denominan la ‘finca humana’. Son los agricultores los que tendrán capacidad de generar, colectiva y permanentemente, respuestas técnicas y sociales para resolver sus problemas.
Sin embargo, esto es insuficiente, es necesario influir en el contexto. Muchas veces, los gobiernos no sólo carecen de voluntad política de apoyo a una agricultura sostenible, sino que también obstaculizan su proceso. Es aún pequeño el nivel de incidencia política alcanzado por las organizaciones de productores comprometidos con la agricultura sostenible. Para influir en el contexto es necesario formar alianzas, con la participación activa de los productores; de tal modo que sus necesidades y propuestas tengan una base institucional con la cual tener presencia en los niveles donde se toman decisiones, y tal como lo señala Holt-Gimenéz, eso es algo que aún tenemos que aprender a hacer, por ser fundamental para lograr un ‘scaling up’ de la agroecología.
Lograr un equilibrio entre el impacto (número de personas), la velocidad (rapidez en la consecución de objetivos), la durabilidad (permanencia en el tiempo) y la equidad, objetivos del ‘scaling up’, involucra a diversos actores y circunstancias. En el caso de los agricultores, deben estar seguros de su saber y que su experiencia es válida, pero también deben estar abiertos a nuevas propuestas. Es vital que trabajen y fortalezcan sus organizaciones, además de formar alianzas con otras instituciones y actores. En cuanto a las ONGs, deben replantear los proyectos –como lo menciona Jorge Chávez Tafur –, (pág. 10) tener claro qué hay que hacer, antes de entrar a cómo se va a hacer. Es necesario que sistematicen su trabajo, para hacer posible el aprendizaje de sus experiencias, permtiendo a otros no perder energía y tiempo “inventando nuevamente la pólvora”.
Es fundamental estimular una mayor participación de los agricultores y sus organizaciones en los proyectos y en las decisiones, pasar de las propuestas técnicas a un trabajo de formación de personas. La cooperación internacional debe entender que la formación de personas y el desarrollo de los procesos no son previsibles en cuanto al tiempo que van a tomar. Son los únicos factores que aseguran desarrollo y sostenibilidad, por eso es importante flexibilizar los plazos en los proyectos, en base a una adecuada evaluación que permita establecer ladiferencia entre lo que se dice (que puede encajar en una matriz de evaluación) y lo que realmente se hace y logra. Es importante replantear los sistemas de evaluación. De otro lado, losgobiernos deben reconocerse y aceptarse en lo rural, en el pequeño agricultor. Deben aprender de las experiencias desarrolladas por los proyectos con los pequeños agricultores y generar políticas que los favorezcan.
Como se verá en este número de la revista LEISA, existen diferentes enfoques y niveles de “scaling up” pero, finalmente, un enfoque integrador de ellos, plasmado en la práctica, será el que mejor pueda alcanzar los objetivos de beneficiar al mayor número de personas, en el plazo adecuado, con equidad y posibilidad de ser sostenibles.
César De la Cruz
César De la Cruz, Ingeniero agrónomo- Instituto Huayuná. Grupo Eco-Lógica Perú.
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