diciembre 2001, Volumen 17, Número 3
Experiencias para crecer

Desarrollo participativo: escalar y escalar aún mas

JEAN MARC VON DER WEID | Página 19-22
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Desde 1995, AS-PTA ha propiciado un exitoso programa para familias de agricultores en el centro-sur de Paraná, Brasil. Miles de agricultores han participado de un proceso de búsqueda de soluciones a sus problemas agrícolas y, de esa manera, han mejorado su comprensión acerca de los principios ecológicos y agroecológicos.

Esta región de Brasil es parte del Bosque Atlántico, un bosque húmedo muy diverso y rico, con un clima subtropical: fresco y con lluvias. El promedio anual de lluvias está entre los 1 300 y 1 700 mm. Es una área de cerros y montañas, con pequeñas franjas planas en el fondo de las cuencas. En la región, el 90% de las fincas son familiares, de menos de 50 ha y se concentran en la tercera parte de las tierras agrícolas; el resto está ocupado por grandes haciendas. En las fincas se cultivan diversos productos, siendo el frijol y el tabaco los principales cultivos comerciales, seguidos por la cebolla, la papay la hierba mate (un tipo de infusión nativa). La mayoría de los agricultores cultiva maíz, principalmente para consumo doméstico y forraje. Los caballos tienen una función importante como animales de tiro y casi todas las fincas familiares tienen algunas cabezas de ganado, cerdos y aves.Los sistemas agrícolas comibinan características tradicionales y modernas, y se usan fertilizantes químicos u orgánicos, dependiendo de los recursos del agricultor. El rendimiento promedio generalmente es bajo y los ingresos familiares están entre los US$660 y 1 020, al año.El programa iniciado por AS-PTA abarca 22 municipalidades (unos 13 000 kilómetros cuadrados), con una población de 250 000 personas (aproximadamente 55 000 familias de agricultores).

Principales problemas

Condiciones naturales inherentes como, por ejemplo, acidez y bajo contenido de fósforo en los suelos, unidos a las pequeñas propiedades de tierras agrícolas, ocasionan varios problemas sociales, económicos y ambientales. La falta de recursos financieros no permite que los agricultores tomen medidas para enfrentar la tendencia al agotamiento de los nutrientes del suelo y la disminución de los rendimientos. Laderas con mucha pendiente y copiosas lluvias, combinadas con prácticas de labranza “de arriba hacia abajo”, causan una significativa erosión del suelo. El reemplazo de variedades tradicionales de fríjol y maíz por variedades mejoradas, ha tenido efectos devastadores en la agrobiodiversidad y en la eficiencia de los cultivos. Por último, pero no por eso menos importante, el uso indiscriminado de agroquímicos ha producido contaminación tóxica entre los agricultores y en el medio ambiente, sin conseguir reducir significativamente plagas y enfermedades en los cultivos. Las dificultades de acceso a los créditos y a los mercados también contribuyen a mantener patrones de bajos ingresos en la región.

El enfoque adoptado por AS-PTA fue identificar los principales factores limitantes de la agricultura por medio de métodos participativos y desarrollar soluciones técnicas a través de la investigación participativa, involucrando a todos los agricultores. El equipo técnico de AS-PTA y los agricultores presentaron alternativas agroecológicas. Luego, los agricultores ensayaron y adaptaron en sus propias fincas estas sugerencias, a pequeña escala, en parcelas experimentales diseñadas por ellos mismos.

Innovaciones tecnológicas

Se probaron docenas de tecnologías posibles, a elección de los agricultores, en esfuerzos individuales o grupales. Aunque cualquiera de estas innovaciones puede ser adoptada por sí misma (no es un “paquete” técnico), probaron ser más eficientes cuando se combinaban unas con otras. Cada agricultor puede elegir qué innovación adoptar y cómo adaptarla a su situación particular, de acuerdo a las condiciones específicas con las que tiene que lidiar. Los agricultores presentaron y discutieron los resultados de estas pruebas en reuniones comunales y regionales. En las visitas de campo se mostraron las mejores tecnologías a otros agricultores. Eso alentó a que otros iniciaran nuevos experimentos, comprometiendo así a los agricultores en el proceso de descubrir soluciones más complejas y mejor adaptadas. A medida que la información de los resultados del primer grupo se difundía a través de iniciativas de AS-PTA, nuevos participantes se involucraban en la experimentación. Para estructurar su trabajo, AS-PTA agrupó a las tecnologías propuestas en tres programas técnicos principales, y en otros menores.

El programa más difundido fue el de Recursos Genéticos, que involucró a cerca de 5 000 agricultores. Trataba de identificar variedades tradicionales de maíz, frijol y papa para reintroducirlas, con fines de uso, entre los agricultores. El propósito era buscar mayor adaptabilidad a una serie de condiciones ambientales y a las diferentes metas y sistemas de los agricultores. Se había perdido la diversidad genética de los cultivos a causa de los fuertes incentivos y políticas dirigidas a la introducción de variedades mejoradas. Dichas “mejoras”, sin embargo, no proporcionaron el incremento esperado de los rendimientos ya que requerían suelos ricos y una gran cantidad de insumos externos. Los agricultores no podían cubrir el costo de todo el “paquete” de la Revolución Verde y, por eso, no pudieron obtener todos sus beneficios. Mientras tanto, las variedades tradicionales fueron desapareciendo y los agricultores no tuvieron otra opción que usar variedades “modernas”, mal adaptadas.

En el programa de Recursos Genéticos participaban los agricultores, algunos de los cuales todavía tenían semillas de las variedades tradicionales; se alentó a que los agricultores probaran la selección de estas variedades. El siguiente paso fue identificar los métodos de producción de semillas de los agricultores y evaluar los más eficientes. También se usó este proceso, basado en conocimientos locales, para mejorar variedades nuevas y establecer métodos de conservación y mejoramiento de semillas.

El segundo programa importante fue el de Manejo Ecológico de los Suelos, donde se ensayó una amplia gama de innovaciones. Los agricultores habían adaptado muchas, pero de diferentes maneras, usando diversas combinaciones. Éstas incluían manejo de residuos vegetales sin quemas, corte de vegetación residual después de los períodos de barbecho también sin quema, siembras a lo largo de las líneas de contorno, el uso de cultivos de abono verde de invierno y de verano, mejoramiento de tierras de barbecho con abono verde, cambios en el espaciamiento de cultivos intercalados, uso de un fertilizante orgánico de hojas conocido como biofertilizante (producido por la propia comunidad), el uso de compost producido por agricultores biodinámicos para acelerar la descomposición de sustancias orgánicas, el uso de cal y roca de fosfato, etc.

Uso de cenizas para hacer compost, conocido localmente como “fertilizante de la independencia” / Foto: AS-PTA

Como resultado se han reducido considerablemente las enfermedades y plagas, ya que se tiende a seleccionar variedades según su resistencia, y se equilibra más el uso de fertilizantes, en comparación al sistema químico NPK. Cuando es necesario se emplean aplicaciones de sulfato de cobre (caldo bordalés) o de sulfo-calcio, y el biofertilizante hecho de hojas que también da protección contra plagas. Es más difícil y complejo controlar la maleza; esto se hace con un sistema sin labranza, sin herbicidas, desarrollado localmente.

El tercer programa importante se centró en Agro-Forestería. Esencialmente, involucró silvicultura nativa en los bosques de Araucaria (un gran pino, que es un árbol nativo de esta parte de Sudamérica), uno de los ecosistemas de mayor biodiversidad del mundo. El cultivo clave de este programa es otra planta nativa, la “hierba mate”, usada para hacer una infusión que se consume mucho en el sur de Brasil. La investigación oficial y los servicios de extensión rural han estado alentando a que los agricultores abandonen sus sistemas nativos forestales, enriquecidos con árboles de hierba mate, y que adopten plantaciones de campo abierto como se hace en Argentina y en Uruguay. Esta innovación causa un tremendo daño del medio ambiente, ya que estimula la destrucción de bosques nativos a la vez que promueve el uso intensivo de herbicidas e insecticidas.

AS-PTA trabajó con un grupo de agricultores, con gran experiencia en forestería, para encontrar una manera de mejorar el sistema tradicional de manejo de la hierba mate. El principio básico es acelerar la sucesión de plantas nativas y combinar especies forestales no explotadas con la hierba mate (Ver Boletín de ILEIA 16-3, página 8). Otro aspecto de este programa fue estimular la planificación y el manejo de hierbas medicinales dentro de las áreas de bosques nativos, junto con la producción de infusiones y la difusión de la medicina práctica conocida como “bioenergía”.

Un programa a pequeña escala, que tiene gran potencial para la seguridad alimentaria y nutricional, fue la promoción de huertas familiares. En esas huertas crecen diferentes cultivos sin fertilizantes y plaguicidas químicos. Las mujeres han adoptado esta iniciativa como un medio para abastecer los requerimientos domésticos para la familia.

Estrategia, proceso y métodos

Desde el inicio, AS-PTA cuidó que el proceso de desarrollo no entrara en conflicto con las formas espontáneas culturales, espirituales y organizativas de los agricultores. Era evidente que la propia historia de las comunidades eran fundamentales para comprender sus creencias actuales. Esto dio pie a un importante proceso de revalorización de sus conocimientos y creencias profundamente enraizados en el universo de los agricultores, que tienden a permanecer escondidos y que no son tratados explícitamente por las ideologías y técnicas modernas que los descalifican. Los agricultores pudieron convertirse en socios del trabajo que hacían con AS-PTA, porque fueron respetados y comprendidos dentro del contexto de su ideología, cultura, conocimientos y creencias.

AS-PTA comenzó su trabajo estableciendo relaciones con los líderes de las comunidades de familias de agricultores de la región. Esto fue facilitado contratando agentes locales de extensión que conocían bien la dinámica social de la región centro-sur de Paraná. Junto con los líderes locales, AS-PTA eligió tres comunidades para comenzar su trabajo, con unas 30 familias en dos de ellas y 100 en la tercera. Un diagnóstico participativo de sus agroecosistemas ayudó a identificar los principales problemas y sus causas, y también motivó la participación de los agricultores y sus familias en este trabajo de desarrollo local. Esto originó un importante proceso de experimentación participativa con las diferentes opciones presentadas.

Las prácticas que se probaron y seleccionaron en las primeras tres comunidades fueron difundidas de diferentes formas al resto de agricultores, las que incluían presentaciones de agricultores o del personal técnico en servicios religiosos, intercambio de visitas entre las comunidades para compartir experiencias, planificación colectiva de actividades municipales y regionales, y participación conjunta en ferias de semillas y movilizaciones de políticas públicas. Estos esfuerzos suscitaron interés en las diferentes comunidades de la región, a varios niveles, y resultaron en la formación de grupos de agricultores experimentadores y capacitadores dentro de la región, los que después llevaron el mensaje a otras comunidades, capacitaron a otros experimentadores y estimularon más intercambio de experiencias. Ahora, existe un intenso movimiento de agricultores alrededor de la región, que se organizan independientemente de AS-PTA y que demandan apoyo cuando lo necesitan.

La capacitación es un aspecto esencial en este enfoque, que no se limita solamente a técnicas enseñadas por el personal de ASPTA, sino que también busca estimular la observación creativa y la habilidad para innovar y adaptar. Se da gran valor a los propios conocimientos de los agricultores sobre prácticas agronómicas y sus ecosistemas, que después se combinan con nueva información introducida por el personal técnico. Una de las soluciones técnicas que atrajo el interés de otras comunidades fue la reintroducción de variedades tradicionales de cultivos, con la selección y el mejoramiento hechos en parcelas experimentales de la comunidad. AS-PTA capacitó a un grupo de agricultores interesados, los que después difundieron la técnica en la región, convirtiéndola en una experiencia común de aprendizaje.

Este grupo regional, ahora de unos 45 agricultores, asumió la capacitación de otros experimentadores, quienes a su vez siguieron capacitando a sus vecinos. Significativamente, no solamente se compartían las técnicas (cómo establecer un campo de semillas, mejorar el maíz, etc.), sino también las razones que hay detrás de las diferentes innovaciones y cómo comprobarlas libremente para mejorarlas y adaptarlas a cada condición específica del agricultor.

Es más, se creó un Foro de Desarrollo Regional con 15 Sindicatos de Trabajadores Agrícolas de municipalidades y aproximadamente 200 Asociaciones de las Comunidades, grupos de mujeres y de jóvenes. El Foro tomó el liderazgo y el manejo del desarrollo local y ha mostrado una enorme capacidad de movilización, como se vio con la presencia de 30 000 personas en un evento regional, en 1999, llamado “Procesión de la Tierra”.

Un impacto interesante de esta extraordinaria actividad de interacción social en la región fue la ruptura de barreras culturales entre comunidades de diferentes orígenes étnicos y religiosos. Las actividades en común han unido a las comunidades y creado una identidad social de las familias de agricultores que asumen su propio desarrollo.

Sin la intensa participación de los agricultores en el proceso de producir y diseminar nuevos conocimientos, hubiese sido imposible que el programa diera este importante salto. En cinco años, este enfoque ha permitido que AS-PTA pase de trabajar, inicialmente, con tres comunidades a 160 y, después, a 5 000 agricultores.

Impactos

Los impactos agronómicos y económicos han sido significativos, considerando que el proceso todavía está lejos de otorgar todos los beneficios que puede ofrecer a los agricultores. La producción de semillas en las fincas se ha incrementado enormemente, con considerable ahorro financiero de, por lo menos, el 10% de los agricultores de la región. La diversificación de las variedades tradicionales ha posibilitado la reintroducción de 112 variedades de maíz, 98 de fríjol, 10 de papas y 16 de arroz (un cultivo secundario en la región, que no era prioritario en el programa de Recursos Genéticos).

Los rendimientos de estas variedades tradicionales son comparables con los obtenidos con los híbridos comerciales y de las variedades mejoradas en las estaciones experimentales del gobierno estatal (Instituto Agronómico de Paraná –IAPAR) y federal (Empresa Brasilera de Investigación Agropecuaria – EMBRAPA). Con sólo cultivar las variedades tradicionales mejor adaptadas, sin otros cambios en los sistemas productivos de los agricultores, se obtuvo un incremento del 50% por encima del promedio regional, llegando a 3 600 kg/ha para maíz y 1 800 kg/ha para el fríjol. Las fincas que adoptaron otras técnicas agroecológicas, junto con las variedades tradicionales, han obtenido rendimientos de 5 000 kg/ha de maíz y 3 000 kg/ha de fríjol.

No hay registros exactos del impacto en tabaco, cebolla y papa, pero la impresión de los agricultores es que los resultados han sido igualmente positivos, aunque son cultivos más proclives a riesgos. Aquellos agricultores que han progresado más dicen que pueden comercializar productos orgánicos de alta calidad, incluyendo tabaco, con rendimientos comparables a los obtenidos con sistemas convencionales.

Las evaluaciones cualitativas hechas por los agricultores para los rendimientos de hierba mate en el nuevo sistema forestal, indican que son más altos que con el sistema tradicional, y que el producto es mucho mejor que el obtenido con el sistema moderno de campo abierto. Los agricultores deducen que sus rendimientos son casi iguales a los obtenidos en el sistema modernizado, principalmente, debido a que ataques de importantes plagas de perforadores han dañado las plantaciones a campo abierto. Pero, esto no puede ser probado ya que no se han hecho encuestas exactas de recolección de datos.

Los agricultores aducen que los ahorros en insumos son tan motivadores como las utilidades de la producción. La introducción de la siembra de maíz y fríjol sin labranza y sin usar herbicidas, por ejemplo, en una finca que siembra 5 hectáreas con estos cultivos (promedio para la región) produjo una utilidad bruta de US$563. La inversión para introducir esta tecnología cuesta US$400, lo que significa una utilidad neta inmediata de US$163. Una vez que se establece un sistema sin labranza y sin herbicidas, los gastos anuales son poco más del 10% de los costos fijos promedio. Esto significa que para el segundo año, un agricultor puede obtener una ganancia neta de más de US$500, solamente en maíz y en fríjol.

Otra ventaja de la agoecología, señalada por los agricultores, es la mayor capacidad de resistencia del sistema. Hay mayor tolerancia y menor ocurrencia de plagas, hongos y nemátodos, y menos vulnerabilidad a ocasionales rachas de sequías. Los cultivadores de tabaco, papa, y cebolla –que son los que usan más insecticidas y plaguicidas- muestran gran interés en los beneficios para la salud humana obtenidos al reemplazar estos insumos, debido a los muchos envenenamientos ocurridos en la región. Un menor uso de estos insumos también implica una reducción en costos de mano de obra. Los agricultores que tienen una baja capacidad de inversión y queequilibran costos en sistemas tradicionales, se ven atraídos por estas tecnologías que dependen menos de insumos externos comprados.

Lo interesante en este programa es la amplia adopción de técnicas que no eran esencialmente nuevas en la región ni tampoco para los agricultores. En realidad, desde hacía tiempo, las agencias públicas de investigación y de extensión rural habían promovido tecnologías tales como abonos verdes y siembra sin labranza, sin que fueran ampliamente aceptadas por los agricultores. Ahora, hay más de 5 000 familias de agricultores que usan directamente esas técnicas, y un número indeterminado de otros agricultores que ya han sido “contaminados”.

Condiciones para el éxito de los resultados hasta ahora

Estructuras comunales bien establecidas, en combinación con nuevas dinámicas de la vida social y política en las municipalidades y en la región, fueron básicas para el logro del programa.

Otro factor importante, que puede ser descrito como “ideológico”, es que para muchos agricultores el modelo convencional de la Revolución Verde llegó a su límite. Además, la dinámica política y social de la década de 1980, que demandó mayor acceso a las facilidades de la Revolución Verde, ya había llegado al final del camino. En su lugar, el modelo alternativo de desarrollo presentado por el enfoque de la agroecología y la autoconfianza atrajo las expectativas de los agricultores.

Compartiendo información sobre variedades tradicionales de maíz / Foto: AS-PTA

Los acuerdos de socios entre el personal técnico y los agricultores, y, muy particularmente, entre los propios agricultores, complementados por expertos externos, fueron la clave del éxito. El personal de planta de AS-PTA actuó como intermediario en la búsqueda de nuevos conocimientos que pudieran ser evaluados, adaptados e incorporados por los agricultores. Visitas a otras ONGs en el sur de Brasil ayudaron a crear un conjunto de opciones técnicas a ser experimentadas localmente.

Lentamente se suscribieron acuerdos con instituciones de investigación, que ahora incluyen colaboraciones con la Universidad de Londrina (recursos genéticos), IAPAR – el Instituto Agronómico de Paraná (siembra sin labranza), EMBRAPA-CNPAB – Centro Nacional de Investigación en Agricultura Biológica (abono verde), y la UFRRJ – Universidad Federal de Río de Janeiro, Centro de Investigación de Desarrollo Agrícola – CPDA (evaluación de política pública). Estos acuerdos son útiles para evaluar científicamente las técnicas y los resultados, y para la identificación de cuellos de botella y posibles soluciones o mejoras.

Según un evaluador técnico externo, quien visitó el programa, la mayoría de las técnicas en uso no son grandes innovaciones, pero la manera en que se usan, combinan y adaptan puede ser considerada revolucionaria.

Obstáculos y limitaciones

Actualmente, el programa enfrenta dos factores limitantes significativos, junto con otros de importancia secundaria.

En primer lugar, la falta de acceso a capital y el sistema de créditos totalmente inadecuado, retardan el proceso de incorporación de las nuevas tecnologías. Aunque estas innovaciones son caras y no demandan gastos recurrentes, es común que los agricultores no puedan pagar las inversiones. El adoptar la técnica de no labrar ni usar herbicidas, por ejemplo, demanda una inversión general del 40 – 60% del promedio de los ingresos anuales familiares.

Acceso a semillas para tener abono verde. En Brasil, las semillas para cultivos usados en la producción de abono verde son caras y difíciles de encontrar, considerando, especialmente, la gran diversidad de especies (más de 30) usadas en los experimentos del programa. Los agricultores dependen de la multiplicación de estas semillas en las fincas y, por eso, toman mucho tiempo en transformar sus chacras. AS-PTA suministra pequeñas cantidades de semillas para las parcelas de ensayo de los agricultores. Cada uno de ellos es responsable de dar cierta cantidad de semillas para que otros experimenten, y multiplicar semillas para su propio uso.

Un tercer factor limitante importante tiene que ver con el mercado. Unos pocos intermediarios controlan la compra de frijol, cebolla, papa y tabaco, lo que hace que los agricultores dependan de ellos. Consecuentemente, los precios son tan bajos que desalientan la producción. La pregunta que siempre se hacen los agricultores es: “¿Por qué trabajar tanto para cambiar, si, al final, las utilidades terminan en los bolsillos de los intermediarios?” Esos intermediarios también han impuesto el uso de dos variedades de frijol que demandan grandes cantidades de insumos, vendidas por Monsanto e IAPAR, basándose en las preferencias de los supermercados de Río de Janeiro que compran la mayor parte de la producción de frijol negro de Paraná. Ensayos en un puesto de venta en un supermercado de tamaño mediano, sin embargo, han mostrado que los consumidores están interesados en comprar variedades tradicionales siempre que vengan en “mezclas” que tengan el mismo tiempo de cocción.

El mismo problema existe con otros productos, particularmente papas y tabaco. Para las papas, son más importantes el tamaño, la forma y la ausencia de ojos en la cáscara, que el gusto o el valor nutritivo. Para el tabaco, la industria de cigarrillos controla totalmente a sus agricultores contratados, suministrándoles los insumos y supervisando estrictamente la aplicación de los mismos. Cualquiera que sea la calidad de las hojas, los agricultores que no usan el “paquete “ de la industria no tienen ninguna oportunidad de vender sus cosechas.

Otras restricciones para incrementar el programa están relacionadas con la disponibilidad de fondos de AS-PTA para apoyar la capacitación y el intercambio entre los agricultores, con las limitaciones que enfrentan los agricultores para comprar pequeños equipos, por ejemplo, secador de granos, y con los innumerables problemas causados por las autoridades públicas, como por ejemplo, condicionar los préstamos al uso de “paquetes tecnológicos” o distribuir semillas comerciales gratis.

Propuestas para aumentar la escala de acción del programa

El crédito será clave para acelerar el proceso de adopción. A corto plazo, no hay posibilidad de que cambien las políticas de crédito del mercado para las familias de agricultores. Pero, una experiencia a escala mayor en esta región, con un programa alternativo de crédito, podría ayudar a estimular cambios en el sistema oficial de créditos. Los agentes de crédito deberían ser las Asociaciones de la Comunidad, organizadas en una estructura central de apoyo que obtendría y distribuiría fondos. Esto simplificaría el acceso al crédito y las garantías serían dadas colectivamente, en solidaridad, por la comunidad. Un préstamo de US$400 por agricultor es suficiente para convertir una finca entera. En condiciones normales, las utilidades de la cosecha del primer año serían suficiente para repagar el préstamo.

También será importante la organización y la administración de este flujo de fondos, incluyendo la capacitación de agentes en la comunidad. Ya hay algunas experiencias en la región sobre las cuales se puede sacar conclusiones con relación al trabajo de organización y capacitación. La tasa de expansión también dependerá del incremento de la habilidad de los agricultores para extender la dinámica social de la capacitación y de la experimentación. Esto significa que se tiene que aumentar el núcleo de experimentadores – capacitadores que conducen el proceso de desarrollo de la región.

El tercer aspecto importante para aumentar la escala de acción es el acceso al mercado. Para superar los monopolios que limitan el potencial de mercado de los productores locales, las pequeñas cooperativas de las familias de agricultores deberían tener mayor infraestructura y, también, equipo para procesar las cosechas. Esto significa secadores de grano, tambores para almacenar semillas, medidores de humedad, balanzas, máquinas para encostalar, máquinas de coser, elevadores, fajas transportadoras, silos, trilladoras de maíz, máquinas para descascarar, invernaderos, procesadores de hierba mate, clasificadores y otro equipo de la comunidad. El costo de inversión, unos US$100 por agricultor, podría también ser proporcionado a través de préstamos. Los costos operativos de casi toda esta maquinaria pueden ser cubiertos colectivamente por los participantes, como se hace hoy en experiencias a menor escala.

Esta inversión no intenta reemplazar a los agentes comerciales existentes, sino en romper los monopolios y obligarlos a negociar mejores precios con los agricultores. Ya se han abierto canales para el acceso directo a los supermercados de Río de Janeiro, a través de los cuales las organizaciones de agricultores podrían vender casi un tercio del total de 100 000 toneladas de frijol negro que se producen en la región cada año.

Conclusiones

Nuestra experiencia en el centro-sur de Paraná muestra cómo el trabajo de una organización ha podido crecer a través de una intensa participación social, beneficiando a 30 veces más personas en 5 años. Un crecimiento mayor dependerá de mayores inversiones en esta nueva orientación del desarrollo rural de Brasil. Sin embargo, este presupuesto es más bajo (unos US$35 por año, por agricultor) que la cantidad que se gasta en servicios públicos de extensión rural y el costo de investigación agrícola en el Brasil (aproximadamente US$1 000 por año, por agricultor).

La propuesta de AS-PTA para la región centro-sur de Paraná puede señalar el camino de nuevos enfoques para crédito rural y también para servicios públicos de investigación y de extensión. Si se implementa, el impacto de estos nuevos enfoques para la agricultura familiar sostenible en Brasil, superará con creces los magros resultados mostrados por el enorme volumen de fondos que hoy se gastan en este sector social, que incluye a la gran mayoría de brasilenos que estan hoy viviendo en la pobreza.

Jean Marc von der Weid, AS- PTA, rua de Candelária 9 – 6° andar – Centro, 20091-020, Río de Janeiro, RJ Brasil. Fax: +55 21 2338363; E-mail:
aspta@alternex.com.br

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