A pesar de que el tema de la participación es motivo de mucho debate, muy rara vez los pobres tienen la oportunidad de establecer su propia agenda y su propia visión, o de definir los términos de participación de los foráneos. Todo el paradigma participatorio ha servido para poner énfasis en la participación del pueblo en programas diseñados por nosotros, desde afuera. El espacio para la articulación ha sido muy limitado, pero eso no es todo: aún cuando la gente ha utilizado su ingenio para resolver sus propios problemas, rara vez ha existido una ventana institucional capaz de reconocer, respetar y premiar la creatividad e innovación básica detrás de la solución popular.
La red “Honey Bee”
Hace una década, el reconocimiento de estas circunstancias impulsó a SRISTI (Sociedad de Investigación e Iniciativas para Tecnologías Sostenibles e Instituciones), una ONG basada en la India, a establecer una red “Honey Bee” o “Abeja Obrera” cuyo nombre es una metáfora que indica los valores éticos y profesionales que la mayoría casi nunca practica. Una abeja obrera hace dos cosas que nosotros, los intelectuales, generalmente no hacemos: i) recolecta el polen de las flores sin que las flores se quejen, y ii) establece la conexión entre flor y flor. En la red “Honey Bee”, hemos establecido como principio, reconocer siempre los créditos a los conocimientos obtenidos de la gente y compartir, de manera justa y razonable cualquier beneficio que provenga de este conocimiento. Asimismo, siempre hemos insistido en compartir la información en idiomas nativos, para facilitar la comunicación de persona a persona. En ese sentido, la red “Honey Bee” es una especie de centro de conocimiento que reúne las soluciones desarrolladas por gente en todo el mundo, de distintos sectores y con distintos vínculos, no sólo entre la población, sino entre la ciencia formal e informal. Hasta el momento, “Honey Bee” ha recolectado más de 10 000 ejemplos de innovaciones contemporáneas, o destacados ejemplos de conocimientos tradicionales locales sobre la gestión sostenible de recursos naturales. Estas innovaciones se comparten con personas y comunidades locales en más de 75 países alrededor del mundo, a través del boletín “Honey Bee”.
Es evidente que la gente no puede encontrar soluciones para todos sus problemas. Pero al mismo tiempo, las soluciones que encuentran no siempre son las óptimas. Frecuentemente existe la oportunidad para mejorar la eficiencia y la eficacia de las mismas. Lo indiscutible es que una estrategia de desarrollo que no esté construida sobre la base de la riqueza que la gente pobre posee: sus conocimientos, instituciones y creatividad, nunca será éticamente sólida ni profesionalmente eficiente.
En busca de los “raros” o “curiosos”
Es importante subrayar que hemos desarrollado nuestra base de datos usando métodos y enfoques que pueden ser utilizados sin mayor dificultad. Creemos que el aprendizaje debe ser mutuo y requiere paciencia, con categorías que la gente utiliza para definir su visión del mundo. Lo que hemos hecho es muy simple. Durante las vacaciones de verano conseguimos la ayuda de estudiantes para encontrar a los “raros” o “curiosos” de los pueblos, los agricultores que realizan experimentos y trabajos de manera diferente. Muchos de ellos encuentran sus propias soluciones de manera creativa y novedosa. Generalmente estas innovaciones no salen del ámbito local y a veces son desconocidas incluso por otros agricultores del mismo pueblo. Sin embargo, la falta de difusión de estas innovaciones no significa de carezcan de validez. ¿Qué tipo de innovaciones son? Nos hemos encontrado con innovaciones de carácter técnico, socio-cultural, institucional y educacional, que contribuyen a la conservación de recursos locales y a la generación de ingresos adicionales o a la reducción o prevención de posibles pérdidas. Los agricultores han desarrollado soluciones inmejorables para controlar pestes y enfermedades en cultivos y ganado, así como para conservar suelos y aguas, razas de ganado local y nacional, la biodiversidad acuática y terrestre, etc.
Implemento para la siembra en hileras
Amrubhai Agrawat es un artesano del pequeño pueblo de Pikhor en el distrito de Junagadh, Gujarat, que se dedica a elaborar herramientas agrícolas, habiendo desarrollado varios implementos novedosos como la caja de cultivo de trigo y la excavadora de maní. La mayoría de los utensilios para la siembra tienen un tubo en la parte inferior por donde caen las semillas al suelo. El medidor se coloca en la caja semillera. En zonas secas con vientos fuertes, el sembrar las semillas en campos regados puede resultar problemático. Amrutbhai diseñó una caja que distribuye las semillas en hileras y ahora se usa para muchos cultivos. Mientras la cantidad de semilla es constante, la distancia entre ellas se incrementa para evitar la caída de una sobre otra. Así, las raíces crecen más fuertes, y consecuentemente la absorción de nutrientes es más eficiente, las plantas no se acaman y además, son más resistentes al estrés hídrico debido a la mayor ramificación de las raíces.
Necesidad de capital de riesgo
A Amrutbhai se le ocurrió una idea novedosa para resolver otro problema que no había sido resuelto durante siglos. En la mayoría de territorios tropicales, los agricultores transportan el estiércol en una carreta hasta un punto determinado en el campo. Luego de vaciar el abono, los agricultores tienen que esparcirlo, recorriendo de un lado a otro del campo portando en la cabeza una canasta llena de abono. Este procedimiento significa mucho tiempo y trabajo. Él pensó que podría modificar el diseño de la carreta para que el agricultor pueda inclinarla fácilmente y distribuir el abono lentamente a través de todo el campo, sin ayuda. Discutió la idea con nosotros e identificó los problemas. Esta idea merecía el apoyo de algún fondo de capital de riesgo (FCR), sin embargo no existe un FCR para innovaciones pequeñas y dispersas. Tenemos bancos, pero ningún FCR. SRISTI identificó este vacío y con la ayuda de una donación de IDRC, decidió experimentar con la idea de un FCR. Se preparó una propuesta que fue revisada con dos agricultores reconocidos. Eventualmente, se desarrolló la carreta a partir del pequeño riesgo asumido por Amrutbhai y SRISTI. Existen numerosas ideas e inventos que no han sido desarrollados adecuadamente por falta de apoyo de un FCR.
Creatividad que compensa
Con frecuencia los derechos de propiedad intelectual de personas y comunidades locales son usurpadas por corporaciones nacionales e internacionales y por profesionales, sin regulación o restricción alguna. No solo no se reconoce la contribución de conocimientos por parte de las personas o comunidades, sino que no se comparten con ellos las utilidades generadas por el valor agregado. Para dar unos ejemplos de aprovechamiento injusto, alrededor del setenta por ciento de las drogas para consumo humano derivadas de las plantas se utilizan para los mismos propósitos para los cuales fueron descubiertas por los pueblos nativos. Lo que hizo la ciencia moderna fue mejorar el método de extracción o desarrollar un análogo sintético del compuesto. La investigación y el desarrollo básico fue realizado por el pueblo, sin embargo nunca recibió compensación alguna.
Es por eso que es necesario corregir el sistema injusto de aprovechamiento de los conocimientos locales para beneficio de corporaciones. Sin embargo, es preciso mencionar que muchas comunidades locales no necesariamente buscan compensación material. Pero, ¿es esa una razón válida para mantenerlos en pobreza?
Registro internacional de innovaciones
En la actualidad, cualquier innovación una vez publicada es de dominio público y se vuelve no patentable. Asimismo, para lograr la interrelación de persona a persona, se requiere difundir las ideas en los distintos idiomas del mundo, con el fin de promover el aprendizaje y la experimentación. Para encontrar un balance entre las dos metas, o sea guardar el secreto para proteger el derecho a la propiedad intelectual y difundir la red de interrelaciones de persona a persona, es necesario establecer un registro de innovaciones internacionales. Este registro, al igual que el número ISBN en los libros, sería una manera rápida y barata de proteger a cada innovación. Más adelante, con la ayuda de un fondo internacional para la promoción de tecnologías sostenibles, se pueden presentar solicitudes de patente más detalladas para personas naturales y comunidades.
Reestructuración requerida
Para la mayoría de las comunidades marginales que viven en ambientes frágiles, las soluciones estándar desarrolladas para regiones que forman parte de la revolución verde, simplemente no funcionan. En general, no existen organizaciones que generen incentivos para que los científicos se dediquen a trabajar con el pueblo con el objeto de desarrollar tecnologías con un limitado potencial de difusión. Se requiere una gran reestructuración de las organizaciones nacionales e internacionales de investigación, para que el proceso de desarrollo tecnológico y su difusión sean relevantes y significativos para los ambientes marginales y las comunidades desfavorecidas. A pesar de sus limitados recursos y en base a sus experiencias, la red “Honey Bee” ha demostrado que una transformación de esa naturaleza es realmente factible.
Anil K. Grupta, “Honey Bee”, Indian Institute of Management, Vastrapur, Ahmedabad 380 015, India. TeléfonoÑ +91-79-407241; Fax: +91-79-6427896; E-mail: honeybee@iimahd.ernet.in ó anilg@iimahd.ernet.in
Referencias
– Gupta AK. 1997. The Honey Bee Network: Linking knowledge-rich grassroots innovations. En Development, Vol.40, No.4 (1997), pp.36-40.
– Gupta AK. 1997. Farmers’ Innovations for Sustainable Resource Management and Conservation of Biological Diversity. En: Heidhues & Fadani (eds.), Proceedings of the International Symposium on Food Security & Innovations: Successes and Lessons Learned. University of Hohenheim, Peter Lang, Frankfurt/Berlin, pp.97-112.
– Gupta AK. 2000. Creativity Counts. International Journal of Sustainable Development, Vol.3.No.1, pp.95-107.
