octubre 2000, Volumen 16, Número 2
Innovación desde las bases

Hacia un movimiento de innovacion de agricultores: Campesino a Campesino

HENRI HOCDÉ, JORGE I. VASQUEZ, ERIC HOLT, ANN R. BRAUN | Página
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El programa “Campesino a Campesino“ (CaC) fue creado en Nicaragua en 1987, por la Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos (UNAG).

Comenzó con visitas de intercambio entre agricultores de Nicaragua y México con el fin de promover y difundir tecnologías apropiadas entre los agricultores de menores recursos. El programa surgió como una reacción al modelo de transferencia de tecnología, de arriba hacia abajo, que prevalecía en Nicaragua en la década de 1980 promoviendo paquetes tecnológicos caros que incluían variedades mejoradas, irrigación, fertilizantes químicos importados, plaguicidas y maquinaria agrícola. El programa buscaba mejorar la fertilidad del suelo, la productividad y los estándares de vida, mientras se reducían los costos de producción y la dependencia externa. El método se ha establecido en toda Centroamérica y es aplicado por muchas ONGs y en algunos proyectos de investigación y desarrollo. Más de 10,000 agricultores se identifican de una u otra forma con el CaC y miles más han sido influenciados por este programa (Holt-Giménez, 2000), porque ellos creen que son capaces de desarrollar su propia agricultura sostenible.

Agricultores promotores

Dibujos de las páginas 26 – 34 de: Cartillas para CIAL

Los elementos claves en el enfoque CaC son los “agricultores promotores” y los mecanismos de comunicación usados (Hocdé, en prensa). Los agricultores promotores son voluntarios que conducen experimentos en sus propios campos y que comparten sus conocimientos y sus experiencias con otros agricultores. Cada uno asume la responsabilidad de guiar a un grupo de agricultores experimentadores de su comunidad y los visita regularmente para ayudarlos a planificar, implementar e interpretar sus experimentos. También organizan intercambios entre los agricultores y proporcionan capacitación en tópicos determinados por su propia experiencia acumulada y resultados concretos, que van desde la conservación del suelo hasta cultivos de cobertura, cría de animales, actividades forestales y agricultura orgánica, hasta sistemas y diversificación de cultivos. Los propios agricultores definen la agenda de investigación, manejan los experimentos y evalúan los resultados, ya sea individualmente o en grupos. Generalmente, no aplican métodos científicos formales, tales como el uso de parcelas testigo o réplicas. Actualmente, existen 700 agricultores promotores trabajando en toda Nicaragua en una amplia gama de contextos agroecológicos y socioeconómicos.

Experimentación y comunicación

Las funciones básicas de los agricultores promotores son encontrar soluciones técnicas para los problemas de la agricultura a pequeña escala y comunicarlas a los agricultores vecinos, quienes también están buscando soluciones. Para tener credibilidad como comunicadores, los promotores tienen que haber ensayado las recomendaciones en su propia tierra. Por eso, las dos funciones y procesos -experimentación y comunicación- son interdependientes. Los promotores no recomiendan recetas o paquetes técnicos, sino que más bien dan sugerencias e ideas para estimular la experimentación de otros. La principal herramienta que tiene un promotor para convencer a los demás es aconsejando y mostrando ejemplos, más que a través de la organización de talleres o eventos de capacitación per se. La meta del CaC es promover una cultura de indagación y experimentación entre los pequeños agricultores.

Incrementando el compartir y difundir

Una responsabilidad central de cada promotor es compartir y difundir conocimientos de una manera horizontal. Cada uno se comunica intensamente con otros agricultores, así como también con otros promotores, utilizando medios tradicionales de comunicación, tales como sociodramas, teatro, poesía y música. Se usa una diversidad de mecanismos, como son los foros y las visitas de intercambio, así como una amplia variedad de herramientas de Evaluación Rural Participativa.

Los intercambios son visitas organizadas por los promotores que involucran a agricultores, promotores y comunidades. Las visitas pueden ser de grupos pequeños o grandes y pueden durar un día o más. De esta manera, los experimentos de los agricultores son expuestos al ojo crítico de una variedad de personas, cada una con su propia perspectiva. Estas son oportunidades para una intensa capacitación y aprendizaje, y los contenidos pedagógicos pueden ser considerables. Durante los intercambios, los participantes explican y discuten sus resultados, métodos y procedimientos, con frecuencia entre críticas, discusiones y debates. Ante el grupo, cada participante analiza las fuerzas y debilidades de sus ideas y de sus resultados. Una atmósfera de mutuo refuerzo y aliento invade estos eventos y motiva a los agricultores a continuar experimentando. Se promueve el aprender de los errores, ya que la idea es que cada persona siga su propio camino para resolver el problema. El arte de facilitar estas situaciones consiste no solamente en crear un clima constructivo y productivo, sino en ayudar a que esas ideas salgan a luz y a sintetizarlas para que orienten y guíen el diseño de nuevos experimentos. Esto requiere que los promotores tengan mucha habilidad en técnicas de facilitación.

Cambios radicales

El proceso de CaC puede dar como resultado un cambio radical en el concepto que tienen los agricultores de su papel en el proceso de generación y difusión de tecnología. A través de su participación en el programa, los agricultores se dan cuenta que son capaces de experimentar, ofrecer soluciones, comunicar y transmitir las opciones tecnológicas a otros (Merlet, 1995).

El proceso CaC genera entusiasmo, auto confianza, orgullo y esperanza en el futuro (Programa de Campesino a Campesino, 1999). La motivación crece a medida que las capacidades creativas se liberan y la actitud de dependencia frente los actores externos disminuye cuando los agricultores comienzan a reconocerse a si mismos como experimentadores. Los agricultores más radicales que participan en el programa, ven esto como una manera de romper el monopolio del proceso de desarrollo tecnológico llevado a cabo por los profesionales de la agricultura.

¡Todavía tenemos mucho que aprender!

Mientras más de 10.000 agricultores y docenas de ONGs son parte del Movimiento Campesino a Campesino, cientos de miles no lo son. La pregunta es, si CaC funciona tan bien, ¿por qué no se ha difundido más? Un estudio participativo reciente en toda la región (Holt, 1999), que involucra a 40 instituciones y a 2.000 agricultores agroecológicos y convencionales, concluyó que los obstáculos para incrementar la agricultura agroecológica o la “agricultura sostenible” tienen menos que ver con tecnologías y metodologías que con contextos de política nacional y comportamiento institucional. Pero, para incrementar la agricultura sostenible, también se tiene que “escalar” hasta llegar al marco referencial de la política agraria existente. Algunas limitaciones importantes para el escalamiento son:

•Ha habido poca documentación y sistematización que realmente proporcione retroalimentación para los asesores técnicos, promotores y agricultores que están en la práctica. Esto limita el aprendizaje institucional, lo que da como resultado muchos proyectos que “re-inventan la rueda”. Es más, el aprendizaje lateral de las instituciones del sector gubernamental y privado generalmente es pobre e inconsistente, y da poca cabida al CaC fuera de las redes sociales informales que conectan a las aldeas remotas y al mundo de la ONGs.

•No sólo la mayoría de la investigación agraria formal no está en contacto con la agricultura sostenible y los agricultores que realmente la practican, sino que comparativamente pocos profesionales están siendo capacitados en agroecología o para trabajar con pequeños agricultores. Esto limita su habilidad para tratar problemas agroecológicos, diseñar experimentos agroecológicos “en finca” y acompañar la innovación de los agricultores.

•Muchas ONGs adoptaron las metodologías participativas de CaC. Sin embargo, esto no siempre ha producido mayor participación de los agricultores o control sobre el programa en sí, ni tampoco, el desarrollo conducido por los agricultores se ha convertido necesariamente en un enfoque guía para las ONGs. Las ONGs son todavía las principales responsables ante los donantes, y pocas de ellas tienen mecanismos directos para rendir cuentas a los agricultores. La combinación de “participación” y rendición de cuentas de manera unidireccional, impide crear estrategias claras para la organización y el empoderamiento de los agricultores.

•A pesar de la importante presencia del programa en una de los mayores gremios de campesinos de Centroamérica, el CaC no ha tenido mucho éxito en ampliar su agenda en las organizaciones de agricultores nacionales o regionales. Básicamente, los promotores de CaC han sido incapaces de penetrar en los círculos de toma de decisión dominados por los medianos o grandes productores, interesados principalmente en la agricultura convencional. El CaC sigue siendo un “proyecto especial”, dirigido a los pequeños clientes y no un organismo que formule políticas ni un lugar para políticas organizativas.

•Hay muchos mecanismos políticos que podrían ser puestos en marcha para mejorar las condiciones que favorezcan una agricultura sostenible y el desarrollo conducido por agricultores. Sin embargo, la falta de una efectiva voluntad política por parte de los gobiernos y de los centros de investigación hace que ésta sea una posibilidad remota. El desarrollo de esa voluntad política depende en gran medida de la presión ejercida por la sociedad civil. Lamentablemente, la naturaleza trans-institucional del CaC no se presta a formas de organización que puedan presionar a los gobiernos o a los centros de investigación. Las ONGs se organizan para implementar proyectos y no para presionar a los gobiernos. Las organizaciones de agricultores pueden y de hecho lo hacen a los gobiernos, pero no para lograr políticas que favorezcan a la agricultura sostenible por encima, o por lo menos al mismo nivel que la agricultura convencional.
Quizá la lección más significativa es simplemente que la agricultura en general va a cambiar no solamente cuando cambien los agricultores, sino cuando los agricultores y sus aliados sean capaces de influir en las instituciones que se resisten al cambio. Todavía tenemos mucho que aprender sobre cómo hacerlo.

Adaptado de: Holt-Giménez, E. Scaling-up sustainable agriculture: lessons from the Campesino a Campesino movement in Meso-America. Trabajo presentado en el taller “Escalando”, 10 – 14 de abril del 2000, IIRR, Silang, Cavite, Filipinas.
– Holt-Giménez, E. 1999. Measuring farmer’s agroecological resistance to hurricane Mitch in Central America. En: Changes in the thought and practice of rural development in Central America, San José, Costa Rica. Universidad Libre de Amsterdam.
Lecciones tecnológicas

Se pueden extraer las siguientes lecciones. Los temas de investigación de los agricultores tienden a concentrarse en aspectos agronómicos, de crianza animal y en temas tecnológicos, y no en aspectos socioeconómicos. En algunos casos, la aparición de una solución generada por los promotores lleva a una excesiva promoción de la tecnología, dejando de lado procesos de búsqueda, en marcha, de soluciones para otros factores limitantes. El fuerte énfasis en técnicas de bajos insumos externos puede ser una barrera que disuada a algunos agricultores a participar en el movimiento CaC, impidiendo así su crecimiento. Nuevas opciones para la experimentación se pueden derivar de un aprendizaje agroecológico más sistemático y de la información sobre experiencias fuera de la comunidad de los agricultores, es decir, innovaciones desarrolladas por los agricultores que operan en condiciones similares o que provienen de la investigación científica.
Lecciones metodológicas

Los conceptos de los agricultores sobre el proceso experimental son diferentes a los de los investigadores formales. Los agricultores, por ejemplo, no pueden limitar lo que ellos consideran como experimentación a las parcelas específicamente designadas para ese propósito.

Tradicionalmente, la relación entre las iniciativas de CaC y el sector de investigación formal ha sido limitada, con algunas notables excepciones. Los que se oponen al enfoque de CaC alegan que la mayoría de los investigadores formales consideran a los experimentos conducidos por los agricultores como un mecanismo de extensión más que como una como una investigación genuina. Los defensores del enfoque de CaC se quejan de que los promotores han encontrado pocos elementos útiles en las soluciones técnicas ofrecidas por la investigación formal. El superar las reservas mutuas entre los promotores y los investigadores indudablemente sería un paso adelante, que mejoraría y enriquecería el trabajo de ambos grupos. Los posibles beneficios del desarrollo conjunto de soluciones realísticas a los problemas concretos de la agricultura, consisten no solamente en un mejor diseño y manejo de la experimentación, sino también en la mayor diversidad de opciones que estarían disponibles.

Importancia histórica

Además de las limitaciones técnicas y metodológicas, Eric Holt-Giménez menciona importantes restricciones políticas e institucionales (ver Recuadro). A pesar de todas estas limitaciones, la experiencia de CaC constituye un punto de referencia importante para los propios agricultores y también para los servicios agrícolas formales, en términos de demostrar el potencial de los pequeños agricultores como investigadores y comunicadores. Este enfoque tiene una importancia histórica porque significa una ruptura con los modelos convencionales de transferencia de conocimientos y tecnologías, rechazando la acumulación pasiva de información a favor de una activa adquisición y generación de conocimientos.

Hacia un movimiento social

Supuestamente, hay varias iniciativas, dentro o fuera de Nicaragua, que están aplicando este enfoque. Los procesos de innovación son acciones sociales y colectivas. Estos son estimulados cuando un grupo de personas comparte el mismo propósito, aprende cómo manejar los riesgos e incertidumbres, aplica los recursos para desarrollar sus habilidades creativas y socializa sus resultados. La experiencia en Centroamérica muestra claramente que el viejo mito de la creatividad y la innovación como un regalo especial reservado para los genios ha sido superado. Los resultados revelan que nosotros (todos nosotros, y no solamente los agricultores) somos capaces de ser creativos. El factor clave es apoyar los procesos sociales que liberan la capacidad creativa de la gente y de sus organizaciones, para crear un movimiento permanente de innovación impulsado por la población rural.

 

Henri Hocdé, Jorge I. Vasquez, Eric Holt, Ann R. Braun

Henri Hocdé, CIRAD, Francia. Ex-miembro de la Dirección Ejecutiva del Programa PRIAG en Centroamérica. 147 rue du Bosquet, 34 980 Saint Gely du Fesc, Francia. E-mail: henri.hocdé@cirad.fr
Jorge Iran Vasquez, Coordinador Técnico, Programa Campesino a Campesino, Managua, Nicaragua.
Eric Holt-Giménez, Departamento de Estudios del Medio Ambiente, Universidad de California, Santa Cruz, EEUU.
Ann R. Braun, Paideia Resources, PO Box 462, Nelson, Nueva Zelanda.

Referencias
– Hocdé, H. (en prensa). Los intercambios campesinos: más allá de las fronteras… Seamos futuristas! Documento técnico de IICA-CIRAD. San José, Costa Rica.
– Programa de Campesino a Campesino. 1999. La experimentación campesina; algo más que una parcela de ensayo. Managua, Nicaragua, UNAG.
– Merlet, M. 1995. Consolidación y ampliación del programa de Campesino a Campesino Nicaragua. Comission des communautés europeeenes. Institut de Recherches et d’amelioration des méthodes de développement. París, Francia.

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