julio 2000, Volumen 16, Número 1
Las comunidades luchan contra la desertificación

La gestion de microcuencas y la lucha contra la desertificacion: La experiencia de la CCTA

BENJAMIN MARTICORENA | Página
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La cuenca

En las regiones de montaña, las líneas de separación de las aguas definen cuencas hidrográficas, que se extienden en el interior de un perímetro definido por esas líneas desde las partes más elevadas donde se inicia la recolección del agua hasta los sumideros en las partes más bajas. La cuenca es pues un espacio geográfico en el que se colecta, transporta y entrega las aguas que recibe por escorrentía, precipitación e infiltración. Está constituida por los tres tipos de componentes propios de todo sistema físico: materiales, energía e información.

El concepto de cuenca se ha empleado desde antiguo en el Perú, para definir todo el curso de un río y sus afluentes. A su vez el territorio delimitado por cada uno de esos afluentes constituye una cuenca de segundo orden, definiéndose cuencas de órdenes menores, que equivalen a territorios cada vez menos extensos: las microcuencas.

Para los campesinos y los profesionales agrarios es fácil entrever esta distribución territorial porque forma parte de su paisaje diario y de su sentido común. Si la cuenca conforma una unidad territorial delimitada del modo descrito, es igualmente una unidad económica por su relativa autonomía y una unidad inteligible de estudio por sí misma. Decimos que es un sistema físico en el que los flujos de materiales, energía e información se producen, circulan y consumen, de preferencia endógenamente, y cuyos excedentes pueden ser transportados a cuencas vecinas o distantes en las actividades sociales de intercambio y complementariedad.

Las cuencas de los 53 ríos que a lo largo de todo el territorio de la costa del Perú, de sur a norte, se inician en las alturas andinas y se extienden de este a oeste entrando al mar perpendicularmente a la línea de costa, están separadas una de otra por extensos desiertos áridos y secos, hecho que las define como territorios de escaso intercambio natural. Sin embargo, gracias a que estas regiones son las más habitadas y las industrialmente más desarrolladas del país, un intenso intercambio –socialmente inducido- se produce entre cuencas vecinas o distantes.

En las alturas andinas, en cambio, las cuencas y microcuencas pueden tomar cualquier dirección dependiendo del perfil geográfico local, dando lugar a una gran diversidad de climas que se forman por combinaciones de factores, tales como la cantidad local de horas diarias de sol, dirección del viento (condicionada por los obstáculos geográficos), régimen de lluvias y humedad, estructura del suelo, altura sobre el nivel del mar, etcétera. La pluralidad de climas crece por la cercanía a la línea ecuatorial, las corrientes oceánicas y otros factores geofísicos determinantes.

El enfoque integral

La gestión de sistemas agropecuarios es una preocupación permanente de los profesionales que trabajan en proyectos en el campo. Ello se debe a la sensibilidad de dichos sistemas frente a innovaciones tecnológicas y a cambios en la organización social del trabajo rural. En el caso de los sistemas de montaña tropical, esa sensibilidad es aún mayor, debido a las peculiaridades de la economía agropecuaria en zonas de ladera en que el tiempo de permanencia del agua es menor que en regiones más bajas y que los suelos de cultivo y pastoreo son barridos por las corrientes descendentes de agua, generando procesos de degradación de suelos, y, con ellos, pérdida de diversidad biológica, tierras de cultivo, cambios de hábitat para la fauna, con las respectivas consecuencias económicas que implican una pérdida de calidad de vida para la población de la zona, proceso que en su totalidad ha sido llamado como desertificación. Es, por eso, que toda innovación sobre sistemas agropecuarios en esas zonas debe ser cuidadosamente puesta a prueba.

El enfoque integral de cuencas es una metodología general, con distintas variantes cuyo común denominador es tomar en consideración la interrelación entre las variables del ecosistema cuenca (suelos, agua, fuentes de energía, factores climáticos, etc.) y las de la oferta social (conocimientos tradicionales, capacidades técnicas, financiamiento del trabajo rural, organización social, etc.) de la cuenca de estudio. Ciertamente, cada cuenca será un caso distinto, en que las variables e interrelaciones a tenerse más en consideración y el peso que se otorgue a cada una de ellas constituyen su definición unívoca y característica. Pero el hecho es que la propuesta del enfoque integral –o enfoque sistémico- equivale a complejizar el análisis, teniendo en cuenta variables e interrelaciones entre aspectos sociales y físicos que en otros métodos de estudio se evitan por considerarlas irrelevantes, cuando en realidad tienen un valor que podría –en extremo- explicar algunos fenómenos y respuestas de la cuenca frente a factores externos naturales o inducidos.

Mucho se ha discutido en las últimas décadas respecto a la pertinencia de tal metodología de estudio. Entre otras muchas observaciones se ha hablado de la posibilidad de aplicarla, que equivale a la conformación de un equipo profesional de trabajo interdisciplinario, que intervenga en una estrecha inteligencia con los agricultores locales, a fin de analizar calificadamente el conjunto de las variables e interrelaciones que se someterán a análisis. Y que cada miembro de ese equipo humano deberá tener la flexibilidad y tolerancia suficientes para admitir las propuestas de los demás buscando que la suya propia encaje en una explicación razonable de la ciencia y, a partir de ellas, determinar las acciones concretas (el plan de acción) que se pondrán en marcha para la gestión mas racional posible de la cuenca.

Después de observar algunas experiencias en el Perú y en otros países similares, se avanzó la conclusión que, cuando tal método había sido puesto a prueba, los miembros del equipo constituido no lograban ponerse de acuerdo sobre cuáles eran las variables y las interrelaciones más pertinentes en una cuenca dada y se consideró que esa falla era causada por la predisposición de los participantes a considerar siempre las variables propias de su especialidad como más relevantes. Se estimó entonces que lo pertinente no era tanto la constitución de un grupo multidisciplinario, sino de uno en el que cada uno de sus miembros lo fuera por si mismo, a fin de concertar posiciones.

Publicación de las experiencias de la CCTA en el Perú

En esa discusión se estaba en la Comisión de Ciencia y Tecnología en los Andes (CCTA), en 1990, cuando esta institución tomó la decisión de poner a prueba en el curso de su aplicación, la pertinencia de tal metodología de trabajo en seis cuencas de distintas regiones del país. El libro La gestión de microcuencas: Una estrategia para el desarrollo sostenible en las montañas del Perú, resume el trabajo realizado por la CCTA en catorce años, tanto en los aspectos teóricos cuanto en su aplicación a dos de las cuencas: la de Shitamalca, en la sierra norte del país, Departamento de Cajamarca, provincia de San Marcos, bajo la conducción del Centro IDEAS, y la de Huancarmayo/Collpamayo, en la Sierra Sur, Departamento del Cusco, provincia de Urcos, conducido por el Centro CCAIJO. Los resultados de la sistematización de este largo trabajo han confirmado la idea original acerca de la pertinencia del método.

El proceso ha permitido demostrar que la administración de los recursos naturales en condiciones de montaña, tiene en las cuencas una unidad de planificación y gestión participativas que permite usar sosteniblemente a este tipo de ecosistemas y, por lo tanto, constituirse en una estrategia eficaz de lucha contra la desertificación en montañas. Además, hoy, en el Perú, se puede afirmar que los conceptos y procedimientos del enfoque integral de cuencas se han asentado en una generación de jóvenes profesionales del campo. La lectura de esta publicación es recomendada para quienes trabajan en proyectos de desarrollo rural en los Andes o en regiones similares del mundo.

Benjamín Marticorena,
Físico; Consultor en energías renovables.
Correo electrónico: marbe@amauta.rcp.net.pe

Referencias

Coordinadora de Ciencia y Tecnología en los Andes. ccta@ccta.org.pe

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