En Madagascar se está desarrollando un sistema muy productivo de Intensificación de Arroz (SIA). En los últimos cuatro años, cientos de agricultores en los alrededores de Rabomafana han incrementado sus rendimientos de arroz bajo riego, de 2 toneladas por hectárea hasta 8, o más.
El sistema fue desarrollado en 1983 por Fr. Henri de Laulanie, ya fallecido, quien observó un fuerte incremento de rizomas y rendimiento después de un transplante temprano de arroz, que fue hecho accidentalmente. Luego, combinó transplantes tempranos con otras prácticas que proporcionaron un ambiente óptimo para las plantas de arroz. El 1990, Fr. de Laulanie ayudó a establecer la Asociación Tefy Saina (ATS), una ONG que promueve y mejora el SIA en Madagascar.
Principio básico: plantas fuertes
En el SIA se siguen prácticas que contribuyen a aumentar positivamente la producción, y combinándolas, se logran incrementar aún más los rendimientos. El éxito del SIA se basa en el desarrollo sinérgico tanto de los rizomas como de las raíces. Con un crecimiento más riguroso de las raíces, las plantas se llenan más y crecen más altas, y tienen más acceso a los nutrientes y al agua que necesitan para producir los rizomas y las semillas. Con más crecimiento sobre la tierra para llevar a cabo fotosíntesis, hay más energía para que crezcan las raíces; así, las plantas serán más fuertes, y por lo tanto, resistirán más los ataques de plagas y las enfermedades. En Madagascar, donde los suelos son deficientes en nutrientes, un sistema denso y extendido de las raíces les da a las plantas mayores ventajas.
Captando todo el potencial para formar rizomas
Una planta de arroz bien desarrollada, vista de cerca
Uno de los «trucos» en el SIA es aprovechar de un patrón interno de desarrollo de arroz que había sido identificado hace muchos años por el investigador japonés T. Katayama. Este investigador estudió los patrones de crecimiento y desarrollo de arroz, trigo y cebada, y encontró que estas plantas producían rizomas en un patrón secuencial regular. En el arroz, cada rizoma produce otro rizoma dos filocrones después (un filocrón es un intervalo de crecimiento de una planta, usualmente cada 5 días, pero puede ser antes o después, dependiendo de la temperatura y condiciones del suelo). Cuando el suelo y otras condiciones son favorables, en la planta de arroz puede haber hasta 12 filocrones (o más) antes de pasar de la fase de crecimiento vegetativo a la fase reproductiva (marcada por la formación de panículas y florecimiento). En una sola planta, el número de rizomas puede crecer exponencialmente hasta llegar a 84 o más. Todo el potencial para formar rizomas puede ser fomentado por:
• Transplante temprano
El transplantar después de que comienza el cuarto filocrón (después de 12-14 días) retarda el impulso de crecimiento de las plantas de arroz, de tal manera que no se logra todo su potencial para producir rizomas y granos. Si no se materializan del décimo a1 doceavo filocrón, debido a un transplante tardío, las plantas de arroz pierden el 75% del potencial para producir rizomas. Si el transplante se hace mal, y los primeros dos rizomas se dañan, no crecen más de 16 rizomas. El transplante debe ser hecho cuidadosamente y temprano, entre 8 y 12 días después de la siembra, cuando las plántulas tienen solamente dos hojas. Se debe hacer muy pronto después de remover las plántulas de los almácigos, 15 a 30 minutos después de haber extraído las pequeñas plantas de la tierra. Las pequeñas raíces deberán ser colocadas horizontalmente en la tierra para que la punta de la raíz pueda fácilmente reasumir su crecimiento hacia abajo. De esta manera, las hojas de las plántulas no se vuelven amarillas, y las plantas comenzarán a crecer nuevamente en unas pocas horas. Las plantas tienen tiempo para ajustarse a su nuevo entono antes de que comiencen a crecer los rizomas.
• Plantando una por una
Si se transplanta un puñado de tres o más plantas a la vez, la competencia entre sus raíces limita la formación de rizomas a 5 por planta, como máximo. El transplante común para el arroz, con las plantas unas cerca de las otras, podría ser considerado como un método de cultivo que va en contra de la formación de rizomas. Para incrementar el desarrollo de raíces y rizomas y minimizar la competencia entre las plantas, en el SIC se plantan los brotes individualmente.
Bastante espaciamiento
Entre los agricultores, es común la creencia de que se estimulan los rendimientos al plantar el arroz densamente, teniendo unas 50 o 100 plantas por metro cuadrado. Sin embargo, plantas más espaciadas pueden tener mayor desarrollo de raíces, de rizomas y pueden llenar más los granos. En el SIA, el espaciamiento sigue un patrón cuadriculado entre 25 x 25cm y 50 x 50xcm. De esa forma, se puede ahorrar gran cantidad de semillas. Para el SIA, son suficientes de 5 a 8 Kg de semillas para una hectárea de arroz transplantado, mientras que en Madagascar es normal usar 100 – 200 Kg/ha. Las plantas que crecen con un manejo de SIA tiene entre 50 y 80 rizomas y producen 150 a 200 granos o más por rizoma fértil, en promedio.
Capturando todo el potencial de crecimiento de las raíces
Durante siglos, los cultivadores de arroz han mantenido inundados sus campos mientras crece el arroz. De esta manera evitan formación de maleza y reducen la cantidad de mano de obra requerida. Esto hizo que los agricultores y los científicos creyeran que era beneficioso para las plantas de arroz el estar constantemente inundadas. Sin embargo, el arroz no es una planta acuática, y aunque puede sobrevivir con las raíces sumergidas, realmente no prospera en esas condiciones. Durante la fase reproductiva, cuando las plantas florecen, las panículas comienzan a aparecer y los granos se llenan y maduran, hay un efecto benéfico al mantener los campos de arroz cubiertos con 1 – 2 cm de agua. Pero, durante la fase de crecimiento anterior, las plantas de arroz crecen mejor en suelos no saturados. Las razones son simples. Cuando no hay agua estancada y hay aire en el suelo, las raíces pueden obtener el oxígeno con mayor facilidad a través del aerénquima (bolsa de aire) en las células de la raíz. La falta de oxígeno en la zona de la raíz ocasiona acidificación del suelo. lo que causa la destrucción del aerénquima e impide la captación de nutrientes, la asimilación y el crecimiento de la planta. El ciclo de nitrógeno del suelo también se altera, y se desarrolla todo tipo de toxicidad. Los científicos del IRRI han identificado problemas causados por la descomposición anaeróbica en sistemas de cultivo de arroz con riego continuo como una de las principales causas de la declinación del rendimiento (Pingali et al., 1997).
Todo el potencial del crecimiento de la raíz se captura de las siguientes formas:
Humedeciendo y secando el campo alternativamente. Esto modifica el entorno de crecimiento del arroz: mejora la estructura del suelo, penetra más oxígeno en el área de la raíz, y se incrementa la vida activa del suelo. Cuando el suelo seca, el aire reemplaza al agua, y cuando llueve o se riega, este aire es empujado hacia abajo. El estrés periódico de agua y la disponibilidad de oxígeno facilitan el crecimiento de la raíz y así aumenta el volumen de suelo penetrado por las raíces. En la producción de arroz, un efectivo sistema de drenaje para evacuar el exceso de lluvias o de agua de riego de los campos es tan importante como el propio sistema de irrigación.
Riego mínimo
En el comienzo de la formación de los rizomas, todavía no hay mucho crecimiento vegetativo y la planta sólo requiere una pequeña cantidad de agua. Cuando se ha desarrollado el sistema de raíces, no debería preocupar si hay 3 o 4 días de sequedad superficial aún si se resquebraja el suelo del campo. Durante el crecimiento, sólo se necesitará riego si la cantidad de agua de lluvia es inadecuada y si fuese el caso, se debe aplicar en cantidades moderadas y en momentos favorables – de preferencia en las noches. De esta manera se pueden reducir al 50% los requerimientos de riego.
Desyerba temprana y frecuente
Cualquiera que sea el cultivo, es importante desyerbar temprano para obtener buenos resultados. Los campos inundados de arroz, donde se usan métodos tradicionales, generalmente se desyerban a mano un mes y medio después del transplante. Esto es demasiado tarde por dos razones importantes. En ese momento no solamente la maleza ya está reemplazando a la mitad de la cosecha esperada, sino que los agricultores pierden la oportunidad de introducir oxígeno en el suelo. La aereación del suelo cuando se desyerba puede ser aún más importante para el cultivo de arroz que el retiro de las malas yerbas. Con el SIA se usan desyerbadores mecánicos simples, de empuje, y con ellos se remueve la tierra. En Ambatovaky, la comunidad cercana a Ranomafana donde se ha adoptado el SIA con mucho entusiasmo, 75 agricultores experimentaron desyerbando durante la temporada agrícola 1997-98. Los dos agricultores que no desyerbaron obtuvieron casi 6 toneladas por hectárea, los 35 que desyerbaron el número de veces recomendado (1-2) promediaron entre 7 y 7,5 toneladas por hectárea; mientras que los 24 que lo hicieron tres veces, promediaron un rendimiento de 9 toneladas y los 15 que desyerbaron cuatro veces obtuvieron más de 11 toneladas. Esto demostró lo importante que es desyerbar temprano y frecuentemente para promover el sistema de raíces y toda la planta de arroz. El costo de mano de obra extra que se necesita para el desyerbe adicional es compensado con creces por la cosecha obtenida.
Aplicaciones de compost
El SIA fue desarrollado por primera vez en la década de 1980 usando fertilizantes químicos. Pero después de que el precio de los fertilizantes se disparara a comienzos de la década de 1990, Fr. de Laulanie comenzó a experimentar con compost. En lo posible, usó estiércol de ganado, pero por lo general, empleó cualquier tipo de biomasa en descomposición, incluyendo paja de arroz. Se comprobó que la broza de las plantas leguminosas y los arbustos era muy beneficiosa. El SIA encontró que si usaba fuentes orgánicas de nutrientes podía ayuda a obtener niveles de producción que no se lograban con prácticas convencionales. En el norte de Madagascar, una compañía privada condujo ensayos para determinar los mejores niveles de fertilizantes químicos para el arroz. Reportó haber logrado rendimientos promedios de 6,2 toneladas con métodos y semillas modernas. Durante el mismo período, 27 agricultores en la misma área obtuvieron un promedio de 10,2 toneladas por hectárea usando SIA.
Todavía es incierto cómo y por qué es posible lograr estos altos rendimientos en esos suelos tan pobres. Alrededor de Ranomafana, los valores de pH están entre 4,2 y 4,6, con niveles muy bajos de bases intercambiables (Ca, Mg y K) y niveles de fósforo que están en promedio entre 3 y 4 ppm, un valor que se considera indicador de fuerte deficiencias. Posiblemente se debe al gran volumen de suelo penetrado por las raíces y a la gran actividad viviente del suelo producida por las condiciones aeróbicas del suelo y por los fertilizantes orgánicos.
Enfoques y no paquetes
En los últimos 10 años se ha usado el SIA con similares éxitos en muchos lugares de Madagascar y bajo diferentes condiciones de producción (altitud, temperatura, tipos de suelo). Actualmente, varios programas de desarrollo están promoviendo el SIA. La universidad de Antananarivo ‘Ecole Superieure des Sciences Agronomiques’ ha apoyado estudios de campo para evaluar y analizar el método. El Instituto Internacional de Cornell para Alimentos, Agricultura y Desarrollo (cuyas siglas en inglés son CIIFAD) ha estado trabajando con la ATS desde 1994. Fuera de Madagascar está aumentando el interés en el SIA, que también está siendo evaluado como metodología. ATS insiste que se le trate como un enfoque, una estrategia y hasta como una filosofía, en vez de considerarlo un «paquete». Lo importante es la combinación de prácticas, más que cualquier método específico único. Esas prácticas tienen que ser comprobadas y si fuese necesario, adaptadas a nuevos entornos.
Aún cuando no se puedan obtener dichos incrementos, tan altos, en los rendimientos de todos los lugares, debido a limitaciones como, por ejemplo, control de la cantidad de agua, debería ser posible obtener ganancias sustanciales en la producción de arroz aplicando conocimientos y prácticas de SIA. Al movilizar la capacidad experimental de miles de agricultores para adaptar la tecnología a diferentes condiciones, el SIA podría convertirse en una de las innovaciones más benéficas de las prácticas agrícolas en este siglo.
Tomado de una presentación verbal de Justin Rabenandrasana, Asociación Tefy Saina, editado para el Boletín de ILEIA por Coen Reijntjes, ILEIA.
La información adicional provino de:
Laulanie, H. de. 1992. Technical presentation of the system of rice intensification based on Katayama’s tillering model (borrador traducido por H. Ranivohariniony y N. Uphoff).
Uphoff, N. 1999. How to help rice plants grow better and produce more: teach yourself and others. CIIFAD/ATS (borradores en inglés, malgache y francés).
Vallois, P. 1999. The Madagascar ‘early planting’ rice system. Institut de Promotion de la Nouvelle Riziculture, Antananarivo.
Otra información:
Association Tefy Saina (ATS) B.P. 1221, Antananarivo 101, Madagascar (sólo en francés).
Institute de Promotion de la Nouvelle Riziculture (IPNR), B.P. 8417, Antananarivo 101, Madagascar.
Ipnr@simicro.mg.
http://www.simicro/ipnr
CIIFAD, Box 14, Kennedy Hall, Cornell University, Ithaca, NY 14853 (ntul@cornell.edu).