enero 1999, Volumen 14, Número 2-3
LEISA en perspectiva. 15 años de ILEIA (número especial doble)

Historia

MARILYN MINDERHOUD-JONES , PETER LABAN , COEN REIJNTJES | Página
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Prólogo

Quince años significan poco tiempo, si se considera que la agricultura viene siendo practicada desde hace unos 10 000 años, pero durante los quince años de existencia de ILEIA cerca de 500 millones de personas han llegado a nuestro Planeta Azul y lo han reclamado como su casa. Actualmente la población mundial se aproxima a los 6 mil millones de personas, un gran éxito biológico para cualquier especie mayor de mamíferos.

El año 1998 es importante para ILEIA, pero hay otros aniversarios también notables. Me gustaría recordarle al lector que han pasado 200 años desde que Malthus formulara sus exageradas predicciones pesimistas acerca de nuestras oportunidades de enfrentar el crecimiento de la población humana, y 50 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la cual, en retrospectiva, parece haber sido excesivamente optimista acerca de nuestra habilidad para enfrentar el reto de proveer alimentos para todo el mundo.

Un amigo erudito, de la India, me hizo recordar recientemente que cuando su país se independizó, el 50 por ciento de la población vivía por debajo de la línea de pobreza y que el consumo anual de fertilizantes químicos era de 7 000 toneladas por año. La India, como muchos otros países, ahora es el hogar de más gente y en la actualidad consume 13 millones de toneladas de fertilizantes químicos cada año. También es uno de los ejemplos más destacados de cómo pueden satisfacerse las necesidades de alimentos a través de un notable cambio en los métodos de producción agrícola en áreas seleccionadas, particularmente en el valle del Indo-Ganges, por su conversión en agricultura de alto insumo externo. La India también es un ejemplo punta de la conciencia social sobre las consecuencias de la Revolución Verde. A pesar que sus propósitos fueron bien intencionados, la Revolución Verde evolucionó hacia un experimento social masivo en el cual las redes de seguridad, para muchos grupos sociales y para muchas mujeres, tenían muchos vacíos y nuestra comprensión del carácter holístico de la naturaleza estaba lejos de ser completa.

Aunque podemos sentir cierta satisfacción al cubrir las necesidades nutricionales de muchos millones de personas, no podemos pasar por alto los retos de la agricultura de altos insumos. Como ciudadanos preocupados nosotros sí tenemos una obligación, la de desarrollar soluciones complementarias que puedan contribuir a la eliminación de la vergonzosa inseguridad alimentaria que aún padecen unos 840 millones de personas en el mundo de hoy.

Frente a la situación de tener que alimentar a más personas en equilibrio con su ambiente natural, muchos intereses diversos se unen para explorar los potenciales de la agricultura de bajo insumo externo. Durante los últimos 15 años, ILEIA se ha convertido en un medio para muchos que vieron esto como algo imperioso. Sus enfoques eran muy diversos, algunas veces contradictorios, con frecuencia controvertidos, pero nunca torpes y sus motivaciones fundamentales reflejaban los puntos de vista de una parte, bastante preocupada, de ciudadanos del mundo. LEISA, de hecho, no es otra cosa que un refinamiento de la vieja sabiduría de agricultores y pastores, que explotan su conocimiento en cómo asegurar cosechas adecuadas de acuerdo a sus magros medios, con el agregado de nuestro entendimiento científico de la naturaleza de las cosas. Probablemente la mayoría de las familias de agricultores del mundo son agricultores LEISA, no por decisión sino por carencia. Sea cual fuere su actitud intelectual hacia los insumos externos, tales como agroquímicos, semilla híbrida o vacunas animales de ingeniería genética, su limitado poder adquisitivo ha colocado a este tipo de alternativas fuera de su alcance.

Este simple hecho puede ser, sorprendentemente, un lugar de encuentro fructífero para personas cuyas filosofías de desarrollo parecen estar en los extremos opuestos del espectro. Existe consenso acerca de la necesidad de la erradicación de la pobreza y de mejorar los estándares de vida. Por lo menos, casi es unánime el acuerdo de que los alimentos deben ser comercializados, con el fin de alimentar a quienes no son agricultores pero que contribuyen significativamente -con frecuencia mucho más per cápita- a la economía nacional a través de las actividades basadas en las urbes. Existe consenso que todos los alimentos, sean comercializados o consumidos en la finca, deben ser seguros. Y, probablemente, en que nosotros, como especie, aún queremos probar que Malthus se equivocó y apreciamos que esto significa que debemos sostener nuestro Capital Total por generaciones y que el Capital de la Naturaleza es una parte importante e inseparable de esto.

Al buscar el consenso nosotros mismos también nos abrimos a la idea de la coexistencia pacífica entre métodos alternativos de producción agrícola, conforme nos esforzamos hacia la meta de conseguir alimentos para todos. La agricultura de alto insumo está en la base del desarrollo del Estado tecnológico moderno y sus riquezas. Si a usted no le gusta el Estado tecnológico moderno, probablemente no le gusta la agricultura de alto insumo. Y aun si usted vive y prospera en un medio ambiente fértil, su preocupación por otros aspectos de la producción de alimentos, incluyendo su percepción de la salud, puede hacerlo optar por el alimento producido con LEISA, entonces usted desea y es capaz de pagar un premio porque esto se haga así. Existe mucha gente con una agobiante pobreza que le gustaría, con todo cariño, unirse al Estado moderno, pero en este momento no tiene una oportunidad realista para hacerlo. Ellos, sin acceso a la agricultura de alto insumo, deben concentrarse en alimentar a sus familias y la ambición de muchos es usar mejor su orientación de bajo insumo con el fin de mejorar su propia calidad de vida y la de su alrededor. Muchas estrategias de desarrollo apuntan a generar riqueza individual y nacional que, por último, permitirán a los agricultores elegir el nivel de insumos externos que ellos quieran utilizar.

Pero existe un segundo lugar de encuentro para los adversarios: el cambio en el paradigma de la ciencia agrícola. La emergencia de la ecología, como una ciencia genuina y su contribución a nuestra comprensión de la naturaleza de las cosas, está llevando a la ciencia agrícola hacia una plataforma mucho más compatible con las filosofías que han cimentado la agricultura basada en LEISA. La agricultura tecnológica moderna comprende la noción de manipular el medio ambiente en que se desarrollan los cultivos y el ganado para crear condiciones óptimas que van a permitirles alcanzar su máximo potencial genético y elevar su techo a través del mejoramiento para rendimientos aún superiores. Los fertilizantes inorgánicos, el agua de riego, los herbicidas, los pesticidas, las medicinas y vacunas animales, todos son agentes para la mejora de los imperfectos ambientes de producción de alimentos. El corolario es intentar vivir con las restricciones naturales. En vez de apoyarse en el uso masivo de insumos alcalinos para corregir los suelos ácidos de Brasil y Zambia, el reto es desarrollar maíz y especies de pastos que puedan producir algo bajo estas condiciones desfavorables. En vez de apoyarse en una medicación costosa en la lucha contra la tripanosomiasis del ganado, o la tala de arbustos a gran escala para eliminar la mosca tse-tsé como vector, el uso del ganado naturalmente triptolerante, tal como N’Dama del Africa Occidental, son alternativas importantes. Algunos insumos alcalinos y la transferencia de genes N’Dama relevantes son intermediarios entre los viejos y nuevos paradigmas.

El Manejo Integrado de Plagas y el Manejo Integrado de Nutrientes son ejemplos de sistemas inteligentes de bajos insumos externos, que originalmente fueron defendidos a través de los protagonistas de LEISA y que más tarde encontraron un hogar natural en la corriente principal de la ciencia agrícola. Los esfuerzos masivos para preservar el germoplasma indígena no sólo como recurso para el avanzado cruzamiento de plantas, sino también por su valor intrínseco como razas locales, otra vez ilustran el encuentro de criterios. En años recientes una serie de publicaciones de importancia ha irrumpido defendiendo “una revolución verde por duplicado”, “una revolución siempre verde” y “una nueva revolución verde”, todas las cuales reflejan esta mezcla de paradigmas. Estos debates continuarán y habrá protagonistas que no cambiarán su posición. Sin embargo, visto a la distancia parece obvio que los principios sustentados por los defensores de LEISA están probando tener un tremendo valor en la medida que todos tratamos de implementar los retos del desarrollo sostenible.

El reto para el paradigma del desarrollo tradicional ha estado estrechamente asociado con los aspectos tecnológicos de LEISA. Las suposiciones que “gotearon” y de las cuales ha dependido mucho la estrategia del desarrollo por casi treinta años, fueron desafiadas explícita e implícitamente por los conceptos LEISA. La participación popular, el papel clave jugado por las mujeres en el desarrollo y la necesidad de defender los derechos de las poblaciones indígenas, han sido las piedras angulares de las actividades LEISA. El reconocimiento del enfoque integral que LEISA representa en el pensamiento del desarrollo, se ha logrado largamente. En tanto el interés por la democratización crece, quizá sea necesario aclarar que las actividades LEISA han estado con frecuencia estrechamente ligadas a la construcción del espíritu y la organización de la comunidad, que comprenden las ambiciones de la población marginada y ofrecen una plataforma más sólida desde la cual reclamar sus derechos. El amplio uso de la Evaluación Rural Participativa y de los métodos relacionados a ella, con frecuencia asociados con los proyectos LEISA, ha colocado a esta última a la vanguardia del desarrollo y la comprobación metodológicas.

El papel de la información ha sido central en mucho del trabajo de LEISA, quizás más que en muchas otras actividades de desarrollo. Para LEISA, considerada con frecuencia como contracultura, la herramienta de la información ha sido de suma importancia en la generación y difusión de conocimientos sobre alternativas a la asesoría agrícola dada por el sector comercial y las agencias gubernamentales de viejo cuño. Ha sido significativa la contribución hecha a los métodos de difusión de información por aquellos que trabajan en LEISA.

Hace quince años, el Ministerio Holandés de Asuntos Extranjeros institucionalizó el trabajo LEISA en ILEIA a través de su generoso apoyo de largo plazo. La elección de un anclaje institucional novedoso bajo la forma de ETC, una firma consultora sin fines de lucro, el mandato del proyecto, su estructura de gobierno, los enlaces con organizaciones no gubernamentales y la voluntad de construir puentes entre filosofías que parecen estar a miles de kilómetros, son ejemplos de la creatividad y la osadía del enfoque adoptado por la cooperación holandesa al desarrollo. Antes de la conferencia Den Bosh en 1989, antes de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo en 1992, antes de la Convención de la Biodiversidad y de la Convención de la Desertificación, ILEIA ya estaba explorando rutas alternativas para el desarrollo agrícola sostenible.

Actualmente, los alimentos producidos ecológicamente aparecen con más frecuencia en las estanterías de los supermercados en Holanda como reflejo del creciente aprecio de los consumidores y contribuyentes holandeses por lo racional de los métodos alternativos de producción agrícola. Los nombres de marcas de café y banana con conciencia de equidad, representan una seria competencia para las marcas tradicionales y ofrecen al público una amplia gama de elección.

El período de 15 años de ILEIA, en casa y lejos de ella, ha dado por resultado la elaboración y consolidación de una ruta para el desarrollo. Una vez considerada revisionista, misteriosa y no realista, ahora es ampliamente aceptada no simplemente como una panacea sino como una alternativa valiosa y apropiada. Algunos ven a ILEIA como herética, otros como abogado del diablo, pero más y más gente se convierte a ILEIA por ser portadora de una familia de enfoques y metodologías de gran diversidad. La importancia de estos enfoques será mayor a medida que nos esforcemos en superar el reto de alimentar a cada miembro de la familia humana de una manera sostenible, de acuerdo a sus derechos.

Un Comité Internacional de Fideicomiso ha tenido el privilegio de guiar a ILEIA a través de su última fase como proyecto. Ahora los miembros del Comité miran el trabajo de LEISA hacia adelante, continuando en el establecimiento de un amplio apoyo desde países en desarrollo y desarrollados por igual, porque tenemos la confianza en que un nuevo ILEIA evolucionará. Muchos de los miembros del equipo que ha guiado a ILEIA a través de sus 15 años merecen nuestro homenaje por sus esfuerzos y entusiasmo, como la amplia devoción de largo plazo de ETC, una pequeña firma consultora que asumió la tarea de apoyar el proyecto ILEIA. Sobre todo, la resistencia del donante holandés merece el mayor respeto de la comunidad internacional.

Esta publicación de Jubileo se suma a los 15 años de la experiencia de ILEIA con LEISA en práctica.

¡Buena lectura!

Stein W. Bie
Jefe del Comité de ILEIA 1997-98

La historia de ILEIA: un proyecto en desarrollo
“Cuando se habla de los campesinos que tienen un rico conocimiento, el término menos apropiado es el de ‘pobres en recursos’ “. (A.Gupta)

En la segunda mitad del siglo veinte, un crecimiento poblacional sin precedentes amenaza la seguridad alimentaria del mundo en desarrollo. Los agricultores que, por generaciones, se han basado en sistemas agrícolas que usan poca cantidad de insumos externos, se han visto en la urgencia de adoptar tecnologías agrícolas modernas para incrementar el suministro de alimentos. Hoy en día, muchos pequeños agricultores, de subsistencia y orientados al mercado, no son capaces de producir suficientes cultivos alimenticios o comerciales para satisfacer sus necesidades. Además, están experimentando los efectos negativos de la Revolución Verde o de las estrategias de la agricultura de altos insumos externos (HEIA – High External Inputs Agriculture).

Centro de Información de la Agricultura Sostenible de Bajo Insumo Externo (Information Centre for LowExternal Input and Sustainable Agriculture) fue uno de los primeros en identificar esta crisis y en sugerir que la agricultura de bajos insumos externos, LEIA, debería ser una forma de vencer el problema de la baja de los rendimientos y la pobreza rural. A iniciativa de Kees Manintveld y Hay Sorée, el proyecto ILEIA fue establecido en 1984 y financiado por la asistencia holandesa para el desarrollo. El proyecto –para documentar y proporcionar información y asesoría sobre LEIA– fue implementado por la Fundación ETC. Su preocupación principal fue poner la información acopiada a disposición de los pequeños agricultores, trabajadores del desarrollo agrícola y extensionistas.

Inventariando: HEIA y LEIA a comienzos de los años de 1980
La voluntad del gobierno holandés de financiar un inventario de la agricultura de bajo insumo externo, reflejó el enfoque más crítico de los aspectos del desarrollo de la década de 1980. En las dos décadas que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, los cambios en el poder político, la consolidación de las viejas relaciones coloniales del comercio internacional y los acuerdos del desarrollo, así como el continuo crecimiento económico, han llevado al rápido incremento del transporte e infraestructura urbanos y a una explotación de mayor alcance de los recursos naturales. En la agricultura, a estos cambios los alimentó una agro-tecnología con base científica capaz de dar soporte a una producción agrícola intensiva y selectiva. El poder y tamaño de la demanda del consumidor creció conforme la economía de mercado se esparció y las tecnologías de la Revolución Verde se convirtieron en un rasgo familiar de las pequeñas parcelas a través de todo el mundo.

Muchos trabajadores del desarrollo, extensionistas, líderes locales, trabajadores de la salud y agricultores que habían visto los efectos de HEIA en la práctica, cuestionaron su sostenibilidad ecológica. Estaban alarmados por su costo humano, particularmente por la marginación y la creciente pérdida de poder de los pequeños agricultores y sus comunidades dependientes de la agricultura. La contaminación del agua, los riesgos de salud, las estructuras de suelo degradadas, la declinación de la biodiversidad, el endeudamiento y una pérdida de auto-confianza fue el precio que se pagó por estos insumos relativamente costosos. La propaganda de HEIA estaba en todas partes, persuasiva y difícil de contrarrestar. A pesar que los fertilizantes y pesticidas eran caros y difíciles de obtener, ejercieron una poderosa influencia en la agricultura local. En un artículo del Boletín de ILEIA, Elsie Ayeh anotó que, en Ghana, los agricultores tenían más confianza en los pesticidas comerciales que costaban 30.000 cedis por galón, que en aquellos que podían prepararse localmente por el precio de una barra de jabón.

La tecnología HEIA sirvió de apoyo a las decisiones agrícolas tomadas en las capitales occidentales y en los mercados de bienes de consumo. En el contexto de áreas ecológicamente frágiles, los agricultores con escasez de dinero en efectivo resultaron vulnerables y quedaron en desventaja. Muchos encontraron difícil competir en mercados nacionales fuertemente orientados a la exportación. Como David Millar, un antiguo miembro de la red de ILEIA observó:

“Los pequeños agricultores tienen un control muy limitado sobre su medio ambiente. La elección de las variedades a cultivar, qué combinaciones de cultivo-cultivo y cultivo-ganado adoptar, dónde cultivar y cómo programar las operaciones agrícolas, todas son dictadas por su necesidad de trabajar con el medio ambiente más que controlarlo” (David Millar, ACDEP, Northern Ghana, Newsletter…)

Comenzando en 1984
“A partir de nuestro Centro de Información queremos proporcionar e intercambiar información acerca de la agricultura de bajo insumo externo… esto requiere de personas que recojan la información y de gente que necesite la información”. (ILEIA Newsletter 1984).

Un inventario inicial de la documentación y de las experiencias confirmó que existían elementos LEIA en los sistemas agrícolas del Sur en desarrollo, así como en el Norte más industrializado. En el primer ILEIA Newsletter – que apareció en el invierno de 1984 — LEIA fue conceptualizada como “un sistema que minimiza, rechaza o es incapaz de utilizar fertilizantes químicos, variedades de alto rendimiento, pesticidas químicos y mecanización traída desde fuera de la finca, la localidad o la región”. Muchas de las estrategias y tecnologías usadas por los agricultores LEIA no fueron bien entendidas. Fue necesario recolectar información, conocimiento, ideas y experiencias sobre LEIA, y, para resaltar su potencial, hubo necesidad de evaluarlos, sistematizarlos e intercambiarlos.

Para que este proceso fuera efectivo, el Centro de documentación de ILEIA tuvo que asegurar la formación de una extensa colección de literatura sobre LEIA y hacer que lo esencial sea accesible, relevante y ampliamente disponible. En el período 1984-1991, los principales canales de este proceso fueron el ILEIA Newsletter, la red de trabajo ILEIA siempre en expansión, publicaciones y talleres. Después de 1994, la investigación colaborativa de ILEIA también fue importante. A través de estas actividades, y de la red de trabajo que ellas sostenían y estimulaban, fue posible intercambiar experiencias y comparar e integrar elementos de LEIA y de los enfoques de sostenibilidad agrícola (LEISA) de diferentes partes del mundo.

Centro de Información de la Agricultura Sostenible de Bajo Insumo Externo
(Information Centre for Low-External-Input and Sustainable Agriculture)
El Centro de documentación de ILEIA ha coleccionado información que probablemente no podría haber sido reunida de no ser por el proyecto ILEIA. Informes, hallazgos de investigación, boletines informales, artículos de revistas, libros y actas de conferencias sobre las tecnologías LEISA han sido complementados a través de los años con información de los editores, direcciones, fotografías, videos y diapositivas. Con la introducción de la investigación, el carácter de la colección cambió ligeramente en la medida que se agregaba más material publicado formalmente. A través de los años, el centro de documentación de ILEIA ha sido uno de los recursos más importantes del proyecto. Éste ha apoyado al ILEIA Newsletter, talleres, publicaciones y muchas otras actividades del proyecto. La colección ha sido un recurso importante para los miembros del equipo de ILEIA, estudiantes locales y foráneos, investigadores y trabajadores del desarrollo. Sigue siendo el primer recurso para responder a las preguntas que los lectores formulan al ILEIA Newsletter y en atender los pedidos de búsquedas de literatura e información bibliográfica. Durante la tercera fase del proyecto, la colección fue sistematizada y su accesibilidad se incrementó. Se introdujo un sistema extenso y uniforme de palabras clave y el ILEIADOC, una base de datos que actualmente contiene 8000 documentos sobre muchos temas importantes para el desarrollo de LEISA, se puso a disposición en disco compacto y también puede ser accesible a través de AGRALIN -Agricultural Bibliographic Information Systems of The Netherlands – (Sistema de Información Bibliográfica Agrícola de Los Países Bajos), vía el homepage de ILEIA.

Para conseguir que el material publicado sobre LEISA sea más ampliamente conocido y disponible, se presentaron bibliografías seleccionadas de los materiales LEISA en 1987 y, otra vez, en 1995, cuando un folleto con buenos comentarios, práctico y fácil de usar –el LEISA Top 138- fue publicado. Con una idea similar en mente, un proyecto de “biblioteca” se inició en 1991 con el fin de dar facilidades a unas 135 organizaciones del Sur para que puedan comprar libros y periódicos claves sobre tópicos relacionados con LEISA.

A través de los años, ILEIA ha mantenido un contacto estrecho con otras organizaciones comprometidas en la recopilación y publicación de información sobre agricultura sostenible, como TOOL, AGRECOL, GATE y AGROMISA. Algunas veces esto ha llevado a publicaciones conjuntas. ILEIA también fue activa en EULEISA –la red de trabajo europea sobre agricultura de bajo insumo externo y sostenible (European network on low-external-input and sustainable agriculture) – que incluyó a AGRECOL, GATE, GEYSER, IFOAM, ODI y RDP (UK).

Actualmente, el trabajo de ILEIA de coleccionar información sobre LEISA continúa dentro de una etapa electrónica. El Centro de documentación de ILEIA está en la lista de distribución de un siempre creciente número de grupos preocupados por los asuntos de la sosteniblidad agro-ecológica y, como “memoria colectiva” del proyecto, continúa proporcionando herramientas y legitimidad a ILEIA.


Figura 1 (pie) Distribución regional de los susciptores de ILEIA Newsletter / Boletín de ILEIA

El ILEIA NEWSLETTER (Boletín de ILEIA)
El primer boletín de ocho páginas fue enviado, gratis, a 1000 personas. Pocos miembros del equipo original podrían haber predicho que, 15 años más tarde, el ILEIA Newsletter habría puesto en contacto y reunido a tantas personas y organizaciones o documentado e integrado tan variadas ramas del conocimiento. Para 1998, el Newsletter estaba siendo leído por unos 15.000 suscriptores y un cuestionario aplicado a los lectores reveló que cada copia del Newsletter era leída por al menos dos ó tres personas: un estimado de 30 a 40.000 lectores por edición. A través de sus editoriales, estudios de caso y revisiones de libros, el Newsletter –publicado cuatro veces al año– ha continuado perfeccionando el pensamiento sobre LEISA.


Figura 2 (pie) Distribución de los lectores de ILEIA por función

El Newsletter llevó estas ideas a sus lectores meta: equipos de trabajadores del desarrollo a nivel de campo, técnicos agrícolas de nivel medio y superior, y trabajadores de los servicios de información agrícola, investigación y elaboración de políticas. Actualmente, a pesar que el Newsletter es leído por un amplio rango de profesionales agrícolas, estos grupos continúan siendo la esencia principal del Newsletter.

La información del Newsletter siempre se ha presentado en un lenguaje y estilo diseñado para conseguir que los temas discutidos sean muy accesibles. Cada edición está llena de hechos. Un cuestionario enviado con el primer Newletter trató de identificar los intereses de los lectores y fue acompañado con una lista de temas, que mostraron claramente que ILEIA intentaba centrarse en las prácticas cotidianas de los pequeños agricultores. A través de los años, en artículos, entrevistas, anuncios, información de proyectos, actividades, informes de seminarios y conferencias, revisión de libros e información del trabajo en red, el Newsletter se ha mantenido en esta política, con una caricatura ocasional para recordarle al lector que el camino hacia la agricultura sostenible no siempre es suave.

De esta manera, el ILEIA Newsletter se ha convertido en una de las revistas líderes sobre el desarrollo de la agricultura sostenible, LEISA, el conocimiento indígena y el desarrollo participativo de tecnología (DPT).

Desde el comienzo, su perspectiva crítica estuvo enraizada en el respeto por los pequeños agricultores y su conocimiento, y fue esto lo que determinó la elección de los artículos y temas del Newsletter. Mientras que los historiadores de la década de 1980 estuvieron documentando el papel de las comunidades campesinas en los procesos sociales, ILEIA hacía visible el papel de los pequeños agricultores en la creación del conocimiento agrícola y la importancia de este conocimiento para la sostenibilidad ecológica y la seguridad alimentaria.

Los artículos del Newsletter mostraron la vitalidad, la diversidad y los valores de las pequeñas comunidades agrícolas. Confrontando a los lectores con una nueva imagen de los pequeños agricultores como innovadores y experimentadores que están continuamente adaptando, experimentando e intercambiando ideas y mejorando variedades de cultivos para propósitos múltiples: gusto, color, tamaño, rendimiento, calidad del rastrojo, particularidad del sitio (Newsletter 1984). El Newsletter también registró éticas muy diferentes a las de aquellas que guiaron la toma de decisiones sobre agricultura en las comunidades agrícolas totalmente orientadas al mercado y permitió que los lectores exploraran las maneras en las cuales otras culturas experimentaban la presión ejercida sobre ellas por la rápida mercantilización de sus recursos naturales. En el Mensaje desde el Corazón del Mundo (Message from the Heart of World), por ejemplo, el Newsletter registró las experiencias de la población Kogi, de los altos Andes, y los cambios medioambientales que resultan del desarrollo que se da en los valles bajos de sus territorios. Ellos no tienen agua. El pasto se ha muerto. La tierra está dura y seca. Los Kogi expresan sus temores por el futuro en metáforas mordaces y cuestionadoras:

“Yo soy el Hermano Mayor. Yo busco al sol, yo busco las montañas. Yo he hecho todo lo que he podido, pero antes que pase mucho tiempo voy a morir. El Hermano Menor podría salvarme. Si todos los Kogi mueren, tú, Hermano Menor, piensa que seguirás viviendo… Hermano Menor, tú ya has tomado tanto. Nosotros necesitamos agua para vivir” (Newsletter 1&2, 1991).

Trabajo en red para LEISA
El trabajo en red es central para las actividades de ILEIA y, a su vez, el proyecto saca su fuerza y motivación de la red de trabajo informal a la que sirve. Conforme el ILEIA Newsletter reunía, poco a poco, lectores y colaboradores, los talleres diseñados para explorar temas y problemas específicos pusieron a aquellos con información que compartir, en contacto entre sí y fortaleciendo más aún estos vínculos. Conforme el nuevo cuerpo de conocimiento -LEISA- se desarrolló, también lo hicieron sus partidarios. El estímulo para LEISA con frecuencia descansa en la interfaz entre LEIA y HEIA. Esto hizo que ILEIA se empeñara en trabajar en red en el sentido más amplio posible con el fin de asegurar sus objetivos.

“Obviamente la sostenibilidad de la agricultura no puede lograrse sin insumos internos o externos, renovables o no renovables. Todavía existe una multitud de alternativas técnicas que van desde el bajo insumo tradicional, que es la situación prevaleciente en los trópicos, hasta las prácticas ‘modernas’ de alto insumo con impactos potencialmente muy diferentes sobre la sostenibilidad y beneficios a largo plazo. Desafortunadamente, la base de conocimiento que da soporte a estos dos extremos, aunque complementaria, está localizada en diferentes comunidades (agricultores, investigadores, extensionistas, trabajadores del desarrollo, etc.) que no se comunican muy fácilmente” (Farrington y Stoop 1988).


“Yo puedo derirte mucho: sobre hacer agricultura, pero nunca me has preguntado”

ILEIA ha mantenido su red de trabajo cuidadosamente. Los nombres y direcciones de organizaciones y personas comprometidos con la agricultura de bajo insumo externo y enfoques relacionados, fueron registrados, actualizados y puestos en circulación (ILEIA, mayo 1988). En 1993, ILEIA publicó un registro de los socios LEISA consciente que, sin tal información, los grupos con objetivos similares podrían estar trabajando en la misma área sin tener conciencia de la existencia de cada uno de ellos y sin ser capaces de beneficiarse de las posibilidades del contacto local. Como irónicamente Pascal Badjagou del Réseau de Développement d’Agriculture Durable (REDAD), en Benin, reflexionó:

“Debido a la falta de comunicación, las personas tienden a buscar en sitios lejanos algo que de hecho está muy cerca, sin ser conscientes de ello. Por ejemplo, nosotros conocimos de la existencia de la agroforestería a partir de libros y revistas, pero nosotros nos llenamos de alegría, cuando al hacer nuestros contactos iniciales para formar una red de trabajo, descubrimos el proyecto RAMR (Recherche Appliquée en Milieu Réel), que practica la agroforestería en la provincia Mono a sólo 150 kilómetros de nuestra comunidad” (Alders et al 1992)

ILEIA apoyó redes de trabajo regionales en Ghana del Sur, Tamil Nadu, las Filipinas (donde se publicó un registro nacional de los miembros de la red de trabajo), Benin, India y Latinoamérica. Dentro de la red de trabajo de ILEIA también hubo grupos y persona que estuvieron conectados menos formalmente a ILEIA, pero que sin embargo obtuvieron apoyo de la información y el reconocimiento que ésta les proporcionó. Conforme la red de trabajo de ILEIA creció, las evaluaciones mostraron que las iniciativas del proyecto habían llevado a importantes mejoras en la información que circulaba entre sus miembros (Kessler & Moolhuizen 1994).

Talleres
Para 1989, el proyecto ILEIA fue estableciendo los aspectos biofísicos de los enfoques agrícolas de los pequeños agricultores y la documentación de las tecnologías de la agricultura de bajo insumo externo en una perspectiva más amplia. Este movimiento fue parcialmente estimulado por la demanda de mayor discusión de los antecedentes sociales, económicos y políticos de los estudios de caso de LEISA y, parcialmente, por la insistencia de ILEIA sobre la importancia del conocimiento y experimentación de los propios agricultores.

“Los agricultores, como los científicos de la investigación agrícola, son experimentadores. La ciencia agrícola moderna descansa sobre la base de por lo menos 10 milenios de experimentación informal de los agricultores anónimos de mercado y de subsistencia. La naturaleza de esta investigación espontánea basada en el agricultor, ha sido muy poco estudiada sistemáticamente” (Newsletter 4(3) 1988).

Los talleres se utilizaron para explorar y hacer accesible el conocimiento de los agricultores a la mayor red de trabajo de LEISA. Internacional, regional y localmente, éstos fueron considerados “actividades de punta de lanza”, donde el conocimiento existente sobre LEISA podía ser reunido y discutido. ILEIA continuó facilitando talleres a nivel regional y local, y, desde 1988, se realizaron importantes talleres sobre DPT, evaluación y trabajo en red.

Uno de los talleres más significativos fue el relacionado al Desarrollo Participativo de Tecnología (Participatory Technology Development). En 1987, el Instituto de Estudios de Desarrollo (Institute of Development Studies-IED) en la Sussex University realizó un taller titulado: Agricultores e Investigación Agrícola: Métodos Complementarios (Farmers and Agricultural Research: Complementary Methods). Se focalizó en la necesidad de colaboración entre la población local y los foráneos en la exploración de vías hacia el desarrollo de la agricultura sostenible, cuyo resultado fue el influyente libro Los Agricultores Primero (Farmers First, Chambers 1989). Tanto el taller como el libro ubicaron firmemente al pequeño agricultor y a la investigación participativa en el centro del debate del desarrollo sostenible. ILEIA luego continuó con un taller internacional sobre Desarrollo Pariticipativo de Tecnología en la Agricultura Sostenible (Participatory Technology Development in Sustainable Agriculture), que se centró en los enfoques para implementar el DPT con el interés de fortalecer la experimentación del agricultor. Como ocurrió con otros importantes talleres de ILEIA, los enfoques, ideas y experiencias presentados y desarrollados en este taller fueron recogidos en una serie de artículos publicados en una edición especial del ILEIA Newsletter, que apareció en inglés y en francés, y en la serie ILEIA Readers (1991). El DPT como una forma de acceder, comprender y utilizar el conocimiento indígena, así como fusionar lo indígena con lo científico, elevó mucho la actividad de ILEIA, tanto a nivel metodológico como en la demanda de información, capacitación y literatura.

Publicaciones
La tercera fase del proyecto comenzó en 1989 con una intensificación de las actividades de documentación, trabajo en red y comunicación de ILEIA, en la medida que las experiencias e información discutidas en los talleres se transformaban en publicaciones. Los cuatro ILEIA Readers publicados entre 1990 y 1997 por ITDG: Uniendo los experimentos de los agricultores, Dejar que los agricultores juzguen, Vinculándonos con los agricultores, Investigación de los agricultores en la práctica (Joining farmers experiments, Let farmers judge, Linking with farmers y Farmers’ research in practice), reflejan los conceptos desarrollados y elaborados por ILEIA en los últimos 15 años.

En 1990, ILEIA hizo un intento exitoso para confrontar sus experiencias con LEISA. La Agricultura del Futuro: una introducción a la agricultura sostenible de bajo insumo externo (Farming for the future: an introduction to low-external-input and sustainable agriculture, 1992) fue la respuesta más amplia de ILEIA a la demanda de su creciente red de socios y de un cuerpo de trabajadores del desarrollo, investigadores y los que elaboran las políticas, crecientemente interesados por un estudio sistemático de LEISA. Un libro inmensamente práctico que ha vendido más de 12.500 copias sólo en la edición en idioma inglés; ha sido traducido al árabe, Bahasa Indonesia, francés, español, chino, portugués y thai. Cultivando para el Futuro (Farming for the future) contiene una riqueza de información práctica y, como una guía de recursos, es el típico aporte de ILEIA para las publicaciones. Diseñado para ser de uso inmediato de los trabajadores del desarrollo agrícola de nivel medio, se basó en ocho años de paciente recolección, documentación y análisis de los principios científicos que están detrás de los diferentes sistemas y técnicas LEISA. Además de la rica colección de artículos y casos de estudio que cubren las potencialidades, principios y posibilidades de LEISA, éste ofrece una bibliografía extensa junto con los nombres (y direcciones) de las organizaciones simpatizantes de LEISA.

En la década de 1990 comenzaron a aparecer artículos de los miembros del equipo ILEIA más regularmente en periódicos, revistas y libros. Además, se tomaron iniciativas dentro de la red de ILEIA por organizaciones como Environment et Développement du Tiers Monde –ENDA (Medio Ambiente y Desarrollo del Tercer Mundo) en Senegal, que tradujo regularmente artículos en francés para su revista Nouvelles de Pronat, y AS-PTA (Assessoria e Servicos a Projetos em Agricultura Alternativa / Asesoría y Servicios de Proyectos en Agricultura Alternativa) en Brasil, que frecuentemente tradujo artículos y libros de ILEIA al portugués. GATE-GTZ financió una traducción al español del primer ILEIA Reader y el Consorcio Latino Americano de Agroecología y Desarrollo (CLADES) reimprimió una selección de artículos de interés para los socios de la red de Latinoamérica. Uno de los éxitos de la cuarta fase fue la aparición del ILEIA Newsletter en una edición en idioma español -El Boletín de ILEIA- en 1996.

Para 1994, ILEIA podía mirar los pasados diez años de intensa actividad. Partiendo de un inicio ecléctico, el Centro de documentación había sido sistematizado, los vínculos con las principales bases de datos se habían explotado y la colección estaba siendo manejada con accesibilidad, recuperabilidad, calidad y singularidad. El Newsletter ha atraído a un creciente número de escritores del Sur que, junto con la preparación de editores y revisores externos, ha incrementado la calidad e importancia de su presentación. Su diseño también ha sido mejorado por los sucesivos diseñadores gráficos y el boletín original de ocho páginas se ha expandido a una “revista” de 34 páginas. Una activa red de trabajo internacional ha sido creada y las publicaciones de ILEIA fueron introduciendo LEISA constantemente a un mundo crecientemente receptivo. En 1994, el proyecto entró a su cuarta y última fase y se agregó un nuevo componente: investigación.

Evaluando LEISA
La evaluación de ILEIA, llevada a cabo hacia fines de 1993, puso en claro que si la adopción de los enfoques LEISA a nivel de finca y político tenía que ser efectiva, sería necesario considerar los aspectos bio-técnicos y socioeconómicos de LEISA a nivel local y regional, así como también a nivel internacional. La investigación fue necesaria para establecer una mejor base para evaluar los riesgos y ventajas involucrados en el balance del uso de los insumos agrícolas externos. Fue necesario profundizar el análisis, el sustanciar la información y ser más crítico con la evidencia anecdótica. Las implicancias de los enfoques LEISA también tuvieron que ser estudiadas cuidadosamente. Las afirmaciones políticas de las agencias donantes bilaterales y multilaterales, la asistencia técnica y las instituciones internacionales de investigación dejaron poca duda de que había un creciente interés en LEISA. Sin embargo, el grado al que un enfoque de “bajo insumo externo general” puede contribuir a satisfacer las necesidades de los pequeños agricultores y de un mundo que desarrolla rápidamente y se urbaniza crecientemente, permanece siendo una cuestión abierta.

El mandato de investigación adoptado por ILEIA reflejó estas preocupaciones. Ahora, el proyecto ha establecido hacer una evaluación participativa de la viabilidad de los sistemas de tecnología de agricultura sostenible de bajo insumo externo (LEISA) en diferentes contextos medioambientales y socioeconómicos que serían verificados, lo más posible, con datos cuantitativos. Esta evaluación participativa incluiría un intento por entender los procesos que llevan al cambio de las estrategias de subsistencia y de uso de la tierra por los agricultores.

Inicialmente, tres regiones contrastantes -Ghana, Perú y Filipinas– habían sido seleccionadas para el programa de Investigación Colaborativa de ILEIA. En una etapa posterior, se agregaría una cuarta región: India. Cada región representaba condiciones agroecológicas y socioeconómicas específicas, y en cada lugar, se establecieron los grupos de trabajo de LEISA conformados por organizaciones de agricultores, ONG, institutos de investigación agrícola, universidades y/o servicios de extensión gubernamental.

Para mantener esta tarea, el proyecto de ILEIA adoptó (brevemente) un nuevo nombre y, en 1995, se convirtió en el Centro para la Investigación y el Intercambio de Información sobre Agricultura Ecológica (Centre for Research and Information Exchange in Ecologically Sound Agriculture). El comienzo de la cuarta fase marcó un radical paso hacia adelante en las aspiraciones y actividades de ILEIA. En 1995, se hicieron los inventarios de las “agendas” de los socios de investigación y se compararon con los de ILEIA. El equipo de ILEIA enfatizó en el Análisis de los Protagonistas (Stakeholder Analysis), el Mapeo de Recursos Agroecológicos (Agro-Ecological Resource Mapping –MRAE), la comunicación electrónica y en el desarrollo de escenarios para la agricultura con sentido ecológico. En los sitios de investigación, los grupos de trabajo de LEISA fueron alentados para que describan los sistemas agrícolas prevalecientes usando diagramas de flujo de los recursos y clasificaciones del suelo basadas en las propias categorías de los agricultores sobre los tipos de uso de la tierra. Al mismo tiempo, se iniciaron exploraciones de suelos con el International Soil Reference and Information Centre para correlacionar los sistemas científicos con el conocimiento local de los nichos agroecológicos y la aptitud de la tierra (MRAE). El énfasis del proyecto cambió gradualmente desde la evaluación del potencial de LEISA hacia los enfoques de los protagonistas para el manejo de los recursos naturales, mientras que entre 1995 y 1996 los socios y otros protagonistas activos de las áreas de investigación fueron capacitados en MRAE y ERSA –Evaluación Rápida de los Sistemas Agrícolas.

Aunque interesante, el cambio se desvió significativamente del mandato original de ILEIA. En 1996, las tensiones sobre la dirección de la investigación afloraron y, consiguientemente, un nuevo equipo, junto con los grupos de trabajo de Ghana, Perú y las Filipinas, emprendieron la tarea de reformular el programa de investigación. Como resultado, ILEIA regresó a sus raíces: la investigación participativa de LEISA.

Los socios de ILEIA estuvieron fuertemente involucrados en la reformulación del programa de investigación y su consiguiente implementación. Las nuevas actividades de investigación incluyeron el Desarrollo Participativo de Tecnología, la evaluación cuantitativa de los factores ecológicos y financieros, de los cambios a través de FARMS, así como una cantidad de estudios propuestos localmente acerca de los contextos agroecológicos, económicos y socioculturales de los sitios de investigación. Otros estudios se enfocaron en las opciones técnicas para los desarrollos ecológicamente seguros y en las experiencias exitosas con la adopción de las técnicas de LEISA. También existieron actividades complementarias, como el fortalecimiento de las facilidades de recursos y las capacidades de información de los miembros de los grupos de trabajo.

En un taller internacional realizado en junio de 1997, la reorientación del Programa Colaborativo de Investigación (Collaborative Research Programme) de ILEIA fue confirmada. Durante este taller se acordó que la Meseta Deccan del Sur de la India constituiría un cuarto sitio de investigación y que las actividades serían coordinadas por Agricultura, Hombre y Ecología – AHE (Agriculture, Man and Ecology – AME), el programa hermano de ILEIA en la India.

ILEIA publicó el avance de investigación1995-1996 en tres ediciones separadas del Newsletter. Mountains in Balance (Montañas en equilibrio) reportó las experiencias de los valles de alta montaña del Perú; Farmers Facing Change (Los agricultores enfrentan el cambio) se refirió a la sabana seca del Norte de Ghana y More than Rice (Además de arroz) exploró los llanos húmedos inundados de las tierras bajas de Luzón central en las Filipinas. De la misma manera, se han hecho planes para publicar los resultados del programa de investigación de ILEIA en marcha, luego del taller internacional de investigación programado para marzo de 1999. Este taller examinará los resultados del programa de investigación conjunta de ILEIA y evaluará la importancia de los enfoques LEISA. También se hará el intento de formular recomendaciones políticas de importancia para los agricultores, organizaciones no gubernamentales (ONG), servicios de extensión agrícola, institutos de investigación agrícola y para los que elaboran las políticas.

LEISA, ILEIA y el futuro
A fines de 1997, ILEIA se sometió a una evaluación externa. Cuatro asesores independientes de las Filipinas, Senegal, Chile y el Reino Unido aplicaron un cuestionario a los lectores del Newsletter y entrevistaron a una cantidad de socios estratégicos de ILEIA. El aspecto central era si ILEIA debía continuar documentando, analizando e intercambiando experiencias sobre el desarrollo de LEISA, DPT y la investigación de evaluación. Aquellos que respondieron el cuestionario y aquellos que fueron entrevistados pusieron en claro sus posiciones: quisieron más información sobre LEISA para mantenerse en contacto con los desarrollos de sus enfoques y para escuchar los resultados de la investigación y las evaluaciones diseñadas para estimar el potencial y la efectividad de LEISA. La mayoría quiso que el ILEIA Newsletter continuara. Sin embargo, al mismo tiempo confirmaron el sentir del equipo de ILEIA de que LEISA, articulado a través de ILEIA, debía reflejar el hecho de que la supervivencia de los pequeños agricultores no podía definirse solamente en términos de alimentos, abrigo y ganancias. También debía incluirse el reconocimiento del hecho que los valores culturales, la dignidad humana, la integridad tienen que preservarse y que la necesidad de estatus, seguridad, prestigio, comodidad, estabilidad y ocio debe ser respetada y satisfecha.

LEISA en perspectiva, 15 años de ILEIA
Conforme el proyecto de ILEIA está llegando a su fin, para transformarse en una institución independiente, ILEIA decidió colocar a LEISA en una perspectiva mayor. Esta publicación de jubileo mira, hacia atrás, la evolución del proyecto ILEIA y, hacia adelante, los retos que existen para el mayor desarrollo de LEISA. Trata de combinar las reflexiones del personal de ILEIA con estudios de caso detallados sobre el desarrollo agrícola conducido por el agricultor hacia LEISA, escritos por aquellos que trabajan con LEISA en la práctica. Así, la primera parte trata brevemente sobre la historia de ILEIA, la segunda, coloca a LEISA en perspectiva y la tercera, contiene estudios de caso de Ronald Bunch, Fidele Hien, Elske van der Fliert, Wiyanto y Ann R Braun; así como extractos de “Menos gente, menos erosión” (More people less erosion) de Mary Tiffin et al. Otros estudios de caso cortos que ilustran a LEISA pueden encontrarse a lo largo del libro.

Queremos aprovechar esta oportunidad para agradecer a los muchos pequeños agricultores y trabajadores en LEISA, cuyo trabajo y conocimiento inspiraron este libro. Al mismo tiempo, expresamos nuestra gratitud a aquellos amigos y colegas que revisaron, con una crítica objetiva y firme, los primeros borradores. Un libro, por supuesto, siempre es de responsabilidad de sus autores. Esperamos que lo disfruten y lo encuentren estimulante tanto como alentador.

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