marzo 1998, Volumen 13, Número 3
Reconstruyendo la perdida fertilidad del suelo

Logrando sostenibilidad en el uso de abonos verdes

ROLAND BUNCH | Página
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Enseñar a los agricultores que los abonos verdes y los cultivos de cobertura tienen aplicaciones valiosas, además de mantener la fertilidad del suelo, puede ayudar a sostener el uso difundido y la adopción de las prácticas de abonamiento vegetal.

Hoy, algo más de 125 000 agricultores están usando los abonos verdes y los cultivos de cobertura en Santa Catarina, Brasil, los cuales son igualmente populares en las vecindades de Paraná y Río Grande do Sul. En América Central y México, un número estimado de 200,000 agricultores está usando 20 sistemas tradicionales que abarcan unas 14 especies diferentes de abonos verdes y coberturas, y las organizaciones desde México Central hasta Nicaragua están promoviendo su uso en por lo menos 25 sistemas más. Al otro lado del océano, en Africa Occidental, más de 50,000 agricultores han adoptado Mucuna spp o Dolichos lablab como abonos verdes en los últimos ocho años.

El amplio uso actual y la rápida adopción de abonos verdes y cultivos de cobertura ha tomado a mucha gente por sorpresa. Hasta cierto punto esto se debe a que se ha dado escasa atención al grado en que los abonos verdes y los cultivos de cobertura han sido siempre usados en los sistemas tradicionales. Gene Wilken, por ejemplo, en su excelente libro, Good farmers: Traditional Agricultural Management in Mexico and Central America, indicó que «la cobertura de cultivos no está difundida en América Central tradicional» (Wilken, 1987). Muchos científicos creían que la tecnología no era apropiada para las fincas de las aldeas. En 1989, Anthony Young en el clásico Agroforestry for Soil Conservation (Agroforestería para la Conservación del Suelo) desdeña el abonamiento vegetal como «una forma de barbecho mejorado improductivo que pocas veces favorece a los agricultores» (Young, 1989). Sostenibilidad

Por más de una década se pensó que los abonos verdes y los cultivos de cobertura sólo los aceptaban los pequeños agricultores si podían cultivarlos en tierras sin costo de oportunidad, en asociación con otros productos agrícolas, bajo árboles o en terrenos en barbecho y en períodos anunciados de sequía o frío extremo. También se verían favorecidos si ello no involucraba mano de obra adicional o gastos en efectivo no previstos (Bunch, 1995).

Mientras estas suposiciones han demostrado ser correctas, experiencias recientes han demostrado que la sostenibilidad de los abonos verdes y los cultivos de cobertura puede ser mejor garantizada si éstos proporcionan a los agricultores algunos otros beneficios, además de un suelo fértil. Esta condición es consistente con la observación de que los agricultores de las aldeas generalmente prefieren las tecnologías de uso múltiple.

Experiencias globales Las experiencias en muchas partes del mundo confirman el valor que los agricultores atribuyen a los abonos verdes y cultivos de cobertura que tienen usos múltiples. En los sistemas tradicionales más conocidos, las leguminosas son apreciadas no sólo porque mantienen la fertilidad del suelo, sino porque también se pueden consumir las semillas y vainas. Ejemplo de ello es Vigna spp que se usa como cultivo asociado en el sur de Honduras, El Salvador y el sureste de México, y el frijol trepador escarlata (Phaseolus coccineus) que se usa ampliamente desde New York (frijol seneca) hasta México (acoyote) y desde Guatemala (piloy) hasta Honduras (chinapopo) y el norte de Chile. El frijol velloso (Mucuna spp) es el más popular de todos los abonos verdes o cultivos de cobertura que se emplean hoy y fue usado inicialmente y difundido por los agricultores a lo largo de la frontera sur del Himalaya en Nagaland, parcialmente porque era una fuente valiosa de alimento (Young, 1989). En la zona central de Honduras, donde World Neighbors y COSECHA han enseñado a los agricultores a intercalar frijol velloso con maíz, hubo un fracaso decepcionante (35%+) para continuar con esta tecnología, excepto en aquellas aldeas donde se consume como un componente importante del café, chocolate caliente, pan y tortillas. En resumen, el valor de los abonos verdes y cultivos de cobertura como alimento del hombre parece ser el factor más fuerte para su adopción sostenible.

Tal vez el segundo uso más común de los abonos verdes y cultivos de cobertura es el control de malezas. En el sureste de Asia, una especie perenne del frijol velloso se usa para mejorar el barbecho y controlar las malezas. Prácticas más modernas abarcan el uso de jack bean’ (Canavalia ensiformis), ‘kudzu’ tropical (Pueraria phaseoloides) y maní perenne (Arachis pintoi) debajo de una diversidad de plantaciones como café, cítricos y palma aceitera africana. El frijol velloso también se usa para el control de la maleza Imperata spp. y esta práctica se está extendiendo rápidamente a Benin, Togo y Columbia. El frijol velloso y el frijol `jack’ se usan para controlar la paja blanca (Saccharum spp.) en Panamá y para combatir el `nutgrass’ en varios otros países.

Una tercera práctica que ahora está más extendida pero que todavía es poco apreciada, es el uso de abonos verdes y cultivos de cobertura para estabilizar la agricultura de quema. Porque la disminución de la fertilidad y la infestación por malezas son las dos razones más importantes por las cuales los agricultores abandonan sus campos, y porque los abonos verdes y cultivos de cobertura puede, en cierto grado, resolver estos problemas, éstos han probado ser un medio efectivo para estabilizar la alternancia de cultivos en muchos países.

Se puede extraer un ejemplo dramático del trabajo en el Centro Maya en la región norteña de Petén en Guatemala. En esta área forestal húmeda los agricultores sólo podían cultivar maíz por uno o dos años y luego se debía dejar el campo para su regeneración. Ahora, cientos de agricultores siembran frijol velloso asociado con maíz, en los mismos campos, año a ario. Aquéllos que inicialmente adoptaron este sistema han estado cultivando maíz en el mismo terreno por once años consecutivos y la productividad ha mejorado con el tiempo. Otro ejemplo interesante es el de Ghana central, donde los agricultores de las aldeas están inventando su propia forma de estabilizar la agricultura, que incluye un sistema en el cual, en una hectárea, crecen 30,000 árboles de leucaena (Leucaena spp.) asociados con maíz y son quemados ligeramente cada año. Esta práctica ha permitido cultivar maíz en el mismo terreno durante 20 años sucesivos.

Un cuarto beneficio potencial y probablemente el que adquiere mayor significado con el aumento de la experiencia, es el uso de los abonos verdes como alimento animal. La mayoría de los abonos verdes y especies de cultivos de cobertura, con la excepción de Melilotus albus, no pueden ser bien pasteados, pero muchos se pueden usar para cortarlos y servir de sustento aun después de los meses de sequía. Los ejemplos más notables de este tipo son Lathyrus nigrivalvis y el frijol lablab (Dolichos lablab). Las semillas también se usan como forraje. Un buen ejemplo es la semilla del frijol velloso. El cual en Campeche, México, se cocina por media hora, mezclado con una cantidad equivalente de maíz y sirve para alimentar cerdos. La Universidad de Yucatán calculó que el costo de alimentación animal con este frijol era menor por unidad de peso ganado que los alimentos comerciales.

Los abonos verdes y los cultivos de cobertura se pueden usar también en otras formas. Dos años después de que Ater-Vida dejó de trabajar en El Naranjito, Paraguay, los agricultores dejaron de usar el frijol velloso como abono, pero continuaron usándolo cuando querían preparar sus tierras para sembrar tabaco. En el sur de Brasil, cientos de miles de agricultores usan en forma regular unas 25 especies diferentes de abonos verdes y cultivos de cobertura para mejoramiento del suelo, en parte porque esto les permite incrementar la cantidad de materia orgánica del suelo, al punto que no es necesaria la labranza. Las ventajas ecológicas y financieras de los sistemas de labranza cero son tremendamente atractivas. Conclusiones

Se pueden obtener varias conclusiones de los ejemplos mencionados. Primero, la variedad de abonos verdes sostenibles y de sistemas de cultivos de cobertura ya establecidos en la agricultura tradicional así como en los más recientes sistemas agrícolas es muy diversa. Los abonos verdes y los cultivos de cobertura han sido adoptados en una amplia escala, a pesar de las condiciones aparentemente prohibitivas antes mencionadas en este artículo. El hecho que prácticamente todos los sistemas a los que nos hemos referido tienen algunos elementos de estas condiciones, confirma su valor de predicción. De este modo, los programas para introducir nuevos abonos verdes y sistemas., de cultivos de cobertura enseñan a los agricultores no sólo el uso de estas especies para mejorar su suelo, sino que también tienen otros usos. Todavía hay un gran potencial para el desarrollo de nuevos abonos verdes y sistemas de cultivos de cobertura. Todavía se requiere investigar la calificación de los sistemas potenciales para usar abonos verdes y coberturas, principalmente las posibilidades de usarlos como alimento para los animales; el potencial latente en nuevas especies no probadas, incluyendo árboles y otra plantas, y el valor de combinar los abonos verdes y coberturas en vez de usar especies aisladas. La experiencia nos lleva a creer que, con la posible excepción de los sistemas agrícolas intensivos, tales como hortalizas y arroz bajo riego, los abonos verdes y los sistemas de cultivos de cobertura puedan ser introducidos en muchos, si no en la mayoría, de los números de sistemas agrícolas de pequeña escala en todo el mundo.

Roland Bunch, COSECHA, Apartado 3586, Tegucigalpa, Honduras.

Referencias

• Wilken, Gene C. 1987. Good farmers: tradictional agricultura] resource management in Mexico and Central America (Buenos agricultores: manejo de los recursos agrícolas tradicionales en México y América Central). University of California Press, Berkeley, California.

• Young, A. 1989. Agroforestry for soil conservation (Agroforestería para la conservación del suelo). CA International, Wallingford, Reino Unido.

• Bunch, R. 1995. The use of green manure by village farmers. What we have learned to date (El uso de abonos verdes por los agricultores de las aldeas, lo que hemos aprendido hasta hoy). Technical Report No. 3, 2nd. Edition, Julio. CIDICCO.

• Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG)/GTZ, 1995. Siembra Directa, Primer Encuentro de Productores, Organizaciones y Técnicos. MAG/GTZ, Asunción, Paraguay.

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