diciembre 2021, Volumen 37, Número 2
Agroecología y feminismo: transformando economía y sociedad

Mujeres que organizan la agroecología para la resiliencia en el Sahel

TSUAMBA BOURGOU, PETER GUBBELS | Página 34-36
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La situación de la pandemia de covid-19 ha recrudecido las crisis existentes en el Sahel. Justo antes de que estallara la pandemia, se puso en marcha un enfoque innovador para reforzar la resiliencia de la población a través de la agroecología, que empezaba a dar sus frutos en Burkina Faso, Ghana, Malí y Senegal. En el centro se sitúan las mujeres, quienes lideraron prácticas agroecológicas con un fuerte enfoque en mejorar la nutrición de las familias y en la toma de decisiones. Las nuevas relaciones económicas y los equilibrios de poder entre hombres y mujeres asientan las bases para una resiliencia duradera.

Los grupos de crédito de mujeres impulsan el liderazgo, la solidaridad y la confianza en sí mismas. Agrecol Afrique

Burkina Faso y otros países del Sahel se enfrentan actualmente a una multitud de crisis. Más de 12 millones de pequeños agricultores y sus familias en las zonas áridas de la región son vulnerables, de manera permanente, a la inseguridad alimentaria y nutricional. Esto es debido a la degradación de los frágiles ecosistemas, al crecimiento de la población y a una baja capacidad de adaptación a eventos climáticos como las grandes sequías. Para sobrevivir, un porcentaje cada vez mayor de familias está tomando medidas desesperadas: venden sus cosechas para pagar los préstamos, utilizan sus reservas de semillas, piden créditos, reducen el número de comidas diarias o venden sus activos físicos, lo que los hace aún más vulnerables.

Más allá de esto, millones de personas han tenido que huir de sus hogares para escapar de la violencia extrema de los yihadistas y otros grupos armados. Las circunstancias de vida son dramáticas, a menudo sin un techo y enfrentando escasez de agua, alimentos y atención médica. La pandemia de covid-19 agravó esta crisis, especialmente para las mujeres. Tras los ataques terroristas de 2019 se cerraron muchos servicios rurales, como escuelas, hospitales y comisarías, fundamentales durante la pandemia. El cierre forzoso de mercados y las restricciones a las reuniones también afectaron duramente a las comunidades rurales.

En las regiones en las que trabajamos, estas restricciones obstaculizaron las actividades generadoras de ingresos de las mujeres, como la venta de productos de la huerta y artesanías o el pequeño comercio. También afectaron a la capacidad de los grupos de mujeres para llevar a cabo actividades colectivas en zonas rurales como la producción de verduras para la venta durante la estación seca (de febrero a mayo), la organización de reuniones de grupos de ahorro y crédito, y la participación en actividades de formación y construcción de conocimientos.

La agroecología como respuesta
Antes de la covid-19 un número cada vez mayor de mujeres del Sahel ya había empezado a experimentar con prácticas agroecológicas, como la conservación del suelo y del agua, la agroforestería, la asociación de cultivos con leguminosas, el uso de semillas locales de ciclo corto y la producción de hortalizas de temporada seca. Las mujeres se sintieron atraídas por estas prácticas porque reconocieron su potencial para aumentar la fertilidad del suelo, la productividad, la sostenibilidad de la base de recursos naturales, la nutrición de sus familias, la resiliencia, los ingresos y la autonomía.

En Burkina Faso, mujeres de más de 80 comunidades de la región oriental, cerca de Fada N’Gourma, empezaron a utilizar estas prácticas con el apoyo de la ONG local Association Nourrir sans Détruire (ANSD) y de Groundswell West Africa, quienes reforzaron sus conocimientos sobre las prácticas agroecológicas que eran de su interés, como la protección de los arbustos y la jardinería en la estación seca, ya que esto les proporcionaba alimentos sanos durante todo el año.

Como explica la señora Bilana Ouoba, de la aldea de Kokouogou, de entre 60 y 70 años, esto implicó superar algunos obstáculos culturales:

En nuestra forma tradicional de cultivar siempre ha existido la actitud de que hay que estar loco para dejar que los árboles asfixien los cultivos en el campo, así que solía cortar todos los árboles y arbustos, e incluso barrer todas las ramitas y prenderles fuego en mi campo. Cuando oímos hablar de una estrategia agrícola para dejar crecer los árboles [la “regeneración natural gestionada por el agricultor”], se generó mucha controversia en nuestra comunidad. Pero empecé a hacer algunas pruebas y a proteger los pequeños árboles que crecían en mi campo. También mejoré el suelo. Ahora cosecho las vainas de los árboles Piliostigma de mi campo. Se ha convertido en una importante fuente de ingresos y de alimentos sanos. Hoy es una práctica habitual para las mujeres del pueblo.

Las mujeres también participaron en grupos de crédito y ahorro. Esto no solo les permitió acceder a un crédito, sino que también reforzó su liderazgo, la solidaridad y la confianza en sí mismas. Además, las mujeres negociaron con los líderes de la aldea y con el municipio rural para asegurar el acceso a la tierra y al agua para el cultivo en la estación seca. Los líderes de la comunidad también acordaron apoyar a las mujeres de los hogares más pobres en el acceso a las semillas a través de un sistema popular de crédito basado en el almacenamiento cooperativo de granos (conocido localmente como warrantage) y préstamos rotatorios para obtener aves de corral, cabras u ovejas. Una de las muchas cosas que se puede aprender de estas mujeres es que la mejora de los medios de vida no solo requiere conocimientos técnicos y acceso a los recursos productivos, sino también el refuerzo de las capacidades de organización y liderazgo.

Esto quedó claro en el caso del Grupo de Mujeres Lanpugini de la aldea de Bassieri, Burkina Faso, que consta de 44 participantes, de las cuales solo dos están alfabetizadas. La actividad principal del grupo es la  horticultura para el mercado, pero desde 2011 también gestionan su propio plan de ahorro y crédito a través de un mecanismo especial de solidaridad para mujeres en situaciones de emergencia. El grupo de mujeres de Lanpugini se reúne una vez a la semana. Durante estas reuniones, las mujeres tienen la oportunidad de escucharse las unas a las otras, discutir sobre sus preocupaciones (incluyendo las relativas a la agricultura) y compartir ideas sobre cómo mejorar sus condiciones de vida.

Es habitual que las mujeres de esta zona se reúnan y obtengan y controlen fondos para la agricultura y la cría de animales. Y también es frecuente que, tras un tiempo, estas mismas mujeres empiecen a discutir sobre las relaciones con los hombres. La creación de su propio colectivo ha reforzado el liderazgo y las capacidades organizativas de las mujeres y les ha permitido tener mayor voz en la toma de decisiones, tanto dentro de su familia como en la comunidad, así como mejorar sus medios de vida.

Nuevas funciones y responsabilidades
Estas experiencias son significativas, ya que en el Sahel hombres y mujeres se han dado cuenta de que la participación de las mujeres en la transición a la agroecología es, cada vez más, esencial para una solución resiliente, sostenible y productiva que mejore los medios de vida.

Sin embargo, las medidas para fomentar la participación de las mujeres en la agroecología pueden conducir fácilmente a aumentar su sobrecarga de trabajo. El trabajo doméstico, el trabajo agrícola y el cuidado de niños y niñas se conoce a menudo como la triple carga de trabajo de las mujeres, que se encuentra incluso en el marco de las iniciativas de promoción de la agroecología en el Sahel, donde las mujeres rurales siguen siendo económicamente marginadas y vulnerables, y generalmente tienen una mayor carga de trabajo. La agroecología es celebrada por su fuerte énfasis en los valores humanos y sociales, como la dignidad, la equidad, la inclusión y la justicia; no obstante, los promotores de la agroecología todavía tienen mucho que aprender sobre cómo fomentar relaciones (económicas) más equitativas en las familias y en las comunidades. Esta experiencia proporciona una visión útil sobre cómo hacerlo.

Cambiar la gobernanza
Desde hace varios años acompañamos a comunidades de Burkina Faso, Ghana, Malí y Senegal en sus esfuerzos por combinar agroecología y equidad. Al tiempo que se enseñan mutuamente las prácticas agroecológicas más relevantes, las comunidades han transformado la gobernanza a nivel comunitario y municipal, fortaleciendo la posición de las mujeres en el proceso, incluidas las de las familias más vulnerables.

A nivel comunitario, se establecieron comités de desarrollo de las comunidades que incluyen a mujeres líderes. Estos comités dirigen la planificación, ejecución y supervisión de la promoción de la agroecología en la comunidad. En el ámbito de los municipios rurales, el alcalde y los concejales elegidos, tras comprobar los beneficios de la agroecología a través de visitas en terreno y de conversaciones con los habitantes, decidieron incluir la promoción de la agroecología en sus planes de desarrollo y presupuestos municipales. Estos planes incluyen además actividades específicas para reforzar la posición de las mujeres.

Estos avances ya están dando sus frutos. Por ejemplo, es habitual que los hombres ayuden o reemplacen a sus esposas en la plantación o la cosecha cuando sea necesario; por enfermedad o embarazo, por ejemplo. Otro indicador es que en muchos pueblos los hombres han contribuido con sus propios recursos al vallado de los huertos, cuyos productos destinan al mercado y que están reservados para las mujeres. Mientras que en los complejos grandes, con muchos miembros de familia, las abuelas suelen cuidar de los niños y las niñas cuando las mujeres están fuera de casa para cultivar o vender, en los complejos más pequeños se observa ahora con más frecuencia que los hombres asumen estas tareas de cuidado. Por último, en algunos casos, los ancianos y las autoridades tradicionales de la comunidad han accedido a proporcionar un acceso seguro a la tierra a grupos de mujeres para la horticultura o la agricultura colectiva. Estos son cambios socioculturales importantes para las familias rurales del Sahel.

ANSD

Lecciones de nuestra experiencia en el Sahel
Hemos visto que es esencial que las mujeres sean capaces de abordar directamente, y de una manera culturalmente apropiada, las relaciones de género y la división de recursos y responsabilidades dentro de la familia. A medida que ganan confianza, organización, solidaridad, liderazgo y recursos económicos a través de sus grupos de mujeres y sus actividades agroecológicas, es importante que no se encuentren sobrecargadas y que no se vea comprometido el cuidado de los niños y las niñas. Los cambios en el reparto de funciones y tareas son, según hemos visto, necesarios y posibles.

En el contexto social y cultural del Sahel, los beneficios a corto plazo de la agroecología para atender las necesidades específicas de las mujeres pueden acabar provocando un cambio más amplio. Las mejoras en los ingresos, la seguridad alimentaria y nutricional, la confianza en sí mismas, las capacidades organizativas y el bienestar económico sientan las bases para promover cambios en las relaciones de género, en el estatus de las mujeres y en los roles de toma de decisiones dentro de las familias y las comunidades. Es importante reconocer que esto toma tiempo. No obstante, el proceso puede acelerarse mediante el apoyo de las organizaciones de la sociedad civil, las que, por ejemplo, facilitan el diálogo y desarrollan capacidades locales. Somos conscientes de que, como agentes externos, podemos desempeñar un papel de facilitación, pero al final son las propias mujeres quienes deben negociar estos asuntos al interior de sus familias y comunidades.

Estamos firmemente convencidos de que estas ideas dan luz a la construcción del camino hacia la renegociación real y justa de las funciones y responsabilidades entre hombres y mujeres en el contexto de la agroecología en el Sahel.

Tsuamba Bourgou
Coordinador regional de Groundswell África Occidental.
tbourgou@groundswellinternational.org

Peter Gubbels
Director de investigación y promoción de Groundswell International.

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