Dos ejemplos de agroforestería centrada en la producción de cacao –uno en Ecuador, el otro en el Perú– muestran los beneficios de este sistema para el logro de la soberanía alimentaria, para la resiliencia ante los efectos del cambio climático y en especial para el empoderamiento de las mujeres que representan un sector particularmente vulnerable al ser marginadas de las decisiones de producción en el marco de la familia campesina e incluso dejadas de lado en muchos programas de asistencia.
El cacao es cultivado casi exclusivamente por pequeños agricultores y tradicionalmente se ha producido usando prácticas agroforestales. En Ecuador la producción de cacao es una de las principales industrias del país; emplea al 12% de la población económicamente activa y sirve como principal fuente de ingresos para los pequeños productores (Blare y Useche, 2014). Sin embargo, los pequeños productores de cacao son uno de los grupos más desfavorecidos económicamente. Por esta razón, el éxito de la industria del cacao se considera clave para aliviar la pobreza rural. Debido a las crecientes preocupaciones ecológicas, el gobierno ecuatoriano, las agencias bilaterales de ayuda y diversas ONG están promoviendo la agroforestería de cacao como mecanismo para que los agricultores de bajos recursos satisfagan sus necesidades utilizando prácticas sostenibles. Consideran que estos sistemas agroforestales proporcionan beneficios, tanto en términos de subsistencia –por medio de ingresos y acceso a alimentos, madera y plantas medicinales–, como en términos de sostenibilidad ecológica –control de la polución, secuestro de carbono, creación de hábitat y mejoramiento del suelo– (Blare y Useche, 2015).
En el valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM) de Perú, las familias agricultoras han producido cacao durante generaciones. Pero una serie de conflictos en los años 90 y principios de la década de los 2000 obligó a muchos a abandonar sus chacras. Algunos solo pudieron retornar después de 2010 para reactivar sus campos de cacao. Mientras que en otras regiones del Perú han recibido intensas intervenciones para promover la producción de cacao, la remota localización del VRAEM y la producción constante de cultivos ilícitos han limitado la capacidad de las agencias de desarrollo para promover la producción de cacao en la región. Las agencias gubernamentales, los compradores de cacao y varios programas de desarrollo están actualmente invirtiendo recursos para facilitar la intensificación de la producción de cacao de los pequeños agricultores de la zona que permita a las familias generar ingresos a partir de cultivos lícitos (Armbruster y otros, 2019).
Agricultoras en el VRAEM, Perú. Trent Blare
Tanto en Ecuador como en Perú los científicos del Centro Mundial de Agroforestería (ICRAF) han estado investigando las relaciones de género y las trabas que se dan en las cadenas de valor, con el objetivo de proporcionar información para el desarrollo de estrategias que mejoren el bienestar de los agricultores y aumenten la participación de las mujeres. Este artículo resume los hallazgos de estudios realizados entre 2014 y 2016 sobre los efectos de la inequidad de género en los programas de intensificación del cacao y en los esfuerzos para fortalecer las cadenas de valor del cacao en estos países.
Empoderamiento de las mujeres y participación en prácticas agroforestales
Blare y Useche (2015) han observado que los hombres y las mujeres tienen diferentes percepciones y otorgan un valor diferente a los servicios ecosistémicos proporcionados por la agroforestería. Esto influye en sus preferencias sobre el uso de la tierra y la aplicación de ciertas prácticas agrícolas, incluyendo la decisión de cultivar cacao como monocultivo o como parte de un sistema agroforestal. Los autores realizaron una investigación para determinar el valor que hombres y mujeres otorgan a diferentes características de los sistemas agroforestales de cacao, que demostró que, en promedio, las mujeres otorgan un mayor valor a este tipo de sistemas que los hombres y es más probable que ellas prefieran las prácticas agroforestales a la producción de monocultivos. Aunque el monocultivo proporciona ingresos económicos más inmediatos y altos –una característica que es más importante para los hombres–, los sistemas agroforestales de cacao son más sostenibles y producen adicionalmente alimentos, algo que para las mujeres del estudio es particularmente importante. Entre estos alimentos se encuentran el plátano verde (elemento principal en su dieta), los cítricos y la papaya, que proporcionan vitaminas y nutrientes cruciales en las dietas de las familias, especialmente para las niñas y niños. Debido a estas diferencias de género, una mayor participación de las mujeres en la toma de decisiones sobre las parcelas llevaría, probablemente, a un uso diferente de la tierra. Sin embargo, la influencia de hombres y mujeres en estas decisiones se ve afectada por roles y relaciones de género que a menudo limitan las voces de las mujeres.
En un otro estudio, Blare y Useche (2019) descubrieron que, aunque el género del dueño de la parcela de cacao no tiene un efecto estadístico en el uso de monocultivos o sistemas agroforestales, cuando las mujeres son incluidas en las decisiones sobre el manejo de la parcela es estadísticamente más probable que el hogar escoja el uso de prácticas agroforestales.
Otra investigación de los autores (2018) encontró que los hogares en los que las mujeres tienen un mayor nivel educativo, bienes propios, ingresos no agrícolas y beneficios sociales estatales, son más propensos a cultivar parcelas agroforestales. Las variables que más significativamente fortalecen la posición de la mujer son tener propiedades y recibir beneficios sociales estatales. Por lo tanto, la influencia de las mujeres en las decisiones sobre el uso de la tierra podría ser reforzada si se garantiza su acceso a la educación, a oportunidades de generación de ingresos y a sus derechos sobre la tierra.
Normas de género y limitaciones basadas en el género ante la intensificación de la producción
Las investigaciones en Ecuador y Perú muestran que las mujeres participan activamente en la producción de cacao. En áreas como el VRAEM en Perú, no solo participan, sino que también están interesadas en aumentar esa participación; 85% de las mujeres de un estudio declararon que están interesadas o muy interesadas en participar más en la producción de cacao. Sin embargo, los roles tradicionales de las mujeres y las restricciones basadas en el género dificultan su involucramiento en programas de intensificación.
Los programas de extensión ofrecidos por los gobiernos y por actores no gubernamentales en Ecuador están intentando implementar un nuevo paradigma de cadena de valor que reduce el papel de los intermediarios, brinda capacitación agrícola y comercial, y ayuda a los agricultores a obtener la certificación por el uso de prácticas sostenibles. Pero un estudio sobre los hogares rurales de algunos de estos programas de extensión (Blare y Useche, 2014) encontró que siguen existiendo grandes disparidades de género en términos de participación. Quedó claro que, hasta ahora, las mujeres han sido prácticamente excluidas de participar en la cadena de valor del cacao. Por ejemplo, la investigación demostró que las mujeres no participan en las actividades de extensión agrícola: en promedio solo 17% de los participantes en capacitaciones agrícolas fueron mujeres (con una importante variación geográfica que va de 26% hasta solo 6%).
Las mujeres también enfrentan limitaciones particulares en la región del VRAEM de Perú, donde se ofrecen programas de intensificación de cacao como alternativa a la producción de coca, dirigidos a pequeños productores que regresan a sus terrenos después de años de conflicto. Debido a los roles de género tradicionales, se espera que las mujeres sean quienes se hagan cargo de todas las actividades domésticas, lo que significa que generalmente disponen de un tiempo limitado para participar en grupos de productores, cooperativas y cursos de formación. El estudio sobre el uso del tiempo en el VRAEM encontró que, en promedio, las mujeres pasaban 39% de su tiempo realizando actividades que generan ingresos, y 61% en actividades domésticas como cocinar, limpiar, lavar ropa y cuidar a los niños (Armbruster y otros, 2019). Este estudio también descubrió que las mujeres estaban menos informadas que los hombres sobre la venta de cacao y que su opinión es poco tenida en cuenta en la compra y venta de productos y equipamiento agrícola.
Además, la investigación en el VRAEM mostró que la mayoría de las familias incluidas en el estudio dependían de la producción de cacao, lo que las hace vulnerables a los cambios climáticos y de los mercados. Aunque algunos hogares también están involucrados en otras actividades, como la crianza de animales menores y la plantación de cítricos, plátanos y otros árboles frutales en sus sistemas agroforestales, la participación en estas actividades también tiene un sesgo de género. Un enfoque de subsistencia que promueva la producción de estos cultivos y la elaboración de productos derivados del cacao, como pasta y licores, especialmente para mercados locales, podría mejorar la resiliencia y el bienestar de los hogares y generar oportunidades adicionales para las mujeres (Blare y Donovan, 2017).
Elaboración de chocolate. Trent Blare
Conclusiones y recomendaciones
Las mujeres son actoras fundamentales en la producción de cacao y muestran un gran interés en participar también en la producción y comercialización de derivados. Sin embargo, con frecuencia se considera que a las mujeres les toca cumplir papeles secundarios. A pesar de que participan en varios aspectos de la producción, por lo general se las excluye de decisiones clave. Los roles de género tradicionales limitan su influencia en decisiones sobre el uso de la tierra y la producción, y el tiempo disponen es escaso para su participación en capacitaciones y otras actividades de desarrollo de la cadena de valor.
Hacer más relevante la participación de las mujeres es crucial en la intensificación y adopción de prácticas sostenibles para la producción de cacao. Las políticas y programas que promueven la intensificación de la producción de cacao deben realizar esfuerzos específicos para la inclusión de las mujeres en actividades de extensión, por ejemplo, ofreciendo servicios de guardería, usando enfoques de campesino a campesino o tecnologías de la información para compartir información agrícola, empleando a mujeres como agentes de extensión y sensibilizando a los técnicos sobre la importancia de responder a las necesidades específicas de las mujeres interesadas en la producción y comercialización del cacao y en la elaboración de productos derivados.
El hecho de que las mujeres muestren una mayor preferencia que los varones por el cultivo del cacao en sistemas agroforestales indica que fortalecer su voz en la toma de decisiones podría llevar a un uso de la tierra más sostenible. Apoyar el empoderamiento de las mujeres a través de derechos de propiedad más fuertes, acceso a programas de asistencia social y a oportunidades de educación y generación de ingresos no solo mejorará la posición de las mujeres en sus familias, sino que llevará a que esas familias agricultoras aumenten la adopción de prácticas sostenibles. Estas prácticas, a su vez, ayudarán a diversificar los recursos de las familias y a generar nuevas oportunidades para las mujeres.
Cristina Ramos
Doctora en sociología por la Universidad de Florida. Consultora en ICRAF-Kenia, donde investiga la relación entre migraciones rurales con la feminización de la agricultura en diversos países del este de África.
r.cristina@cgiar.org
Ana María Páez
Especialista en género e inclusión del Centro Mundial de Agroforestería (ICRAF). Coordina los esfuerzos para la integración de la perspectiva de género en el trabajo de la organización a nivel global.
a.paez-valencia@cgiar.org
Trent Blare
Doctor en economía agrícola por la Universidad de Florida. Especialista en mercados y cadenas de valor en el Centro Internacional del Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), México.
t.blare@cgiar.org
Referencias
- Armbruster, S., Solomon, J., Blare, T. y Donovan, J. (2019). Women’s time use and implications for participation in cacao value chains: evidence from the VRAEM, Peru. Development in Practice, 29, pp. 827-843.
- Blare, T. y Donovan, J. (2017). Intensification of cocoa in the Peruvian Amazon: Gender relations and options for deeper engagement by women. ICCO, Simposio Internacional de Investigación sobre el Cacao.
- Blare, T. y Useche, P. (2019). Differences in women’s and men’s adoption of cacao agroforests in coastal Ecuador. Environmental Conservation, 46, pp. 302-309.
- Blare. T. y Useche, P. (2015). Is there a choice? Choice experiment to determine the value men and women place on cacao agroforests in coastal Ecuador. International Forestry Review, 17, pp. 46-60.
- Blare, T. y Useche, P. (2014). What does it mean to be socially responsible? Case study on the impact of the producerplus-program on communities, women, and the environment in Ecuador. MEAS Estudio de caso no. 11, julio de 2014.
Este artículo ha sido desarrollado por Centro Mundial Agroforestal (ICRAF). El trabajo original lo realizó ICRAF con apoyo de Lutheran World Relief (LWR), la Universidad de Florida, el proyecto de Modernizing Extension and Advisory Services (MEAS) de USAID, y los programas del CGIAR de Forest, Trees and Agroforestry (FTA) y de Policies, Institutions and Markets (PIM)