MISEREOR, la obra social de la Iglesia Católica de Alemania, apoya desde inicios de los años 90 el concepto de agricultura sostenible en Bolivia. En este país andino se observaron ya en esos años fuertes procesos de degradación de suelos. Varios estudios demostraron que 41% de los suelos en Bolivia estaban degradados debido al mal manejo, que había generado erosión, pérdida de fertilidad, salinización y contaminación. Esta situación afectaba tanto al sector campesino –el más pobre– como a los sectores mediano y grande de productores. Esto ocasionaba anualmente una pérdida económica considerable para el país. Por ello MISEREOR eligió a Bolivia para, desde su opción por los más pobres, crear ejemplos concretos en diferentes ecorregiones del país. Expertos en desarrollo rural enviados por MISEREOR acompañaron durante varios años, en las diferentes regiones del país, a equipos dispuestos a trabajar conjuntamente con familias campesinas en el desarrollo de prácticas e innovaciones que permitan frenar la erosión de suelos y contribuyan a la soberanía alimentaria desde la promoción de la diversificación productiva.
Taller de salud del suelo con participación de representantes de todas las regionales. Fernando Canedo Rojas, Mario Enríquez Ralde
MISEREOR sugirió la metodología de la “plataforma” concibiéndola como un espacio abierto de intercambio horizontal e interaprendizaje entre técnicos, técnicas, campesinas y campesinos. Con esta metodología, la Plataforma se opuso al modelo de transferencia propuesto por los centros de experimentación y de capacitación. Determinadas técnicas pueden conducir a un objetivo central, pero no siempre se adecúan a las condiciones en las que se encuentran las parcelas de los agricultores campesinos. Además, la metodología aplicada por estos centros no incentiva la creatividad y capacidad de desarrollar nuevas técnicas o descubrirlas por quienes participan del interaprendizaje.
Es por eso que MISEREOR comenzó a impulsar procesos de intercambio horizontal haciendo un énfasis especial en que campesinas y campesinos jugasen un rol protagónico en el diseño y la puesta en práctica de las diferentes medidas para una agricultura sostenible. La apertura y disposición de intercambiar experiencias a partir de la práctica y, en lo posible, en las parcelas de productores campesinos, constituyeron el foco metodológico especial de MISEREOR con sus contrapartes.
Los primeros intercambios se dieron en 1993 en Sopachuy, departamento de Chuquisaca.
El primer encuentro fue tan exitoso que a partir de ahí se organizaron anualmente diferentes niveles de intercambio –local, regional, nacional– para encarar la problemática de suelos en Bolivia. Estos intercambios dieron también lugar a que se creara una pequeña estructura no formal con el nombre de Plataforma Nacional de Suelos. Su objetivo fue y sigue siendo promover y desarrollar agricultura sostenible, con el fin de mejorar la capacidad productiva de los suelos y fortalecer los sistemas de producción de las familias campesinas. Se busca lograr un enfoque integral con perspectiva de género donde, además de la fertilidad del suelo, se consideran otros temas clave como son el recurso agua, la cobertura vegetal, la diversificación de la producción y el manejo ecológico de cultivos.
En los últimos 10 años otros temas cobraron importancia, como son los sistemas agroforestales, la concepción de la economía campesina, los circuitos cortos de transformación y comercialización y las relaciones directas entre productores y consumidores bajo la consigna de “Alimentos para la vida”.
En los momentos de intercambio de mayor intensidad se llegaron a integrar, a nivel nacional, hasta 8518 familias campesinas con 38 instituciones no gubernamentales y organizaciones de productores campesinos de seis diferentes departamentos de Bolivia: La Paz, Potosí, Cochabamba, Chuquisaca, Tarija y Santa Cruz. La Plataforma Nacional de Suelos integra hoy a instituciones y organizaciones de productores en seis ecorregiones, abarcando áreas del altiplano, valles mesotérmicos, el Chaco y la región amazónica.
Los encuentros de intercambio de conocimientos y experiencias han sido espacios de aprendizaje horizontal entre técnicos y productores campesinos, así como de campesino a campesino. Las actividades principales en estos encuentros organizados como talleres son:
- Exposiciones de las experiencias institucionales en relación con el tema del taller.
- Visitas de campo para ver experiencias e innovaciones tecnológicas de agricultores o agricultoras en sus parcelas.
- Reflexiones sobre temas específicos.
- Feria de intercambio de semillas, publicaciones, productos, festivales culturales y pronunciamientos que emanan de las conclusiones de los eventos regionales y de los de nivel nacional.
Al margen de los intercambios sobre técnicas e innovaciones surgieron muchas iniciativas de las contrapartes en los municipios y regiones donde actúan para, en forma conjunta con las organizaciones campesinas, convencer a las autoridades y Gobiernos municipales de la necesidad de una agricultura que defienda los recursos naturales, promueva diversidad y una perspectiva económica desde la finca campesina.
Es así que un sinnúmero de municipios en las diferentes ecorregiones de Bolivia apoyaron y continúan apoyando las iniciativas con materiales e inversiones para el mejoramiento del suelo, semillas, reforestación de las nacientes de agua y construcción de reservorios. También con algunos Gobiernos municipales las contrapartes lograron que se adopte un plan estratégico de largo plazo para implementar una política de agricultura sostenible para la pequeña producción. Y quisiera mencionar que, en diferentes momentos, la Plataforma Nacional de Suelos ha impulsado iniciativas de incidencia política, como la Ley para la Conservación y el Manejo Sostenible del Suelo.
Dagmar Schumann
Responsable del Área de Desarrollo Rural
Departamento de América Latina,
MISEREOR
dagmar.schumann@misereor.de
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