Como dependen de la movilidad del ganado y de las tierras comunales para su sustento, los pastores se ven cada vez más afectados por los crecientes conflictos y violencia que bloquean el acceso y uso de sus recursos naturales. Por otra parte, el incremento de la mercantilización de la tierra, la pérdida de pastizales debido al cambio climático y la expansión de la agricultura en las mejores pasturas comprometen aún más la sostenibilidad de las comunidades pastoriles. El apoyo social y político a los pastores es débil y generalmente inapropiado a su realidad. No es posible generalizar las necesidades de los pastores, que difieren no solo de comunidad a comunidad, sino aun de un hogar a otro. Sin embargo, en términos bastantes generales, podemos decir con seguridad que el fracaso de los esfuerzos de desarrollo en el pasado se ha debido a una mala comprensión del pastoreo como un sistema de uso múltiple de la tierra que está profundamente arraigado en una cultura y que depende directamente de la naturaleza. Como resultado, los pastores han sido excluidos de los procesos de planificación local y nacional.
Estamos particularmente interesados en difundir artículos sobre las prácticas de las organizaciones de base y experiencias de las comunidades de pastores que hayan fortalecido sus lazos y mejorado su organización, así como su participación en el diseño de políticas que respeten sus derechos. El papel de las mujeres y los jóvenes en estos procesos es de especial interés.
Esperamos sus experiencias y perspectivas antes del 17 de octubre de 2016. Por favor dirigir sus artículos para LEISA 32-4 (diciembre 2016) a: Teresa Gianella, correo electrónico: leisa-al@etcandes.com.pe