septiembre 2018, Volumen 31, Número 3
Agua: vida y agricultura

La finca en la gestión integral de cuencas hidrográficas. La experiencia en Sixaola, Costa Rica

PAOLA PINTO VALENCIA | Página 12-15
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El presente artículo es un fragmento del trabajo de investigación realizado en las comunidades Paraíso y Catarina, ubicadas en la cuenca binacional del río Sixaola, en Costa Rica, en la frontera con Panamá (Pinto, 2012), en el marco del manejo y gestión integral de cuencas hidrográficas. Los análisis fueron realizados en la finca, la comunidad y la cuenca.

Los resultados obtenidos por la investigación señalan que la implementación de estrategias de diversificación, como opción para la adaptación frente a condiciones climáticas e hidrológicas adversas, requieren de intervenciones multiescala que consideren también las diferentes dimensiones del desarrollo humano sostenible (figura 1).


Si bien los sistemas diversificados generan beneficios importantes en la finca, el mantenimiento de sus funciones para la prestación de servicios ecosistémicos de provisión requiere también de acciones comunitarias, el desarrollo de un proceso de escalamiento y la articulación entre los diferentes actores del territorio: cuenca alta, media y baja. El enfoque para el manejo y gestión integral de cuencas hidrográficas (MGICH) considera estas dimensiones y posibilita la generación de propuestas integrales.

La cuenca hidrográfica, como la definen Andino y otros (2006), es un espacio territorial cuyas características biológicas, físicas, económicas y sociales, con sus interacciones, la hacen desempeñarse como todo un ecosistema capaz de generar bienes y servicios como resultado de sus funciones.

Bajo el MGICH, a nivel territorial, la sumatoria de las intervenciones realizadas en las unidades productivas como las fincas familiares, permiten el ordenamiento del uso de suelo, razón por la cual son importantes las decisiones que se tomen sobre el manejo de los sistemas. La finca familiar es, por ende, una unidad de planificación e intervención en un territorio debido a que son los propietarios quienes toman la decisión final acerca del tipo de sistema productivo (diversificado o monocultivo) a ser implementado. A nivel comunitario, la organización es un factor determinante para la implementación de las estrategias de diversificación en el territorio.

Situación de vulnerabilidad de los sistemas productivos en Paraíso y Catarina

En las comunidades Paraíso y Catarina, los principales usos de la tierra se encuentran relacionados con los medios de vida productivos de las familias, siendo las principales fuentes de ingreso el banano (Musa acuminata), que se cultiva para la venta, y el plátano (Musa balbisiana), para consumo familiar.

Se encuentran además pequeñas fincas destinadas a la agricultura de subsistencia y, en menor cantidad, fincas diversificadas con doble propósito: autoconsumo y comercialización.
Las familias de la zona cultivan alimentos para satisfacer sus necesidades básicas, aunque actualmente es evidente una tendencia a la reducción o sustitución del área de producción de granos básicos, raíces y tubérculos, por la producción de musáceas, principal fuente de ingresos económicos externos.

El mercado y eventos climáticos e hidrológicos adversos fueron identificados como determinantes en este proceso de cambio. Los eventos climáticos a los que las familias se encuentran más expuestas, según su propia apreciación, son: fuertes precipitaciones, alta humedad relativa, altas temperaturas y ausencia prolongada de lluvias (figura 2). Entre estos, los hidrológicos (inundaciones del río Sixaola) son los que mayor daño les han provocado, causándoles pérdidas de hasta el 100% de su producción, dependiendo de la intensidad. En algunos casos las familias se han quedado sin alimentos y agua limpia, lo cual afectó directamente a sus medios y estrategias de vida (cuadro 1, figura 3).


Según un informe de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN por sus siglas en inglés), que cita como fuente al Comité Regional en Recursos Hidráulicos (CRRH), en la costa del Caribe se estima, para el período de 2020 a 2100, un incremento de 0,34°C en la temperatura media por década, y una tendencia de incremento de los niveles de precipitación de hasta 14% en comparación con datos tomados entre 1961 y 1990.

Mecanismos de adaptación local

Sobre los mecanismos de respuesta, los análisis a diferente escala evidenciaron que, a nivel de finca, los sistemas diversificados presentan mayores elementos de adaptación en comparación con los sistemas destinados al monocultivo (cuadro 2), encontrándose además diferencias en cuanto a los beneficios generados por cada uno de estos sistemas (cuadro 3).

Como se puede observar, las diferencias en el nivel de vulnerabilidad de los sistemas productivos bajo condiciones similares de exposición y sensibilidad, radican en el grado de implementación de prácticas que les permiten a las familias reducir los efectos de los eventos climáticos e hidrológicos adversos.

A nivel comunitario, las inundaciones son los eventos frente a los cuales las comunidades indican que se encuentran más preparadas debido a la presencia de programas que promueven acciones de respuesta en coordinación con las organizaciones de base existentes, al contrario de lo que ocurre con variaciones o estimaciones de cambios esperados para eventos climáticos, frente a los cuales no creen posible actuar ya que no se han organizado para dialogar y tomar decisiones alrededor de estos temas.


En cuanto a la gestión a nivel de cuenca, el análisis sobre el grado de acceso y disponibilidad de agua segura en las dos comunidades permitió identificar un déficit en la gestión territorial y un inadecuado manejo en las fincas, siendo las diversificadas las únicas en donde se han implementado, de manera individual, los almacenamientos elevados que permiten a estas familias retomar sus actividades luego de la ocurrencia de un evento extremo.

En este sentido, en el nivel de la cuenca, la búsqueda de mecanismos que permitan incrementar el acceso de las familias en situación de vulnerabilidad al agua, tales como infraestructura o fortalecimiento de las organizaciones comunitarias de servicio de agua y saneamiento, contribuyen al mejoramiento de los medios de subsistencia (Koppen y otros, 2010). La razón está en la relación existente entre la gestión del agua y los sistemas productivos. El agua como elemento integrador es uno de los principales medios con los cuales las personas pueden diversificar su producción, cuyo uso para fines múltiples en la finca conlleva beneficios significativos en los medios de vida de las familias campesinas y, a su vez, permiten un uso más eficiente de este recurso en el territorio.

Principales lecciones aprendidas

Frente al ordenamiento territorial y mantenimiento de los servicios ecosistémicos en una cuenca hidrográfica, el principal reto de los diversos actores es la generación y mantenimiento de espacios participativos para la toma de decisiones colectivas alrededor del manejo integral de los recursos naturales, que se inicia en la finca familiar.

El grado de organización comunitaria es un factor determinante en la generación de medidas de respuesta y posibilita la toma de decisiones para el desarrollo de acciones sostenibles en el territorio. Si bien múltiples estudios demuestran los beneficios de un sistema familiar al diversificar la producción frente a un sistema basado en monoproducción (sea este agrícola o ganadero), la puesta en marcha de paquetes tecnológicos que posibiliten la introducción de diversos componentes (árboles, frutales, plantas medicinales y abonos naturales entre otros) es limitada. Algunas causas de esta situación están en el hecho de que en el territorio se suelen buscar soluciones aisladas para hacer frente a situaciones específicas, y las familias, en función de su presupuesto, terminan implementando solo parte de los paquetes y del acceso a la información.

El tipo de tenencia del área productiva es otro de los factores determinantes a tomar en cuenta para promover la diversificación de las fincas familiares y la introducción de especies perennes. Las fincas con mayor diversidad y mayor número de especies perennes son aquellas que pertenecen a la familia que las cultiva.

Siendo los sistemas productivos las principales estrategias de vida mediante las cuales las familias agricultoras logran satisfacer sus necesidades básicas y responder ante condiciones climáticas e hidrológicas adversas, las estrategias para promover su diversificación, que incluyen la incorporación de elementos de adaptación, deben articular acciones a diferentes escalas, de acuerdo al MGICH.

Paola Pinto Valencia
M.Sc. en MGICH, graduada en el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE).
pp_pao@yahoo.com

Referencias

Andino, J., Campos, J., Villalobos, R., Prins, C., y Faustino, J., 2006. Los servicios ambientales desde un enfoque ecosistémico. Una propuesta metodológica. Turrialba: CATIE.

Altieri, M. A., Nicholls, C., 2009. Escalonando la propuesta agroecológica para la soberanía alimentaria en América Latina. Agroecología 4(0):39-48.

Koppen, B. van, Smits, S., Moriarty, P., Penning de Vries, F., Mikhail, M. y Boelee, E., 2010. Ascendiendo la escala del agua. Servicios de abastecimiento de agua de usos múltiples para la reducción de la pobreza. La Haya: IRC Centro internacional del agua potable y saneamiento e Instituto internacional para la gestión del agua. Serie TP No. 52.

Pinto, P., 2012. Adopción de sistemas diversificados de producción agropecuaria como mecanismos de adaptación al cambio climático en el marco del manejo y gestión de cuencas hidrográficas en Sixaola. Tesis Magister Science. Turrialba: CATIE.

Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, 2011. Project: Climate Change Governance Capacity: Building regionally- and nationally- tailored ecosystem-based adaptation in Mesoamerica. Special report of pilot interventions. UICN.

Esta investigación se realizó gracias al apoyo brindado por la UICN, Oficina Regional para Mesoamérica y el Caribe, a través del proyecto “Buena gobernanza del agua para la adaptación basada en ecosistemas”, ejecutado en la cuenca binacional del río Sixaola. Un agradecimiento especial también a la Asociación de Plataneros Unidos de Paraíso (ASOPLATUPA) y a las familias agricultoras de las comunidades Paraíso y Catarina ubicadas en la subcuenca Sixaola Medio, principalmente a las familias de Olga y José Luis Zúñiga, Mauricia y Gonzalo Moreno, y a la de Wilbert Gómez y Marvin Serrano, que son un referente en el manejo sostenible de la agrobiodiversidad.

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