junio 2014, Volumen 30, Número 2
Agricultura campesina, respuestas para mejorar

Sombra dispersa ¿Una tecnología para su zona?

ROLAND BUNCH | Página 20-22
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Una experiencia que ha tenido y sigue teniendo éxito en Centroamérica, que al ser replicada en zonas áridas de África ha permitido superar los principales problemas suscitados por la falta de lluvia y los suelos de escasa fertilidad. La introducción de árboles en siembra dispersa ha mejorado los rendimientos de los cultivos de los agricultores campesinos en Mali y  generado una fuente adicional de ingresos, que no era un resultado esperado, dada la demanda en los mercados locales y el precio alcanzado por las semillas de la especie utilizada: el árbol conocido como madre del cacao.

En el trópico, a una altitud menor a los 1.500 msnm, los cultivos dejan de crecer por una o dos horas al mediodía por el exceso de calor. Es decir, nuestros cultivos pierden de 10 a 40% de su productividad simplemente porque hay demasiado calor ambiental. Y con el efecto invernadero este problema va a volverse cada vez peor.

Una forma muy sencilla de comprobar esta disminución de productividad es observar un campo agrícola donde hay cultivos mezclados con unos cuantos árboles. Bajo los árboles de follaje denso veremos que la productividad de los cultivos disminuye hasta no producir nada. Sin embargo, bajo los árboles que hacen poca sombra las plantas crecen mejor que en el pleno sol.

Esta insolación excesiva, lejos de ser un problema sin solución, nos trae una gran oportunidad. La insolación abundante nos proporciona la posibilidad de cultivar varias plantas en el mismo lugar. Es decir, podemos tener, en un solo lugar y a un primer nivel, varios cultivos de subsistencia como maíz y frijol y, en un nivel más alto, frutas, forraje, leña y abono verde.

Árboles de gliricidia sepium en Debela, Mali a 22 meses de su siembra,

Esto es muy fácil de hacer: sembramos árboles en nuestros campos utilizando una especie que no haga mucha sombra o que podamos podar fácilmente. Si los árboles ya maduros de la especie en cuestión tienen una copa de diez metros de diámetro (cinco metros a cada lado del tronco), podemos sembrarlos en cuadrados de diez metros. Pero si queremos crear la sombra más rápidamente, podemos sembrar la misma especie en cuadrados de cinco metros y, después, cuando ya el terreno está cubierto, cortar un árbol de cada dos en cada dirección, asegurándonos de que quede una distancia de diez metros entre cada uno.

El origen de esta tecnología en Centroamérica

Gliricidia sepium. GroundswellLa sombra dispersa es una práctica tradicional en el sur de Honduras y partes de El Salvador y Nicaragua. Se lleva a cabo con muchas especies nativas de árboles, siendo la más común la madre de cacao (Gliricidia sepium), también llamada cocoíte, madero negro o matarratón. Los agricultores sencillamente dejan que la madre de cacao salga por sí misma. Si salen demasiadas, eliminan algunas para quedar con más o menos un árbol en un cuadrado de diez metros.

En la década de 1980, el Dr. Ian Cherrett y el Ing. Luis Álvarez trabajaban con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Honduras y al ver este sistema comenzaron a experimentar con los árboles dispersos en el programa Lempira Sur. Comprobaron que la productividad del maíz de los agricultores de pequeña escala aumenta aproximadamente un 40%, debido en parte a la sombra liviana y en parte a la materia orgánica que los árboles dejan caer sobre el suelo. Aún más importante para los agricultores, tanto en los años poca lluvia –los de El Niño– como en los de demasiada –el año del huracán Mitch–, la productividad de los campos con árboles dispersos casi no disminuyó, mientras que los campos sin árboles sufrieron fuertes caídas en su productividad. Esto se debe al hecho de que la sombra ayuda a mantener la humedad en el suelo cuando hay sequía y la materia orgánica ayuda al suelo a absorber más humedad cuando hay problemas de drenaje. El programa Lempira Sur utilizó especies maderables de gran valor, tales como la caoba y el cedro, en vez de la madre de cacao, con el resultado de que estos árboles, a largo plazo, han generado ingresos muy significativos para los agricultores.

El uso del árbol madre de cacao en zonas áridas

En 2009, Jeffrey Ashe de Oxfam-América aprovechó la existencia de grupos de Ahorros para el Cambio que Oxfam había establecido en Mali, en el oeste de África, como una plataforma para lograr otros tipos de desarrollo. Jeffrey me invitó a trabajar con Oxfam-Mali para comenzar a introducir mejores prácticas agrícolas con alrededor de 350.000 mujeres que estaban organizadas en unos 1.300 grupos de ahorro y crédito.

El centro-sur de Mali, donde se llevó a cabo este programa, se encuentra en el Sahel, al sur del Sahara, y recibe entre 400 y 700 mm de lluvia al año. Los suelos están muy degradados por el uso del sistema tradicional de roza, tumba y quema que ahora ya está por ser abandonado porque pocas pocas familias pueden dejar descansar la tierra. Además el costo de los abonos químicos ya los hace prohibitivos para su uso en cultivos de subsistencia.

Ante esta situación decidimos introducir un sistema de sombra dispersa. Tomamos la decisión porque esta tecnología podía ayudar a enfrentar los dos problemas agrícolas principales de la zona: la falta de lluvia y la escasa fertilidad del suelo. Por otro lado, es una tecnología que se puede utilizar en casi cualquier parte del Sahel o del mundo, con casi cualquier sistema de cultivo; por ejemplo, en el caso de las hortalizas, se pueden usar arbustos, tales como el gandul (Cajanus cajan), en lugar de los árboles. Además, es una tecnología con mucha probabilidad de alcanzar la sostenibilidad puesto que, una vez establecida, no requiere mayor esfuerzo para mantenerse, exceptuando la poda, lo que para las mujeres agricultoras de las zonas áridas de África significa un ahorro de trabajo, pues les evita caminar de tres a cinco kilómetros en busca de leña y, aunque la gente no haga nada los árboles siguen ahí, creciendo durante décadas.

El mayor problema con la introducción de los árboles para sombra dispersa es que los agricultores no reciben ningún beneficio concreto durante los primeros dos a cuatro años. Por ello, el primer año introdujimos una variedad de caupí (Vigna unguiculata) de 60 días, la cual era sumamente popular porque acortaba en un mes la época anual de escasez de alimentos. Así logramos mantener el entusiasmo de los grupos mientras crecían sus árboles. El programa en Mali logró que se sembraran parcelas de árboles dispersos en 100 aldeas, trabajando con más de 5.000 mujeres. En unas cinco aldeas la mayoría de los árboles murieron, pero en las demás comunidades los árboles actualmente vivos suman un promedio de entre 80 y 95% de los árboles sembrados. Además, casi todas las mujeres sembraron árboles adicionales junto con sus hortalizas, en sus huertos cerca de la casa.

Lecciones aprendidas

Esta experiencia todavía no ha alcanzado los tres años de edad, pero ya hay lecciones aprendidas muy importantes:

 

  1. El árbol madre de cacao es sumamente resistente a la sequía. En algunas aldeas, donde se sembraron las plantillas algo tarde, solo tuvieron dos meses de lluvia y luego siete meses sin gota de agua. Sin embargo, 95% de estos árboles se lograron.
  2. Donde los animales domésticos andan libres es necesario construir protecciones individuales para los árboles durante la primera sequía y tal vez durante la segunda. Las protecciones se hacen con las ramitas fuertes de arbustos. Deben ser de un metro y medio de diámetro y un metro y medio de altura. Hacer estas protecciones es el trabajo más duro que involucra esta tecnología. Sin embargo, la madre de cacao se puede sembrar por estacas. Tal vez sembrándolas así podemos evitar este trabajo porque los árboles serían más grandes cuando entra la sequía.
  3. Los árboles sembrados en julio de 2011 por las mujeres en sus huertos ya están produciendo semillas, las cuales se están vendiendo al precio increíble de 5,00 a 10,00 USD por kilo. Los compradores son otros agricultores, lo que quiere decir que la difusión espontánea de la tecnología es fenomenal. No creo que este precio de semilla se deba a que provee abono verde, sino a que ya se ha difundido la noticia de que donde existen estos árboles, el ganado ya no tiene que morir de hambre después de un año de poca lluvia. Pero sea como sea, las mujeres están muy felices con sus nuevos arbolitos. Además están muy felices porque en el futuro ya no tendrán que preocuparse tanto ni por la infertilidad de sus suelos ni por las sequías.

 

Roland Bunch
Groundswell. Coordinador del Programa de Mali, África
rbunchw@gmail.com

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