Como presidenta de ANPE-PERÚ he sido entrevistada por los medios de comunicación nacional mostrando las semillas de la biodiversidad de los granos andinos (quinua, cañihua, maíz, ñuña y muchas otras semillas), y también su uso en los diferentes platos de la culinaria tradicional.
Creo que por mi condición de mujer he sido escuchada, pues soy madre y siempre digo que los hijos, a quien piden alimento, es a la mamá, y es ella quien “para la olla”. Por esto, la mujer campesina es la principal defensora de la semilla, el agua, la tierra productiva, lo que significa hablar de seguridad y soberanía alimentarias, que es lo que ANPE-PERÚ fomenta en sus diferentes bases regionales: las Asociaciones Regionales de Productores Ecológicos (ARPE).
En las ARPE se viene trabajando igual que al nivel nacional, y quien hace los contactos con las autoridades y los medios de comunicación regionales son los presidentes de cada junta directiva regional. Nosotros, como dirigentes nacionales, solo los acompañamos cuando requieren nuestro apoyo para ciertas ordenanzas de los gobiernos locales y regionales. Pero son los presidentes regionales de las ARPE quienes gestionan nuevos espacios para la venta de la producción agroecológica de sus asociados.
En el caso de las ordenanzas regionales podemos citar el caso de Huánuco, donde su gobierno proclamó a esta región como “Huánuco libre de transgénicos”, hecho que motivó a otros gobiernos regionales como los de Cusco, Abancay y Ayacucho a proclamar a estas regiones como libres de transgénicos. De esta manera puedo decir que hemos venido avanzando con nuestras gestiones de incidencia política, no solo para los socios de ANPE-PERÚ sino para todos los compañeros que vivimos en el campo haciendo agricultura, pues ella es la fuente de vida a lo largo de toda la historia humana.
Si digo que las gestiones en el nivel nacional se realizan como ANPE-PERÚ, también casi en todas las regiones donde ANPE-PERÚ tiene socios se está avanzando, pues lo que nuestra organización busca es la calidad de vida para sus asociados. Sin embargo, tanto en el nivel nacional como regional, para las autoridades es difícil comprender la importancia de la producción agroecológica y no la valoran. Sencillamente es por desconocimiento que no pueden actuar.
He sentido que el rol de la mujer como dirigente, tanto en las bases regionales como en el nivel nacional, es un reto que obliga a compartir el tiempo y el amor con la organización y la familia, los hijos y la pareja, pues para querer a muchos es mejor no tener hijos, porque cuando una quiere compartir la dirigencia con la familia, es un poco difícil vencer las limitaciones impuestas por las obligaciones asumidas en la organización. Esto es lo principal y es difícil pues hay que ser muy ingeniosas para atender todo a la vez: dirigir ANPE-PERÚ sin descuidar a la familia, es lo que se tiene que aprender para ser dirigente. Es un reto, pero es posible, y aquí quisiera explicar que el rol de la mujer es muy importante, porque una mujer trata de ser como una madre hasta en la organización, y se lucha, se habla y gestiona pensando en las familias socias que pudieran ser las beneficiadas de nuestro trabajo.
Felizmente en ANPE-PERÚ, hemos avanzado en la igualdad de género, y como mujeres ya tenemos el reconocimiento de los compañeros varones, porque ya se ha logrado la cuota del 30 por ciento de mujeres en la junta directiva. Esto quiere decir que en las elecciones participan las mujeres líderes para los cargos de presidentes de bases regionales, por lo que en la dirigencia siempre hay participación de la mujer.
Marisol Medrano PeñaPresidenta de ANPE-PERÚ
Correo-e: marimepe@gmail.com