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Las necesidades de estas fincas se resumen en el primer empujón que podrán pagar con seguridad, como puede ser un molino de viento, un ariete hidráulico y su sistema de riego de baja presión, un biodigestor o algún crédito con respaldo para enrumbar un camino que sí estimularía el regreso al campo a aquellos que se formaron dentro de la cultura campesina, aunque estudiaron otra cosa, y miran al campo con nostalgia…

Somos una joven familia campesina de siete personas con un promedio de edad de 28 años. Vivimos en una finca de 10 hectáreas donde practicamos cada día la agroecología y la permacultura y tenemos el orgullo de ser campesinos de nuevo tipo, que podemos llevar ejemplo y esperanza a otros jóvenes y familias, demostrando que puede ser decoroso y distinguido optar por esta forma sostenible de vida. Pero somos conscientes de que en la actualidad las perspectivas de los jóvenes para hacer vida en el campo son escasas y muchas veces optan por seguir otros caminos y no el de sus raíces.

El principal problema que vemos radica en el hecho de que esa vida que desarrollan sus padres o abuelos no los motiva. No quieren permanecer en el campo porque este se quedó atrás en las expectativas de desarrollo de la sociedad, se pensó que con las maquinarias y los adelantos científicos, el guajiro ya no hacía falta, era algo retrógrado; se creó un espacio para que no se pensara en el campo y por mucho tiempo ha sido así.

Para ver a la agroecología como un negocio y para medirla económicamente, hay que poner valor a muchas cosas a las que normalmente no se le ponen precio. Sin embargo, si consideramos que la agroecología es fuente de ahorro porque se basa en el uso eficiente de los recursos de la finca y en el aprovechamiento de todas las oportunidades de las fuentes de energía renovables, y que sus productos son saludables tanto para el consumidor como para el ambiente, es que la vemos como una opción económica para las familias agricultoras.


Cuadro 1. Composición y volumen anual de los efluentes fertilizantes para el fertirriego por gravedad

En nuestra finca no hay espacio para el aburrimiento pues, además de hacer ciencia cada día en el uso de las fuentes de energía renovables y las tecnologías apropiadas, aplicar los principios éticos y de diseño de la permacultura, practicar la agroecología, compartir nuestras experiencias con las personas que nos visitan de todo el mundo y en los eventos que participamos, también hay un gran espacio dedicado al estudio de todas estas técnicas para nuestra superación. El abastecimiento de agua en el sistema lo tenemos mediante el banco de arietes hidráulicos y molinos de vientos instalados en el punto más alto de la finca, a 17 m de altura. Por gravedad llevamos a los cultivos 12.000 litros de agua los 365 días del año, en promedio. Pero que en otros puntos del sistema, donde la cercanía al embalse es mayor y la altura en pendiente menor, esta disposición de agua se multiplica proporcionalmente; en estos casos, usamos el riego localizado o por goteo.

Contamos con un biodigestor de 12 metros cúbicos, que nos proporciona efluentes fertilizantes para ser usados en el fertirriego por gravedad, y además el gas necesario para la cocción de los alimentos, y un excedente para futuros proyectos de alumbrado.

Poseemos el arado ajustable multipropósito JC21A, de tracción animal, que labora ecológicamente el suelo y nos brinda más de 28 combinaciones posibles con un mismo equipo para una sola yunta de buey o en algunos casos, con un caballo. Esta flexibilidad de uso del arado JC21A es altamente apreciada en la agricultura porque sirve desde la preparación ecológica del suelo hasta las labores de surcadura, marcaje, cultivo en surcos de marco ancho y estrecho, en siembras sobre camellones o en surco plano, para aporques, capacidad de portar sembradoras y asimilar además implementos de otros tipos.

Nuestra deuda es devolverle un día a esta finca la vida original con que la obtuvo la familia en el año 1942.

Leidy Casimiro Rodríguez
Finca del Medio, CCS: Rolando Reina Ramos, Siguaney, Taguasco. SS. Cuba.
Teléfono: (53) 52-229-013
leidic@suss.co.cu

Referencia:
Casimiro, José Antonio. (2007). Con la familia en la finca agroecológica. Editorial Cubasolar. http://www.cubasolar.cu

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