diciembre 2010, Volumen 26, Número 4
Interactuar para aprender, aprender para innovar

Herramientas para la Metodología Campesino a Campesino innovación pedagógica para construir saberes agroecológicos

FÉLIX ZENÉN MARTÍNEZ MENDOZA, NICO BAKKER, LAYMA GÓMEZ HERNÁNDEZ | Página 9-11
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Nuestro contexto de agricultura familiar campesina ¿Qué propuesta pedagógica es pertinente? En América Latina, el 86% de las unidades de producción agraria son de subsistencia familiar o consideradas de bajos insumos (PPM-PIDAASSA, 2006), cultivadas por campesinos nativos que junto con la tierra heredaron la cultura de generaciones anteriores. En África, todavía hay países con balances positivos de población rural respecto a la urbana, la producción local sigue siendo básica para la alimentación de millones de familias campesinas y el trueque es una forma vigente de intercambio. En ambas regiones hay un denominador común: el peligro de que modelos expansionistas de desarrollo ahoguen sus economías locales.

Promotor usando el croquis de su UPF para iniciar una visita de intercambio de experiencia (Cuba) / Foto: F. Z. Martínez

El desarrollismo galopante que impera en la agricultura necesita también de un modelo pedagógico que responda a sus intereses. Al igual que la globalización del sector agrícola separa y polariza cada vez más a los agricultores en ricos y pobres, los métodos utilizados para llevar el conocimiento de los centros de investigación a la parcela campesina diferencia a los ‘dueños del conocimiento’ de los ‘necesitados de conocer’. Con esta percepción del desarrollo rural, donde lo económico es la dimensión fundamental, hoy se implementan complejos programas de capacitación y proyectos para la transferencia de paquetes tecnológicos y soluciones externas para problemas locales. Lógicamente, los medios, métodos y la misma gestión del conocimiento se fundamentan en lo que puede llamarse como ‘pedagogía de la dependencia tecnológica’.

Sin embargo, desde otra interpretación se aprecia que las Unidades de Producción Familiar (UPF) presentan una compleja estructura agroecológica, social y cultural, expresada en su agrodiversidad y sistema de conocimientos, que las hace más adaptables a las condiciones locales.

Numerosas organizaciones que trabajan el ámbito rural utilizan dos modelos de aprendizaje: el enseñar-aprender, propio del ‘extensionismo agrario’ convencional, y otro de compartir-construir, que se apoya en el diálogo de saberes y los intercambios de conocimientos, donde todos aprenden y mejoran su práctica con un carácter reflexivo. Por ello es necesario preguntarse: ¿qué propuesta pedagógica es la que promueve una agricultura familiar sostenible?

La respuesta no es única, porque se ha avanzado considerablemente en metodologías para el desarrollo rural, y algunas de ellas se centran en la transmisión de conocimientos, otras en la innovación y experimentación local, mientras que otras articulan estos dos propósitos. Se puede decir que, por su impacto en muchos países, hoy es posible hablar de la Metodología Campesino a Campesino (MCaC) como una vía que ha conseguido desarrollar y replicar UPFs sostenibles a través de procesos de experimentación campesina (innovación local) y promoción participativa de experiencias agroecológicas (Martínez y Bakker, 2006).

Herramientas para el aprendizaje de Campesino a Campesino
La MCaC como rama pedagógica de la Educación Popular tiene su propio soporte didáctico, el cual orienta su desarrollo gradual en las zonas de aplicación. Las actividades y sus herramientas metodológicas permiten la participación activa de los campesinos –varones y mujeres–desde el inicio mismo del proceso en las comunidades.

¿Qué es una Unidad de Producción Familiar (UPF)?
Son sistemas productivos de los campesinos, con una extensión que permite el manejo y la producción de los alimentos por y para la familia e incluso la comercialización de excedentes. Son interpretadas como unidades o sistemas porque su funcionamiento no recae solo en el aspecto productivo, pues también son tenidos en cuenta otros aspectos de tipo familiar, social, cultural y ambiental. En algunos países se conocen como fincas, sitios, parcelas, milpas, machambas, chacras, chácaras, etc.

Para desarrollar un proceso metodológico CaC se necesita que los medios y herramientas sean adecuadamente usados, para que los participantes encuentren una oportunidad para la innovación reflexiva de sus actividades a partir de sus propias experiencias. Las herramientas que se usan en la MCaC han sido sistematizadas por varias décadas de implementación en América Latina. En Cuba hay experiencias muy positivas en su empleo (Sánchez y otros, 2003) y en el caso de Mozambique, lugar donde recientemente se inició un programa de promoción de la MCaC, los resultados alcanzados giran alrededor del empleo de estos recursos didácticos que son muy efectivos cuando los campesinos no leen ni escriben y, además, se comunican en lenguas locales.

Las demostraciones didácticas como ejemplo de innovación pedagógica
Las demostraciones didácticas se definen como procedimientos didácticos o ensayos simples que ayudan a evidenciar una situación práctica o problema que ocurre en una UPF o finca. Así, a partir de una representación donde se conjugan elementos teóricos y prácticos, se ejemplifica una problemática o situación real para que los participantes reflexionen o teoricen sobre algo en concreto (Martínez, 2004).


Cuadro 1. Algunas herramientas metodológicas usadas para la promoción Campesino a Campesino

A diferencia de la enseñanza formal (técnica-universitaria), donde se emplean locales con equipo y áreas de experimentación especializados, la UPF constituye la principal herramienta del promotor campesino, y es la misma UPF la que se constituye en el laboratorio técnico y metodológico para todos los participantes de la CaC. Los complejos y, a veces, costosos ensayos de la agricultura convencional son transformados en simples y económicas demostraciones in situ, que ayudan a reflexionar de manera práctica sobre determinado problema productivo o ambiental en los propios sistemas familiares. Las demostraciones se desarrollan con recursos y medios propios de los campesinos, recurriendo a la imaginación e inventiva que permiten su realización en cualquier taller y lugar.

Algo que también diferencia a la CaC de otras vías para difundir conocimientos agrícolas es que el promotor ocupa el papel protagónico y el facilitador es quien propicia que el diálogo se establezca entre los campesinos participantes. En Cuba, el movimiento agroecológico CaC tiene estrechos nexos con las escuelas rurales y a él se vinculan desde muy temprana edad los pequeños de la casa. Estas experiencias han dado buenos resultados en la formación ambiental de las nuevas generaciones.

En el caso de África, se puede hablar de la experiencia alcanzada por la Unión Nacional de Campesinos de Mozambique (UNAC) en su tarea de desarrollar el movimiento CaC –donde desde el mismo inicio del proceso CaC–se comenzó la formación de los facilitadores en el dominio de las herramientas metodológicas. Estos facilitadores necesitaban realizar diagnósticos rápidos participativos (DRP) e intercambios de experiencias en condiciones de elevado analfabetismo. En este contexto, las herramientas CaC consiguieron –a través del análisis y reflexión colectiva– transformar en simples enseñanzas las complejas explicaciones sobre problemas agroecológicos.
Los principales problemas agroecológicos que afectan el campo en Mozambique se deben a la erosión hídrica del suelo y a las quemas continuas. Se observó que mediante las demostraciones didácticas para abordar estos temas, los campesinos interpretaban rápidamente las causas y efectos negativos de las malas prácticas agrícolas.

El uso de estos recursos didácticos fortaleció rápidamente el proceso de promoción en las cooperativas y aceleró la formación metodológica de los facilitadores y promotores, especialmente de las mujeres, quienes mejoraron su comunicación frente a otros vecinos durante los talleres de intercambio de experiencias. En Mozambique, uno de los aspectos más importantes que se alcanza con las demostraciones didácticas es la diferenciación durante un taller del rol pedagógico entre promotores y facilitadores, donde el promotor es el que realiza la actividad demostrativa y el facilitador solo apoya la ejecución, algo que posibilita el protagonismo de los campesinos y la horizontalidad del proceso. Este enfoque se diferencia notablemente de otros modelos pedagógicos que se usan para la divulgación de experiencias y tecnologías agroecológicas, donde los técnicos ocupan todo el espacio de transmisión del conocimiento.

¿Es posible mejorar nuestra propuesta pedagógica?
Algunas reflexiones finales
Aunque hoy está probado que la metodología CaC –la cual ha alcanzado grandes impactos en los últimos 20 años– es una propuesta pedagógica apropiada para América Latina y África, es también evidente que debe enfrentar los desafíos que limitan su eficiencia como proceso metodológico para la promoción de la agricultura sostenible de manera participativa. De las lecciones aprendidas en estos años de implementación en diferentes países, comentamos algunos aspectos principales:
– es importante que la organización y los responsables del programa consideren la finalidad de crear capacidades para la autogestión de las comunidades rurales a través de líderes llamados promotores, quienes asumen el rol pedagógico de divulgadores de experiencias
– la participación creciente de otros campesinos de la comunidad representa el verdadero impacto del programa
generalmente, los promotores se definen rápidamente y dominan sus funciones, no así los facilitadores quienes pueden adoptar erróneamente el papel protagónico, cambiando negativamente el enfoque básico de esta metodología
– el promotor es un líder que debe tener la disposición de compartir con otros los resultados de sus innovaciones y el interés de dominar las herramientas metodológicas para una adecuada comunicación y multiplicación de sus experiencias
– a través del diálogo reflexivo desde la práctica campesina, el enfoque pedagógico compartir-construir es guía y principio pedagógico esencial para CaC; las herramientas metodológicas son el apoyo para el proceso de aprendizaje activo.

 

Félix Zenén Martínez Mendoza, Nico Bakker, Layma Gómez Hernández

Félix Zenén Martínez Mendoza
FIBAC, Cuba.
Correo-e: zenen3016@gmail.com

Nico Bakker
Correo-e: nico.b@antenna.nl

Layma Gómez Hernández
MINBAS, Cuba
Correo-e: laymagh@gmail.com

Referencias
– Martínez, F. Z. (2004). Manual de demostraciones didácticas para promover agroecología de Campesino/a a Campesino/a. Manual publicado para el 1er Encuentro Internacional del Movimiento Agroecológico Campesino a Campesino. Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP). La Habana. 32 págs.
– Martínez, F. Z. y N. Bakker. (2006). De campesino a campesino en el norte de Mozambique. LEISA revista de agroecología, Vol. 23, Nº3. http://latinoamerica. leisa.info/
– PPM-PIDAASSA. (2006). Construyendo procesos De Campesino a Campesino. Primera Edición, Editorial Espigas. Lima, Perú. 150 p.
– Sánchez, L. y otros. (2003). Metodología para la promoción de la agricultura ecológica. Actividades y Herramientas. Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP). La Habana. 63 págs.

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