Cuando en 2009, después de 21 años, llegó a su termino la asociación entre Oikocredit (entidad crediticia) y la Cooperativa El Ceibo, celebramos este acontecimiento como una de nuestras experiencias asociativas de mayor éxito y la que más nos enorgullece. En octubre, esta organización de segundo piso, cumplió 32 años de continua actividad y decidió cancelar los préstamos obtenidos de Oikocredit, por lo que solicitó la liberación de las garantías que había proporcionado para ello. Esto fue posible gracias al préstamo que recibió del gobierno boliviano. También, en esta oportunidad,Oikocredit condonó el 50% de la deuda contraída por la tasa de cambio y se satisface de haber visto a El Ceibo crecer hasta convertirse en lo que es hoy.
“El Ceibo es un ejemplo fantástico de una cooperativa de organizaciones de base que ha luchado para alcanzar el éxito”, declaró el Director de Préstamos e Inversiones de Oikocredit, Erik Heinen: “Oikocredit trabaja proporcionando préstamos a largo plazo a cooperativas cuyo nivel de riesgo es alto y que recién se inician y tienen una mínima experiencia, y El Ceibo era justamente eso. Estamos contentos de verlos acercarse hacia su siguiente nivel de crecimiento y que ahora sean apreciados como prestatarios serios y confiables por el gobierno boliviano”.
Era 1977 cuando se formó El Ceibo como organización con 11 cooperativas como miembros. 1.400 agricultores integraron el nuevo grupo, el que se inició con la intención de comercializar cacao orgánico y proteger a los productores locales de los precios injustos. Recibieron su primer préstamo de Oikocredit, por 80.000 USD; 11 años más tarde, en 1987, El Ceibo fue acreditada con certificación de Comercio Justo, y una década más tarde recibió su segundo préstamo de Oikocredit, por 250.000 USD.
La cooperativa opera en las provincias de Suyungas, Caravani y Laricaja, en la región del Alto Beni de la Amazonía. El Ceibo también administra un centro de investigación, provee asistencia técnica y promueve la producción orgánica. En 2001, El Ceibo recibió un tercer préstamo de Oikocredit, por 682.000 EUR, el que fue posteriormente convertido a dólares americanos debido a los riesgos cambiarios. Ese mismo año creó una fábrica de chocolate en El Alto, el cinturón de pobreza que rodea la capital boliviana de La Paz. La fábrica producía inicialmente productos de cacao como biscochos, licor y mantequilla, para mercados locales e internacionales.
Cuando Oikocredit aprobó otro préstamo por 800.000 USD hace dos años, El Ceibo compró la maquinaria necesaria para producir chocolate. La cooperativa comenzó a producir bajo su propia marca. Sus productos no solo son vendidos en el mercado local, también son exportados a Francia, Italia, Suiza, Alemania, Japón y los Estados Unidos.
El Ceibo contrata a su propia gente para todas las tareas administrativas y financieras, rotando cada cuatro años para compartir las oportunidades que brinda el puesto. Además de ello, El Ceibo también proporciona subvenciones para la educación de los hijos de los agricultores. Iniciándose con solo 11 cooperativas, El Ceibo está constituido en la actualidad por 49 grupos de agricultores y proporciona 100 puestos de trabajo que benefician a cerca de 600 personas.
En 2008, el primer Premio Oikocredit fue ganado por El Ceibo. La cooperativa utilizó el dinero del premio en un proyecto de capacitación que permitió otorgar certificación orgánica a más de 5.000 hectáreas cultivadas por pequeños agricultores.
“Para nosotros Oikocredit es una organización que nos ha ayudado a desarrollarnos y crecer”, ha dicho uno de los miembros del directorio de El Ceibo, Francisco Pinto Antezana. “En Bolivia los bancos no confían, no creen en las cooperativas. Oikocredit tiene una relación especial con las cooperativas. Oikocredit es una institución aliada para el desarrollo de las cooperativas en Bolivia”.