diciembre 2008, Volumen 24, Número 3
Agroecología para la inclusión

El Sindicato de Agricultores Libres y su lucha por la tierra

ABDUL SYUKUR Y NGADIYONO | Página 8-10
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Después de proclamarse la independencia de Indonesia en 1945, más de dos mil familias comenzaron a cultivar tierras que habían pertenecido antes a las plantaciones holandesas de caucho y café.

En los distritos de Pagak y Batur, en Malang, Java Oriental, los capataces de las plantaciones distribuyeron las tierras entre los agricultores locales. Sin embargo, la tranquilidad de la vida agrícola no duró mucho tiempo. En 1958, la Marina indonesia confiscó 400 hectáreas de tierras en esta región para utilizarlas como zona de entrenamiento. Más adelante confiscaron otras 50 hectáreas.

A lo largo de los años, los agricultores de estos dos distritos trataron de hacer valer su derecho a vivir sobre estas tierras y cultivarlas, pero tuvieron poco éxito. Esto sucedió por muchas razones. Primero, no tenían conocimiento sobre la situación legal de sus tierras. A la mayoría de los agricultores locales se les hacía difícil entender las reglas y normas sobre las tierras agrícolas, especialmente aquellas relacionadas a las tierras que a ellos interesaban. Muchos de ellos participaron en manifestaciones en contra de la Marina e intentaron contactarse con las autoridades locales, pero estas acciones resultaron ser inútiles. Más adelante, quedó claro que si no tuvieron éxito fue porque solo actuaron a nivel local.

Luego, en 1998, se colocaron grandes letreros alrededor de las parcelas de cultivo donde se declaraba que estas eran “Propiedad de la Marina”, y que “cualquiera que cultive o construya sobre estas tierras deberá reportarse a la Marina”. Los letreros se colocaron después de que la Marina anunciara una larga lista de reglas: según la primera norma, solo aquellos agricultores locales que contaran con permisos para la utilización de la tierra (petok) podían plantar el árbol de kapuk (Ceiba pentandra), y árboles de teca (Tectona grandis) y lamtoro (Leucaena glauca). Sin aquellos permisos, los agricultores no tenían derecho a trabajar en la zona. Se decidió más adelante que los agricultores de caña de azúcar debían pagar una contribución de 20.000 Rp por hectárea cada año (en junio de 1998, la rupia indonesia cayó al límite de 16.800 Rp = 1 USD). En tercer lugar, se solicitó a los agricultores que obtuviesen un permiso escrito y pagasen una tarifa, si deseaban construir una casa o una mezquita. Además de todo esto, se les dijo que si la Marina necesitaba las tierras, los agricultores locales no recibirían ningún tipo de compensación. Todas estas reglas hicieron que seguir cultivando la tierra fuese cada vez más difícil. Al darse cuenta de que una lucha a nivel local resultaba inútil, los agricultores decidieron exigir la propiedad legal de las tierras a un nivel superior.

La lucha continúa
Las cosas empezaron a tomar mejor aspecto en 1999, cuando el Instituto de Investigación para el Desarrollo Social (LPKP, por su siglas en indonesio) ofreció su ayuda. Se trata de una ONG local que trabaja con diferentes programas en la provincia de Java Oriental, tanto abogando a favor de la reforma agraria como realizando un programa de agricultura orgánica. LPKP quería desarrollar un programa de producción agrícola, pero pronto se dio cuenta de que era necesario examinar primero la situación de los derechos de propiedad de las tierras en esta región. Una serie de reuniones con los agricultores contribuyó a que el personal de campo de LPKP comprendiese las muchas ansiedades e incertidumbres que los agricultores debían enfrentar. Los agricultores se sentían inseguros e inquietos acerca de las actividades para la conservación de los suelos y el agua, ya que se preguntaban quién se beneficiaría de ellas en el futuro. ¿Cómo podían estar seguros de que la Marina no los obligaría a marcharse?

Algunos miembros del Sindicato de Agricultores Libres creen en hacer presión política para producir cambios. Otros prefieren métodos más visibles, como en Yakarta, donde los agricultores demuestran las reformas agrícolas / Foto: SPM

Como parte de la lucha, LPKP organizó una serie de talleres sobre temas legales para ayudar a los agricultores a organizar su razonamiento, así como para ayudarlos a identificar aquellas acciones que pudiesen ser consideradas delito. Como resultado de ello, los agricultores comenzaron a apreciar las ventajas de trabajar juntos para pelear por sus derechos. Los cambios políticos de 1998-1999 dieron inicio a la posibilidad de formar organizaciones de agricultores en todo el país. Esta oportunidad fue aprovechada por los agricultores de Pagak y Batur, quienes establecieron el Sindicato de Agricultores Libres (Serikat Petani Merdeka o SPM) en mayo de 2000. Su objetivo específico era crear una sensación de unidad entre todos los agricultores que vivían y trabajaban en las que habían sido las plantaciones holandesas. El SPM serviría para la conducción de su lucha por el derecho a la tierra. Otra razón para su fundación fue ayudar a combatir el clima de miedo e intimidación que vivían los agricultores, y ayudarlos a mejorar su calidad de vida, tanto en un sentido moral como económico.

Construyendo capacidades
Para lograr sus objetivos, el SMP ha estado intentando fortalecerse como organización, revisando tanto sus políticas internas y capacidades, como sus relaciones con socios externos. Su posición parte de que si una organización es débil, entonces puede ser influenciada fácilmente por factores externos. Por lo tanto, ha trabajado enérgicamente definiendo planes estratégicos para los siguientes cinco años, conduciendo reuniones internas de rutina y coordinando reuniones con los encargados de las políticas a distintos niveles. Internamente, SPM también ha fortalecido sus recursos humanos a través de capacitaciones, seminarios y talleres, con programas que involucran a los jóvenes, hombres y mujeres de manera intensiva. Cada seis meses se han llevado a cabo evaluaciones y controles participativos, para apreciar los avances de las actividades y los resultados de la organización, así como revisar las dificultades que enfrenta en el momento.

Los líderes del SMP han podido reunirse con las autoridades locales y de las aldeas, así como con los jefes distritales. En mayo de 2002, LPKP organizó una reunión entre miembros del SPM y funcionarios de la Administración Regional de Malang. SPM también se reunió con representantes de la Autoridad Nacional de Asuntos Relacionados a la Tierra y del Consejo Legislativo Regional del Pueblo. El objetivo de estas reuniones era contribuir a recoger información clara y precisa sobre las tierras en disputa. Además, trataron de buscar soluciones donde todas las partes involucradas estuviesen satisfechas. Aunque no se halló ninguna solución inmediata, estas reuniones contribuyeron a establecer una buena relación entre los agricultores y las autoridades locales.

Más adelante, a manera de ampliar la presencia de la organización, decidieron nombrar un coordinador distrital (korwil) en cada aldea. Esta persona sería la responsable de sacar a la luz información y comunicar sus hallazgos a los agricultores de su distrito. Los korwils también están encargados de la comunicación con las entidades administrativas de las aldeas, y de comunicarles las actividades más recientes del SPM.

De más está decir que las cosas no siempre han sido fáciles al interior de SPM, y surgieron fricciones y desacuerdos entre sus miembros. En algunos casos, los agricultores solicitaban mayor transparencia (especialmente en lo referente a las finanzas y la administración de la organización). Los miembros también expresaron diferentes ideas sobre cómo proceder: algunos estaban a favor de un enfoque “suave”, como hacer lobby, mientras que otros (especialmente aquellos influenciados por estudiantes universitarios) preferían optar por la “manera dura”, organizando manifestaciones a gran escala. Algunos de los miembros de SPM creen que la situación actual es suficientemente buena, ya que pueden trabajar la tierra sin ser molestados por la Marina. Otros desean continuar su lucha hasta conseguir certificación legal o derechos de propiedad. Las intimidaciones y las amenazas también han continuado, e incluso uno de los líderes de SPM ha debido ocultarse.

Estas dificultades, sin embargo, han sido mínimas comparadas con las ventajas de trabajar juntos. La sensación de unidad incrementó su voluntad de luchar por sus derechos. La red que construyeron los ayudó a encontrar la información que necesitaban para apoyar su lucha. Sus acciones, en general, se volvieron más organizadas. El SPM, como organización, pudo establecer vínculos con el Centro de Desarrollo Agrario y con la Facultad de Derecho de la Universidad Malang Brawijaya (en Java Oriental). La interacción con los estudiantes de derecho les dio a los agricultores ideas útiles e información. Aprendieron sobre términos y procedimientos legales, y sobre la posibilidad de montar mítines de protesta en Yakarta, la capital de Indonesia. Como resultado de todo esto, los miembros de la organización creen que pronto lograrán su objetivo.

Lecciones y retos
Podemos extraer algunas importantes conclusiones a partir de esta experiencia. Primero, la lucha por los derechos legales sobre la tierra toma mucho tiempo y es agotadora. Por lo tanto, todos los miembros deben involucrarse en la preparación y definición de tácticas y estrategias. Segundo, los agricultores necesitan quienes los apoyen en su lucha. La falta de apoyo puede causar que la organización se torne más vulnerable, por lo tanto es muy importante fortalecer la red de contactos. Es necesario estar vinculados a otras organizaciones de agricultores que tengan la misma visión e inquietudes. Esto puede consolidar un fuerte apoyo a la lucha. El hacer lobby con organizaciones con poder de decisión tales como la Autoridad Nacional de Asuntos Relacionados a la Tierra y el Consejo Legislativo Regional del Pueblo puede poner fin a la batalla por la situación legal de la tierra. Además, el vínculo con los medios es vital. El apoyo hacia este tipo de lucha puede ser mucho mayor si las organizaciones involucradas logran llegar al público en general e influir en la opinión pública.

Aun cuando los problemas de la propiedad de la tierra no se han resuelto todavía, el SPM siente que se han obtenido algunos resultados. Por ejemplo, la Autoridad Nacional de Asuntos Relacionados a la Tierra reconoce ahora que las tierras en disputa pertenecen al Estado, y no a la Marina ni a las Fuerzas Armadas. Este es un paso muy positivo, ya que la situación legal de las tierras está ahora definida. Otro resultado positivo es el apoyo recibido por las entidades administrativas de las aldeas y sus autoridades legislativas. El número de miembros del SPM (tanto varones como mujeres) está creciendo de manera significativa en cada aldea. Además, el segundo comité del Consejo Legislativo del Pueblo de la República de Indonesia visitó las tierras en disputa, demostrando así su apoyo a la lucha. Esto también confirmó las indiscutibles habilidades de los miembros del SPM para hacer lobby y negociar con autoridades de alto nivel y con los encargados de la toma de decisiones. Más importante aún es el hecho de que los agricultores locales han demostrado tener el coraje para persistir en la lucha por sus posiciones.

Abdul Syukur y Ngadiyono
LPKP Malang. Perum Karanglo Indah I/4 Malang, Jawa Timur, Indonesia.
Correo electrónico: lpkp-jatim@indo.net.id

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