Haciendo referencia a los múltiples “caminos” de las semillas, Rengifo e Ishizawa (1997) sostienen que para esta racionalidad hay tantos centros de diversidad como familias conservadoras existen. Las semillas de papa rotan en un mismo piso ecológico, pero también lo hacen de las zonas bajas hacia las altas y viceversa, o desde regiones lejanas, en un proceso similar a las migraciones anuales de los animales según sus épocas secas, lluviosas, de frío o calor. Particularmente los caminos de la papa tienen por propósito, de un lado, refrescar y vigorizar las semillas y, de otro, incrementar la variabilidad del cultivo de acuerdo a las tendencias del clima (Chuyma Aru, 1997). Este proceso, que tiene un patrón común en los Andes del Perú, también tiene sus peculiaridades según las diferentes latitudes. Así, en el departamento de Piura, por su cercanía a la línea ecuatorial (4°55’LS y 79°51’LO) y donde las montañas sólo alcanzan los 3.500 metros de altitud sobre el nivel del mar, las condiciones ambientales óptimas para la papa también decrecen y los centros de conservación se hacen más escasos. Tanto en lo cuantitativo como en lo cualitativo, las familias y las tradiciones culturales asociadas a la conservación de la diversidad de papas son más débiles que en otras regiones de la sierra del Perú, especialmente del centro y sur, por lo tanto, sus rutas o caminos son más frágiles o menos fluidos. El hecho de que cada familia tenga su propia estrategia para reponer o ampliar su variabilidad de papas, es decir que cada una tenga su ruta de semillas, tiene un elevado costo por la inversión individual que significa conseguirla. Además de los recursos necesarios para reproducirla, exige tiempo y dedicación, por lo que la redistribución de semillas a otras familias es muy limitada. Debido a que las papas nativas no tienen como destino vincularse a los mercados comerciales en esta región de los Andes del norte, la conservación de la diversidad se halla asociada a familias que lo hacen por prestigio social o por “afición”, como lo expresan en el contexto de sus valores culturales. Tal como sucede en otras regiones andinas, estas familias conservadoras cuentan con mayores recursos económicos. (Rengifo e Ishizawa, 1997).
“Cruce de caminos” en las rutas de las semillas de la sierra de Piura
Los conservadores piuranos de la microcuenca de San Pedro, en el distrito de Frías, provincia de Ayabaca, adquieren sus semillas en continuos viajes por la región. Para ellos, el encuentro o “cruce de caminos” de las rutas de las semillas se produce en las Ferias de Exposición e Intercambio que anualmente realizan desde 1996 y que, a partir de 2002, han instituido como una rutina entre los conservadores. En estas ferias se registra la evolución de los “encuentros de las semillas”. Se puede verificar que entre 2001 y 2004, el número de cultivares nativos se incrementó por el estímulo de la participación de los conservadores en diferentes encuentros de diversidad locales, así como en otros centros de conservación del país (Gráfico 1). También evolucionó positivamente la participación de las mujeres conservadoras que llevan sus semillas para exponerlas en la feria, en representación de sus familias (Gráfico 2).
Un “camino derecho” En el caso de la papa, la propagación de las poblaciones de semillas que se distribuyen en el entorno local se hace generalmente a partir de su multiplicación vegetativa. Sin embargo, la semilla sexual o botánica también es usada como sistema alternativo por algunas familias conservadoras expertas, especialmente en la sierra del sur del Perú (Blanco, 1991. Comunicación personal). Entre los múltiples caminos de las semillas, la semilla botánica o sexual de la papa (SSP) o semilla del “ambulluco”, como se conoce al fruto o baya de la planta en la sierra de Piura, representa “un camino derecho” o más corto: un atajo, en el decir de los lugareños, que exige mayor esmero y acuciosidad en quienes lo emplean, pero que les permite abreviar los caminos de las semillas, como “camino derecho” en estos ámbitos de altas pendientes y quebradas profundas.
Recuperando el saber antiguo para nuevos conservadores
Históricamente, la domesticación ha respondido a necesidades de sobrevivencia. La estrategia fundamental de los agricultores andinos es la de mantener una variabilidad intra e interespecífica en sus cultivos (Valladolid, J. et al. 1983). Según Óscar Blanco (1993), “…han sido los sistemas altamente variados los que han garantizado el establecimiento y supervivencia de las sociedades agrícolas andinas, como un medio amortiguador de los avatares ambientales, socioculturales y económicos; por lo tanto la variabilidad genética del sistema agrícola es la garantía de la propia existencia de la familia y su comunidad…”. En sus orígenes como cultivo, la ruta de domesticación de la papa fue el ejercicio de un alto grado de selección clonal o vegetativa. Probablemente, las plantas que expresaban características deseables nunca fueron sujetas a estabilización por medios artificiales de cruce o mejoramiento. Los viejos cultivares, así como los nuevos tipos de mayor beneficio para los agricultores fueron mantenidos estrictamente por propagación vegetativa, ampliando su base genética y no disminuyéndola como resultado del mejoramiento selectivo. Sin embargo, ello no quiere decir que los antiguos peruanos desconocieran el mecanismo de reproducción sexual de la papa. Los incas, quienes aplicaban prácticas culturales avanzadas y conocieron cómo transplantar (Malagamba y Monares, 1988), utilizaron a la semilla sexual o botánica como método de limpieza y renovación de sus variedades.
Redomesticación de la papa en los Andes del norte del Perú: el caso de Piura
La semilla sexual de polinización libre (PL), obtenida de cultivares nativos para su conservación a largo plazo y como fuente de variabilidad genética, se usa en el mejoramiento del cultivo y recuperación de genotipos perdidos por estreses bióticos o abióticos. La gran diversidad genética que generalmente resulta de estas semillas permite la selección de nuevos cultivares de acuerdo con las necesidades y preferencias de los agricultores. En los Andes, los antiguos agricultores emplearon la semilla sexual para renovar sus reservas de tubérculos-semillas y producir nuevas variedades, tal como ocurre aún en algunas comunidades del Cusco. Actualmente, las familias conservadoras de cultivos nativos han organizado un centro de conservación, único en Piura, ubicado en la microcuenca de San Pedro, en el piso ecológico denominado jalca entre los 3.000 y 3.300 metros de altitud sobre el nivel del mar. Estas familias han adoptado el uso de semilla sexual (o botánica) o “ambulluco” como una alternativa para abreviar el acceso, renovación y expansión sostenible de semillas y reservas estratégicas de papas nativas. Además, a partir de la producción de estas semillas, se consigue aprovechar las ventajas comparativas que ofrecen los diferentes pisos ecológicos propios de la zona andina. Entre las razones principales que explican la presencia de ese microcentro de conservación en la jalca están la existencia de mejores condiciones térmicas para la tuberización, la mínima presencia de insectos vectores de virus y de la bacteria causante de “marchitez bacteriana”. Sin embargo, en esta microcuenca hay escasez de agua, alta incidencia de heladas y severos ataques del hongo de la rancha o tizón tardío (Phytophthora infestans) que dificultan la floración y fructificación de las plantas. Pero en los valles más bajos que nacen de dicha microcuenca, en el piso ecológico yunga (entre los 1.300 a 2.200 msnm), se cuenta con agua de riego, ausencia de heladas y de rancha en el período seco, comprendido entre junio y diciembre, factores que favorecen la floración y la producción de semillas de “ambulluco” en las papas nativas.
Gramos de semilla para el cultivo de papa
Cuando se usan tubérculos (una papa pequeña) como semilla, se necesita por lo menos una tonelada para plantar una hectárea, pero con la semilla del “ambulluco” sólo se necesitan 50 gramos. En las chacras, las extensiones dedicadas a las papas nativas tienen 1.400 metros cuadrados en promedio, para lo cual se requieren sólo ocho gramos de ésta semilla en lugar de los 150 kilogramos (más de tres quintales) de tubérculos-semilla necesarios para plantar la misma superficie, que en su lugar podrían destinarse al consumo de la familia. Al usar semilla de ambulluco se está sembrando algo que no se come pero que permitirá cosechar comida. Después de más de cuatro años de experiencias, las familias conservadoras han encontrado en la pequeña semilla un “camino derecho” o atajo entre las diversas rutas de sus semillas. Usándola pueden producir nuevos tipos o recuperar completamente sanos o renovados aquellos que se consideraban perdidos, expandir su uso al disponer de mayor cantidad de semilla en menos tiempo, espacio e inversión. Esto es lo que convierte a la semilla botánica en un nuevo camino, que siendo antiguo en el saber del campesino de los Andes, es nuevo para estas regiones del norte del Perú. Las familias conservadoras perciben que ahora con la semilla botánica el esfuerzo es menor, lo que les permite continuar con la conservación y asegurar reservas de semilla de papa por años, de manera sencilla y barata. La semilla sexual producida tanto en la yunga como en la jalca ha mostrado el adecuado vigor para producir plantas sanas, productoras de papas de buena calidad y cantidad (0,8 a 1,5 kg/planta) cuando se les ha sembrado en ambos ambientes, comprobando la utilidad de la estrategia tanto del uso de este tipo de semilla como de las ventajas que ofrecen los distintos pisos ecológicos para no sólo conservar, sino también recuperar, incrementar y expandir la diversidad y la variabilidad de las papas nativas en esta región de los Andes y mantener reservas estratégicas ante eventos climáticos extremos, como el fenómeno de El Niño.
Fidel Torres Guevara
INCAGRO, Piura
Correo electrónico: fidel.torres@incagro.gob.pe;
tr9096@ec-red.com
Referencias
– Blanco, Oscar. 1993. Variabilidad genética y producción de semilla. En: Hoja Informativa de CCTA. Lima.
– Chuyma Aru (Asociación Chuyma Aru de Apoyo Rural). 1997. Las papas nuevas vienen como nueras (45-85). En: Los Caminos Andinos de las Semillas. PRATEC Proyecto Andino de Tecnologías Campesinas. Lima; 1997, Perú.
– Malagamba, P. y A. Monares. 1988. True Potato Seed. Past and Present Uses. Lima, Perú, Centro Internacional de la Papa.
– Rengifo, Grimaldo. y Jorge Ishizawa. 1997. “Los caminos andinos de las semillas (1-44). En: Los Caminos Andinos de las Semillas. PRATEC Proyecto Andino de Tecnologías Campesinas. Lima, Perú.
– Valladolid, Julio; Epigenio, Nuñez, Víctor Flores. 1983. El mundo vegetal de los antiguos peruanos. En: Revista del Museo Nacional (4). Lima, Perú.