diciembre 2006, Volumen 22, Número 3
Investigación participativa y desarrollo

La Universidad de la Montaña un modelo alternativo de educación

MISIÓN DE GUADALUPE | Página 40
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La Universidad de la Montaña es una iniciativa que quiere rescatar dos sentidos básicos de la educación: el conocimiento como un bien universal y su utilización práctica en beneficio de las personas y las comunidades. No es una universidad en el sentido académico del término, sino un espacio que brinda la oportunidad de un crecimiento cultural, técnico y espiritual a personas que decidan formarse como Servidores Comunitarios Rurales.

En 1994 comenzó una iniciativa de educación en la Zona Pinada, municipio de Las Margaritas, Chiapas, México. Desde la reflexión de su realidad, las comunidades vieron la importancia de responder directamente a las necesidades que enfrentaban en ese momento: la ausencia de maestros debido al conflicto armado, niñas y niños sin saber leer ni escribir y una educación oficial que no respondía a sus necesidades ni a sus realidades, entre otros problemas. Un grupo de catequistas dio el primer paso hacia la construcción de un modelo alternativo de educación, que en ese tiempo se llamó Caminar Educativo, y comenzó mediante la elección de Promotores y Promotoras de Educación Comunitaria (jóvenes que sabían leer y escribir, propuestos por las comunidades) para que comenzaran a enseñar a los niños más pequeños. Para el proceso de formación, la iniciativa contó con la asesoría de la Misión de Guadalupe, una organización religiosa que lleva más de 40 años trabajando con comunidades indígenas en el sureste de Chiapas y que durante este proceso ha promovido un proyecto autónomo de educación popular.

Al inicio, el proyecto buscó cubrir cuatro necesidades educativas básicas: leer, escribir, hacer cuentas y dar la palabra (tener una opinión y saberla expresar con confianza y responsabilidad). A lo largo del proceso se fue definiendo y aclarando su “necesidad educativa”, y la iniciativa pasó de ser una respuesta a la necesidad inmediata de leer y escribir, a formar una conciencia de “educación comunitaria”, en la que hombres y mujeres, grandes y pequeños son parte del proceso. Hoy se necesita mayor capacitación para resolver los problemas de alimentación, salud, vestido, transporte, y para enfrentar el peso abrumador del neoliberalismo sobre las tradiciones, costumbres y estilos de vida comunitaria de la región. Es por eso que ahora se da un paso más: la Universidad de la Montaña (Unimón).

Los problemas inicialmente planteados por las comunidades se han ido resolviendo. Los niños están aprendiendo a leer, escribir, hacer cuentas y dar su palabra. Al mismo tiempo, el proceso ha generado nuevas expectativas de mejoramiento comunitario, los participantes han ido adquiriendo un nivel educativo que les permite soñar con una capacitación más avanzada para poder servir mejor a su familia y comunidad.

¿Por qué es necesaria la Universidad de la Montaña?
Entre muchas otras razones: porque el acceso a una educación media superior o superior en la zona es mínimo, el tipo de capacitación que se puede recibir en las ciudades cercanas promueve la emigración de los alumnos y porque se necesita un sistema de capacitación que ayude a convertir el proceso educativo en mejoras reales para las comunidades. En términos de continuidad de la iniciativa, se requiere que las generaciones que se iniciaron con el proyecto y que ya han cumplido el objetivo inicial, fortalezcan su conciencia en el servicio comunitario. Asimismo, la tenencia de la tierra es un problema grave en las comunidades de la zona, por lo que una alternativa es el uso sostenible de los recursos. El modelo de vida comunitaria es un aporte de los pueblos indígenas ante la crisis del sistema capitalista mundial, por lo que su valoración y reafirmación a través de mecanismos que hagan posible su subsistencia y dignificación son una necesidad y un deber.

La Universidad de la Montaña quiere ser un espacio de formación para servidores comunitarios con una propuesta educativa autóctona y participativa, donde el conocimiento responda a necesidades reales de las comunidades y favorezca el cuidado del ambiente; una propuesta educativa que apoye la apropiación de conocimientos, en atención a las necesidades y espacios de desarrollo comunitario, y un espacio de reflexión para valorar la cultura, recrear los valores de los pueblos y favorecer el arraigo y la identidad. La Universidad de la Montaña no es una institución académica ni un espacio para la propiedad individual del conocimiento; no es un proyecto económico ni tiene fines partidistas.

Unimón no tiene sentido sin el espíritu de servicio que identifica al pueblo Tojolab’al. El sistema de cargos y comisiones de esta cultura indígena da identidad cultural a la Unimón, y comprende el servicio a la tierra y a la comunidad para el cuidado y conservación de los recursos humanos y naturales. La madre tierra brinda sus frutos, es por eso que las áreas de manejo forestal, construcción y agroecología son los brazos de la capacitación en la Unimón. Por medio de estas áreas de estudio, los participantes se ven como servidores de la comunidad aún en aquellos espacios donde la comunidad tradicional ya no existe. Lo más importante es que las técnicas y teorías de la educación puedan aplicarse de forma asociada y en diálogo con las necesidades personales y comunitarias, y tomando en cuenta lo que la cultura y la tradición tienen que decir para enriquecer a estas técnicas y teorías. Así, estas generan y fortalecen la vida de todas las personas implicadas.

Misión de Guadalupe
misionged@yahoo.com.mx

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