En la mayoría de los casos, estos esfuerzos se han concentrado en lo local, validando sistemas de producción basados en condiciones locales específicas y, generalmente, impulsando más el desarrollo local sin extenderse a áreas mayores. En muy raras ocasiones han significado un aporte para las políticas regionales o nacionales.
Los proyectos de desarrollo que consiguen tener un impacto local son muy importantes, pero esto no es suficiente para generar cambios de mayor amplitud en las políticas de desarrollo rural sostenible. Muchos evaluadores han informado que los proyectos de desarrollo local tienen dificultades para contribuir con los procesos nacionales o para que sus resultados sean tomados en cuenta en la agenda política. Esta es una de las razones por las cuales la Red de Acción en Alternativas al Uso de Agroquímicos (RAAA), en colaboración con sus 35 organizaciones socias, creó una unidad de campaña desde su formación en 1990. Esta unidad, conocida como Unidad de Incidencia Política (UIP), pone todos sus esfuerzos para lograr que los problemas relacionados con el desarrollo de la agricultura sostenible y con el uso de agroquímicos sean incluidos en la agenda del debate político. El principal reto de la UIP ha sido el iniciar procesos participativos de cambio en los tres niveles de las políticas: local, regional y nacional.
El uso de plaguicidas y, en general, de cualquier agroquímico es una de las claves de los problemas medioambientales. Su uso excesivo afecta los suelos y los recursos hídricos y causa contaminación de los alimentos. Adicionalmente, la mayoría de los plaguicidas comercializados y usados en el Perú pertenece a la categoría de “químicos de extrema peligrosidad” (como Tamaron o Furadan) y frecuentemente se recibe información del uso de muchos productos prohibidos (como DDT y Aldrin). Por esto, la RAAA ha insistido en el desarrollo de políticas nacionales que regulen el uso de estos productos, así como en la promoción de la agricultura ecológica, con lo cual se han logrado algunos resultados.
Estrategia de intervención
La estrategia de la RAAA se ha orientado a ejercer influencia en la opinión pública, autoridades, líderes de opinión y miembros del gobierno, acerca de los problemas que resultan del uso de agroquímicos. Se ha notificado sobre temas de alta prioridad para la agenda política con la participación de productores y otros actores involucrados con la problemática. Asimismo, se han identificado asuntos prioritarios para la agenda política, jerarquizándolos de acuerdo con su grado de importancia ambiental. Aprovechando su estructura organizativa y su relación con sus miembros y muchas otras organizaciones, la RAAA cumple un papel facilitador en la promoción de interacciones entre todos los que están vinculados con el desarrollo de la agricultura sostenible para, en forma conjunta, definir estrategias y prioridades en el trabajo de presión sobre el ámbito político.
Una de las tareas básicas de la RAAA es el establecimiento de métodos para un diálogo permanente entre el gobierno y la sociedad civil para recoger las iniciativas y formular propuestas concretas.
El desafío del trabajo de incidencia política es lograr que el tema planteado ingrese a la agenda del debate político. La tarea no es fácil; requiere la organización de conferencias y el proporcionar, constantemente, información a la prensa. Además, es importante realizar actos públicos como campañas de concientización y movilizaciones que logren concitar la atención general de la población y sean noticia en los medios de comunicación masiva. La permanente difusión de la información a través de los medios, en forma simultánea con el cabildeo (lobby) institucional, es lo que permite a la RAAA tener acceso a los líderes políticos y a las personas responsables de la toma de decisiones para, a través de ellos, sustentar las propuestas políticas en su proceso de aprobación y aplicación en el país.
Figura 1. Análisis para la definición de estrategias apropiadas
Para influir con éxito en las políticas, es esencial conocer en detalle el contexto del problema y a todos los actores involucrados. Es igualmente importante buscar el momento oportuno para iniciar una campaña y realizar un análisis objetivo de las fuerzas y debilidades de la organización, así como de todos aquellos que participan en la campaña, lo que ayuda a establecer vínculos sólidos con otras organizaciones y así poder realizar un trabajo conjunto; en particular con los medios de difusión y con personas en posiciones clave. Los riesgos potenciales deben ser tomados en cuenta en todo momento (ver figura 1).
Principales resultados
A través de su UIP, la RAAA ha conducido campañas de larga duración que han logrado la discusión y aprobación de normas en favor de la agricultura sostenible y la reducción del uso de plaguicidas. Durante este proceso se han generado sinergias muy interesantes entre las organizaciones de desarrollo que trabajan en el campo, lo cual es visto como un desarrollo positivo y necesario para la construcción de políticas que apuntan hacia una agricultura sana y sostenible.
Las acciones de cabildeo dirigidas a los congresistas interesados en los temas del medioambiente y agrarios han sido exitosas, habiéndose logrado reuniones regulares con los políticos de los diferentes partidos, la organización conjunta de foros y seminarios, y la difusión de la información sobre las campañas en los medios de comunicación. En forma similar, a través de los años, las organizaciones socias de la RAAA han intensificado su intervención pública, pasando de pronunciamientos y cartas de solidaridad a la realización de acciones de movilización pública para demandar el retiro del mercado de los plaguicidas extremadamente tóxicos y, también, la toma de decisiones políticas para reducir su uso. La celebración del “Día internacional del no uso de plaguicidas” –establecido el tres de diciembre en todo el mundo para conmemorar la tragedia de Bhopal– facilitó la organización de campañas sincronizadas en varias ciudades para demandar acciones en contra del uso generalizado de plaguicidas. Esto también ayudó a poner atención en los accidentes ocurridos en el Perú (ver recuadro). Estos esfuerzos han sido una importante contribución para lograr la aprobación de varias leyes nacionales y reglamentaciones locales.
Campaña de solidaridad con Tauccamarca
En uno de los peores casos de intoxicación masiva ocurridos en el Perú, 24 niños murieron luego de haber bebido un sustituto de leche contaminado con un plaguicida organofosforado, conocido como parathion etílico. Esto tuvo lugar en la pequeña comunidad campesina de Tauccamarca, Cusco, el 22 de octubre de 1999, y hasta hoy no ha sido resuelto. Desde entonces, la RAAA ha estado intentando activamente que los responsables sean sancionados, expresando su solidaridad con las familias de las víctimas.
Gracias al apoyo de varias organizaciones fue posible presentar una demanda para que se hiciera justicia. Lamentablemente, hasta el día de hoy no ha habido ningún fallo y no ha sido fácil mantener este caso en la agenda política nacional. Uno de los resultados del trabajo de la RAAA y sus asociados ha sido la formación de una subcomisión en el Congreso con responsabilidad para investigar el caso. A pesar de que el informe de la investigación fue aprobado por todos los miembros, el caso aún no ha sido discutido en el Congreso.
El propósito del trabajo de la RAAA en este caso, sumado al de lograr una solución aceptable, es que se establezca una jurisprudencia para que los casos de intoxicación masiva en el futuro sean considerados como una grave violación a los derechos humanos y del medioambiente.
Ley 26744, de promoción del manejo integrado de plagas
Esta ley fue uno de los primeros logros políticos dentro de la estrategia de reducción del uso de plaguicidas. Diversos políticos se interesaron en las demandas presentadas a través de varias campañas y, por primera vez, se contó con un instrumento legal para que las alternativas no químicas pudieran ser promovidas, desarrolladas y adoptadas. Producto directo de ello, actualmente el gobierno implementa un Programa Nacional de Control Biológico, que se encarga de producir y distribuir controladores naturales para el manejo de las plagas y enfermedades de los cultivos.
Ley 2817, sobre el uso de plaguicidas de extremo y alto riesgo para la salud humana
Desde el año 2000, una de las acciones de mayor éxito ha sido la prohibición y reducción de los plaguicidas de las categorías Ia y Ib, a las cuales pertenecen los que son de extremo y alto riesgo para la salud humana. La campaña nacional tuvo también como propósito el proponer mecanismos para el control de la contaminación ambiental y los daños a la salud pública causados por el uso de estos plaguicidas. Esta ley fue promulgada en mayo de 2004 y trata del manejo de residuos y contenedores, de la contaminación de alimentos y la vigilancia epidemiológica de los casos de intoxicación que pudiesen ocurrir. A pesar de que no es determinante en cuanto a la importación y uso de los plaguicidas Ia y Ib, esta ley tiene mecanismos que permiten a los interesados solicitar la prohibición de ciertos productos.
Delegación de la comunidad de Tauccamarca en el Tribunal Ciudadano, octubre de 2005 / Foto: RAAA
Ley de promoción de la agricultura orgánica
Otro resultado de las campañas contra el uso de plaguicidas está en las diferentes iniciativas legislativas, recientemente presentadas, para la promoción de modelos de agricultura alternativa, el control biológico de plagas y malezas, el uso de guano de isla (estiércol de aves marinas) y la agricultura orgánica en general. Una de estas iniciativas fue presentada por la congresista Paulina Arpasi para promover la agricultura orgánica, la cual fue aprobada en setiembre de 2004. Lamentablemente, la ley fue observada por el gobierno debido a algunos aspectos técnicos y económicos. Esto fue una oportunidad para incorporar elementos adicionales que la ley no había tomado en cuenta. Para ello se desarrollaron acciones de debate destinadas a recoger propuestas de todo el país, lográndose elaborar un nuevo texto que fue aprobado nuevamente por el Congreso, pero no ratificado por el gobierno. Estas marchas y contramarchas son parte del proceso político que realizan los diferentes sectores; lo importante es que el tema sigue en la agenda política.
La RAAA continúa con las campañas al mismo tiempo que monitorea la implementación de las nuevas regulaciones por parte de las autoridades y las empresas relacionadas con la distribución, uso y comercialización de los agroquímicos. Esto comprende el desarrollo y validación de los mecanismos para la participación pública, de tal modo que los interesados no se limiten a participar sino que también sean escuchados.
Lecciones aprendidas
La experiencia ha demostrado que el logro de los amplios objetivos de las organizaciones de desarrollo sólo es posible con una buena interacción entre las actividades a nivel local y las iniciativas políticas. Esto es factible trabajando en redes de grupos de acción, consorcios u organizaciones similares. Las acciones, producto de una eficiente coordinación y concertación, contribuyen a la inclusión de un determinado tema en la agenda política. Estas acciones deben ser constantes y progresivas. La presión política debe avanzar paso a paso y debe ser comprendida con facilidad y hecha suya por los interesados, y también debe mostrar resultados concretos. Para lograr cambios en las políticas públicas concernientes a la agricultura sostenible, son también necesarios altos estándares de liderazgo a nivel institucional, así como recursos humanos calificados. La dificultad principal reside en mantener activa la participación de todos los que están comprometidos con estos procesos.
Las actividades de la RAAA han obtenido reconocimiento porque le ha sido posible mostrar resultados positivos y concretos al haberse logrado la aprobación de una serie de iniciativas, lo cual también ha facilitado la realización de otras acciones necesarias.
Luis Gomero Osorio
Red de Acción en Alternativas al Uso de Agroquímicos, RAAA