diciembre 2005, Volumen 21, Número 3
Animales menores: un gran valor

Ventajas de los animales pequeños en los sistemas agropecuarios

REG PRESTON | Página 5-7
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Los sistemas agrarios pueden dividirse, por un lado, en sistemas a gran escala, altamente mecanizados e intensivos en el uso de energía, manejados como agronegocios corporativos, y por el otro lado, en granjas a pequeña escala que emplean mano de obra familiar y usan un mínimo de insumos externos.

En los sistemas de pequeña escala, un enfoque que permita una integración más cercana de los diferentes componentes, el reciclaje y uso eficiente de los recursos locales puede incrementar la productividad. Este enfoque tiende a imitar el funcionamiento de los ecosistemas naturales (que de por sí son sostenibles), principalmente porque los insumos que utiliza los proporciona la misma naturaleza. En la pequeña granja integral, el ganado juega un papel central. Además de suministrar carne y otros productos, los animales son importantes para el reciclaje de los residuos y desechos, que gracias a ellos dejan de ser fuentes de contaminación y se convierten en insumos valiosos como son los fertilizantes orgánicos y el biogás. La selección de las especies adecuadas de ganado es, entonces, una consideración importante en el desarrollo de un sistema agropecuario integral. Este artículo sostiene que las especies de animales pequeños son más apropiadas que las grandes.

En los sistemas agrarios, los componentes considerados incluyen el sistema de cultivos, el sistema animal y el manejo de todo el sistema agrario, así como el reciclaje del estiércol animal.

Colgar el follaje de gliricidia en las paredes del corral estimula la ingestión de alimentos | Encuentro campesino de la Escuela Agroecológica / Foto: Nguyen Van Hao

Antes de la industrialización de la agricultura y la creciente dependencia del petróleo, las prácticas agrícolas eran en general más sostenibles, simplemente porque había menor disponibilidad de insumos externos. La fertilidad del suelo era mantenida a través del barbecho y el uso de plantas leguminosas –ya fuera en coberturas mixtas o como cultivos rotativos–; con frecuencia los animales cumplían un valioso papel como fuente de estiércol y en el suministro de energía para la labranza del suelo y el transporte.

Estas características básicas de los sistemas agrarios sostenibles son aún relevantes, pero pueden ser mejoradas considerablemente gracias a nuevos conocimientos y oportunidades. La oportunidad deberá encontrarse en el corazón mismo de la crisis energética, consecuencia de la menor disponibilidad de petróleo. Esto significa que, como producto del sistema agrario, la energía generada en la finca tendrá un incremento de valor y también capacidad de reemplazo de la energía que antes se adquiría de proveedores externos (gas licuado o kerosén). La biomasa con alto contenido de fibra será probablemente una de las más importantes fuentes alternativas para reemplazar el petróleo. Esto crea una oportunidad para el desarrollo de sistemas de cultivo con mayor diversidad y, especialmente, para la promoción del cultivo de árboles perennes, muchos de los cuales fijan nitrógeno atmosférico, y de la caña de azúcar, que es el más eficiente de todos los cultivos en convertir el agua y el dióxido de carbono en biomasa a través de la fotosíntesis. Las pasturas no son una opción, ya que es casi imposible recuperar económicamente los componentes fibrosos que no son ingeridos por el ganado. Los procedimientos de «corte y acarreo» facilitan la separación de la biomasa en componentes comestibles (hojas para forraje) y no comestibles (ramas y tallos para energía). Esto, a su vez, dará mayor importancia a aquellos cultivos que son más fáciles de cosechar y requieren de menor tiempo y esfuerzo para cortar y trasladar la biomasa al lugar de utilización.

En experiencias de este tipo se ha encontrado que los agricultores prefieren cultivos de gliricidia (Gliricidia sepium), mora (Morus alba) y yuca (Manihot esculenta), más que los de leucaena (Leucaena leucocephala), debido al mayor tiempo que se requiere para cosechar un determinado peso de leucaena, en comparación con el tiempo requerido para cosechar el follaje de los otros cultivos. Así como producen combustible y alimento, las fincas pequeñas deberían también producir materiales de construcción que puedan ser usados para satisfacer las necesidades de la familia y sus animales. Esto apunta nuevamente a las ventajas de los cultivos multipropósito. Así, de la caña de azúcar se pueden utilizar las hojas secas como material para techos (ver texto más adelante), el jugo como alimento energético para los cerdos, el bagazo para su conversión en energía combustible y para las camas del ganado, y las hojas frescas y brotes para las cabras y ovejas.

Alimentación eficiente

Al igual que en los tiempos anteriores al auge del uso del petróleo como combustible, el ganado integrará los nuevos sistemas agrarios. Además, los sistemas de cultivo propuestos brindarán ventajas comparativas para las especies más pequeñas de ganado, especialmente cabras, ovejas, conejos y cerdos. La amenaza prevaleciente de la gripe aviar, con el potencial de diseminarse desde el sudeste asiático al resto del mundo a través de las aves migratorias, coloca una seria interrogación sobre la función que les tocará cumplir a las aves de corral en estos sistemas –diferente al de un papel menor, como animales carroñeros– y cuya pérdida no afectaría la viabilidad económica del sistema agrario en general.

Más allá de los argumentos clásicos para optar por la crianza de animales menores en la finca –menor inversión, facilidad para la comercialización de sus productos (huevos, leche y derivados lácteos) y adaptación a la capacidad de manejo de las mujeres y niños– pueden considerarse otros de igual importancia para los sistemas de fincas integrales. En general, gracias a las características de la forma de alimentarse de los animales menores y la naturaleza de sus sistemas digestivos, los cultivos en este tipo de fincas adquieren un nuevo significado como fuente de producción conjunta de alimentos, energía y materiales de construcción.

Los hábitos de las cabras al pastar las hacen especialmente aptas para consumir el follaje de los árboles cultivados con fines forrajeros, sin afectar los tallos y ramas que serán utilizados para la generación de energía a través de la gasificación. En contraste, las preferencias de pastoreo de las ovejas pueden ser satisfechas por las plantas herbáceas disponibles en el suelo de las plantaciones de árboles. Las ovejas también han demostrado ser especialmente adecuadas para rozar la hierba que crece en los senderos de acceso entre las parcelas de caña de azúcar, ya que la caña en pie no es una fuente de alimento atractiva para estos rumiantes. En las familias con menores ingresos la crianza de cerdos se realiza, generalmente, de manera abierta, como animales comedores de residuos. En este tipo de crianza abierta, además de la dificultad para controlar a los animales y prevenir el daño a los cultivos, no se aprovecha el estiércol con eficiencia. En la actualidad, cuando la energía ha adquirido una gran relevancia económica, la oportunidad de convertir el estiércol de cerdo en biogás para cocinar y en efluente para uso en la fertilización de los cultivos, y también como alimento para los peces de estanque, será igual o quizá más importante que los ingresos por la venta de los animales.

Esto lleva a la pregunta de cuáles razas o variedades de ganado serán las más apropiadas en el sistema agropecuario integral. Las razas locales, no mejoradas, suelen ser consideradas negativamente por los expertos en ciencias animales debido a sus bajas tasas de crecimiento o de producción de leche. Sin embargo, para que un animal exprese su potencial genético para una elevada productividad, requiere alimentos de un elevado valor nutritivo, y éstos no son usualmente los alimentos que se pueden producir cuando los recursos disponibles para ello son sólo la energía solar, el suelo y el agua, con un mínimo de insumos externos. Un punto de igual importancia en esta ecuación es que los alimentos comprados de «alto rendimiento» son altamente digeribles, lo que significa que su utilización implica una menor producción de estiércol; el caso contrario es el uso de alimentos locales, menos digeribles y de menor costo. Una menor producción de estiércol resulta en una menor producción de biogás y de fertilizante. Si el valor agregado del estiércol es tomado en cuenta, los animales de menor productividad pueden ser los más apropiados.

Los conejos son una de las especies de animales menores cuyo singular sistema digestivo no ha sido adecuadamente explotado por la investigación tradicional. Al igual que otros animales fermentadores posgástricos, como el caballo y el ciervo, los conejos tienen la ventaja de contar con dos modos combinados de digestión: monogástrica y rumiante. A diferencia de otras especies de ganado, un bajo contenido de fibras en los alimentos conduce a una menor eficiencia en su aprovechamiento. Estas ventajas fisiológicas no son utilizadas en los sistemas típicos de los países industrializados, donde los alimentos para los conejos consisten básicamente en cereales y semillas oleaginosas. En contraste, investigaciones recientes en el sudeste asiático demuestran que un nivel aceptable de producción en conejos puede ser alcanzado con dietas en base a 100 por ciento de follaje, derivado de un cultivo que tenga una elevada producción de biomasa y la capacidad de emplear el estiércol orgánico con eficiencia, como es el caso de la espinaca de agua (Ipomea aquatica). Esta investigación, que es especialmente relevante en el contexto de los sistemas agropecuarios integrales de pequeña escala, está propiciando un creciente interés por la producción de conejos en los países del sudeste asiático, donde la amenaza de nuevos rebrotes de la gripe aviar ha estimulado la búsqueda de alternativas para sustituir el consumo de carne de aves de corral.

Enfermedades
Las especies animales pequeñas están sujetas a restricciones por enfermedades, tal como las especies más grandes. Sin embargo, cuando se toma en cuenta la interacción de las especies con los otros componentes de la crianza –nutrición, cobijo y manejo–, las cabras, con seguridad, y las ovejas, hasta cierto punto, presentan ventajas comparativas en términos de susceptibilidad a los parásitos internos. En algunos estudios se ha demostrado que cuando las cabras son manejadas en un sistema de «corte y acarreo», en el que los alimentos son el follaje de los árboles y arbustos (contrariamente a los pastos), la incidencia de infestación por nemátodos, parásitos intestinales, es insignificante, lo que hace innecesario el uso regular de desparasitadores químicos. Las principales razones parecen ser que la larva del nemátodo causante de la infestación no se desarrolla en el follaje de árboles y arbustos, sino que necesita del microambiente específico que encuentra en el manto de césped. Un factor secundario puede ser la presencia de compuestos similares a taninos en las hojas de arbustos como la yuca (mandioca). Sea cual fuere la razón, las cabras en un sistema intensivo de «corte y acarreo» que utiliza el follaje de los árboles y arbustos, están menos sujetas a infestación por nemátodos que cuando son manejadas bajo pastoreo extensivo.

Cobijo
Cuando la disponibilidad de tierra es escasa, lo que es frecuente en los sistemas de agricultura familiar de pequeña escala, el pastoreo es rara vez una opción de manejo. Aun en las pasturas de tierras altas, donde el recurso tierra no es escaso, los agricultores encuentran conveniente el proteger de la intemperie a sus animales durante la noche, y porque también esto les facilita la recolección del estiércol. Una ventaja general de los animales menores es que sus necesidades de cobijo son simples. La producción de materiales de construcción modernos, como el cemento y los ladrillos, requieren de energía, y es probable que sus precios se incrementen en forma simultánea con los precios del petróleo. En la mayoría de los países, especialmente en aquellos ubicados en el trópico, todos los materiales de construcción requeridos para los corrales de las cabras, ovejas y conejos pueden ser producidos en la misma finca y, además, reciclarse. En el diseño de los corrales para estos animales, la primera consideración a tomar en cuenta debe ser la provisión de medios suficientes para el reciclaje de los desechos.

Reciclaje de estiércol
El estiércol de diferentes especies animales tiene distintas características físicas y biológicas, que deben ser tomadas en cuenta para decidir el método de reciclaje que se utilizará. El estiércol del hombre y el del cerdo son desagradables de manipular por lo que es mejor procesarlos a través de un biodigestor cerrado. El estiércol de las cabras, el de ovejas y el de los conejos, no son tan desagradables, pero no son un substrato adecuado para un sistema de biodigestor simple (ver LEISA revista de agroecología 21-1, setiembre 2005; página 18). La naturaleza del estiércol de estos rumiantes y su forma (pequeñas bolas), causan que éste flote en el líquido dentro del biodigestor y que se produzca espuma, lo cual llega a ser un verdadero problema. Este tipo de estiércol se recicla mejor mediante el uso de lombrices de tierra. Es conveniente albergar a las ovejas, cabras y conejos en plataformas elevadas y entablilladas en forma de parihuela. Luego, el agregar algunas lombrices de tierra al estiércol que ha caído a través de las parihuelas es un procedimiento simple; los residuos de alimento también pueden ser mezclados con el estiércol. El riego de las camas de lombrices con el efluente del biodigestor puede acelerar el proceso de descomposición, así como el crecimiento de las lombrices. El resultado de este proceso: compost de lombriz o vermicompost, puede ser removido posteriormente, a intervalos, y utilizado directamente como fertilizante.

Conclusión
En un mundo que enfrenta un abastecimiento decreciente de petróleo, las ventajas comparativas de la producción agraria cambiarán: de las fincas a gran escala dependientes del petróleo a las granjas integrales de pequeña escala que producen la mayor parte de lo que necesitan, incluyendo energía, proveniente de recursos naturales. En un escenario como éste, la crianza de animales menores, especialmente de cerdos, cabras, ovejas y conejos, se constituye en la opción más eficiente debido, especialmente, a los bajos requerimientos de inversión, la reducción de riesgos, la adaptación a los sistemas de reciclaje de desechos y residuos, así como por la posibilidad de usar recursos locales en su alimentación y por ser de fácil manejo para los miembros de la familia.

Reg Preston
Finca Ecológica, TOSOLY, AA 3 48, Santander, Colombia.
Correo-e: regpreston@utafoundation.org

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