septiembre 2005, Volumen 21, Número 2
Más que el dinero: implicancias económicas de la agricultura ecológica

Cultivo ecológico de plantas medicinales y aromáticas: ampliando las perspectivas económicas en los Andes

JUSTO MANTILLA HOLGUÍN | Página 33-36
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Las comunidades campesinas de los Andes tienen en su territorio áreas con vegetación silvestre generalmente ubicadas en laderas y zonas ribereñas que albergan una gran diversidad de especies y de las cuales muchas han venido utilizándose por la población local como plantas medicinales por sus propiedades curativas.

También el valor de algunas de estas especies silvestres reside en sus propiedades aromáticas. Las plantas silvestres medicinales constituyen una fuente valiosa de prevención y curación para la mayoría de los pobladores rurales de la sierra andina. Su valor económico no está aún reconocido en los indicadores económicos oficiales. Muchas especies de alto valor curativo como la muña (Minthostachys setosa), el ‘chiri-chiri’ (Grindelia boliviana) y el cedroncillo (Aloysia herrerae), han sido utilizadas tradicionalmente para el tratamiento de diferentes afecciones y enfermedades. Dichos conocimientos permanecen vigentes en las comunidades, y se transmiten de generación en generación, como parte de su cultura.

Actualmente, muchas de estas plantas vienen siendo recolectadas como materia prima para su transformación en productos medicinales o aromáticos, lo que provoca la paulatina desaparición de muchas especies de alto valor curativo. A esta práctica, que atenta contra la diversidad biológica de estas especies, se suman otros factores que lamentablemente aceleran los procesos de erosión: el sobrepastoreo, las quemas de pastos en las laderas y la irracional extracción de leña. Las consecuencias de esta forma de manejo son las laderas deforestadas y erosionadas, y la pérdida del valioso germoplasma de plantas medicinales y aromáticas.

Las asociaciones de productores de plantas medicinales de las comunidades de Viacha y Ampay, ubicadas en las partes altas del Valle Sagrado de los Incas, Cusco, Perú; con el acompañamiento técnico del Instituto de Ecología y Plantas Medicinales (IEPLAM), vienen desarrollando una experiencia de trabajo para el uso y manejo sostenible de las plantas medicinales. En estas comunidades, desde el año 2000, se han implementado programas de cultivo orgánico, transformación y comercialización de plantas medicinales. Este proceso viene demostrando que las experiencias locales para la conservación y uso sostenible de estas especies –en comunidades habitualmente calificadas como pobres– sí pueden generar un impacto positivo en la biodiversidad silvestre de los ecosistemas de la zona, así como en las condiciones de vida de cientos de familias campesinas que habitan en ellos.

Después de iniciar la experiencia y cumplir las primeras etapas con recursos propios, estas iniciativas locales recibieron, en el año 2000, el apoyo económico del Programa de Pequeñas Donaciones del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), principalmente para la inversión en equipamiento destinado al procesamiento de las plantas y la obtención de los productos medicinales (aceites esenciales, ungüentos, hierbas deshidratadas y empacadas, etcétera). La experiencia de comercialización se ha fortalecido con la alianza estratégica entre los comités de productores de las comunidades de Viacha y Ampay, el IEPLAM, la empresa peruana Aroma Inka y la empresa alemana Primavera Life. Esta última compra los aceites esenciales a los productores locales y los comercializa en el mercado europeo. También es importante la participación del Programa de la Iniciativa Biocomercio Perú, operada por PROMPEX, entidad estatal que se encarga de promover exportaciones, y que ha apoyado en el mejoramiento de la presentación de los aceites esenciales y en la investigación preliminar de los mercados nacional e internacional para aceites esenciales.

Aspectos desarrollados en la experiencia. Iniciando la transformación de la materia prima para la obtención de aceites esenciales / Foto: archivo LEISA

La experiencia se orienta, desde su inicio, a lograr que todo el proceso productivo logre enmarcarse en los lineamientos de la agricultura ecológica. Se parte por entender que los productores de plantas medicinales son personas importantes de quienes depende la salud de muchas otras personas que confían en los productos medicinales y aromáticos. El proceso se viene desarrollando en forma gradual: al principio se incorporaron al programa de producción ecológica los cultivos de plantas medicinales y, en los últimos años, se viene trabajando la inclusión de todas las unidades productivas de las familias campesinas asociadas al programa. En un futuro próximo, se tiene prevista la certificación de todos los terrenos de la comunidad.

a. Recuperación de los conocimientos de la farmacopea tradicional andina
Una de las actividades prioritarias es recuperar y socializar los conocimientos tradicionales sobre el uso y el manejo de plantas medicinales. Las ferias de plantas medicinales en las comunidades campesinas son una experiencia interesante donde se recopila información sobre las propiedades terapéuticas, el hábitat de la especie y su abundancia o escasez. Toda la información sistematizada es publicada en un libro o manual, con el fin de que ésta retorne a las familias campesinas, a los centros educativos y a otras instituciones interesadas en el tema del manejo racional de plantas medicinales.

b. Propagación y cultivo orgánico
Una vez determinadas las especies con mayor valor curativo, son incluidas en el programa de cultivo orgánico. En un primer momento son propagadas a nivel de vivero y luego transplantadas o reforestadas en los terrenos que constituyen el hábitat natural de cada especie; es importante mantener las especies en los mismos lugares donde crecen silvestremente, con la finalidad de mantener sus cualidades curativas.

Actualmente se viene promoviendo la propagación y reforestación de las siguientes especies arbustivas y subarbustivas andinas: arrayán (Luma chequen) de la familia de las mirtáceas, cedroncillo, chiri-chiri, muña, ‘phauka’ (Flourensia polycephala) y ‘hampi rosas’ (Rosa centifolia) entre otras especies endémicas en los Andes.

c. Cosecha y poscosecha
La cosecha se realiza tomando en cuenta los siguientes criterios: condiciones climáticas apropiadas (días despejados); recolección en las horas de menor insolación (primeras horas de la mañana o últimas horas de la tarde); programación de la recolección según el desarrollo de la planta (las hojas y raíces antes de la floración; las flores cuando están en plena floración y las semillas, cuando ya están secas); horario de recolección según los principios activos (plantas aromáticas en la mañana y plantas medicinales con sabor amargo en las tardes). El producto cosechado debe ser trasportando en cestos o canastas.

El secado de la materia prima se realiza en ambientes adecuados, bajo sombra y con buena ventilación. Luego la materia prima es almacenada en recipientes no plásticos (bolsas de papel o tela, cajas de cartón o frascos de vidrio).

Trabajando con plantas medicinales / Foto: archivo LEISA

d. Transformación de plantas medicinales o farmacia natural
Cada comité de productores cuenta con infraestructura y equipamiento para deshidratar y transformar plantas medicinales (secadoras, laboratorio de farmacia natural y destiladora de aceites esenciales). Las familias campesinas participantes están capacitadas en la elaboración de pomadas, tinturas y aceites esenciales; es importante mencionar que las tecnologías implementadas son sencillas y de bajo costo. Cada producto elaborado cuenta con un envase adecuado (frascos de vidrio color ámbar), etiqueta con la información completa sobre el producto (propiedades, forma de aplicación y tiempo de expiración).

e. Comercialización
Se tienen definidos dos mercados para los productos:

mercado social (local): los primeros beneficiarios de los productos herbarios y sus derivados son las familias de las comunidades campesinas. De esta manera esta experiencia contribuye en la prevención de las enfermedades en cada localidad, y significa un ahorro para las familias campesinas ya que pueden atender problemas primarios de salud con recursos locales, a su alcance.
mercado externo (nacional e internacional): los productos son comercializados mediante centros naturistas (pomadas, infusiones y tinturas) en las ciudades cercanas, mientras que los aceites esenciales se destinan a la exportación (principalmente para los mercados de productos aromáticos y cosméticos).

f. Turismo de esencias
En los primeros meses del año 2005, después de dos años de coordinación, se ha realizado la primera experiencia de intercambio entre productores y consumidores de aceites esenciales andinos. El programa consiste en facilitar la visita de turistas interesados en el tema de las plantas medicinales y aromáticas andinas a las comunidades donde vienen trabajando los comités de productores.

Los visitantes tienen la oportunidad de compartir con los productores todas las experiencias sobre el manejo sostenible de las especies de las cuales se obtienen los aceites esenciales para el mercado europeo. Participan de las plantaciones (cada visitante planta un arbusto aromático, luego participa de la cosecha y destilación de aceites esenciales). Al final de la experiencia los visitantes han tenido la oportunidad de conocer de cerca la vivencia de las familias campesinas y la forma de producir los aceites esenciales que ellos utilizan; de esta manera se fortalece la relación productores-consumidores, más que todo en el sentido de que el programa de cultivo de plantas medicinales no sólo tiene como fin los beneficios económicos, sino que detrás de toda la experiencia hay una propuesta con responsabilidad social, ecológica y de revaloración cultural de la medicina tradicional andina.

El rol de las mujeres y la familia campesina
Al principio, no todos los integrantes de las familias de la comunidad tenían interés en el manejo de las plantas medicinales como una alternativa de salud y para el incremento de sus ingresos económicos. Las mujeres fueron las primeras en participar en los trabajos de cultivo en los huertos familiares. Cuando las mujeres organizadas recibieron los primeros beneficios económicos por la comercialización de plantas medicinales, los varones recién tomaron interés y decidieron incorporarse a la organización de productores, dejando de lado los prejuicios machistas y reconociendo el valioso conocimiento sobre la medicina tradicional que mantienen las mujeres para prevenir y curar diferentes enfermedades en la familia.

Ahora todos los miembros de la familia participan en el proceso productivo cumpliendo roles complementarios; por ejemplo, los varones preparan los pozos almacigueros en el vivero las mujeres preparan las bolas con tierra preparada para colocar las plantitas que van enraizar y los niños ayudan con el riego de las plantas instaladas y las labores de deshierbe. Para las plantaciones en terreno definitivo, los varones transportan los plantones y hacen los hoyos, las mujeres colocan las plantitas y los niños riegan para asegurar el prendimiento. En la cosecha los niños y las mujeres realizan el trabajo de selección y corte de las partes útiles de las plantas (hojas, flores, semillas, frutos, etc.) y los varones realizan el traslado de la materia prima hacia los ambientes de secado. En la etapa de transformación las mujeres están encargadas del procesamiento de las pomadas, tinturas y jarabes; mientras que la extracción de los aceites esenciales está a cargo de los varones con apoyo de los niños.

Efectos de la experiencia
La incorporación de tierras marginales de ladera a la producción de plantas medicinales y aromáticas representa un incremento sobre su valor, más aún cuando la disponibilidad de tierras por habitante es muy escasa en estas zonas de montaña. Otro importante aspecto es que las habituales prácticas de tala y quema de tierras en ladera para dedicarlas al cultivo de papa y otras tuberosas andinas, pierden vigencia ante una alternativa de mayor rentabilidad como la que presenta el manejo y uso de la vegetación natural –de los mismos terrenos– para la generación de ingresos a las familias campesinas. Además, a este efecto económico se suman las ventajas ecológicas que implica la disminución de la tala y quema para el ecosistema, principalmente en el control de la erosión de suelos y la conservación de la biodiversidad.

Las cuatro especies más estudiadas: chiri-chiri, muña, phauka y cedroncillo, manejadas sosteniblemente dentro de los lineamientos de la agricultura ecológica, en una hectárea de terreno marginal en ladera y sin más costos que la mano de obra comunal, pueden rendir anualmente 14.000 kg de materia prima fresca, lo que actualmente equivale a un poco más de 1.000 USD (ver Cuadro 1).

especie número de plantas
en 240 m²
número de plantas
en 1 hectárea
rendimiento de
materia fresca en kg
valor económico
en USD*
chiri-chiri 93 3.875 1.065,62 81,34
muña 55 2.291 1.718,25 131,16
phauka 75 3.125 4.687,50 357,82
cedroncillo 53 2.208 6.624,00 505,65
Cuadro 1.
Rendimiento de plantas aromáticas y medicinales silvestres por hectárea

Fuente: Evaluación florística de las laderas xerofíticas de Tuksan Grande, Pisac, Cusco (Olivera, 1995).
*Valor económico actual calculado por el autor

El trabajo en laderas se realiza en los meses de mayor disponibilidad de mano de obra en la comunidad, que es también cuando hay menos oportunidades de trabajo agrícola (noviembre a marzo). Podemos mencionar que por campaña de manejo ribereño y manejo en ladera de las plantas, se han generado 203 puestos de empleo temporal (beneficiarios: 78 varones y 125 mujeres de las comunidades de Viacha-anexo, Tuksan Grande, Ampay y Cuyo Grande).

Las actividades inherentes a la propagación, reforestación y cosecha de materia prima requieren el mayor porcentaje de mano de obra (de 70 a 80 por ciento). Las actividades para la utilización sostenible de un conjunto de cinco especies de plantas medicinales y aromáticas han generado en promedio, 1.315 jornales anuales durante el periodo 2000-2004 (ver Cuadro 2), donde un jornal equivale a diez nuevos soles ó 3,25 USD.

número de jornales
especie actividades
de vivero
actividades de
reforestación y cosecha
total
cedroncillo 13,5 473 486,50
muña 9,5 91 100,50
chiri-chiri 4,7 36 40,75
phauka 4,5 36 40,50
arrayán 40,0 607 647,00
total 72,2 1.243 1.315,25
Cuadro 2.
Jornales empleados en la producción de plantas medicinales y aromáticas

Fuente:Datos del autor

La comercialización de la materia prima y de los productos transformados se lleva a cabo cuando las familias tienen mayor necesidad de realizar gastos para adquirir bienes y servicios como la compra de útiles escolares para los hijos al inicio del año escolar y la compra de herramientas agrícolas. En el Cuadro 3 presentamos la utilidad neta obtenida por cada beneficiario. En el programa de manejo de laderas participaron 75 jefes de familia y en el programa de manejo ribereño, 128 jefes de familia.

programa utilidad neta
anual (USD)
uitildad promedio
anual por familia (USD)
utilidad promedio mensual
por familia (USD)
manejo de laderas (cinco especies) 31.499,37 419,99 35,00
manejo ribereño (una especie: arrayán) 12.651,48 35,00 8,24
Cuadro 3.
Utilidad neta por el cultivo de plantas medicinales y aromáticas
Fuente: Datos del autor

La calidad de los principios curativos es un factor decisivo para obtener productos efectivos desde el punto de vista terapéutico. En las perspectivas del mercado se observa que existe una demanda cada vez mayor de productos alimenticios y para la salud obtenidos ecológicamente. Este fenómeno crea un nuevo mercado para los productos agrarios, si bien exige el cumplimiento de normas y procedimientos, tanto para los terrenos y procedimientos de cultivo, como para las etapas de postcosecha, transformación, envasado y comercialización. Según informes de entidades especializadas, como la Gesellschaft für Ressourcenschutz mbH de Alemania, estos nuevos mercados pagan precios más elevados por los productos con garantía ecológica.

Las zonas de producción de plantas medicinales y aromáticas, ubicadas en los terrenos de las comunidades que participan en esta experiencia, cuentan con certificación orgánico/ecológica, requisito importante para garantizar a los consumidores la calidad e inocuidad de los productos deshidratados y transformados. Estas condiciones han permitido encontrar consumidores alemanes que compran los aceites esenciales para beneficiarse de sus propiedades curativas y cosméticas, y recíprocamente colaboran con el Programa de Manejo Sostenible de las Plantas Medicinales y Aromáticas en los Andes (Valle Sagrado, Cusco).

Lecciones aprendidas

La revaloración de los conocimientos tradicionales y el manejo racional de las plantas medicinales constituyen una alternativa real para generar desarrollo y mejorar la calidad de vida de las comunidades campesinas del sur andino peruano.

Las plantas medicinales deshidratadas o transformadas contribuyen de manera eficaz en la prevención y curación de diferentes enfermedades en las comunidades de la zona.

El aprovechamiento de los terrenos eriazos de las comunidades permite la incorporación al cultivo orgánico de especies nativas de plantas medicinales y aromáticas, como es el caso concreto de la muña, el cedroncillo y el arrayán. Debido al uso de terrenos marginales de ladera para el cultivo de especies principalmente arbustivas y semiarbustivas, propias de este hábitat, se viene ampliando la frontera agrícola y, simultáneamente, controlando la erosión de suelos por el manejo sostenible de la vegetación, tanto silvestre como cultivada.

El ciclo vegetativo de las plantas medicinales no se contrapone con las actividades agrícolas tradicionales de la comunidad; las actividades de cosecha y transformación de las plantas medicinales coinciden con los periodos de menor demanda de trabajo en las chacras de las familias campesinas.

La introducción de tecnologías apropiadas ha permitido el proceso de transformación en la misma comunidad, de tal manera que las familias organizadas ya no son simples productores de materia prima sino que obtienen un valor agregado muy importante para las plantas medicinales cultivadas por ellos.

La comercialización de los diferentes productos en el mercado local e internacional viene consolidando la convicción de las familias campesinas sobre el valor de los conocimientos tradicionales y la biodiversidad local, siendo una política de la organización y de cada familia participante el recuperar, mantener y transmitir estos conocimientos a sus niños y jóvenes.

El proceso de certificación ecológica es una herramienta muy importante para ganar la confianza de los consumidores y promover la recuperación paulatina de los campos de cultivo contaminados por el uso de productos agroquímicos. El único inconveniente son los altos costos del servicio de certificación, que incrementa de manera significativa los precios de venta de los productos orgánicos. Esto todavía no es entendido ni aceptado por los consumidores nacionales, pero sí en el mercado internacional donde además, es reconocido económicamente.

Dificultades

El trabajo con un grupo limitado de familias organizadas en las dos comunidades campesinas genera recelos naturales de otros miembros de la comunidad, quienes al principio no quisieron participar por no tener interés en el tema de las plantas medicinales, pero luego de los resultados positivos se sienten con derecho a compartir de los beneficios. El Proyecto ha estado orientado específicamente al tema de plantas medicinales y aromáticas, lo cual no permitió apoyar de manera más directa otras actividades de la comunidad, por ejemplo los cultivos andinos y la crianza de animales menores.

La estrategia de trabajo no incorporó los problemas sociales de la comunidad (como alcoholismo o falta de organización) por lo que existieron dificultades al inicio del proyecto. La mayoría de las familias, acostumbrada al asistencialismo que ha caracterizado a muchos proyectos de desarrollo en la zona, esperaban que el proyecto les regalara alimentos u otros productos.

No se tuvo información precisa sobre los elevados costos y los complicados trámites para la obtención del registro sanitario para los productos transformados. Es importante mencionar que en el Perú no se cuenta con normas técnicas específicas para evaluar y obtener un registro sanitario para plantas medicinales y sus derivados, por lo que es necesario y urgente que la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas del Perú (DIGEMID) pueda alcanzar una alternativa real a los miles de productores de plantas medicinales y aromáticas a nivel nacional para que puedan formalizar sus productos en el mercado nacional.

En este artículo hemos querido presentar la importancia de esta experiencia para las familias integrantes de las comunidades campesinas de Cusco. La comercialización de plantas medicinales en el mercado local y a nivel de exportación ha generado una elevación de la autoestima de las familias campesinas y la afirmación cultural de las comunidades con respecto a los conocimientos de la medicina tradicional andina. Por otra parte un mayor respeto a la tierra, la ‘Pachamama’ que nos brinda una biodiversidad valiosa para alcanzar una vida sana.

 

Justo Mantilla Holguín
IEPLAM, Cusco, Perú
Correo electrónico: jmantillah@speedy.com.pe

Referencias

  • Farfán, A. y Hurtado, F. 1996. Las quemas e incendios de formaciones vegetales en la region inka. Instituto de Manejo de Agua y Medio Ambiente-IMA. Cusco, Perú.
  • Franco, J. Entomofauna asociada a la vegetación de laderas: Datos preliminares. Informe presentado al Instituto de Ecología y Plantas Medicinales-IEPLAM. Cusco, Perú.

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