Poco a poco Ernesto aumentó el ganado y en 1985 contaba ya con seis animales, lo que lo convirtió en propietario de ganado, decidiendo dedicarse por entero a las labores de la finca. Las vacas eran pastoreadas en áreas comunales, guardarrayas (divisiones de los campos de caña), campos de caña de desecho y en demolición que rodeaban la finca. Por las tardes consumían forraje, comprado a una empresa cercana. En esta etapa se definió que el propósito principal de la finca sería la producción de leche. A pesar de no contar con tierras suficientes para mantener a los animales, se comenzaron a desarrollar estrategias que aseguraran la alimentación del ganado. Asimismo, el área agrícola se empezó a manejar con una concepción un poco más intensiva, aumentando el número de productos y cultivos que ya no sólo se sembraban para el consumo familiar, sino también para la comercialización.
Trabajando a tiempo completo, Ernesto mejoró las condiciones para el alojamiento de los animales con cobertizos fabricados con pocos recursos y buen diseño, la siembra de árboles frutales y cercos vivos en las cercas; de manera general comenzó a haber un manejo más racional de los recursos con que contaba.
A principios de los 90, dadas las difíciles condiciones a las que se enfrentó Cuba con la ruptura de sus principales nexos comerciales —debido a la caída del campo socialista de Europa del Este— se deterioró rápidamente la producción ganadera por la carencia de insumos. Esto llevó al gobierno a solicitar la cooperación de los campesinos sin compromisos de entrega de leche a los centros de acopio, para aportar algún nivel de producción que cubriera parte de la demanda de la población local, fundamentalmente para la alimentación de los niños y otros sectores vulnerables de la sociedad (ancianos y enfermos).
Así fue que Ernesto comenzó a hacer aportes voluntarios de la cuota para un niño de la comunidad, a precios bajos (25 centavos/ litro), según la ley de subsidio del mercado nacional de la leche. Al inicio fueron 2 litros diarios, después 3,4,5 y más a partir de la producción que obtenía en áreas comunales. En estos momentos entrega establemente más de 10 litros de leche/día, por lo que es considerado pequeño productor de avanzada y recibe una pequeña cantidad de alimento concentrado (± 100 kg/mes), con el que alimenta, fundamentalmente a los terneros.
El hijo de Ernesto, Edel, que había estudiando para técnico medio en mecánica automotriz y había estado trabajando por un año en una granja de producción de ocas, decidió trabajar en la finca, con lo que aumentaron los brazos para hacer producir el pedazo de tierra.
En 1997, a solicitud de Ernesto, el gobierno le entregó 2,5 hectáreas de tierra en usufructo, para poder afrontar el compromiso de producción de leche contraído y por la necesidad que tenía la finca de potreros para el pastoreo del ganado. Dos años después le fueron asignadas otras 2,5 ha con las que la finca alcanzó su dimensión actual. Con la entrega del primer pedazo de tierra, contrajo el compromiso oficial de producción de leche, que lo convirtieron en productor privado bajo plan y con ello comenzó una nueva etapa de la finca. La colecta y distribución de la leche se realiza a partir de un centro colector, organizado por los pequeños productores del pueblo.
En la finca de E. Gonzáles, el biodigestor usa excretas y desechos de la finca, garantizando energía para la actividad doméstica. / Foto: F. Funes
Estrategias aplicadas en la finca
En la finca se desarrollan dos estrategias: la primera, potencia los recursos internos o propios, que constituyen la base para el funcionamiento de los procesos productivos. Entre ellos está la biodiversidad funcional creada, el suelo, el agua y los recursos humanos, que con su capacidad creadora ponen en funcionamiento el sistema que en conjunto construyen su sostenibilidad. Además, podemos incluir el aprovechamiento de las fuentes de recursos en la localidad, a partir del uso de áreas comunales que son aprovechadas para la alimentación del ganado.
La segunda estrategia es más abierta al entorno, considera las fuentes de ingreso en nutrientes, facilidades de alimentación, capital y recursos que puedan potenciar las capacidades productivas de la finca, pero que entran a jugar un papel más vinculado al mercado y a los compromisos sociales de incorporarse a programas de producción de proteína promovidos por el gobierno entre los productores privados. Puede considerarse una estrategia coyuntural y menos sostenible, si tenemos en cuenta la dependencia de recursos externos. Sin embargo, constituye una importante fuente de ingresos que contribuye al funcionamiento de la finca.
A continuación, describiremos las particularidades de cada subsistema de producción y conoceremos cuáles son sus características principales, los niveles productivos alcanzados y cómo se relacionan entre sí y con el entorno.
Sistema de producción de leche y carne vacuna
En la actualidad, la finca sostiene un rebaño de 10 vacas lecheras, 2 toros y 8 crías, esto significa una carga global sobre el sistema de 3 animales/ha y de 7 animales/ha sobre el área de pastoreo, lo que supone un uso intensivo del terreno. La siembra de forrajes como el King grass (Pennisetum purpureum) y los pastos naturales (dentro y fuera de la finca) y cultivados son la base de la producción de leche. Más del 70% de la alimentación se garantiza por esta vía.
En época seca, el ganado consume bagacillo (subproducto de la molienda de la caña de azúcar) y miel final, subproductos procedentes del central azucarero cercano y forraje verde cuando está disponible en la empresa pecuaria vecina o bien en otras fuentes.
La combinación de estas estrategias de alimentación, a partir de pastos y forrajes, asegura un promedio de 6 vacas/día en ordeño durante todo el año, las que producen de 8-10 litros de leche en época de lluvia y alrededor de 5-6 litros/día en época seca cuando la disponibilidad de alimentos es menor. Esto representa alrededor de 14 000 litros de leche anual, cerca de 10 000 en época húmeda y 4 000 en seca, lo que significa un rendimiento de 2 300 litros/ha sobre el área total de la finca y 5600 litros/ha sobre el área dedicada a pastos y forrajes. También se logra vender al menos 2 animales/año de 250 kg de peso vivo.
Los niveles productivos por área alcanzados en el sistema de producción vacuno, a partir de pastos y forrajes, son considerados muy altos para las condiciones de Cuba y demuestran el potencial productivo de una finca ganadera bien manejada. En la región, donde se ubica la propiedad, sólo se obtuvieron rendimientos similares a partir de sistemas basados en el uso de concentrados y altos insumos que tornan insostenible el modelo.
Sistema de producción agrícola
El sistema se basa en una agricultura de secano, con la utilización de variedades de cultivos resistentes a condiciones de sequía. Sólo en pocos casos se ha aplicado riego, cerca de las fuentes de agua. Ahora se ha instalado un sistema de bombeo de agua para riego, con el que se incrementará notablemente el potencial productivo de la finca.
En las áreas agrícolas se destaca el establecimiento de siembras de cultivos para la alimentación de los animales, como la soya, suministrada en forma de “soymata” para conejos y cerdos, así como la utilización de subproductos de cosecha, principalmente de boniato (camote, batata, papa dulce), yuca (mandioca) y maíz para la alimentación del ganado vacuno, cerdos y conejos. Además, el estiércol de todas las especies es colectado y utilizado para la fertilización de los cultivos, siendo procesado como humus, compost o aplicado después de curado, cumpliendo así el principio de integración agrícola – ganadera, potenciando los mecanismos sinérgicos.
La rotación de los cultivos, los policultivos y una eficiente utilización del terreno se convierten en la clave del mantenimiento de la productividad constante, junto a una nutrición adecuada que se basa en el reciclaje del lodo producto de la digestión del biogás. Los principales policultivos empleados son: maíz-calabaza, boniatomaíz, yuca-frijol y frijol-maíz.
La combinación de prácticas campesinas de siembras, cultivo, así como el laboreo mínimo, la tracción animal y el uso de implementos menos agresivos al suelo como los arados criollos, la biodiversidad creada, junto al trabajo permanente, permiten la obtención de resultados realmente sorprendentes en términos de productividad del terreno.
Composición de la biodiversidad de cultivos para el consumo humano, la comercialización y la alimentación animal como subproducto
SISTEMA AGRÍCOLA |
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Hortalizas Tomate Licopersicon |
Viandas Plátano Musa sp. |
Granos Frijol Phaseolus |
Árboles Mango Mangifera |
Sistema de ceba para cerdos
Desde 1997, en coordinación con el Instituto de Investigaciones Porcinas (IIP) cercano a la finca, Ernesto comenzó a participar en convenios de producción porcina. En el último año ha comenzado a colaborar con la realización de experimentos sobre alimentación de cerdos basados en la utilización de los derivados de la caña de azúcar como principal fuente energética en la ración.
El sistema de ceba convenido consta de lotes de 50 cerdos en ciclos de 135 días, que alcanzan alrededor de 90 kg de peso vivo al final de la ceba. Esto permite completar 2,5 lotes por año con un componente de concentrado de 1 kg/animal/día, complementado con restos de cosecha y subproductos agrícolas. Esto permite producir 11.250 kg de carne de cerdo/año que significa un importante ingreso para financiar el funcionamiento de la finca.
La “miel B”, producto de la fabricación del azúcar, es empleada como componente energético principal de la dieta, al ser un sustituto óptimo del maíz en la alimentación de los cerdos por su valor energético. Además, se suministran al animal las proporciones de proteína necesarias e imprescindibles para su desarrollo corporal y productivo. En Cuba, y en las regiones tropicales en general, las fuentes de energía a partir de los cereales para consumo animal son deficitarias, por lo que el uso de los subproductos de la industria azucarera se convierte en una óptima solución.
Este sistema aunque es menos sostenible, tiene por principal incentivo su viabilidad económica y productiva. Además utiliza recursos disponibles en la localidad.
Por lo demás, se producen 4 animales/año de aproximadamente 100 kg para el consumo familiar, como parte de la estrategia de autoabastecimiento y autosuficiencia.
Sistema de producción cunícola
La producción cunícola fue estimulada desde hace algunos años en el país para incentivar a los productores pequeños en la producción de carne. Esta actividad se inició en la finca en 1994 con la compra de 30 reproductoras y de una pequeña cantidad de alimentos.
En 1996 se consiguió 1,5 toneladas de carne de conejo, más una producción estimada extra al contrato que puede haber llegado a 2 toneladas a partir de una alimentación basada en pastos y forrajes. Ernesto cuenta que en un período faltó el suministro de alimentos por la vía del convenio y se utilizó una alternativa que consistió en
una mezcla de forraje de soymata, que es la planta de soya completa antes de madurar el grano, gramíneas (king grass, guinea, etc.) y otras leguminosas. El sistema utilizado permite lograr un peso de 2-3 kg en 2 1/2 meses, lo que demuestra su gran efectividad.
Sistema de producción de huevos
La producción de huevos es parte de la diversidad de estrategias productivas y se considera una actividad secundaria, sin embargo, los niveles de producción que se logran son parte de las salidas productivas totales. Las gallinas llamadas “rústicas”, obtenidas del cruzamiento de Rhode Island y la Criolla cubana, son óptimas para sistemas de crianza en patio por su resistencia a enfermedades y poca exigencia de alimentos, son considerados animal de doble propósito: huevos y carne.
A partir de los residuos de cosecha y otros alimentos de baja calidad se logra una puesta de alrededor de 10-15 huevos diarios a partir de 20 gallinas que se alimentan en un 30% con granos y otros alimentos obtenidos en la finca y el resto lo consiguen pastoreando por los alrededores.
Biodigestor para la fabricación de biogás y abono
En agosto de 1998 se decidió la instalación de un digestor anaerobio para la depuración primaria de los residuales porcinos y la obtención de gas y bioabono. Se seleccionó un biodigestor de polietileno disponible en el mercado de forma tubular, diámetro de 1,60 m, espesor de la película 0,5 mm y 10 metros de longitud. Se obtienen 16 m3 de digestión, 4 m3 de almacenamiento de gas, lo que permite el tratamiento de 800 litros de la mezcla de excreta más agua de limpieza procedente de los 50 cerdos en ceba, además la producción diaria de 6 m3 de biogas y 700 litros de abono orgánico líquido.
La cantidad de biogás obtenida garantiza la elaboración de alimentos para la familia (6 miembros) más los empleados (2 ó 3). También se logró por varias semanas producir energía eléctrica con una planta de (1,5 kw/h).
El efluente del digestor se almacena en un colector de igual capacidad de almacenamiento que el digestor, garantizando así otros 20 días de tiempo de retención. De este colector se extrae el abono orgánico para los cultivos de la finca.
Fabricación de humus de lombriz
Luego del estudio y conocimiento de diferentes referencias sobre lombricultura, Ernesto procedió a cultivar lombriz roja californiana. Ante la escasez de terreno y la imposibilidad de utilizar el asignado para cultivos, decidió utilizar las áreas laterales de los cercos vivos. Para evitarse un segundo traslado de las excretas, procedió a conformar los canteros con excreta fresca de la vaquería.
Hasta el presente todo ha marchado muy bien y ya se han obtenido las primeras partidas de humus. La lombriz se usa no sólo para producir fertilizante, sino también para la alimentación de pollos de engorde en su etapa inicial, con resultados preliminares positivos.
Foto: Fernando Funes
Resultados productivos y de eficiencia energética de la Finca | |||||||||
Indicadores Producción total (t) |
Sistema 30.5
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Sistema convencional Altos insumos (2) 14.5 |
Sistema 1 + 2 45
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Personas que alimenta Fuentes energéticas Fuentes proteicas Eficiencia energética (Balance) Cal producidas:Cal invertidas |
Pers/há/ año 5 9 3.01(3:1) |
Total/año
30 54
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Pers/ há/año 514 0.25(1:4)
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Total/año
30 84
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Pers/ há/año 10 23 0.46(1:2)
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Total/ año 60 138
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Distribución del trabajo en la finca
La incorporación de los diferentes miembros de la familia al trabajo de la finca, contribuye a incrementar los beneficios, creando en muchos casos valor agregado a los productos. El procesamiento de la yuca para la confección de croquetas o de puré de tomate para el consumo familiar o la comercialización, la cría de los cerdos y pollos necesarios para suplir las necesidades de carne del año, la producción de huevos, de leche fresca y de todo tipo de alimentos vegetales necesarios para la dieta familiar y de excedentes para la comercialización, son ejemplos de cómo lograr una coherencia entre la capacidad de sustento y el incremento de los ingresos y fuentes de creación de riqueza material a partir de la actividad agrícola.
Parte de la producción es utilizada para financiar muchas de las actividades e inversiones que se realizan en la finca. Por ejemplo, los trabajadores se benefician con la producción y sirve como valor de cambio, además de abastecer el consumo familiar.
Utilización de la maquinaria, implementos y equipos
En la medida en que se ha ido aumentando la complejidad del sistema, ha sido necesario aplicar los conocimientos de mecánica y técnicos de Edel (hijo de Ernesto) y adquirir equipos e implementos que faciliten el trabajo y hagan más eficiente la mano de obra.
El mejoramiento en potencia de tracción, tamaño y posibilidades de trabajo del tractor que inicialmente tenían en la finca, es un signo importante de progreso. Primero se buscó un tractor que utilizara como combustible el diesel en vez de la gasolina, más cara y difícil de obtener, además menos económica en su uso. El segundo paso fue cambiar este por otro diesel, pero de mayor potencia de trabajo.
Análisis de eficiencia productiva y energética
Para hacer un análisis de la eficiencia productiva y energética, es necesario separar ambos sistemas productivos o estrategias implementadas en la finca y ponderar sus características y resultados propios.
El sistema de producción agroecológico logra niveles altos de rendimiento/ha de producto y, en términos energéticos y proteínicos, permite alimentar 30 personas a partir de las fuentes energéticas y 54 sobre la base de proteína total. El balance energético es positivo y se logra producir 3 calorías por cada caloría invertida.
El sistema convencional empleado —restringido a la ceba de cerdos y parte de la alimentación de conejos— se basa en alto uso de insumos externos, por lo que no obstante tener elevados niveles de producción energética y proteínica y alimentar mayor número de personas/ha, la eficiencia energética es baja: para producir una caloría se necesitan cuatro.
Ambos sistemas entran a jugar distintos papeles dentro del esquema de la finca, son un importante motor impulsor del éxito. Cada uno no es excluyente del otro, sin embargo, el segundo tiene mayor riesgo y fragilidad debido a la alta dependencia de insumos externos.
Conclusión
La puesta en práctica de sistemas de producción a pequeña escala y el incremento de sus capacidades productivas, fundamentalmente a partir de la autosuficiencia alimentaria y la integración del componente animal con la actividad agrícola, encierra un gran potencial productivo con importantes reservas y posibilidades reales demostradas en este estudio de caso.
Fernando Funes-Monzote, Instituto de Investigaciones de Pastos y Forrajes, Ministerio de la Agricultura de Cuba.
Jorge del Río, Instituto de Investigaciones Porcinas, Ministerio de la Agricultura de Cuba Ap. Postal 4029-10400 Vedado La Habana, Cuba.