abril 2001, Volumen 16, Número 4
Hacia la sostenibilidad de los monocultivos

Los heresiarcas de la producción convencional de algodón: Del manejo tradicional al manejo ecológico

ALFONSO LIZÁRRAGA TRAVAGLINI | Página
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El proceso de transición y adopción de nuevas técnicas es probablemente una de las fuentes más ricas para identificar las diferentes perspectivas o visiones, que hacen posibles el cambio tecnológico. Frecuentemente, los agricultores, las organizaciones de desarrollo y las empresas, se muestran escépticos ante propuestas que podrían ser catalogadas «fuera de lo común».

¿A qué se debe el cambio de los agricultores, ante una propuesta que antes no la consideraban válida? ¿Será cierto que las instituciones enfrentan con seriedad las nuevas propuestas o alternativas tecnológicas que son ofrecidas a los agricultores? ¿Es que son los agricultores los promotores de las innovaciones tecnológicas?. Estas son algunas interrogantes, cuya respuesta puede ayudar a detectar a los heresiarcas del cambio tecnológico, a aquellos que no creen en el status quo de la tecnología convencional, y no aceptan con facilidad la tecnología tradicional, como arma para generar desarrollo, especialmente, cuando se trata de países en «vías de desarrollo».

Los cambios ocurridos en los últimos años en la tecnología del manejo del algodonero en Perú, muestran una posible puerta para encontrar un equilibrio entre los intereses de los agricultores, organismos de desarrollo, comerciantes y el Estado. Estos heresiarcas del algodón han empujado un vagón lleno de «sueños tecnológicos» que pueden ser atisbados a través del «ojo de la cerradura» de la incomprensión de la agricultura del Perú.
De la producción de algodón convencional a la producción orgánica

Cañete es un valle costero que se encuentra a 150 km al sur de Lima, es uno de los más importantes valles de la costa peruana y tiene una larga tradición agrícola. El uso de los plaguicidas organoclorados en los años 1950, aumentó el desequilibrio entre los organismos nocivos y benéficos en los campos de algodonero, siendo este caso uno de los primeros ejemplos mundiales sobre el efecto perjudicial del uso inadecuado de plaguicidas. A partir de entonces, la evolución natural de las plagas se ha visto influenciada por la aplicación de los plaguicidas químicos de origen sintético. En los últimos años varias organizaciones han trabajado en desarrollar, implementar y difundir alternativas al uso de plaguicidas convencionales.


Cañete era un valle básicamente algodonero y, a nivel mundial, era el cultivo que mayor cantidad de plaguicidas recibía. Esto generó la ruptura de los ecosistemas agrícolas en los que se insertaba el algodonero. La dimensión del desastre generado por el uso de plaguicidas en Cañete fue recogido por Van den Bosch (1978), de la siguiente manera: «Cañete es uno de un número de valles de la costa peruana que constituyen sistemas cerrados. La producción de algodón en grande comenzó en los años veinte. Hasta fines de los años cuarenta los cultivadores de algodonero controlaban un limitado complejo de plagas con antiguos insecticidas como el arseniato de calcio y sulfato de nicotina. Luego los agricultores optaron por el control moderno de plagas, y cambiaron hacia los nuevos insecticidas, principalmente DDT, hexacloruro de benceno (BHC) y toxafeno. Durante los primeros años, los modernos plaguicidas mataron efectivamente las plagas de insectos y se registraron notorios incrementos en las cosechas. Debido a este éxito, los agricultores extendieron virtualmente una sábana de insecticidas sobre el valle».

Pero el milagro duró poco. Algunas de las plagas desarrollaron resistencia a los insecticidas. Antiguas plagas se tornaron crecientemente destructivas y aparecieron plagas nuevas. Hacia 1952 el BHC ya no era eficaz contra el pulgón del algodonero, y hacia 1954 el toxafeno fracasó en controlar el gusano de la hoja. Rápidamente se desarrolló un patrón general de resistencia a los organoclorados. Los agricultores cambiaron a los organofosforados. Pero las plagas, cuyo número de especies se duplicó, desarrollaron también resistencia a los organofosforados. Los agricultores tuvieron que aumentar las dosificaciones y acortar los intervalos. En la campaña agrícola 1955-56 la resistencia de los insectos a los organofosforados fue general, las plagas campeaban y se produjeron serias pérdidas en la cosecha. Esta campaña fue una de las más bajas jamás registradas en el valle.

Para rescatar la industria del algodón los agricultores peruanos rompieron su dependencia de los insecticidas e invocaron un programa de control integrado que, entre otras cosas, incluía restricciones legales al uso de compuestos orgánicos de síntesis, la vuelta a los viejos materiales no sintéticos, ajustes de las prácticas agronómicas, y la rehabilitación de la fauna de enemigos naturales. El problema de las plagas fue abatido rápidamente. Plagas secundarias que habían sido provocadas por insecticidas sintéticos a niveles de abundancia dañinos, se desvanecieron en la oscuridad. Las viejas plagas regulares retrocedieron a sus niveles anteriores. Los daños se redujeron y los rendimientos saltaron. Bajo control integrado la producción del valle de Cañete alcanzó rápidamente los más altos niveles de su historia y se ha mantenido allí».

Como se aprecia, Cañete ha sido un valle golpeado por el abuso de una tecnología que se creyó generaría grandes beneficios económicos a los agricultores, sin imaginar que el resultado sería totalmente diferente: grandes pérdidas económicas por el uso inadecuado de plaguicidas, desequilibrio en el ambiente, contaminación, intoxicaciones y, sobre todo, dependencia económica.

Después de la tragedia de Cañete, aparecieron nuevos ingredientes activos. Esta generación de productos químicos llegó con rapidez a este valle, sin embargo, como se ha descrito anteriormente, ya se habían tomado algunas medidas para frenar su uso. Lamentablemente, las medidas positivas para el adecuado control de plagas se fueron diluyendo a medida que se modificaba la estructura agraria. La Reforma Agraria que se inició a principios de la década del setenta afectó la propiedad, las grandes haciendas se convirtieron en cooperativas y posteriormente se parcelaron en pequeñas áreas generando un efecto de atomización y dispersión de la propiedad. Los efectos de esta medida política incidieron directamente en el uso de las nuevas sustancias químicas que aparecieron paulatinamente, y cuyo mal uso se generalizó a lo largo de los últimos años.

Los créditos rurales cumplieron un rol importante en la subvención de paquetes tecnológicos, donde los plaguicidas químicos eran parte «necesaria»; esto ayudó a difundirlos masivamente en el Valle de Cañete. Las medidas populistas de los últimos 20 años indujeron a la creación de organismos estatales para «ayudar» a la agricultura. Estos organismos facilitaron el acceso de los agricultores a plaguicidas, sin contemplar una política de desarrollo productivo que, al mismo tiempo, evaluara los diferentes factores que intervienen en la cadena de producción y comercialización. Cañete no escapó de esta nefasta situación donde se utilizaron plaguicidas sin control alguno, y cuyo resultado fue agricultores empobrecidos y endeudados, un mayor índice de contaminación y una mayor dependencia económica de los comerciantes de insumos agrícolas externos.

La polilla del tomate, Tuta absoluta, es un buen ejemplo de cómo la evolución de plaguicidas ha afectado su población y control. G. R. Campos (1976) describe la evolución de los plaguicidas en el control de esta plaga en el Valle de Cañete, de la siguiente manera:

 

Año

Insecticida

Ingrediente activo (kg / ha)

 

1950

1952

1955

1963

1965

1968

1971

1974

1975

1976

DDT

Parathion etílico

Parathion etílico

Parathion etílico

Parathion metílico

Parathion metílico

Tamaron1

Tamaron1, Azodrin2

Mezclas:

Endrithion3 + Azodrin

Endrithion + Tamaron

Decis4, Belmark5,

Birlane6, Cidial7

1,750

0,150

0,250

0,500

0,500

1,000

0,500

(deficiente)

 

1Metamidofos, 2Monocrotofos, 3Mezcla de Endrín + Parathion metílico, 4Deltametrina, 5Fenvalerato, 6Clorfenvinfos, 7Fentoato.
En la medida que se han introducido diferentes tipos de plaguicidas a Cañete, también se ha ido modificando la estructura de los costos de producción; en este sentido los plaguicidas han llegado a ocupar un lugar importante en la tabla de costos de insumos para el agro y se han convertido en un factor que, de alguna manera, limita la producción en Cañete.

Verner Frang es una empresa sueca que, conjuntamente con la empresa TUSA, incentivó en 1991 la producción del algodón orgánico en Cañete (Bergman, 1995). Inicialmente el área fluctuaba de 180 a 340 ha, pero en la actualidad se estima en unas 150 ha. Un programa de algodón orgánico tiene que cubrir necesariamente varios frentes: financiamiento, investigación, comercialización y certificación para incentivar, en forma coherente, la participación de los agricultores y lograr el incremento de las áreas manejadas con agricultura orgánica. En el año 2000 se inició otro programa conducido por el Instituto Rural Valle Grande, en un área aproximada de 150 ha.

Tabla 1. Algunas estrategias para el control de plagas del algodonero ecológico en Cañete (Perú)*.

Plaga o enfermedad

Estrategia de control

 

Hongos que afectan semilla, raíces y tallos
– Chupadera fungosa
Cortadores de plantas tiernas
– Gusanos cortadores
– Grillos
• Labranzas profundas
• Conservación del control biológico de la
• Instalación de cebos tóxicos
Picadores chupadores
– Pulgones
– Mosca blanca
– Cigarritas
– Trips
– Cochinillas harinosas
– Chinche escudo
– Arrebiatado

Comedores de hoja
– Gusanos de hoja

Perforadores de brotes, flores y bellotas
– Heliothis
– Mescinia
– Pococera

Perforadores de órganos reproductores
– Gusano rosado de la India
– Picudo

• Aplicación de 2 kg de azufre/qq de semilla

• Riego pesado en machaco
• Eliminación de malezas

• Adecuada preparación de terreno
• Distanciamiento adecuado
• Control del riego
• Manejo de humedad del suelo
• Abonamiento balanceado
• Eliminación de malezas
• Aplicación de detergente
• Aplicación de hongo Beauveria bassiana
• Aplicación de rotenona
• Conservación del control biológico
• Peluseo
• Eliminación de malváceas silvestres
• Recojo y eliminación sistemática de
adultos – ninfas y destrucción de nidos
• Instalación de trampas semillas

• Adecuada preparación del terreno
• Control del riego
• Abonamiento balanceado
• Densidad de plantas moderadas
• Conservación del control biológico

• Adecuada preparación del terreno
• Control del riego
• Abonamiento balanceado
• Siembras intercalada de maíz
• Trampas de luz negra
• Recojo de puchos
• Conservación del control biológico
• Liberación de avispas Trichogramma
• Aplicación de Bt

• Campo limpio
• Distanciamiento adecuado
• Recojo de botones dañados
• Instalación de trampas con feromonas
• Instalación de emisores de feromonas para
desorientación de machos adultos

* En primer lugar se tiene como base el cumplimiento del reglamento del cultivo de algodonero, que consis- (Bergman, 1995). Inicialmente te básicamente en fechas de siembra y matada de la planta, por lo tanto se elimina la soca. fluctuaba de 180 340 ha, pero en la
La transición en la fertilidad de los suelos y la protección sanitaria del algodón orgánico
En Cañete, el abonamiento es la clave para obtener una buena producción, sin embargo, teniendo en cuenta que los suelos de la costa peruana son pobres en nitrógeno es previsible que la producción de algodón orgánico se reduzca en cantidades que varían según la calidad de los suelos en los que se siembre. El abonamiento se basa en el uso de estiércol de ganado, gallinaza y guano de Islas. Algunos agricultores aplican humus de lombriz o también biol (Gomero y Lizárraga, 1997). Las proporciones de estos abonos han variado según la experiencia adquirida por los agricultores. Los mejores suelos producen una mayor cantidad de algodón y esto, en cierta medida, ha sido la razón para que algunos productores que no cuentan con terrenos de alta calidad, abandonen este tipo de programas.

En el control de plagas se usa indistintamente Bacillus thuringiensis (Bt), rotenona, aceites naturales, feromonas, sulfato de cobre, azufre, y liberación de avispas Trichogramma spp. (Tabla 1) (Morán et al. 1999). Diversos esfuerzos de difusión y publicación han acompañado este proceso, con la finalidad de facilitar el uso de técnicas y productos alternativos a los convencionales. Sin embargo, en la producción del algodón convencional la forma de control no difiere sustancialmente con la que se realiza en el algodón ecológico convencional; por ejemplo la Asociación de Agricultores de Cañete recomienda diversas medidas de control cultural, biológico y etológico (Asoc. Agric. Cañete, 1999). De todas formas el uso de insecticidas en el cultivo del algodonero es mucho menor que en otros cultivos instalados en el valle. El cumplimiento del reglamento del cultivo del algodonero (fechas de siembra y cosechas, eliminación de soca, etc.) se ha venido implementando por la mayoría de los agricultores como un resultado del esfuerzo conjunto de diferentes organizaciones, principalmente de la Asociación de Agricultores de Cañete y del SENASA. Las recomendaciones de Herrera (1989) y González (2000) para el MIP (Manejo Integrado de Plagas) han facilitado el camino y en el algodón orgánico se puede realizar un ahorro sustancial eliminando plaguicidas e implementando medidas de control alternativo, como lo menciona A. Lizárraga (Lizarraga et al. 1996)

Quedan muchos problemas por resolver, por ejemplo: el costo de la certificación, la necesidad de impulsar organizaciones de productores de algodón orgánico con la finalidad de generar una relación estratégica y no una relación de dependencia económica, precisar el rol de las ONGs, la empresa privada y el Estado, los aspectos económicos y de comercialización. Es también necesario, con un enfoque de género, evaluar la participación de las mujeres en las actividades productivas del algodón orgánico para establecer relaciones más justas.

Los heresiarcas del algodón convencional continúan, algunos han abandonado, otros se han incorporado. El cambio del sistema tecnológico es un reto grande que necesariamente tendrá que involucrar de una manera más activa a los diversos actores, a los verdaderos heresiarcas del algodón convencional.

Alfonso Lizárraga Travaglini
Coordinador Nacional Técnico
Red de Acción en Alternativas al uso de Agroquímicos
(RAAA)
raaaper@terra.com.pe

 

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