enero 2000, Volumen 15, Número 1-2
Encontrando bases comunes (número doble)

Acidificación del suelo: ¿mito o realidad?

MARILENE C. HIPOLITO | Página
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Los agricultores de KADAMA y de KALIKASAN se quejaban de ‘acidificación del suelo’. Creían que era uno de los factores causantes de la declinación del rendimiento y que, por eso, necesitaban incrementar el uso de fertilizantes químicos para evitar más fracasos. Se llevó a cabo un estudio sobre la acidificación del suelo para el Programa de Investigación de ILEIA, que permitió examinar de cerca el problema (Hipolito et al., 1999).

Se organizó una discusión focal de grupo con 82 agricultores miembros de las cooperativas de KADAMA y KALIKASAN. Entre las 82 personas encuestadas, el 61% manifestó haber tenido problemas con la producción de arroz. Los otros dijeron no haber tenido problemas en los últimos cinco años. Entre las dificultades experimentadas por los agricultores, las más mencionadas fueron la falta de capital (61 de los encuestados) y la escasez de agua (52 encuestados). En tercer lugar se mencionó la acidificación del suelo (19).

Los principales indicadores de ‘acidificación del suelo’ identificados por los agricultores fueron: cambios en las propiedades de la tierra que dificultan el arado (1), mala retención de agua (2), suelo duro (3), susceptibilidad a plagas (4) y a enfermedades (6/7), demasiada maleza (5) y cambios en el color (6/7). Sin embargo, algunos agricultores admitieron no tener un concepto claro sobre la ‘acidificación del suelo’, ni tampoco algún indicador claramente definido. En la mayoría de los casos, el término había sido empleado por los ‘técnicos’. Los agricultores pensaban que probablemente era la causa de los problemas relacionados con el suelo, encontrados en la producción de arroz. Algunos creían que esos problemas eran el resultado de una agricultura intensiva y de una lenta descomposición de los residuos de la finca. Por lo general, se asociaba el lento crecimiento de las plantas de arroz y un endurecimiento de la tierra, con ‘acidificación del suelo’. Sin embargo, los propios agricultores no estaban seguros si estaba teniendo lugar una verdadera acidificación, porque nunca se habían hecho análisis de suelos.

Acidificación del suelo
Manteniendo la tierra fértil y en buenas condiciones.

En Filipinas, la relación entre la acidez del suelo y el crecimiento de las plantas ha sido objeto de considerable investigación, aunque no muy extendida. La acidificación es un proceso en el cual se incrementa la concentración de H+ en el sistema del suelo, dando como resultado una disminución del pH observado. En el sistema del suelo, la acidificación está relacionada a un complejo conjunto de procesos que no pueden ser descritos cuantitativamente por un único parámetro. Una manera de mirar la acidez de la tierra es a través del complejo de intercambio de cationes. Esto es la adsorción de cationes con carga positiva sobre cargas negativas en la superficie de minerales de arcilla y materia orgánica del suelo (Reuss et al., 1986). Una deficiencia en la capacidad de adsorción, Capacidad de Intercambio de Cationes – CIC, puede causar una acumulación de iones con carga positiva, tales como los del aluminio, hidrógeno y fierro, y llegar a la acidificación.

Cuadro 1. Promedio de los análisis químicos de los suelos de superficie, de los agricultores cooperantes de KADAMA y KALIKASAN, en experimentos de DPT (Oficina de Suelos, 1997)

Muestras de tierra

pH
MO (%)
K caliente (ppm)
P (ppm)
KADAMA
Bunga
Rajal Centro
San Fernando
KALIKASAN
Banitan
Mangandingay
Tayabo
6,34
6,89
6,88

5,95
7,6
5,88

1,94
1,89
2,51

2,40
1,96
1,36

149
417
171

113
130
166

7,32
12,11
5,85

15,3
4,81
16,94

+
+/-
+

+/-
++
+/-

Leyenda: ++ severamente deficiente; + moderadamente deficiente; +/- ligeramente deficiente

Análisis del problema
Para establecer la ‘verdad’ sobre la ‘acidificación del suelo’, se examinaron los resultados del análisis de las muestras de tierra, llevado a cabo por los grupos de agricultores de KADAMA y KALIKASAN. El análisis mostró que la tierra tenía poco contenido de materia orgánica y una cantidad mediana o baja en fósforo, aunque el potasio extraible con ácido sulfúrico caliente era alto. El pH de la tierra era ligeramente ácido o neutro. El pH promedio de las muestras de tierra estudiadas era de 5,76 a 6,89 (Cuadro 1), mientras que la materia orgánica (MO) representaba del 1,36% al 2,51%. El contenido de potasio de la tierra, entre 113 y 417 ppm, era alto. Por otro lado, el contenido de fósforo estaba entre 4,81 y 16,94 ppm, cantidades que se considera indican deficiencias.

Los síntomas observados por los agricultores, tales como la detención del crecimiento, clorosis (color amarillento), manchas necróticas, envejecimiento, retoños pobres, hojas delgadas y erectas, y hojas de color verde oscuro, son indicios de deficiencias de nitrógeno y fósforo. No se observó toxicidad por aluminio ni por manganeso. Por el momento, pareciera que la acidificación del suelo no es un problema importante. Sin embargo, si persiste la baja cantidad de materia orgánica en la tierra, puede bajar la capacidad de tampón del suelo y ocurrir toxicidad junto con deficiencias de nutrientes, como resultado de una acidificación.

Sin embargo, los indicadores de ‘acidificación de suelos’ mencionados por los agricultores, incluyendo la dureza del suelo, baja retención de agua, susceptibilidad a plagas y enfermedades, parecieran sugerir problemas relacionados con la ‘degradación de la tierra’. Esos problemas también son mencionados por Pingali et al. (1997), quienes estudiaron las causas de la declinación del rendimiento de la producción de arroz (Kabir, p. 14). Los datos de rendimientos proporcionados por los agricultores cubrían un período de seis años y, aunque no había evidencia de que el rendimiento hubiera disminuido, tendrían que tomarse en serio estos problemas, si se quiere mantener o mejorar los actuales niveles de producción de arroz.

Baja eficiencia de fertilizantes
La discusión focal de grupos también reveló que, durante las temporadas húmedas del período de 1992 a 1997, los fertilizantes más comunes eran los ‘completos’ (14-14-14), usados por 30-68% de los agricultores; úrea (46-0-0), usada por el 55-67%; y fosfato de amonio (16-20-0), por el 11-16%. El porcentaje de encuestados que usaba fertilizantes orgánicos se incrementó gradualmente de 3% en 1992 a 30% en 1997. La cantidad de fertilizante que se aplicaba con mayor frecuencia era 90-30-30 kg/ha (N-P-K) en la temporada húmeda y 100-40-30 kg/ha en la temporada seca. Esto es ligeramente menor que las cantidades recomendadas de 90-40-40 kg/ha y 120-40-40 kg/ha, respectivamente. Muchos agricultores, sin embargo, a las justas podían comprar esta cantidad de fertilizantes.

Según Sri Adinigsh (1988), la materia orgánica actúa como un tampón biológico, asegurando un suministro balanceado de nutrientes para las raíces de las plantas. Las tierras pobres en materia orgánica pierden esta capacidad de tampón y por eso, la eficiencia de los fertilizantes disminuye. Las deficiencias en N y P observadas pueden estar causadas por el bajo índice de la aplicación de fertilizantes y las bajas cantidades de materia orgánica presentes en la tierra, que disminuye la eficiencia de los fertilizantes de N y P.

Beneficios de incrementar la materia orgánica
Follet (1981) demostró que de la materia orgánica emanan muchos beneficios. Sirve como el principal almacén de aniones tales como nitratos, sulfatos, boratos, molibdatos y cloruros, esenciales para el crecimiento de las plantas. Incrementa la capacidad de intercambio de cationes de los suelos por un factor de cinco a diez veces, a comparación de la arcilla. Actúa como un tampón contra cambios rápidos causados por acidez, alcalinidad, salinidad, plaguicidas y metales pesados tóxicos. La materia orgánica también es fuente de alimentos para organismos benéficos para el suelo, como por ejemplo, las lombrices de tierra, las bacterias simbióticas fijadoras de nitrógeno y las micorrizas (hongos benéficos).

Un mayor y mejor uso de ‘desechos’ orgánicos y abono verde (estiércol de animales, residuos de cultivos, desechos domésticos y plantas leguminosas, recolectados en la finca y fuera de ella), como fertilizantes orgánicos, incrementaría mucho la disponibilidad de nutrientes, el funcionamiento biológico de la tierra y la eficiencia de los fertilizantes químicos. La tierra se suavizaría y también mejoraría la retención de agua. También haría que las plantas fuesen más resistentes a plagas y enfermedades y evitaría la ‘acidificación del suelo’. En un estudio de seguimiento (Peñaloza et al., p. 25), se analizan las opciones para el manejo de la fertilidad en suelos orgánicos, en un esfuerzo para buscar alternativas a las actuales prácticas de manejo de la fertilidad de la tierra.

Se necesitan más estudios
La degradación de la tierra es un problema complejo para la producción de arroz, ya que se interrelacionan diversos procesos (Kabir, p. 14). La solución no es simplemente incrementar y mejorar el uso de fertilizantes orgánicos. Los monocultivos, el uso indiscriminado de agro-químicos, el manejo mecanizado de la tierra y la irrigación continua también contribuyen a la degradación del suelo. Futuros estudios y experimentos de los agricultores deberían concentrarse en encontrar combinaciones de prácticas que sean mejores para las necesidades de los agricultores y para las condiciones cambiantes en las cuales trabajan.

Basado en Hipolito MC, Sigua I, Hipolito RR, de Leon R, Lopez R, 1999. Soil acidification: problem assessment and control. Informe para el Programa de Investigación de ILEIA.

Marilene C. Hipolito, Centro de Estudios de Luzón Central, Universidad Estatal de Luzón Central, Muñoz, Nueva Écija, Luzón Central, Filipinas

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