marzo 1999, Volumen 14, Número 4
Cultivando ecológicamente y comercializando con equidad

De la producción ecológica a la comercialización

ULISES MORENO Y CARMEN FELIPE-MORALES | Página
SMALL
CERRAR MODO LECTURA
COMPARTIR

La experiencia de un matrimonio de ingenieros agrónomos peruanos, dedicados por convicción, a la agricultura ecológica

Si llegar a ser productor ecológico no es tarea fácil, vender los productos ecológicos, es una tarea aún más ardua y en muchos casos frustrante.

Los autores tienen una experiencia como agricultores ecológicos que data de casi 20 años, cuando al casarse adquirieron una pequeña finca de una hectárea, situada en el Valle Costero de Pachacamac, a unos 35 Kms al Sur de Lima. Ambos, agrónomos y ex-docentes de la Universidad Nacional Agraria – La Molina, convirtieron gradualmente su chacra, llamada BIOAGRICULTURA CASA BLANCA, en un centro de producción, investigación y capacitación en agricultura ecológica, volcando en dicha finca todos los conocimientos que él, Ulises, enseñaba a sus alumnos en Fisiología Vegetal, y ella, Carmen, en Manejo y Conservación del Suelo y Agroecología.

En dicha finca se han conducido, y se conducen, diversos experimentos sobre uso de abonos orgánicos, asociaciones de cultivo, técnicas y frecuencia de riego, control biológico de plagas y enfermedades, etc.

Por otro lado, la finca es visitada con mucha frecuencia por grupos de agricultores, de promotores de ONG, de profesionales del agro, de estudiantes universitarios y de colegios etc. El interés de estas visitas se debe al hecho de que en dicha finca se muestran diversas prácticas agroecológicas que tienden al reciclaje de nutrientes, mediante el uso óptimo de los recursos propios de la chacra y en particular de la materia orgánica producida en forma de guano por los cuyes, animales menores que constituyen el componente pecuario de la finca (ver gráfico).

Pero, en el presente artículo, no se van a detallar las actividades de Investigación y Capacitación desarrolladas en «BIOAGRICULTURA CASA BLANCA», sino a concentrarnos sobre los aspectos productivos y sobre todo de comercialización de los productos ecológicos.

Los productos ecológicos de interés comercial que se obtienen son principalmente: yucas amarillas y blancas, papa, camote, frijoles, pallares, maíz, y hortalizas de estación (zapallos, zanahorias, rabanitos, nabos…). Últimamente se está incursionando en el cultivo de alcachofas sin espinas, colaborando en la selección de cultivares con el Programa de Hortalizas del INIAA.

También se producen frutas (lúcumos, plátanos, fresas…) y hierbas aromáticas (cedrón, romero, hierba luisa, menta, hierba buena, ajenjo…).

Se comercializan asimismo cuyes (Cavia cobayo) para consumo y como reproductores.

Finalmente, con la excelente producción de guano de cuy (de una población promedio de 600 cuyes), se elabora «Compost» y Bioabonos (líquido y sólido), y el excedente que no es utilizado para el abonamiento de la propia chacra, se comercializa.

En los primeros años de producción ecológica, la comercialización de los productos se hacía a través de los canales convencionales de comercialización, es decir, por intermedio de los acopiadores en campo, los que a su vez llevaban los productos al Mercado Mayorista y de allí eran adquiridos por los comerciantes minoristas, para llegar finalmente a los consumidores.

Esta cadena de comercialización, bastante conocida y extendida, determina que el precio del producto que llega al consumidor, tenga un recargo que puede fluctuar, según el producto, de 300 á 500 %. Dicho en otra forma, el agricultor recibe, por su producto en campo, la tercera o quinta parte del precio final. Así por ejemplo, mientras que el precio en campo de la yuca amarilla, en la época de mayor producción de esta raíz, era fijado por el acopiador en S/. 0.25/Kg. Este mismo producto en el mercado minorista era vendido a S/. 1.0 ó S/. 1.30 el Kg.

Posteriormente, al contar con la Certificación de Producción Ecológica de la empresa INKA CERT del Perú, actualmente incorporada a la Certificadora BIOLATINA con un ámbito de acción latinoamericano, se ofertaron los productos con dicho sello a cadenas de supermercados.

Si bien el interés de los consumidores por los productos denominados «ecológicos» u «orgánicos» es aún incipiente, la calidad del producto, en particular de las yucas, determina una’ demanda creciente por dichos productos. Lamentablemente, esta reacción del público no es coincidente con las condiciones económicas que impone el mercado, el cual si bien establece un precio diferencial por el producto ecológico al público, «regatea» el margen de ganancia al productor ecológico, al exigirle un precio igual o ligeramente superior al del mercado mayorista.

ECOFERIA, en Pachacamac,
sur de Lima

Aún así, la posibilidad de colocar directamente los productos en los supermercados limeños, eliminando la cadena de intermediarios, constituye una opción económicamente favorable, no exenta sin embargo de un mayor esfuerzo, preocupación y paciencia. En esta modalidad de mercadeo, el producto tiene que ser previamente seleccionado, bien presentado (en algunos casos, en envases especiales), lo que sumado al costo de transporte, incrementa el costo total de comercialización.

A pesar de estas exigencias, se corre el riesgo de devoluciones si el producto, que es perecible en la mayoría de casos, no ha sido vendido; situación que para el productor ecológico resulta injusta.

Finalmente, el pago no es inmediato sino al cabo de unas 3 a 4 semanas, después de la entrega del producto.

La frustación por otro lado surge cuando, por falta de una reglamentación a nivel del país sobre certificación de productos ecológicos, ingresan a las cadenas de supermercados, productos, que con nombres sugerentes y bien publicitados, se presentan como productos ecológicos sin ser tales, compitiendo deslealmente con los productos ecológicos auténticos. Peor aún, en algunos casos se pudo comprobar que los productos ecológicos certificados se mezclaban con productos convencionales, adquiridos en los mercados mayoristas, vendiéndose al público como productos ecológicos.

Estas formas deshonestas e irresponsables de manipulación de los productos agrícolas alimenticios, con perjuicio no sólo para los productores ecológicos sino sobre todo a los consumidores, se seguirá dando mientras no exista un ente regulador, que acredite y garantice la autenticidad de dichos productos.

Otra estrategia de comercialización que se desplegó, a través de la Red de Agricultura Ecológica del Perú (RAE-PERÚ), fue las ECOFERIAS. Ellas tienen, además de la oferta de productos, el propósito de difundir las bondades de la Agricultura Ecológica.

Es así que, en acuerdo con el municipio local, donde se ubica la finca, se llevaron a cabo dos ECOFERIAS, que atrajeron a un buen número de citadinos acostumbrados a salir fuera de la ciudad de Lima en busca de aire fresco y de comida campestre.

Si bien las ECOFERIAS, sobre todo la primera, que fue de nivel nacional, tuvieron éxito y permitieron promocionar la agricultura ecológica, el esfuerzo que demanda su organización, es una restricción. Ello sin embargo podría superarse si los productores ecológicos contaran, en cada localidad, con una organización sólida y permanente, que asuma el compromiso de ofertar de manera conjunta los productos.

El reto, por lo tanto, que los agricultores ecológicos tenemos que asumir, es el de una actitud comprometida, seria y ética, si queremos mejorar la calidad alimenticia de la población, poder desarrollar un comercio equitativo y sostenible, basada en la producción y comercialización de productos auténticamente ecológicos.

El compromiso de los consumidores, debe ser el de apoyar los esfuerzos de los agricultores ecológicos en producir alimentos sanos, mediante la actitud de dar preferencia a los productos ecológicos sobre los productos convencionales; y también exigiendo la certificación de autenticidad de ellos en los mercados. Para lograr ello, es evidente que se requiere una mayor difusión de las ventajas que tiene para la salud, el consumo de productos ecológicos.

Por otro lado, el compromiso de las organizaciones no gubernamentales (ONG), que, vienen apoyando este esfuerzo, es el de no quedarse sólo en las actividades de capacitación en técnicas agroecológicas, sino pasar a acciones concretas que favorezcan y fortalezcan la organización de una oferta conjunta de productos ecológicos. Una de estas acciones es la búsqueda de mercados confiables, que garanticen un trato y precio justo a los productores ecológicos, y una oferta segura a los consumidores.

Finalmente, el deber del Estado, a través de instituciones de defensa del consumidor, como es el caso de INDECOPI en el Perú, es velar por la aplicación de normas que garanticen que la producción responda a las exigencias de una agricultura ecológica, a través de la acreditación de las empresas certificadoras que vienen actuando en el país, tanto para la producción interna como para la exportación.

Ulises Moreno Agrónomo
Carmen Felipe Morales
CASABLANCA, Pachacámac, Lima, Perú
teléfono: + 51(0) 1 2311187 + 51(0) 1 4454907

Ediciones Anteriores

LEISA es una revista trimestral que busca difundir experiencias de agricultores familiares campesinos.
Por ello puedes revisar las ediciones anteriores.

Suscribete para recibir la versión digital y todas las comunicaciones que enviamos periodicamente con noticias y eventos

SUSCRIBIRSE AHORA