septiembre 1998, Volumen 14, Número 1
Desafiando la escasez de agua

Mejoramiento de la eficiencia de riego en oasis Tunecinos

MOHAMED MECHERGUI , GERRIT VAN VUREN | Página
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El conocimiento de la situación de campo provee discernimientos profundos del real funcionamiento del sistema, de la actual distribución del agua y de la importancia de los factores socioeconómicos.

Kebili, en el Sahara tunecino, tiene una temperatura máxima promedio de 40°C y mínima de 5ºC. La precipitación anual está debajo de los 100 mm y la velocidad del viento algunas veces es alta y cargada con polvo. Anteriormente, la agricultura de riego sólo se practicaba cerca a los manantiales de agua naturales y el sistema de cultivo constaba de tres capas, a saber, palmeras datileras, árboles frutales y un cultivo de tierra. Hoy, el riego se ha incrementado considerablemente y ahora cubre un área de alrededor de 7 660 hectáreas extendidas en alrededor de 68 oasis.Dos capas distintas de agua subterránea están en uso: el así llamado complejo terminal y el acuífero intercalado continental. El primero, que es el más usado, está sobreexplotado en la región Kebili porque allí existe un gran número de pozos ilegales. En 1986, 680 de estos pozos ilegales bombearon 2700 l/s, siendo extraído más del 40% del total de 62001/s. Un caudal de flujo sostenible no debería haber excedido los 4500 1/s. El segundo acuífero es usado menos intensamente: el caudal en Kebili es 9801/s y 6501/s en Tozeur. Esto es porque la extracción requiere de un alto insumo tecnológico donde están instalados los pozos. Aparte de estos dos acuíferos, el agua también puede ser tomada de la napa freática poco profunda. Teóricamente, la capacidad de esta napa freática poco profunda debe ser 4,8 millones de m3/año, pero sólo se usan 1,6 millones de m3 porque parte de esta agua es salina.

Las lecturas del piezómetro claramente muestran la degradación de las fuentes de agua con un descenso en la cabeza piezométrica de alrededor de un metro por año en ambos acuíferos. La degradación del agua subterránea poco profunda a través de la salinización es el resultado de los altos niveles de agua subterránea. Las observaciones muestran, por ejemplo, que la napa freática en el oasis Faouar estaba 47 metros debajo de la superficie del suelo en 1956; hoy día está a nivel de la superficie. La rápida degradación de las diferentes fuentes de agua muestra que el actual sistema agrícola de oasis está lejos de ser sostenible. En este artículo describiremos sugerencias para su mejoramiento, con especial énfasis en el oasis de Rahmat, que es bastante representativo de la mayoría de oasis tradicionales en la región.

El oasis de Rahmat

Sistema de cultivos en tres niveles en los oasis tunecinos


Foto: Mohamed Mechergui

Cuando fue creado, en 1932, Rahmat abastecía un total de área irrigada de 32 ha a partir de dos pozos artesanales. Éstos eran suficientes para regar un sistema de cultivo de palmera datilera, árboles frutales y alfalfa. El área fue subdividida en 0,25 ha de parcelas de posesión individual.

A través de los años, el oasis se ha extendido a 92 ha y está equipado con dos pozos de bombeo que operan 20 horas al día. La descarga total es 86 l/s y esta agua es recolectada en una caja de distribución de concreto desde la cual se divide en tres partes iguales y es conducida a través de tubos a tres sectores. Aquí existe un número de salidas que sirve cada una a un bloque de alrededor de 3 ha. El agua es llevada a la superficie en canales abiertos que luego la distribuyen a las parcelas. En cada sector el reparto del agua, rota sobre los bloques para crear un intervalo de riego de 14 días, con una duración de riego de 8 horas por ha y una descarga de alrededor de 30 I/s. Dentro del sector, se organiza el riego de manera que el reparto del agua comienza desde la salida en la parte superior de cada canal. En estos suelos arenosos, el riego por gravedad es la única técnica usada. La Asociación de Interés Colectivo (AIC), una organización de agricultores, juega un papel importante en todo, excepto en el manejo diario. Fija el precio del agua con las autoridades del distrito, da directivas sobre cómo debería organizarse la distribución del agua y resuelve conflictos entre los agricultores.

La distribución del agua día a día es manejada por un operador, quien es responsable de abrir y cerrar las salidas. La única guía aquí es el tiempo requerido por hectárea (que es 8 horas) y la secuencia de apertura, normalmente de la cabeza a la cola. Los agricultores saben cuándo obtendrán el agua, así que ellos abren el dique del canal en el estanque más cercano al canal en ascenso.

Una solución burocrática

En el enfoque de riego actual, el agotamiento del recurso agua es, claramente, el problema más grande. Parte del agua es bombeada del agua fósil no renovable, el resto viene de una sobre-extracción de agua renovable del subsuelo. Al mismo tiempo, una fuerte filtración de los canales de tierra causa altos niveles de agua subterránea en el oasis y conduce a la salinización de la tierra. Como una solución a este problema, los ingenieros sugirieron reemplazar los canales abiertos con tubos PVC de 200 mm. Cada agricultor obtendría un tubo de elevación desde el cual se puede tomar el agua. Se pensó que esto prevendría que los agricultores usasen más agua de la que necesitan, se reduciría el agotamiento de la reserva del agua subterránea y se incrementarían los niveles del agua subterránea.

Manejo actual del agua

Las observaciones de campo revelaron que el manejo del agua realmente se organiza de manera muy diferente. Se llegó a tener claro que el papel de los operadores es más importante de lo que formalmente es reconocido. En la práctica, el operador decide sobre el tiempo de riego para cada dueño dependiendo de su estimación del tamaño de la parcela, su relación hacia el agricultor y su posición social.

Se observó que los tres sectores, aunque son de igual tamaño, no recibieron la misma descarga. En un sector la descarga real era 25% superior a la de los otros dos sectores bajo el pretexto de que su área irrigada era más grande.

Las inconsistencias también ocurrieron en las salidas. Los agricultores toman agua de diferentes salidas dando diferentes excusas para hacerlo así. Aunque los tiempos de riego parecen ser respetados, a veces el agua se transfiere a otro agricultor.

Otro problema en el manejo del agua se observó dentro del área irrigada de una salida. Contrario a las especificaciones del proyecto, que define una parcela estándar como de 0,25 ha, las áreas reales varían desde un árbol de palma a 2 ha. Cada finca manejó el agua a su propia manera en ausencia de un método específico recomendado. Algunos agricultores no hacen ninguna nivelación dentro de la parcela lo que conduce a una considerable pérdida de agua. Mientras que la dosis requerida era de 50 mm, nosotros observamos que las dotaciones del riego actual varían de 100 a 300 mm y más. Esto fue, en parte, a causa de que los agricultores no tienen método de control. En un caso, nosotros observamos que el perfil se mojó más allá de una profundidad de dos metros, aunque la zona de la raíz activa del árbol de palma no desciende más de 120 cm.

Otra observación es que el sistema de riego está basado sólo en el abastecimiento, en el sentido de que la cantidad de agua bombeada no depende de la cantidad que se necesita en el sistema. En el verano, este abastecimiento fijo está en buen equilibrio con los requerimientos de agua del cultivo. En la estación de invierno, sin embargo, el abastecimiento es varias veces más alto que la demanda y causa un incremento excesivo del nivel del agua subterránea.

Las pérdidas de agua en los canales muy arenosos, no nivelados, son altas. Nosotros medimos pérdidas del canal de 30 a 60% sobre una longitud de 400 a 1000 metros. Tanto el sistema de cultivo como el tipo de agricultor no fueron lo que esperábamos. En lugar del sistema de cultivo de tres capas, observamos que la palma datilera era el cultivo principal. Sólo ocasionalmente hubo una segunda capa de cultivo de albaricoques, higo u olivos. Generalmente, no hubo ninguna tercera capa de cultivo, excepto en aquellos lugares donde la alfalfa, importante para aquellos agricultores que crían cabras, fue cultivada. Muchas parcelas eran propiedad de agricultores ausentes que vivían en Kebili o aun en Túnez y que contrataban trabajo para cultivar sus parcelas. También había cosecha compartida. Muchas de estas parcelas de 0,25 ha no eran, de hecho, cultivadas por familias de agricultores.

Una estrategia diferente

Sobre la base de esta investigación de campo, se hizo evidente que los problemas que rodean el manejo del agua en estos oasis eran más complejos de lo que se suponía. Aparte del problema de la disminución de los recursos hídricos, encontramos que se estaba practicando una agricultura de tipo extensivo en el que sólo el cultivo del árbol de palma es importante. El manejo del agua a nivel de parcela es pobre y la distribución del agua a las parcelas es desigual. En esta situación, la construcción de un sistema de tuberías enterradas a nivel de campo sería insuficiente para solucionar los problemas de las ineficiencias del riego a nivel de campo, especialmente durante la estación de invierno; las discrepancias entre el área diseñada y la realmente regada; y la inequidad en la distribución del agua.

Para mejorar las eficiencias del uso del agua, es importante que los agricultores deban querer primero el restablecimiento del sistema de cultivo de tres capas sobre el cual fue establecido el sistema de riego en un comienzo. Se sugiere la introducción de mejoramientos que requieran poco insumo externo, que mejoren la base de conocimiento de los agricultores y que estén orientados a mejorar la organización. Sólo entonces la construcción de un sistema de tuberías enterradas-sería posible. La ventaja de este sistema sería que el pago por unidad de tierra podría cambiar en pago por volumen de agua suministrada, un enfoque que ciertamente ayuda a incrementar la eficiencia del uso del agua. Esto puede facilitar un sistema de riego basado en la demanda, donde los agricultores tienen que solicitar el agua y crear opciones APRA cambiar el actual riego por gravedad por el de aspersión de baja presión o incluso técnicas de riego por goteo.

Este caso de los oasis en Túnez toca un problema común del desarrollo del riego. Aunque las agencias de riego están generalmente bien informadas sobre los recursos hídricos regionales, ellas tienden a trabajar con una imagen generalizada (idealizada) de la situación del campo. Las observaciones de campo en detalle podrían proveerles mucho mejor discernimiento sobre cómo los agricultores manejan el agua y contribuir con el desarrollo de soluciones más apropiadas. Frecuentemente, tal enfoque se centrará más estrechamente en la estructura de la organización y la base de conocimiento de los agricultores. Algunas veces, un enfoque de abajo a arriba y participativo puede reducir el nivel de inversiones requeridas para el trabajo de construcción y la salvaguarda del uso y manejo del proyecto porque los agricultores se sienten involucrados en el análisis de los problemas.

El sistema tradicional de cosecha de agua necesita ser mejorado
En las regiones áridas del sur y centro de Túnez, con una lluvia promedio de largo plazo de alrededor de 200 mm, la cosecha de agua es la única manera de asegurar la producción de cultivos. El paisaje consiste en colinas y montañas onduladas despojadas de vegetación natural. Los suelos son pobres y extremadamente poco profundos y rocosos. La mayoría de la tierra está siendo usada para pastoreo marginal, salvo aquellos lugares donde la escorrentía y el suelo están siendo cosechados, lo cual permite el cultivo de olivos, cebada y, algunas veces, aun manzanas, albaricoques, garbanzo, haba, lentejas o sandías. Se pueden encontrar diferentes sistemas tradicionales de cosecha de agua, de los cuales el sistema Jessour es el mejor conocido. Este sistema consta de una serie de paredes de piedra y tierra, llamadas tabias, construidas a través de los lechos de los ríos de valles estrechos. El tabias colecta y retiene el suelo de las laderas lavadas por las lluvias torrenciales, formando terrazas en una forma de paso de escalera en la parte baja de la pendiente del vate. Esto ha sido trabajado por siglos, pero recientemente los jessours no han sido bien mantenidos a causa de la emigración, escasez de trabajo y pérdida de habilidades y conocimiento tradicional. Esto está destruyendo los sistemas y está causando una seria erosión.

El Institut des Regiones Arides (IRA) en cooperación con el Centre on Agricultural Research in Dryland Agriculture (Centro Internacional de Investigación Agrícola en Agricultura de Tierras Áridas) -ICARDA- está tratando de adaptar estos sistemas tradicionales a las actuales condiciones económicas. Los agricultores, así como los científicos, han hecho algunas innovaciones. Por ejemplo, los agricultores están usando botellas de plástico para regar árboles de olivo jóvenes. Las botellas (sin fondo) se llenan con guijarros y se colocan cabeza abajo con fa abertura cerca a las raíces de los árboles. De esta manera, el agua de riego se almacena y gradualmente abastece a las plantas. Los científicos han diseñado nuevas técnicas para almacenar y guiar el agua preciosa directamente hacia las raíces de los árboles o cultivos para incrementar la eficiencia del agua. En el proceso de desarrollo participativo de la tecnología, estas técnicas ahora se están adaptando a las condiciones en las que trabajan los agricultores.
Este programa es parte también de la documentación sobre innovaciones de los agricultores en el ejercido de la conservación del suelo y del agua, referida en la página 21 de esta sebón.

Información sobre el programa se puede obtener con el Dr. B. Chahbani, ARI, 4119 Medenine, Túnez, Fax: +216 5640435. Información sobre al sistema Jessour se puede encontrar en: Les Tabias. Por Khlifa Alaya, Werner Viertmann y Thorsten Waibel. 1993, 192 pp. ISBN 9973-9735-0-X. GTZ, Apartado 5180, 2636 Eschbom 1, Alemania.

Profesor Mohamed Mechergui INAT, 43 Avenida Charles Nicolle, 1082 Tunis, Túnez
Gerrit Van Vuren, Department of Irrigation an Water Conservation.
Nieuwe Kanaal 11, 6709 PA Wageningen, The Netherlands. Fax: +31 317 484759

Referencias

– Mechergui M. y Snane MH. 1995. Diagnostic et modelisation de la gestion de l’eau a la parcelle dans quelque oasis du sud tunisien. Cahier CERES 12: 87-106

– Etten J. van. 1996. La gestion d’eau dans l’oasis Rahmat. Rapport de stage. UAW/INAT. 28pp.

– Vuren G. van. 1997. La gestion d’eau dans les oasis de Kebili. Proceedings of Regional Seminar Tozeur. WAU/INAT: 99-106.

– Ben Hassine M. and Snane MH. 1993. Projet d’economie de l’eau du perimetre de Douz. PNUD/FAO 70pp.

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