Es posible identificar varias categorías de sistemas agrícolas, cada cual con sus prácticas de SFM características. Estas abarcan sistemas de rotación de cultivo y barbecho basados en los procesos naturales de regeneración de la fertilidad del suelo; sistemas interactivos de pastoreo y de barbecho basados en la ingestión de los nutrientes por los animales y la vegetación; una agricultura integrada y orgánica tipificada por el reciclaje de los nutrientes; y una agricultura moderna en la cual los fertilizantes sintéticos y la mecanización controlan el manejo de la fertilidad del suelo. Dentro y entre estas categorías hay gran variedad de prácticas. Cambios en las prácticas
El SFM no es un concepto estático, las prácticas cambian continuamente conforme cambian las condiciones. Es típico el paso de un manejo extensivo de la fertilidad del suelo a uno intensivo, cuando se incrementa la presión poblacional y la tierra se torna escasa.
En junio pasado tuvo lugar la conferencia Estrategias indígenas para la intensificación de rotación de cultivos en el Sureste de Asia (Cairns, 1997). Basándose en estudios de caso presentados en esta conferencia, Cairns desarrolló un marco de tipologías del manejo indígena del barbecho. Este marco proporciona información de las estrategias indígenas de intensificación en cultivos alternativos.
Otro ejemplo de variación de las prácticas de SFM es el relativamente reciente cambio de SFM con medios naturales por el SFM con fertilizantes sintéticos. Esto se ha llevado a cabo en los lugares donde las condiciones son favorables para la producción orientada al mercado. Actualmente, sin embargo, muchos de estos agricultores nuevamente están buscando estrategias alternativas de SFM, ya que el incremento de los costos, la disminución de los rendimientos y los indicadores de degradación del suelo los están convenciendo de que el uso continuo de fertilizantes sintéticos, o por lo menos la forma en que éstos se usan, está muy lejos de ser sostenible. Mulleriyawa y Wettasinha (página 18) mencionan un proceso de desarrollo de tecnología de participación diseñado para buscar alternativas al uso de fertilizantes sintéticos en la producción de arroz en cáscara en Sri Lanka.
Condiciones específicas de las prácticas
Cada estrategia de SFM tiene, pero también necesita, condiciones específicas y los agricultores combinan aquellas prácticas que se adaptan mejor a ellos. Como explica Subedi (página 16), los agricultores de subsistencia en Nepal no pueden comprar y a veces no tienen acceso a los fertilizantes sintéticos y por lo tanto dependen de los medios naturales de SFM, como los abonos vegetales. Roland Bunch (página 12) presenta los últimos detalles de situaciones en las cuales los abonos vegetales y cultivos de cobertura pueden resultar exitosos para reemplazar o complementar a los fertilizantes sintéticos o a las prácticas de roza y quema. Cuando la mano de obra es escasa (en la agricultura extensiva) o relativamente escasa, si se compara con el costo de los fertilizantes sintéticos (agricultura moderna), los agricultores no pueden pagar la obra de mano para el reciclaje intensivo de los residuos orgánicos, como el que se inició en Egipto (Zakaria et al., pag 24). Benzing (página 14) ilustra mejor el tema cuando muestra la relación entre diferentes sistemas de manejo agrícola y las estrategias SFM y las condiciones variables bajo las cuales se lleva a cabo cada sistema en los valles montañosos de Ecuador. El autor también hace algunas recomendaciones sobre cómo debe mejorarse el SFM, optimizando el uso de los medios naturales de SFM.
La sostenibilidad amenazada
Hoy, la sostenibilidad ecológica de la agricultura y la búsqueda de formas para incrementar la producción son temas prioritarios. El estudio del balance de nutrientes NUTMON en Kenia demuestra que los agricultores que participan en este programa obtuvieron casi un 30% de sus ingresos a partir de la explotación de los nutrientes. Estos resultados confirman los primeros hallazgos en Africa (Vlaming et al., página 6). En cualquier lugar del trópico la situación tal vez no sea mucho mejor que lo que Mulleriyawa y Wettasinha indican (página 18).
Sin embargo, esta es sólo una cara de la medalla. También hay lugares en los cuales se acumulan los nutrientes perdidos o exportados: sedimentos lavados por la erosión del suelo, acumulaciones de desperdicios orgánicos en áreas urbanas, nutrientes que se filtran en el agua del subsuelo y nutrientes que se volatilizan. Todos estos factores producen contaminación. Los fertilizantes sintéticos se usan con frecuencia en una forma desbalanceada, ineficiente y por lo tanto contaminante, que conduce a la degradación del suelo y a la reducción del rendimiento. Pero también, cada kilogramo de fertilizante orgánico que se usa corresponde a una cantidad equivalente de nutrientes contenidos en la materia orgánica, los cuales son desechados.
Ustedes podrán preguntarse con qué tanta seriedad investigadores y quienes desarrollan las políticas tratan estos problemas de sostenibilidad. No se dispone de estudios de amplia base sobre los múltiples procesos involucrados en la sostenibilidad agrícola. Por ejemplo, recién en 1995 el Instituto Internacional de Investigación en Arroz (IRRI) inició un estudio importante (página 36) sobre las «Tendencias de reversión de la declinante productividad en los sistemas de cultivo de arroz bajo irrigación intensiva» que abarca ocho países. El estudio analizará las circunstancias y tratará de diseñar estrategias alternativas a las prácticas actuales. Es probable que se requiera un estudio más amplio para analizar en su totalidad los problemas involucrados en el uso de fertilizantes sintéticos y sus implicaciones socioeconómicas y culturales.
No hay dinero para fertilizantes sintéticos
Donde los agricultores no pueden producir competitivamente para el mercado o donde los recursos son escasos, los ingresos que obtienen de su sistema agrícola son muy pequeños y no le permiten comprar insumos externos. Los altos costos del transporte y de los créditos son algunos de los factores que hacen que estos insumos sean costosos y que sea arriesgado usarlos. En los lugares donde las condiciones ecológicas son particularmente desfavorables para las labores agrícolas o donde el suelo está degradado, el uso de fertilizantes sintéticos es relativamente ineficiente. En estas condiciones, los fertilizantes sintéticos no generan suficientes ganancias para considerarlos una opción viable de compensación a la pérdida de nutrientes. Un número creciente de agricultores confrontan estos problemas, en la medida en que los costos de los fertilizantes sintéticos aumentan y la degradación del suelo se acelera. Si estos agricultores siguen produciendo para el mercado y pierden nutrientes en cantidades más elevadas de lo que ellos pueden afrontar en cuanto a sus opciones de compensación por la pérdida de los nutrientes, la escasez posterior de nutrientes, la degradación del suelo y la disminución del rendimiento serán inevitables. Actualmente, este proceso se da en muchas regiones de Africa y en los trópicos. La agricultura de susbsistencia, basada en prácticas ecológicamente sólidas, parece ser la única base sostenible al alcance de estos agricultores. Esto no excluye totalmente la producción para el mercado, pero ésta debe mantenerse a niveles que los agricultores puedan afrontar.
El regreso a las estrategias tradicionales
Muchos agricultores en las regiones donde las condiciones agrícolas son menos favorables y esto incluye muchos grupos indígenas- están atrapados en este dilema. El cambio hacia la agricultura moderna, orientada al mercado, está causando una degradación ecológica severa y una marginación económica. La agricultura de mercado, la mano de obra migratoria y el deseo de participar en la cultura de consumo están socavando la base cultural y espiritual de la sociedad tradicional y colocando un carga pesada en las estrategias de supervivencia (COMPAS, 1996).
Una reorientación hacia las estrategias tradicionales agrícolas o la urbanización y el consiguiente debilitamiento de la cultura indígena, parecen ser las dos, poco atractivas, polaridades disponibles para las comunidades indígenas y los agricultores de escasos recursos. Sin embargo, los estudios de caso recolectados por ICRAF (Cairns, 1997; Fujisaka y Escobar, 1997; y el caso descrito por Nijhov, página 10) presentan evidencia que demuestra que las estrategias tradicionales aún pueden proporcionar una base sostenible para la subsistencia. Batterbury (1996), Phillips-Howard y Lyon (1994) y Tiffen et al. (1994) también presentan ejemplos de cómo los agricultores se desenvuelven entre la agricultura de subsistencia, la agricultura orientada al mercado y el empleo urbano, y tienen éxito en el uso intensificado de la tierra, manteniendo la degradación ecológica dentro de sus límites. Estos agricultores a menudo complementan los métodos naturales de SFM con el uso cuidadoso de pequeñas cantidades de fertilizantes sintéticos. Sin embargo, hay muchos casos en los cuales los agricultores han tenido menor éxito y se han visto atrapados en tal pobreza y degradación ecológica que se han visto forzados a migrar a la ciudad.
Uno de los problemas que afrontan los agricultores que reorientan su agricultura hacia las estrategias agrícolas tradicionales es que las condiciones de la producción agrícola han cambiado durante el tiempo en que se dedicaron a la agricultura orientada al mercado, respaldada por el uso de fertilizantes sintéticos. El crecimiento poblacional, la degradación del suelo y la vegetación natural indican que las prácticas tradicionales no pueden ser aplicadas igual que en el pasado y que deben hacerse adaptaciones. El nuevo sistema de producción del arroz ‘Kekulam’ descrito por Upawansa (pag 20) es un ejemplo de la adaptación de un sistema tradicional con una dependencia mínima en insumos externos, como los fertilizantes sintéticos. Sería muy interesante comparar el desempeño socioeconómico, ecológico y cultural de tales sistemas con los convencionales.
Agricultura de mercado ecológicamente sólida
Las estrategias que combinan el uso de fuentes internas y externas de nutrientes de la mejor manera, para una situación local dada, es llamada en algunos casos Manejo Integrado de Nutrientes (Vlaming et al., página 6) o Sistemas Integrados de Nutrientes Vegetales (FAO). Los investigadores reconocen cada vez más el valor del Manejo Integrado de Nutrientes (INM, en inglés). Los agricultores innovadores, algunas veces solos y otras con apoyo externo, ya han desarrollado muchas estrategias de INM. El caso descrito por Mulleriyawa y Wettasinha (página 18) es un ejemplo del desarrollo participatiyo del manejo integrado de nutrientes. Estas estrategias permiten el uso eficiente, rentable y ecológicamente sostenible de los fertilizantes sintéticos y de otros insumos externos, que a su vez disminuyen el hecho de que los agricultores trabajen en condiciones menos favorables para formar parte de, o permanecer en la economía de mercado, sin degradar el sistema. Los agricultores de escasos recursos que cultivan en áreas donde las condiciones son favorables para el mercado pueden beneficiarse de estas estrategias; los costos de producción disminuyen y se reduce la dependencia de créditos altos y usureros.
Disminuir el costo del transporte, mercadeo, insumos y créditos puede ayudar a los agricultores a ser más competitivos en el mercado. Sin embargo, donde la población y la economía del mercado urbano crecen rápido, como en muchos países del sur y sureste de Asia, aun mejorando estas condiciones, no se puede prevenir o evitar el proceso que conduce a la marginación económica de los pequeños agricultores y su desplazamiento en busca de empleo urbano.
Adaptación a nuevos sistemas
Si se dan condiciones de cambio, necesidades y percepciones, los agricultores constantemente tienen que adaptar sus prácticas de manejo de la fertilidad del suelo. Sin embargo, las nuevas prácticas no sólo deben acomodarse a las condiciones naturales, económicas y culturales prevalecientes, sino también a la forma en que la agricultura y la sociedad han evolucionado en el tiempo.
En los lugares donde los trabajadores y los investigadores quieren introducir prácticas de SFM que no son compatibles con las condiciones naturales, económicas y culturales prevalecientes o donde no se presta suficiente atención al proceso de aprendizaje propio de los agricultores, los esfuerzos pueden fracasar. Los artículos de Hagmann (página 26) y Sharland (página 28) muestran cómo tales procesos de aprendizaje pueden mejorarse por medio de instrumentos de aprendizaje y diálogos construidos sobre prácticas y percepciones tradicionales.
Coen Reijntjes
Referencias
• Batterbury, SPJ. 1996. Planners or performers? Reflections on indigenous dryland farming in Northern Burkina Faso. (¿Planificadores o realizadores? Reflexiones sobre la agricultura de las tierras secas indígenas en el norte de Burkina Faso). Agriculture and human values Vol 13, No. 3, pp. 12-22.
• Cairns, M. 1997. Indigenous strategies for intensification of shifting cultivations in South-east Asia. (Estrategias indígenas para la intensificación de los cultivos rotatorios en el sureste de Asia). ICRAWIDRC/ CIIFAD, Workshop Programme.
• Fujisaka, S.G. y Escobar, 1997. Towards a practical classification of slash and burn agricultural systems. (Hacia una clasificación práctica de los sistemas agrícolas de roza y quema). ODI Rural Development Forestry Network. Network Paper. 21c. Londres, ODI.
• Phillips-Howard, KD y Lyon, 1994. Agricultural intensification and the threat to soil fertility in Africa: evidence from the Jos Platean, Nigeria (Intensificación agrícola y la amenaza a la fertilidad del suelo en Africa: evidencia de la meseta de Jos, Nigeria). The Geographical Journal Vol 160, No. 3, pp. 252-265.
• Thurston, HD. 1997. Slash/mulch systems: sustainable methods for tropical agriculture. (Sistemas de roza y quema: métodos sostenibles para la agricultura tropical). Londres, IM. Publications, IFBN 1-855339-340-1.
• Tiffen, M, Mortimore, y Gichuki, 1994. More people, less erosion: environmental recovery in Kenya. (Más población, menos erosión: recuperación del medio ambiente en Kenia). Chichester, John Wiley and Sons.
• Compas 1996. Agriculture and cosmovision (Agricultura y cosmovisión). ETC Netherland. PO Box 64, 3830AB, Leusden, The Netherlands.