julio 1996, Volumen 12, Número 1
Montañas en equilibrio

La ganadería y la fertilidad del suelo: un doble problema

BR JOSHI , SC GHIMIRE | Página
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Nepal tiene una de las más altas tasas de densidad de animales por unidad de terreno, llegando a reunir en sus colinas y montañas: 267 cabezas de ganado vacuno, 139 búfalos, 51 ovejas y 260 cabras por km2 de terreno cultivado (DFAMS, 1992).

Las familias en el campo crían en promedio 8 cabezas de ganado que comprenden principalmente vacas, cabras, ovejas y búfalos (LMP, 1993). En algunas zonas además se crían cerdos, aves de corral, equinos y yacs así como sus respectivas crías. Como se necesita cada vez más y más terreno para la producción de alimentos, esto dificulta la alimentación del ganado. Sin embargo, la mayoría de áreas montañosas quedan muy lejos y no se cuenta con los medios de transporte necesarios para llegar hasta ahí. Los Insumos químicos son inaccesibles, sus precios prohibitivos y se necesitan bueyes para arar el terreno. Por lo tanto, la fertilidad del suelo depende del ganado. Los agricultores de las montañas de Nepal están pues frente a un gran dilema.

Foto: SC Ghimire

El ganado se alimenta con los residuos de los cultivos y con los pastos disponibles de las áreas cultivadas. Los recursos forestales también desempeñan un papel importante en el sistema agrícola, no sólo como fuente de forraje para el ganado sino también como combustible. El sistema es tan equilibrado e interdependiente que cualquier sobreexplotación de uno de sus elementos afectaría todo el sistema de producción agrícola. Los cultivos intensivos, y en menor grado la exposición del humus a las lluvias provocadas por los monzones, dieron como resultado que se perdieran los nutrientes del suelo y disminuyera su fertilidad. Esta sólo puede recuperarse con el estiércol animal. Además, los animales y sus productos son la fuente de dinero en efectivo tan necesario que llega a representar hasta el 21% del total de los ingresos familiares en las montañas. (Nepal Rastra Bank, 1988).

Sistemas de crianza de ganado

Ya que el ganado y los cultivos están íntimamente relacionados, la crianza de animales domésticos depende de los sistemas de cultivo que se pongan en práctica. En las colinas de poca altura y en los valles (< 1000 m.s.n.m.) donde la tierra se cultiva casi todo el año, los animales son sometidos a sistemas de alimentación total o parcial en establo. A medida que aumenta la altura disminuye la intensidad de los cultivos y aumenta la disponibilidad de campos no cultivados y de pastizales comunales. Como resultado, se hace más común el manejo extensivo de los animales. En los pueblos situados en lo alto de las colinas es común el sistema de trashumancia en la producción ganadera.

Los animales sometidos a un sistema sedentario se mantienen todo el año en el pueblo o en los alrededores. El subproducto del cultivo constituye su principal recurso alimentario, el que generalmente es complementado con algún tipo de concentrado. La alimentación por medio de concentrados, conocida como «kundo», se proporciona a los animales lactantes y es una práctica que ha adoptado la mayoría de los agricultores. Se hace en casa poniendo a hervir en 2 o 3 litros de agua, preferentemente harina de maíz, afrecho, sal y restos de comida. La cantidad diaria varía entre 0.5 y 1.0 kg/día por cada animal y se le proporciona durante o después de mamar. Los recursos forestales, así como los árboles de forraje que crecen en las terrazas, son la fuente de alimento crudo para estos animales. La mayoría de los rumiantes mayores y algunas cabras y ovejas se crían bajo este sistema. El estiércol de estos animales constituye el abono y se aplica al campo.

Este es el sistema más importante de abono de las terrazas. Bajo el sistema de trashumancia los animales cambian de lugar, constantemente, durante todo el año dependiendo de las estaciones de cultivo. Aunque las ovejas y las cabras son las principales especies de ganado que se crían con este sistema, en Nepal es frecuente encontrar también búfalos pastando a 4,000 m.s.n.m. Durante los meses de invierno, cuando los animales se encuentran a menor altura, los hatos transhumantes pastan en las terrazas durante la noche para abonar el terrero in situ (ver artículo de Subedi). En las colinas nepalesas este es un método muy importante para mantener la fertilidad del suelo. Además, tiene gran demanda y los agricultores pagan para que el rebaño abone sus campos.

La fertilidad del suelo bajo presión

La caída en la productividad tanto de la tierra como de los animales que han observado los agricultores y la evidente sobreexplotación de los recursos naturales, tanto por el hombre como por los animales, indican que este sistema no podría ser sostenible. La razón de esta caída es la falta de nutrientes tanto para la tierra como para los animales. Para satisfacer los requerimientos de alimentos de una familia en crecimiento, un agricultor tiene que intensificar los cultivos o incrementar el área dedicada a estos. Sin embargo, con el sistema existente, los nutrientes del suelo no pueden aumentarse sin incrementar el número de animales.

Esto a su vez no es posible, debido a las pocas oportunidades de incrementar los recursos en forraje para los animales. Además, la escasez de mano de obra debido a la falta de incentivos ha afectado negativamente las prácticas tradicionales utilizadas para mantener la fertilidad del suelo. La respuesta a este problema tan complejo no es simple. Cualquier esfuerzo que se realice para mejorar la situación tendrá que tomar en cuenta no sólo los aspectos biológicos y ambientales sino también las tradiciones sociales y los tabúes culturales. Reducir el número de animales sería posible hasta cierto punto, optimizando el uso de las proteínas vegetales en la dieta humana, incrementando la introducción de legumbres de grano en el sistema de cultivo y mejorando la fertilidad del suelo. Pero el ganado tiene para los nepaleses un valor religioso y está protegido por la ley. Además, será necesario un número razonable de cabezas de ganado para producir los bueyes de arado y garantizar el abonamiento de la tierra.

Cualquier cambio que se haga en el sistema deberá implementarse gradualmente. Será necesario dirigir esfuerzos simultáneos no sólo para el incremento de la productividad de la tierra y de los animales, sino también para controlar el aumento de la población humana y la fragmentación de las tierras de cultivo. Las deficiencias en la alimentación animal durante los meses de invierno deberán ser aliviadas cultivando los campos en descanso con leguminosas y los taludes de las terrazas con pastos de alta productividad. La producción intensiva de forraje sólo es posible cuando los animales son alimentados en el establo.

También pueden ser importantes algunos esfuerzos que se realicen para dar un mejor uso a los subproductos del cultivo. Para que el sistema sea sostenible, las alternativas que tiene el agricultor son un tanto limitadas, pero algunas innovaciones son muy prometedoras. Por ejemplo: El sistema de alimentación en establo se está adoptando gradualmente y se están plantando pastos y árboles para forraje. Esto indica que si bien los cambios son graduales y lentos, los agricultores han tomado conciencia acerca de la necesidad de la sostenibilidad del sistema.

BR Joshi y SC Ghimire
Lumle Agricultural Research Centre
Post Box N’ 1, Pokhara, Nepal

Referencias

DFAMS. 1992. Livestock Statistics of Nepal. Department of Food and Agriculture Marketing Services.

LMP. 1993. Livestock Master Plan. Reino de Nepal.

Nepal Rastra Bank. 1988. Multipurpose Householk Budget Survey (A study on income distribution, employment and consumption patterns in Nepal).

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