Los sistemas participativos de garantía en Argentina: promoviendo desde lo local el abastecimiento saludable de alimentos
María Mercedes (Paiá) Pereda y Enso Ortt | Página 8 DESCARGAR REVISTA COMPLETAOrígenes y marco normativo
El desarrollo de los Sistemas Participativos de Ga rantía (SPG) en Argentina se vincula estrechamente al trabajo de organizaciones sociales y movimientos agroecológicos que, desde comienzos de los años 2000, impulsan formas alternativas de producción y certificación. Los primeros pasos se dieron luego de la Asamblea Cono Sur del Movimiento Agroecológico de América Latina y El Caribe (Maela), realizada en La Plata, provincia de Buenos Aires, en 2005. En ese encuentro se compartió la experiencia de certifica ción participativa de Uruguay, que inspiró la creación de dos experiencias iniciales en Argentina: una en Ca ñuelas (Buenos Aires), que no tuvo continuidad, y otra en Bella Vista (Corrientes), que marcaría el inicio del camino hacia la consolidación de los SPG en el país.
Argentina fue pionera en contar con legislación sobre producción orgánica —la Ley N.° 25.127, regla mentada por el Decreto N.° 97/2001—, pero este mar co no contempla los sistemas participativos. La norma establece que la certificación de productos ecológi cos, biológicos u orgánicos solo puede realizarse a través de entidades públicas o privadas habilitadas, prohibiendo la comercialización con esas denomi naciones a quienes no cuenten con una certificación formal. Esto ha sido una traba para el reconocimiento legal de los SPG, pese a los esfuerzos de organizacio nes y universidades por proponer un sistema integral de certificación más accesible y adaptado a la agricul tura familiar.
En los últimos años se produjeron avances par ciales. La Ley N.° 27.118, de Reparación Histórica de la Agricultura Familiar (2014), incorporó la certifica ción participativa como herramienta, aunque su ar tículo correspondiente aún no fue reglamentado. En la provincia de Misiones, la Ley VIII N.° 68 de 2016, de Fomento de la Producción Agroecológica, creó el Sistema Único de Certificación Participativa (SUCP), convirtiéndose en el primer antecedente normativo de este tipo en el país.
Durante la década de 2010, los SPG se expandie ron lentamente, impulsados por la sistematización de experiencias locales y el intercambio con países veci nos ((Fernández et al., 2023). En 2022, un equipo inte rinstitucional integrado por el INTA, Senasa, Inafci y la Dirección de Agroecología realizó un relevamiento nacional que identificó más de 40 experiencias acti vas en distintos puntos del país (ver figura 1). Ese mis mo año, un encuentro nacional reunió a más de 250 participantes y dio origen a la Red Nacional de SPG, consolidando un espacio de articulación entre organi zaciones, técnicos/as y productores/as.
La experiencia de Bella Vista, en Corrientes
El SPG de Bella Vista surgió en un contexto de crisis económica y productiva. Durante los años 90, los cul tivos regionales tradicionales —como el algodón, el tabaco, la yerba mate o los cítricos— atravesaban un fuerte declive, lo que llevó a muchos/as pequeños/as productores/as a diversificar sus chacras y a participar en ferias francas, una modalidad de comercialización donde los/as pequeños/as productores/as agropecua rios/as y artesanales ofrecen productos frescos y natu rales en espacios públicos de los pueblos y ciudades, realizando una venta directa libre de impuestos del/de la productor/a al consumidor o la consumidora. En ese proceso, el Instituto de Cultura Popular (Incupo), junto con el Maela, comenzó a promover experiencias agro ecológicas en quintas frutales y hortícolas.
En 2004 se realizó una experiencia piloto de co mercialización diferenciada en la capital provincial. Ante la sugerencia de implementar una certificación de tercera parte, los productores optaron por un ca mino propio, más coherente con sus valores y posibili dades económicas. Las certificadoras privadas tenían sede a cientos de kilómetros y costos inaccesibles para la escala familiar. Inspirados por las experiencias de Uruguay y de la Red Ecovida de Brasil, en 2006 se decidió impulsar un SPG basado en la confianza, la transparencia y el compromiso colectivo.
El modelo se organizó en torno a tres pilares: el compromiso de cada productor/a con las normas de producción agroecológica; las visitas cruzadas entre familias, que permitían controlar, avalar y compartir aprendizajes; y la creación de un consejo integrado por productores/as, consumidores/as e instituciones locales encargado de garantizar el funcionamiento del sistema.
En ese encuentro se compartió la experiencia de certificación participativa de Uruguay, que inspiró la creación de dos experiencias iniciales en Argentina: una en Cañuelas, que no tuvo continuidad, y otra en Bella Vista, que marcaría el inicio del camino hacia la consolidación de los SPG en el país.
Dado que la normativa nacional no permitía uti lizar los términos «ecológico», «biológico» u «orgáni co» sin una certificación oficial, el grupo gestionó una ordenanza municipal que avalara el sistema. Así, en 2009, la Municipalidad de Bella Vista aprobó la Orde nanza N.° 919/09, que reguló los SPG locales. Su apro bación fue el resultado de años de trabajo conjunto entre el municipio, el INTA, la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional del Nordeste, el Incupo, la Asociación Ecológica de Bella Vista, el Se nasa y el INTI, entre otras instituciones (Pereda et al., 2015).
Aunque el crecimiento del sistema fue lento —ac tualmente cuenta con 12 chacras certificadas—, su sostenimiento demuestra la fortaleza del compromiso colectivo. Durante varios años el municipio no brindó apoyo, pero la Cooperativa Agroecológica Las Tres Colonias, integrada por 15 familias, mantuvo viva la iniciativa. En 2022, una nueva gestión municipal reac tivó el Consejo y promulgó la Ordenanza N.° 2151/23, de Fomento de la Agroecología, que permitió incor porar nuevos/as productores/as en transición.
Bella Vista se consolidó así como una referencia nacional, tanto por la calidad de sus productos como por su capacidad de organización. La sistematización de su experiencia fue fundamental para difundir el modelo SPG en todo el país.
La experiencia de Misiones y el Sistema Único de Certificación Participativa
La provincia de Misiones ofrece otro ejemplo valioso de institucionalización de los SPG. Allí, las primeras experiencias agroecológicas surgieron en la década de 1990 impulsadas por organizaciones de la socie dad civil y programas estatales. La Red de Agricultura Orgánica de Misiones (RAOM), integrante del Maela, tuvo un papel clave en la articulación de producto res/as, técnicos/as y consumidores/as, promoviendo la formación, la investigación y la comercialización directa.
Tres procesos fueron decisivos en la construcción de esta trayectoria. El primero fue la creación de los mercados locales —las llamadas «ferias francas»—, que hoy funcionan en más de 60 municipios y permi ten a los productores vender directamente a los con sumidores. El segundo fue el fortalecimiento del mo vimiento de semillas nativas y criollas, que desde hace más de 25 años impulsa el intercambio y la soberanía genética (Sarandón & Marasas, 2017). El tercero fue la creación, en 2016, del SUCP, formalizado mediante la Ley VIII N.° 68 y reglamentado en 2019.
El SUCP involucra a agricultores/as, técnicos/as y consumidores/as en consejos locales encargados de garantizar que las chacras cumplan prácticas agro ecológicas. Cada finca certificada recibe un sello identificatorio, renovable anualmente, que reconoce su compromiso con la producción sustentable. Las primeras chacras certificadas —Biodiversidad, Flores del Cielo y San Francisco en Puerto Iguazú, La Pacha en Aristóbulo del Valle, y Silvestre en Oberá— mar caron un hito para la provincia. En 2023 se sumaron otras experiencias, como Agrofloresta Las Orttigas y Tapecué de El Soberbio, dedicadas a la producción de aceites esenciales y cosmética natural.
Estas experiencias muestran cómo las redes y or ganizaciones que promovieron la agroecología en los años 90 han permitido construir una base sólida para el funcionamiento del SUCP.
Desafíos y perspectivas
Hoy existen en Argentina decenas de experiencias de SPG que operan a escala local, regional y provincial. La pandemia de COVID-19 evidenció la necesidad de fortalecer los circuitos cortos de comercialización y el acceso a alimentos saludables, lo que impulsó una mayor demanda social de productos agroecológicos. Sin embargo, aún falta una normativa nacional que reconozca oficialmente los SPG y garantice su articu lación con las políticas públicas.
El desafío principal es sostener y ampliar estas ex periencias en un contexto político y económico ad verso, asegurando su autonomía y continuidad. Para ello será clave el papel de las organizaciones socia les, las cooperativas y las redes territoriales que, des de hace casi dos décadas, sostienen el compromiso de producir y garantizar alimentos sanos, justos y locales. Los SPG en Argentina representan mucho más que una herramienta de certificación: son una ex presión de organización colectiva, confianza mutua y construcción de soberanía alimentaria desde los territorios.
María Mercedes (Paiá) Pereda
Integrante de Incupo, miembro del Maela y vocal NEA en la SAAE.
Paiapereda67@yahoo.com.ar
Enso Ortt
Integrante de la Red de la RAOM y cocoordinador de Maela
Argentina.
eortt@hotmail.com
Referencias
- Fernández, R., Isla, T., Francavilla, G. Cendón, M. L., Galván, M., & Miró, M. (2023). Articulación interinstitucional para fortale cer los Sistemas Participativos de Garantía en Argentina [ponen cia presentada en el III Congreso Argentino de Agroecología]. El Bolsón, Río Negro.
- Pereda, M. M., Driutti, A., & Parodi, M. (2015). Los SPG como promotores de la agroecología y soberanía alimentaria: la ex periencia de Bella Vista – Corrientes – Argentina. En Actas del V Congreso Latinoamericano de Agroecología. La Plata.
- Sarandón, S., & Marasas, M. E. (2017). Brief history of agro ecology in Argentina: origins, evolution, and future prospects. Agroecology and Sustainable Food Systems, 41(3-4), 238-255
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