El modelo energético mundial actual tiene una clara división entre los países centrales y los países periféricos, en donde éstos últimos históricamente han funcionado como lugares desde donde se extraen los recursos energéticos para ser consumidos en los centros industriales. Hay una desigualdad inherente en la forma de distribución, donde lugares como América Latina funcionan como productoras de energía para otras regiones.
Felipe Gutiérrez Ríos es periodista e investigador del Observatorio Petrolero Sur, una organización que lucha para que la producción y el consumo de energía se haga de forma justa, democrática, saludable y sustentable. En diálogo con la agencia de noticias BiodiversidadLA, habló sobre cómo pensar una transición energética justa, el impacto que la explotación de Vaca Muerta podría tener en Argentina y el mundo y las posibilidades que ofrece abordar el consumo de energía desde la cosmovisión mapuche.
¿En qué consistiría una transición energética justa y soberana? ¿Qué otras variables del modelo de producción vigente, además del sistema energético, deberían ser modificadas para que sea factible este tipo de transición?
Hay problemas semánticos en torno a la idea de la transición energética, en el sentido de que es un concepto que está en disputa, que está lleno de sentido desde distintos lugares: desde una visión neoliberal, desde una visión vinculada al capitalismo verde, desde la idea del desarrollo sostenible; también, a cómo, según algunos sectores sobre todo vinculados con el gobierno actual, la transición energética se puede traccionar desde Vaca Muerta. Y existe un discurso popular, digamos de “la transición justa”, que se ha ido construyendo durante las últimas décadas desde las organizaciones sociales... Lea la nota completa aquí: https://www.biodiversidadla.org/Agencia-de-Noticias-Biodiversidadla/